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Sirius Black x Harry Potter

@Lidia----Salvatore / @Fugoshi_Vampire

"Hakuna Matata"

Harry se sentía tan basura, no podía comprender como toda su vida había sido tan profanada. Jamás lo notó, si su tío Severus era un monstruo jamás pudo verlo. Aún sentía el dolor de toda aquella experiencia.

Hace más de medio mes su cumpleaños número 17 había alcanzado menos del mediodía. Eran las 5:40 de la madrugada, y el sol apenas se asomaba en el horizonte del África, cuando Harry Potter, un muchacho de tez morena y ojos candentes y verdes, con una melena enmarañada de rulos oscuros que simulaban a la perfección la melena del más temible león de su tierra. El muchacho se sentía entusiasmado, pues ese era el día en que su padre le concedería su puesto como líder de la tribu. 

Entró a la cueva que simulaba un acogedor hogar rudimentario sin evitar hacer el menor ruido posible, y esquivando a todos los cuerpos que descansaban y hacían lo imposible por ignorar los ruidos que él hacía, corrió hacía su padre, quien dormía placenteramente con una hermosa pelirroja a su lado, su esposa y madre de Harry. Lily Evans Potter, un mujer hermosa, poderosa y fuerte de espíritu que le había obsequiado como herencia sus hermoso orbes color esmeralda, y a su lado descansaba su esposo, James Potter, un hombre idéntico en apariencia y espíritu a su hijo.

- ¡PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ! ¡Ya despierta!- gritaba entusiasmado el adolescente. El hombre aludido se removía inquieto, tratando de despalillar los gritos de su hijo y conciliar el sueño- ¡PAPÁ, VAMOS!¡TIENES QUE MOSTRARME!-gritaba entusiasmado, sacudiendo a su padre y zarandeándolo todo lo que podía.

- Tu hijo te llama...-susurró Lily sin abrir los ojos y acomodándose mejor en la cama de piel, pues notoriamente quería seguir durmiendo.

- Son las 6:02 de la mañana, a esa hora es tu hijo...- Se excusó agotado el hombre, tapando sus oídos con ambas manos, pues su hijo insistía en levantarlo.

- ¡PAPÁ! ¡Lo prometiste!- lo pateó Harry sin herirlo realmente, pero notoriamente decepcionado y enojado por ello. James lo miró vagamente antes de bostezar.

- Bueno, bueno...-dijo desperezándose- Ya vo~y...-bostezó. Harry saltó y gritó orgulloso "¡SI! ".

- Suerte con la fiera...-dijo Lily antes de dormir nuevamente. James gruñó, amaba a su hijo y su entusiasmo, pero era muy temprano.

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- Entonces... ¿Todo lo que la luz toca es mi reinado?-dijo asombrado el heredero. James asintió, mirando con orgullo el horizonte, y acariciando la espalda de su hijo mientras ambos compartían la vista desde la cúspide de la cueva monumental donde vivían- ¡Owwww!-sonrió- Pero, y esa zona en penumbras...-indagó al ver un área que por algún motivo, resaltaba de forma tenebrosa, entre rocas empinadas y puntiagudas que originaban una sombra horrorosa.

- Eso está más allá de nuestros límites, NUNCA debes ir allá, ¿Comprendiste?- Harry iba a reclamar, pero pensándolo bien, ya tenía demasiado terreno, ¿Para que más?. Solo se limitó a asentir y sonreír.

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- ¡TÍO SEV, TÍO SEV!- Un hombre pálido, de cabello largo y grasoso reposaba tranquila y amargamente en la sombra de un árbol cuando oyó aquel insoportable sonido.

- Agh...-murmuró con desprecio, allí venía su razón de morir.

- Tio Sev, adivina que...-indagó Harry con emoción.

- ¿Qué?- respondió con amargura y aburrimiento, sin lograr deprimir a su sobrino ni en lo más mínimo.

- Voy a convertirme en Rey...-dijo orgulloso de la noticia. Severus en cambio, gruñó por lo bajo y le dio la espalda.

- Disculpa si no salto de la emoción... me duele la espalda...-se excusó mientras se recostaba en el suelo con odio. Ese chiquillo revoltoso fue la intervención que evitó que él subiera al trono de la tribu.

- Oh, si, no hay problema... cosas de la edad...-Rió Harry, causando más odio en Severus.

- Y supongo que to~do el terreno es tuyo ¿No?- dijo mosqueado, hasta que un brillante plan se le ocurrió.

- ¡SIP! Mi padre me da todo todo...-dijo alegre.

- ¿Incluso la parte sombreada?-sonrió inocente hacía el menor.

- Ah no... dijo que jamás debería ir allá...-dijo un poco inquieto. Le surgía curiosidad por saber que había allí.

- Y él tiene toda la razón...-dijo fingiendo preocupación- Un cementerio de colonos no es lugar para...Ooops...-se cubrió la boca. Harry lo miró sorprendido.

- ¿Un cementerio de que?- más Severus no respondió- ¡Owwww!-dijo mirando a las lejanía el terreno prohibido.

- Oh por Merlín ¿Qué hice? Se me escapó... por favor prométeme que jamás irás a ese horrible lugar...-dijo tomando la muñeca de su sobrino, quien le sonrió con inocencia fingida.

- Muy bien...-dijo sonriente. Severus sabía que lo haría... solo por eso sonreía, su sobrino no volvería con vida de allí.

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- Ron, tienes que acompañarme, me han contado de un lugar que está genial...-dijo a los pocos minutos el heredero de la tribu a su amigo. Quien era tallado con fuerza bruta por su madre en el lago.

- Harry no, estoy en pleno baño...-se quejó el pelirrojo compadre. Harry lo miró con suplica cuando de repente alguien lo empujó al agua.

- ¡¿QU-QUE-QUE-QUÉ?!-bramó al salir del agua. Cuando volteó miró a su madre sonriente.

- Y es hora del tuyo...-dijo antes de forzarlo a sentarse en el lago y tallarlo con fuerza en los hombros.

- ¡AY, NO MAMÁ, NO QUIERO! ¡DÉJAME!-suplicaba el adolescente mientras traba de huir de su madre, siendo retenido fuertemente por esta, su amigos y la madre de este solo reían.

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- Entonces...-dijo el pelirrojo tomando su lanza, minutos luego de la hora de baño- ¿Dónde está ese lugar tan genial?-indagó sacudiendo su melena rojiza.

- En la zona prohibida...-sonrió con malicia, a lo que su amigo lo reprendió con la mirada.

- Harry no...-dijo con determinación- No iremos, y se acabó...-determinó dando la espalda a su amigo y cruzando los brazos a modo de negación.

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- ¿Por que rayos dejé que me trajeras acá?-murmuraba horrorizado mientras observaba a su amigo detallar con cuidado los esqueletos en descomposición de los colonos que hace 38 años llegaron a conquistarlos (fallando ridículamente).

- Oh vamos, ¿Qué daño nos puede causar esto? Todos están muertos- sonrió con altanería.

25 MINUTOS DESPUÉS

- ¡¡CORRE RON, CORRE!! ¡¡¡TE ESTÁN ALCANZANDO!!!- gritaba el heredero mientras corría de las hienas más hambrientas que jamás hubiera visto. Su amigo iba detrás de él, pero muy atemorizado, después de todo, era quien más cerca estaba de esos animales roñozos.

- ¡SI MORIMOS POR TU CULPA, VOY A MATARTE!- bramaba con horror el pelirrojo.

- ¡¿ESO ES TAN SIQUIERA POSIBLE?!-replicó el de orbes verdes.

- ¡CÁLLATE Y SIGUE CORRIENDO!-

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- Prométeme que jamás en la vida harás otra tontería así...-lo reprendía su padre- Arriesgaste la vida de Ron, y la tuya también...-Harry estaba cabizbajo, sumamente deprimido.

- Lo siento papá, no era mi intención... solo quería ver que había allí...-se excusó. Severus lo observaba con más odio que nunca, el maldito mocoso sobrevivió. Tan mala suerte no podía tener ¿O si?.

- Solo... no quiero que te lastimes...-dijo preocupado. Severus viró los ojos- Mantente a salvo, y protege a la tribu, es ... todo...-dijo antes de vacilar en otorgar el permiso a su hijo de retirarse, quien pasivo obedeció.

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- Tío Sev, ¿ Porque estamos acá?- indagó Harry 12 días luego de aquel suceso con las hienas y el terreno prohibido. Su tío lo había llevado en plena tarde aun barranco vacío y desierto. Algo sumamente aburrido.

- Tu padre quiere darte una sorpresa...-Sonrió. Harry meneó la cabeza inseguro antes de sonreír y asentir- Bien tú espera acá, yo voy por tu padre...-Harry sonrió.

- Voy contigo...-dijo decidido antes de pararse al lado del azabache.

- ¡¡NO!!-bramó de repente, encogiendo a su sobrino en el lugar- Perdón...-se excusó al notar su error- la sorpresa te la dará acá... tú solo debes esperar...-sonrió malévolo.

- hum... de acuerdo...-dijo nervioso, pero aún sonriente- ah, tío...-Potter volteó- ¿La sorpresa será buena?- sonrió, contagiando a su tío.

- Oh Harry... créeme... está para morirse...-sonrió.

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- Harry, ¿Qué fue lo que hiciste?- escupió al ver a su hermano muerto junto a su hijo llorándolo con pena y dolor.

- Y-yo...yo no quería, esto no es mi culpa...-susurraba adolorido- Una manada de Ñues me atacó... él trató de salvarme...no fue mi culpa... yo nunca quise que esto pasara...-lloraba atormentado. Severus lo tomó en brazos, acariciándolo con calma, dejando que el menor se descargara.

- No, no, no... tranquilo Harry, nadie quiere que estas cosas pasen...-dijo deslizando una navaja desde su túnica hacía el cuerpo de su sobrino- Pero yo soy la excepción...-sonrió frustrado, alzando con rápidez la navaja contra su sorprendido familiar.

- ¡No!- torpemente saltó hacía un costado, evitando con suerte la puñalada realizada a muerte por su tío, quien bufó molesto.

- ¡SIEMPRE HAS SIDO UN PÚTRIDO DOLOR DE CUELLO, MALDITO INFELIZ!- bramó mientras realizaba otro movimiento asesino con la navaja, fallando penosamente.

- ¿Qué~?-susurró horrorizado. No podía pensar en nada, ni en la culpa, ni en la rabia, en nada, solo pensaba en ponerse a salvo, por eso mismo huyó, corrió lo más rápido que pudo. 

- Mierda...-bufó el azabache, viendo al niñato correr a la lejanía- Mátenlo...-escupió con veneno, cuando de repente, de entre las nubes de polvo saltaron 4 hienas hambrientas hacía el heredero prófugo.

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- Entonces... ¿Eso es lo que pasó?-indagó un hombre de cabellos rizados, mirándolo con interés mientras pelaba un durazno. A su lado, un hombre mucho más alto de cabello miel y cicatrices brutales en el cuerpo lo miraba con ternura.

- Pobre de ti, pasaste por tanto...-dijo con ternura, acercándose al débil niño que había encontrado a la intemperie, en pleno desierto y a punto de ser víctima de los picotazos de los buitres.

- No lo entiendo, ¿Cómo pudo un adulto hacer eso...?- murmuró el hombre de cabellos ondulados arrancando con odio la cascara. El de ojos miel al igual que su cabello lo miró con lentitud antes de abrazar al chico.

- Mi tío nunca mostró mucho interés por mi... eso era algo que siempre tuve en cuenta, pero eso nunca me detuvo, siempre quise acercarme a él... pero parece que nunca lo conseguí...-susurró dolido. El de ojos color oro lo apretó un poco más antes de soltarlo.

- Puedes quedarte el tiempo que quieras para estabilizarte, incluso más si lo deseas...-dijo el hombre alto y de compostura amable. Harry sonrió con debilidad antes de asentir- Mi nombre es Remus Lupin, pero puedes llamarme Moony, como ese de allá me llama...-dijo amble señalando por sobre su hombro al hombre que comía el durazno.

- ¿Eh?- dijo con la boca llena y jugo escurriéndose por su boca. Harry rió, mientras que el de ojos miel hizo una mueca de asco- ¡SABÍA QUE A ALGUIEN LE CAUSABA GRACIA MIS MONADAS!-exclamó sonriente.

- ¡PARÁ YA PUERCO! ¡¿NO VES QUE LO VAS A ESPANTAR?!-bramó el castaño, a lo que Harry rió más.

- El aburrido de tu lado es de lo más insípido...-rió el de malos modales.

- Y el bruto de ahí es Sirius Black...-dijo con reproche Lupin.

- El rechazado por toda la familia, desheredado y exiliado...-bramó con orgullo y risa. A Harry le asombró, él estaría tan triste si tuviera su suerte.

- Don "Exiliado" no tenía los mismos ideales que su tribu y fue retirado del cargo como heredero del mando de toda su tribu...-aclaró Remus con dulzura mientras buscaba más duraznos de un tazón.

- Remus, por otro lado tiene otro pasado...-dijo Sirius mientras se limpiaba la boca con el antebrazo y se acercaba al menor.

- A mi me veían como una amenaza y un rarito por pensar diferente...-dijo sin importarle. Harry se sorprendió, tenían un pasado tan duro que él no podría soportar, pero ellos reían y bromeaban, tal vez, así se'ria él en el futuro. Sonriente ante todo a pesar del dolor que lo atormentaba.

- Pero, aquí todos tenemos una oportunidad, y una razón de vivir...-dijo Sirius pasando un brazo por sus hombros, a lo que Harry lo miró dulce.

- Mi razón de seguir adelante es ese payaso que se te colgó encima...-rió Remus, a lo que Harry parpadeó.

- ¿Son pareja?- indagó curioso. Ambos hombres rieron y luego negaron.

- Primos lejanos, pero cercanos en el corazón...-dijo Sirius.

- ¿Cuál es tu razón de vivir?- indagó Harry al comprender.

- Ahora?...-Harry asintió- Pues cuidar de ambos -sonrió amable y sincero- Y que ni se te ocurra hacerte daño porque la que voy a sufrir va a ser mi causa de muerte...-rió el hombre a lo que Remus negó con la cabeza.

- Yo iré a bañarme, tú dile los límites y reglas...-Remus se marcó tranquilo y sereno, mientras Sirius tomaba asiento y palmeaba sus piernas a Harry, incitándolo a sentarse en ellas. Potter obedeció.

- Mira cachorro de belleza...-comenzó pasando un brazo por la cintura del menor, quien lo tomó como algo normal, seguro una costumbre del adulto- Los límites los marca en desierto pelado de donde te sacamos con Rems, un río ancho que se encuentra al norte, y las montañas que rodea en paraje...-Harry asintió, dando a entender que comprendió- Ahora, las reglas...-sonrió de una forma ta extraña que Harry no supo descifrar.

- ¿Reglas?- Sirius asintió.

- Primero: Nada de tristeza, si la hay la comentas y nosotros te la quitamos, ¿si?- Harry asintió- Bien, ahora... Segunda regla: Si te decimos que hagas algo obedeces sin dudar, puedes preguntar porque, pero luego de cumplir las peticiones, por cada falta que cometas tendrás que darme un beso..., por ejemplo; repetir algo que yo diga...-sonrió pícaro. Harry no conocía otras tribus, pero hubo de suponer que era una costumbre de su tribu... o algo así.

- Muy bien...-dijo no muy convencido, a lo que el mayor sonrió agraciado- ¿Si le fallo a Moony también debo besarlo?-indagó inocente, a lo que Sirius se escandalizó.

- ¡NONONONNO!-dijo nervioso- A él... solo dile "Perdón" y vuelve a intentarlo...-dijo nervioso.

- ah, muy bien... ¿Tercer regla?- Sirius lo miró.

- "Hakuna Matata"-sonrió con calma.

- ¿"Hakuna Matata" ?-repitió confundido.

- Si, "No te preocupes"...-sonrió antes de estirarse hacía la cara del menor. Harry pensó que había desobedecido, así que tomo eso como que debía obedecerlo, por lo tanto se inclinó y acabó por besar al mayor, quien gustoso insertó su lengua en la cavidad bucal del menor, provocando un sobresalto en este- A medida que vallas creciendo, el castigo por desobedecer... va a aumentar...-sonrió dulce a un centímetro de los labios del menor mientras acariciaba la espalda baja con los dedos a modo de advertencia.

- Si... Padfoot...-susurró jadeante, apoyando dulcemente su frente en el hombro del mayor.

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