Sirius x James
Yo solo quiero tenerte cerca, donde te puedas quedar siempre, donde estés seguro...
Sirius estaba seguro de muchas cosas, de que era atractivo, innegable, egoísta, coqueto, mujeriego, tramposo, un bullyie hacia Severus Snape, sabía que era muchas cosas, pero la que más claro tenía en su mente era; "Soy Homosexual". Remus, Peter, Gryffindor, Regulus, Lucius, Slytherin, Tonks, Longbottog, Hufflepuf, y Ravenclaw, todo Hogwarts lo sabía, pero si había alguien que lo sabía a profundidad, ese era su mejor amigo "James Potter".
Muchos ilusos pensaban que eran amigos con "derechos", pero la verdad es que eran algo mucho mejor. Eran pareja destinada. No, ellos no creen en la tontería de las almas gemelas y todo eso, NO, ellos literalmente estaban destinados. No, enserio, sus tatara-tatara-tatara-bisabuelos habían sido hechizados por un duende juguetón que condenó a sus familias a enamorarse de un mago o maga de la familia con la cual tuvieran más rivalidad del mismo género. Dicha maldición, irremediable, saltaba una generación, y para la extrañeza de James le tocó a él y a Sirius.
Aún que en el Mundo Mágico ser homosexual no era un tabú ni se mataba por ello, siempre habían magos, brujas o alguna criatura mágica que despreciaba a la pareja por ser lo que eran. Sin duda alguna, una TREMENDA BURRADA. Aún así, James y Sirius eran unos As a seguir al momento de ignorar la opinión negativa y ajena hacia sus personas. Sus padres lo aceptaron, después de todo, ya no había como remediar una maldición de hace milenios.
Muchos trataron de separarlos por curiosidad de ver que ocurría si se apartaban, o tan solo para dejar de sentir asco hacia ellos, pero por más que los hicieran discutir ellos no rompían su compromiso, se adoraban con toda el alma, y a aquella persona a la que lo le agradara la idea se podía ir bien al inframundo.
Sé que esto solo puede ponerse mejor si estamos "Tú y yo juntos", a través de los días y noches...
James era altanero, pero no un inmutable. Habían cosas que lo llenaban de cólera, otras lo asustaban, y otras le causaban unas enfermizas ganas de suicidarse del horror que le causaban, una de ellas era perder a Sirius, si bien estaban destinados y no podían separarse nada mágico evitaba que la infidelidad se interpusiera entre ellos. Sirius le había asegurado que por nada del mundo lo traicionaría, aún así, a James le parecía que siempre podía haber alguien que no entendiera el hechizo y las palabras de Sirius y quisiera acercarse a alguno de los dos.
- Sabes que jamás te traicionaré ¿Verdad? -susurró Sirius. Estaban una tarde observando el crepúsculo. Apoyados sobre un árbol el uno con el otro.
- Si... me lo has aclarado incontables veces...-susurró con sueño el miope.
- No es cierto, yo sé que las has contado...-rió bajo. James sonrió agraciado. Era verdad- Aún así, quiero repetírtelo, pues eh visto como Natasha me ah estado mirando, y no quiero que si en algún momento se me cuelga encima tú malinterpretes los hechos...-excusó Black, a lo que James asintió con un bostezo.
- Sé bien como te mira, y yo no malinterpretó las situaciones...-exclamó entre dientes.
- Si, cómo no...-dijo burlón el mayor.
- Ey, Quejicus está en el bosque recogiendo no sé que...-dijo el menor pasados unos segundos de calma- ¿Quieres ir a molestarlo un poco?- dijo entusiasmado, levantando su cabeza del hombro del mayor para mirarlo sonriente.
- Claro, ¿Pero no era que te daba pánico la oscuridad del Bosque Prohibido?- indagó Sirius poniéndose de pie y alzando una ceja al menor.
- No le tengo tanto miedo, y le tengo más confianza cuando estoy contigo, así que...-dijo sonriente mientras caminaba hacía el bosque, siendo seguido de cerca por un enternecido Sirius Black.
Yo no me preocupo porque sé que TODO va a estar bien. Que la gente siga hablando si quieren, yo sé que todo irá BIEN...
El frío del invierno insinuaba una fuerte tormenta horrorosa y helada que calaría los huesos hasta de la Sra. Norris. Una gran mayoría de los alumnos de Hogwarts estaban sentados o jugando en el Gran Comedor, pues el calor era notoriamente abundante allí. Algo lindo en esa época. Todos reían y socializaban con alegría y empatía, pero cuando los Cuatro Merodeadores llegaron, dos de ellos tomados de la mano, el silencio surgió en algunos puntos del salón, dando a ver quienes eran ariscos a su relación, y quienes se amargaron al verlos. Muchos los vieron entrar y saludaron sonrientes, otros (en su mayoría Slytherin y Ravenclaw) solo cabeceaban amenazantes a Sirius y James, quienes contestaban con gestos agresivos.
- Me gustaría que los dejaran en paz...-dijo un voz de ceda ronca desde un costada de ellos.
- Hola Malfoy- dijeron Peter y Remus, recibiendo una sonrisa tranquila del nombrado.
- Si, también a nosotros...-dijo Sirius dando una cabezada hacía un grupo de criticones.
- Pero no van a para ni aunque tú se los pidas. Pero oye, está bien, no nos importa su palabrerio... son ajenos a nuestra felicidad, por lo tanto, nadie los manda a abrir la boca- aseguró James con una sonrisa altanera. Sirius y los demás rieron en acuerdo a ello.
- ¿Cómo te va con mi hermano?- indagó Sirius. Lucius bufó.
- Es un martirio...-dijo con un gesto de saturación- No para de quejarse, es tan tímido que me desespera...-bufó. Sirius rió.
- Así es él- guiñó un ojo- ¿Todavía no se quiere declara a Mirhas?-rió.
- ¡¿TODAVÍA NO?!- Dijo James sorprendido.
- No, todavía no, no se tiene confianza, pero ya pronto...-sonrió Lucius. James asintió mientras era abrazado cálidamente por Sirius. Muchos dijeron cosas y bufaron asqueados, pero ellos pasaron de alto sus palabras, como siempre. Juntos.
Cuando la lluvia cae y mi corazón está herido tú siempre estás cerca, de eso estoy seguro...
Sirius lloraba destrozado. Sin ánimos de nada se encerró en su cuarto y lloró amargamente contra sus manos. No quería estar con nada in nadie. Bueno, solo con alguien. Los leves golpes en la puerta hicieron que Sirius sollozara un tembloroso "pase", que dio la oportunidad a James de pasar tímidamente y cerrar la puerta luego.
- ¿Sirius? ¿Estás bien?- indagó Potter, sentándose a un lado de su pareja, para luego ser sorprendido por el desesperado abrazo del mayor- ¿Sirius?- repitió suavemente.
- Esos malditos lo vendieron...-lloraba desesperado. James suspiró, era malo consolando a alguien, pero por Sirius era capaz de intentarlo.
- Es por lo de Regulus... ¿Verdad?- indagó temeroso. Sirius se aferró dolorosamente a él, llorando herido. Su dulce y tierno hermano, en las garras de ese monstruo innombrable.
- ¡Esos malditos lo entregaron, solo para salvar su propio pellejo!- lloraba horrorizado. James no podía imaginar cuan doloroso podía ser, pero involuntariamente derramó lagrimas delgadas junto al dolor de su amado.
- Sirius...-susurró, acariciando dulcemente la espalda del mayor.
- Lo mataran... lo van a matar...-aseguró con un débil susurro. James lo miró apenado.
- Lo vamos a salvar...te lo prometo- susurró apoyando su mejilla en el hombro del Black destrozado.
- No... no quiero que tan siquiera veas un mortífago...-lagrimeó, aferrándose aún más al delgado cuerpo de James.
- Pero...-intervino James.
- La vida de Regulus ya está acabada, es... horrible decirlo...-suspiró- pero prefiero perderlo a él...-sollozó horrorizado- a perderte a ti...-susurró agotado.
Se que algunos busca por todo el mundo para encontrar lo que tenemos nosotros. Conozco gente que sería capaz de dividir algo tan verdadero, pero tú y yo no somos así...
James caminaba sereno y relajado mientras balanceaba su corbata por uno de los pasillos del colegio de magia, cuando de repente, algo capta su total atención. Unos gritos de bronca y odio se retorcían en eco hasta donde él estaba, provenían de la siguiente esquina. Con pasos sigilosos y rapidez se acercó a la esquina, y con cuidado de no ser visto se asomó para ver que ocurría.
- Remus...-susurró sorprendido. Remus y Lucius se encontraban peleando en pleno pasillo vacío. Y la pelea se veía muy fuerte.
- ¡TE DIJE QUE NO QUIERO!- Bramó Lucius. Remus gruñía entre lagrimas de frustración, mientras que Lucius contenía las suyas como podía.
- ¡LUCIUS, SOLO TIENES QUE DECIRME PORQUE NO QUIERES ROMPER CON NARCISSA! - Gritaba frustrado.
- ¡POR QUE LA AMO! ¡POR ESO!- Remus le soltó un puñetazo directo en el pómulo. Lucius sintió su rostro arder, y aún así se mordió el labio inferior y con lentitud volvió a mirarlo.
- ¡HASTA HACE MENOS DE 18 MINUTOS AL QUE AMABAS ERA A MI, SEGÚN TUS PALABRAS!- Vociferó afónico. Su voz no daba para más.
- ¡TE LO DIJE PORQUE NO QUERÍA VERTE LLORAR!- Se excusó molesto el rubio.
- ¡PEO SI HACE YA MÁS DE 10 MINUTOS QUE ESTOY LLORANDO Y TÚ TE SIGUE HACIENDO DE ROGAR!- Sollozó encabronado el licáno.
- ¡¿PUEDES ENTENDER QUE SI TE DIGO QUE NO QUIERO SEGUIR CONTIGO ES POR TU SEGURIDAD?!- Vociferó irritado el rubio, ya dejando fluir sus lagrimas sin más remedio.
- ¡¿MI SEGURIDAD?! ¡¿NO SERÁ TU SEGURIDAD?! ¡¿QUÉ TE DA TANTA VERGÜENZA DE MI?! ¡¿EH?!- Reclamaba el castaño- ¡¿ES PORQUE SOY LICÁNTROPO?! ¡PORQUE TE JURO QUE SI ES POR ESO DESDE YA TE PUEDES IR BIEN A LA MIERDA, PORQUE CON EL AVADA KEDRAVRA QUE TE DARÉ NO TE BASTARÁ!- Vociferó lagrimoso.
- ¡SON MIS PADRE LOS QUE NO TE QUIEREN!- Gritó Lucius.
- ¡SI LE SIGUES EL CORRIENTE EN ESE SENTIDO A LOS DECRÉPITOS DE TUS FAMILIARES ENTONCES DESDE YA TE MANDO AL CARAJO!- Gritó marchándose hacía el lado contrario de donde James los observaba con dolor. No sabía que su relación estaba tan quebrada. Con Sirius nunca había sido así, y nunca lo sería. Confiaba en ello.
Así que hasta el fin del mundo diré que; "NADIE PUEDE ENTENDER LA MANERA EN QUE SIENTO, NADIE PUEDE ENTENDER LA MANERA EN QUE TE SIENTO A TI..."
- Sirius... Te Amo...-susurró James contra los labios del mayor.
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