"Tu boggart es mi muerte"

Harry suspiró. Ya era la cuarta vez que fallaba recreando su patronus. El boggart, el Dementor... Ya no era lo mismo. Su boggart había cambiado luego de esa noche. Aquella noche en la que su padrino casi pierde la vida. No sólo cambió... Sino que no sabía a que.

Desde aquella noche Harry no pudo recrear su patronus a la perfección, volvían a salir incorpóreos. Algo que frustrada gravemente al Potter.

Remus seguía enseñándole y dándole consejos para mejorar. Pero el recuerdo de sus padres juntos ya no le eran suficientes a Harry para la creación del patronus. Necesitaba algo nuevo, con mayor potencia. Remus lo miraba con pesar, pues le molestaba tanto como a Harry el que esté no pudiera realizar el encantamiento. Ambos sabían que los Dementores rondaban de forma persistente en el Bosque Prohibido. Un gran peligro para todo aquel que no logrará dominar un patronus fuerte.

Remus miraba a Harry comer junto a Ron y Hermione en la mesa de Gryffindor, los tres reían y jugaban, mientras él era recibidor de las quejas de Sirius, el nuevo maestro de DCAO, mientras que él se encargaba de Criaturas Mágicas junto a Hagrid en tanto a la parte teórica. Sirius se atragantó con su jugo al sentir la mano de Severus en su entrepierna bajo la mesa. Remus rió por lo bajo y siguió comiendo.

Harry reía y se burlaba de Ron por comer un escarabajo junto a su galleta. Algo que sin duda no le causaba risa al pelirrojo. Hermione leía y pocas veces los escuchaba.

- Harry, ¿Cómo te va con las clases privadas de Lupin?-indagó Hermione, cerrando su libro para mirar a su amigo. Harry se había distanciado mucho de ellos por esas clases y ella quería saber cuando acababan.

- ah... Las clases... Si... Me va... Bien...-titubeo el moreno de lentes con algo de vacilación.

-¿Bien? - repitió la chica con reprobación.

- s-si... Bueno, no tan bien, pero voy mejorando.... - Hermione viró los ojos con fastidio.

- Harry... - lo reprimió la muchacha - ya vas 8 semanas así... Y aún no has avanzado en nada... - le reprendió, a lo que Harry suspiró.

- Es complicado Mione... - se quejó, apoyando su mentón en su mano derecha.

- ¿Que tan complicado puede ser si hasta Ron lo hace? - rigió la leona con ambas manos en su cadera.

- Ella tiene razón AMIGO- Dijo Ron con la boca llena.

- Harry... Dime la verdad ¿Porque no avanzas? - lo miró preocupada.

- No se como hacerlo, no tengo el recuerdo que necesito para crearlo... - bufo.

- ¿No tenías el de tus padres? - lo miró Hermione.

- Si pero ya no me es tan útil... - reprochó Harry.

- Pues entonces pídele al profesor Lupin que te ayude con eso... Pídele una demostración, y fíjate como lo hace y que no hace que tú si... Sobre esos recuerdos, encontrémos alguno, o tal vez podríamos crear uno... - sonrió Hermione. Harry asintió agradecido, aunque poco convencido de la idea.

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Harry suspiró. Ahí se encontraba otra vez. Fallando, una y otra vez. Que tedioso era fallar tanto. Remus obligó al boggart a regresar a la caja antes de cerrarla y mirar a Harry, quien jadear a molesto por sus errores consecutivos.

- Harry, con calma.. Ya lo conseguirás, lo hiciste una vez, lo harás de nuevo....-lo calmó el castaño, pero Harry no pensaba que lo lograría tan pronto.

- La última vez que lo hice fue cuando realmente el necesite... Cuando la vida de Sirius corría peligro.... - dijo Harry, mirando su varita, sin ser consiente de la mirada recelosa del licántropo.

- Bien, una vez más... Desde el comienzo... - decretó serio, retrocediendo hacía la caja, dispuesto a abrirla, cuando Harry lo interrumpió.

- Antes que nada... ¿Podría...? - Harry vaciló. Remus lo miró con una mirada un poco más suave.

- ¿Qué cosa Harry? - le miró.

- ¿Le molestaría darme una demostración? - pidió tímido, jugando con los extremos de su varita. Remus lo pensó unos segundos, no era mala idea. Si quería que el menor aprendiera era mejor que viera y aprendiera de reojo.

- De acuerdo Harry... - sonrió Remus, a lo que Harry soltó el aire que no sabía que contenía.

Remus se puso en el lugar de Harry, dándole al menor la señal de que abriera la caja para dejar salir al boggart. Harry cedió. La mancha negra se convirtió en un chico de cabello ondulado y ropajes Gryffindor, este presentaba manchas de sangre oscura en todo su cuerpo y esta se arrastraba de forma impropia hacía los pies de Remus, tratando de agarrarlo.

El castaño, pálido, se congeló en su lugar. Harry esperaba que reaccionara, sin llegar a comprender quien era el chico muerto que se arrastraba a los pies del profesor. Pero Lupin no se movió.

Harry, aterrado porque algo malo ocurriera, se puso frente al profesor y apuntó al Gryffindor, sorprendiendose al verse reflejado en el boggart de su profesor
Remus, que aún no daba indicios de reaccionar, por lo tanto, apuntó hacía el boggart y anunció el hechizo.

Otro incorpóreo. No importó. El boggart regresó a la caja en cuanto reconoció la luz del hechizo y Harry cerró nuevamente la caja con seguro. Le sorprendió el hecho de que no debió usar el ridikkulus para espantar al ente. Luego, tembloroso, miró a su profesor, quien temblaba de forma inquieta.

- ¿Profesor? - el castaño no se movió- ¿Profesor Lupin? - le llamó alzando la voz. El castaño se sobresaltó, y aterrado lo miró.

-¿Estás bien? - el profesor se precipitó sobre su alumno de 6 año (NA: yo no sigo la lógica de la saga, así que déjenme en paz) y lo tomó de las mejillas. Harry se sobresaltó ante la cercanía, pero luego tomó con cuidado la sanos d ese profesor, y sin apartarlas habló.

- Yo estoy, bien... ¿Qué le pasó a usted? - indagó preocupado.

- yo... Solo... Nada... - dijo de repente. Soltando al mejor, quien se sintió desprotegido de repente. Harry asintió con vacilación.

- ¿Seguimos? - Remus negó con la cabeza.

- No, no me siento bien... Y no me sentiría mejor su te dejo trabajando solo con un boggart.... No... Seguimos mañana, ¿vale? - Harry asintió vacilante. Quería seguir. Pero si su profesor no s encontraba bien, lo dejaría mejorarse.

- Adiós profesor, que se mejore... - saludó. Mientras Harry se marchaba Remus lo miró con tristeza. La licantropia tenía muy mala configuración como para escoger al ahijado de su amigo y al hijo de su difunto colega como pareja.