Kiro

No podía parar de intentar despertarla, s-sé que lo que sintió fué horrible, quizás un poco más horrible que lo que yo sentí cuando perdí a mi hermano..

Tenía miedo de que ella pudiera hacer alguna locura estando en la montaña, así que la llevé cargando hasta su casa, me quedé a su lado tratando de hacerla reaccionar hasta que ella finalmente lo hizo.

Cuando volvió a abrir sus ojos, ella estaba realmente confusa y parecía que había tenido una pesadilla, no lo dudé en ningún momento y la abrazé fuertemente agradeciendo que haya despertado.

Trató de corresponderme, pero me explicó lo que había logrado soñar en aquel desmayo, ella realmente estaba llorando denuevo, aunque sus ojos ya no podían generar más lágrimas..

Permanecimos así durante un largo tiempo y ambos dormimos en su casa.

Al día siguiente, ambos salimos hacia el lago, quería tratar de evitar que ella se sintiera aún peor.

–Así que aquí estamos.. — Dije mirándola, ella se encontraba mirando el fondo del lago algo preocupada –¿Ocurre algo, Sylvi?.. — Pregunté mientras la miraba fijamente.

–No.. — Su voz al decir eso era un poco baja y suave –E-Es sólo que, aún no puedo dejar de pensar que ella vino a mis sueños para despedirse de mí.. —Sus ojos reflejaban un poco de tristeza, tomé sus patas suavemente cuando la escuché decir eso, ella me miró con la misma expresión, sus ojos azules y su calidez sólo hacían que mi corazón se acelerara un poco más, quería protegerla, quería evitar que su tristeza la consumiera por dentro..

Y eso es lo que iba a hacer.

–Sylvi — La abrazé –No debes preocuparte más por eso — Su respiración indicaba que estaba por llorar –Mencionaste que ella te pidió que no cometieras el mismo error que ella cometió, p-porfavor —Podía sentir un par de lágrimas sobre mi espalda, aunque ella estaba en silencio –Por mí, por ella, no caigamos en la tristeza denuevo.. —

–K-Kiro... — Su voz estaba un poco más baja que antes.

–Espy marcó muchas cosas importantes para tí, eso lo sé bien.. — La miré a los ojos, volviendo a tomar sus patas –Sé que tuviste una gran amistad con ella y sé que no podrás dejarla ir fácilmente — Tomé sus patas un poco más fuerte, sus ojos brillantes por las lágrimas me hacían sentir una sensación indescriptible –Yo estaré ayudándote a sanarte, quiero verte feliz, d-después de todo — La besé lentamente con mis ojos cerrados por algunos minutos, después, tomé su mejilla delicadamente y sonreí –La Sylvi que conocí siempre trató de ser optimista con las cosas, y.. la Sylvi que conocí, siempre supo ser fuerte aún cuando no tenía a nadie cerca de ella — La miré, sus ojos seguían brillantes y algunas lágrimas se deslizaban muy lentamente por sus mejillas..

–O-Ohh.. K-Kiro.. — Dijo mientras trataba de contener un poco más sus lágrimas, ella comenzó a temblar ligeramente –N-No sé qué habría hecho si no te tuviera a tí.. — Soltó una de mis patas con su expresión algo preocupada mirando hacia otro lado –Pero ella hacía que no me concentrara mucho en lo que estaba pasando conmigo, e-ella me ayudó más de una vez con los problemas que tenía y.. mi corazón no puede dejarla ir aún.. —

–Déjame ser ese pokémon — Volví a tomar su pata, ella me volvió a mirar fijamente –Yo seré quien esté en tus momentos difíciles, seré quien te ayude a sentirte mejor si tu tristeza quiere mantenerte llorando.. –Sequé una de sus lágrimas mientras continuaba mirándola fijamente –No es necesario que la saques de tu corazón aún, sé que eso lleva mucho tiempo.. sólo trata de recordarla como una pokémon muy especial que te hizo vivir muchos momentos felices en tu vida, y que aunque no esté más, ella sigue queriéndote ver feliz, igual que como te conoció.. —

–K-..Kiro... — Su respiración se paralizó por algunos segundos y su corazón estaba latiendo rápidamente, pero sus lágrimas ya no salían de sus ojos más –Tus palabras... tus tratos conmigo.. — Sonrió ligeramente aunque continuaba algo preocupada –¿C-Cómo podría pagarte lo que haces por mí?.. —

–Siendo feliz.. — Rió un poco al escuchar eso, después de algunos segundos, nos besamos una vez más mientras cerrábamos nuestros ojos.

Continuara...