Lucius x Remus // Sirius x Severus
"Cara de póker"
Quiero moverme con él. Oh, conseguiré calentarlo, le enseñaré lo que tengo. Seremos una pareja difícil...
Una noche calurosa y atrevida se abría paso en Las Vegas. Las luces de los millones de Casinos y Restaurantes cegaban las estrellas. Las risas victoriosas y burlonas de los jugadores y apostadores acallaban los motores de los autos de lujo que se movían por toda la ciudad. Todo era alcohol, dinero, casinos, apuestas, y diversión.
Sirius Orion Black. También conocido como Padffoot, Canuto o Casanova. Un apostador de 22 años, de cabellos rizados oscuros, ojos color Orion y una piel de tonos trigueños. Un chico alto de carácter fuerte, atrevido, malicioso e inteligente que apuesta altos niveles de dinero a su propio favor, pues entre trampas y estafas se gana la vida con un juego sucio de póquer en todos los casinos públicos de Las Vegas. Él junto a su cómplice; James Potter.
James Charlus Potter. Conocido por las malas lenguas como Prongs, Cornamenta o Demonio. Un apostador novato de 20 años, de cabello salvaje oscuro, y ojos color avellana malicioso y con una tez morena suave. Su actitud se basa en la abreviación de; Tramposo, travieso, vivaz, e inteligente. Se gana la vida como un compañero de trampas y estafas junto a su amigo desde la secundaria: Sirius Black. Inició en el "trabajo" ilegal como apostador a los 18 años, aprendiendo del maestro Sirius, quien inició con ese vago juego a los 14 años entre sus compañeros de clase.
Junto a ellos se encontraba su ángel de la guarda. Remus Jhon Lupin, llamado Moony o Lunático por Sirius y James por su particular gusto por la noche. Remus odia el juego sucio, pero tras entender que el dinero aportado por el juego de cartas más realizado en Las Vegas era bien beneficioso para él y su familia en Londres decidió unirse al equipo. Remus no jugaba, pues no sabía mucho del juego, él solo debía sentarse en la barra o ocultarse en alguna esquina y pasar desapercibido y advertir a sus dos amigos si un policía se acercaba.
Sirius caminaba calmado hacia la siguiente mesa, dispuesto a ganar otro juego, pero sin ver hacia donde caminaba chocó con un muchacho menor a él. Sirius tropezó y cayó al suelo, mientras que el menor lo miró con impresión sin caer al suelo, solo para luego reír y tomar varias fichas del suelo y retirarse a toda velocidad. Sirius parpadeó sorprendido. Ese chico... le había robado.
- ¡EY!- bramó molesto, viendo como el azabache lo miraba por sobre su hombro, riendo burlón.
- Sirius, ¿Qué ocurre?- indagó Remus a través de un micro-micrófono que se ocultaba en el oído del aludido.
- Un mocoso insolente me acaba de robar 48 dólares...-gruñó mientras corría tras el muchacho de 20 años- Detén a algún policía- exigió furioso.
- Sirius, no sé si lo dices enserio o me tomas el pelo, pero en tu posición no puedes reclamar la ayuda de ningún agente del gobierno...-le indicó Remus con un suspiro agotado. Sirius gruñó por ello. Se le había olvidado.
- Sirius. ¿Dónde estás? Ya va a empezar el juego en la mesa 45, ¿Tú donde estás?- susurró James desde dicha mesa, contactándose con su amigo a través del mismo aparato electrónico.
- Estoy ocupado James, arréglate-las sin mi...-ordenó Sirius, tratando de localizar al ladrón azabache con la mirada entre toda la gente, sin dar con el muchacho.
- Sirius, detente, no lo vas a atrapar, se metió al camerino de bailarines y bailarinas del casino, ve a jugar. Yo recuperaré el dinero ¿'Si? Tú concéntrate en el juego- Ordenó Remus, dirigiéndose hacia el escenario. Sirius detuvo su andar, y con frustración asintió.
- Bien Rems, todo tuyo...-jadeó agotado, dando unos cuantos pasos hacia atrás- James ¿Mesa 45 dijiste?- "Si" respondió el aludido- Bien, ya voy para allá- aseguró, echando una última mirada vacilante a la multitud y se marchó hacia la mesa indicada.
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- "The fake Game" entretendrá a las pobres almas inauditas de aquí - indicó un hombre, dando paso a un grupo reducido de 4 muchachos vestidos de negro entrando al escenario. Remus miró con atención a cada chico, encontrando a uno muy interesante.
- Regulus White -nombró el hombre, dando paso a un chico de cabellos lacios y ojos color Orion de tez pálida, quien tomó un bajo eléctrico oscuro con monotonía- Tomhas Riddle - señaló el sujeto, mostrando a un chico de compostura elegante y de buena musculatura, con ojos color carmín y cabello oscuro, quien tomó el micrófono con un suspiro- Ethan Nott- el hombre de aspecto lúgubre tomó asiento en la batería- y Severus Snape- quien tomó la guitarra eléctrica era el ladrón que le arrebató a Sirius el dinero.
- Mocoso...-murmuró molesto el castaño. La banda se entretuvo tocando rock pesado y rítmico, mientras que Remus hacia rápidos cálculos para suponer donde estaban las fichas del casino arrebatadas- Su mochila...-dedujo al pasar unos segundos.
Un poco de juego es divertido cuando estás conmigo (Adoro esto)
Remus se asomó con cuidado de no ser visto al camerín de los bailarines, encontrando una gran variedad de atuendos de diferentes tallas y géneros. Sigiloso abrió cada mochila que encontraba en el oscuro cuarto, pero no encontraba nada de nada. Frustrado se tronó los dedos y se estiró con tal de acomodar su columna. Cuando una risa leve hizo que volteara alterado.
- ¿Buscando donde no te invitan? - un rubio de ojos color plata salió de entre las penumbras de estrecho cuarto, mostrando una bolsa transparente que contenía las fichas arrebatadas- Esto buscas, ¿Verdad?- indagó curioso el hombre.
- Am...Mejor me voy de acá...-ofreció Remus, esquivando al hombre para retirarse.
- Pero si recién llegas...-rió el hombre de tez blanca.
- No, me quiero ir...-dijo Remus, cruzando la puerta lo más rápido que pudo, dejando al sujeto en el cuarto en penumbras, quien rió levemente con algo de interés por el muchacho- James, Sirius, retírense del juego, tengo un mal presentimiento...-afirmó el castaño a través del micrófono.
- Pero Remus, ya casi ganamos - protesto James.
- Ahora James- ordenó el castaño de voz firme, saliendo del casino, siendo cegado por la sorpresiva luz del sol. Se les había pasado la hora.
La Ruleta rusa no es lo mismo sin un arma y niño, cuando es amor:
si no es difícil, no es divertido...
Era un salón oscuro. Solo un foco titilado alumbraba una pequeña porción del sótano, donde un muchacho de 17 años era golpeado ferozmente por 2 guardias de seguridad del Casino Treasure Island sobre una silla metálica, amarrado de los brazos al respaldar de dicho mueble. El muchacho tenía largas cortadas, moretones en todo el torso y piernas. Su boca y nariz sangraban punzantes. Los policías del casino lo golpeaban a puño limpio, sin cansancio.
- Te lo diré una vez más...-dijo uno de los policías, sujetando de los hombros al chico herido- ¿Dónde está el dinero, y quienes son tus aliados?- indagó el policía rubio al estafador que tenía entre sus manos.
- ...-el chico no tenía energías ni para mirarlo, cabeceaba vagamente, sangre goteaba de su rostro y suspiros entrecortados por las gotas de sangre que salían de su boca.
- Ey...-lo llamó el guardia que lo tomaba de los hombros- Despabila...-le indicó golpeando suavemente las mejillas del chico, tratando de mantenerlo despierto- ¿Dónde está el dinero, y quienes son tus aliados?- el muchacho tosió un poco antes de dar leves indicios de hablar.
- Moscu...-jadeó el chico- Rusia...-susurró cansado.
- ¿Cómo carajo llegó el dinero del casino a Rusia?- espetó el otro guardia, mirando a su compañero fastidiado.
- Los demás debieron haberlo llevado...-supuso el otro- ¿Dónde están tus compañeros?- indagó al herido.
- Moscu...-repitió el chico ya casi inconsciente.
- ¿Son cuatro nada más? ¿O hay más chicos involucrados? - el chico asintió débilmente a la primer pregunta, y negó la segunda- ¿Cuales son sus nombres y números?- indagó el guardia.
- No...-negó débilmente el chico de 17 años- No puedo hablar...-susurró- Me lastimaran...-advirtió tembloroso.
- Créeme...-suspiró el guardia que lo tenía sujeto con una ceja alzada- Más daño que el que nosotros podemos causarte no te harán...-aseguró mirando a su compañero un rato- ¿Quienes son?...-advirtió con una mirada frívola.
Horas luego
- El jefe sonreirá al saber que recuperará el dinero que esos ladrones robaron...-sonrió uno de los guardias que había torturado al chico de 17 años.
- Si, aún así... te pasaste un poco Lucius...- dijo el policía opuesto.
- No importa... el ladrón lo merecía....-aseguró el rubio mientras secaba la sangre fresca de su arma. No le había disparado al chico, pero si le había golpeado con la boca de la pistola, manchándola de sangre.
- Ya que...-se resignó el policía opuesto- ¿Cómo haremos para conseguir el dinero de Rusia?- indagó el policía de 59 años.
- Ese no era nuestro trabajo - Corrigió Lucius molesto- Nosotros solo debíamos conocer las identidades de los ladrones y donde estaba el dinero, no buscarlo, eso le toca al FBI, no a nosotros...-dijo el rubio de ojos color plata.
- Ah...-dijo recién entendiendo el hombre de su lado. La charla iba a continuar, cuando el teléfono del hombre mayor sonó. Lucius lo miró.
- ¿Y si contestas?- indagó Lucius con un suspiró.
- Bien...-dijo agotado el hombre, tomando el celular de su bolsillo, contestando. Pasaron unos breves segundos antes de que colgara.
- ¿Y bien?- sonrió con energías el rubio.
- Hay un trío de chicos que han estado robando dinero con estafas y trucos de calle en el Casino Treasure Island, tenemos que pararlos y recuperar el dinero...-dijo cansado el sujeto- Dos juegan, uno revisa el perímetro...-informó el hombre- El vigía es castaño de ojos dorados, los jugadores son castaños oscuro y de ojos color plata y avellana...-dijo acabando su parte.
- Perfecto-dijo entusiasmado el rubio, caminando emocionado hacia dicho Casino.
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- Full...-sonrió ganador un hombre, depositando con calma sus cartas en la mesa, mostrándolas al resto de los jugadores, a lo que Sirius y James se miraron de reojo bajo las gafas de sol. Muchos jugadores de la mesa gruñeron molestos y tiraron sus cartas.
- Ey, ey, ey, ey... ¿Qué haces?.- indagó Sirius al ver que el sujeto "ganador" tomaba las fichas de la apuesta. James le pasaba un 8 de pika por debajo de la mesa.
- Tomo mi premio, ¿No es obvio?- se burló el sujeto.
- No es tuyo hermano...-sonrió Sirius, mostrando una perfecta Escalera de Color. Cinco cartas del mismo palo; Pika.
- ¡MIERDA!- bramó el sujeto dejando las fichas y marchándose furioso, mientras que Sirius reía y guardaba las fichas, para luego retirarse. James lo hizo mucho después, para disimular.
- Bien Sirius, ¿Cuanto ganaste?- indagó Remus a través del micrófono, tomando un refresco en la barra, viendo desde la distancia a sus amigos.
- 238 dólares...- Rió Sirius. Remus sonrió.
- Bien, mesa 14 está libre. Juego nuevo, ya casi empiezan...-Avisó Remus, observando como tres jugadores tomaban asiento en dicha mesa.
- Bien, bien...-asintió James. Remus sonrió mientras sorbía un poco más de su refresco, cuando de repente, un hombre chocó con él, tirando parte de la bebida al suelo.
- Perdón amigo, no fue mi intención...-se disculpó un sujeto rubio con acento ruso. Remus lo miró con cuidado, lo conocía. Pero ¿De Donde?.
- Está bien, de todas formas no quería beber más...-se excusó Lupin, mirando con recelo al sujeto.
El hombre vestía una camisa blanca arremangada hasta los codos, jeans oscuros, y cinturón de cuero. Gafas oscuras ocultaban sus ojos y un sombrero vaquero de blanco mate confundía el largo cabello rubio del hombre de no más de 29 años. Remus lo miró de pies a cabeza. El sujeto no se movía y lo miraba juguetón, jugando con el habano que traía entre los dientes.
- De casualidad ¿No conocerás a un amigo mío? Es de cabellos rizados y ojos oscuros. Suele usar ropa oscura...-sonrió travieso. A Remus no caía en gracia el sujeto, algo malo le parecía que ocurriría si señalaba a Sirius. Era el único que tenía dichas características.
- No, su nombre me sería de mejor ayuda...-sonrió amable. Si el hombre conocía a Sirius realmente lo llamaría por su apodo, no por Sirius.
- Disculpa bombón, pero no paso nombres a desconocidos. ¿Cómo te llamas?- sonrió. Remus entrecerró los ojos.
- Lastima, yo tampoco...-sonrió burlón. El rubio notó que el castaño no era estúpido. El chico sabía que él no conocía al estafador que buscaba. Y tampoco sabría quien era él. No quería llegar al punto de la tortura. Necesitaba más tiempo, su mano ardía.
- Oh...-dijo reflejando travesura en su tono de voz- Descuida, ya lo vi...-le sonrió el rubio. Remus volteo automáticamente hacia Sirius, dando a Lucius lo que quería- Gracias lindura - sonrió el rubio antes de tocar la nariz del castaño y caminar hacia Sirius y James.
- Carajo...-bufó el castaño. Cayó en la trampa más tonta del mundo.
Quiero celebrarlo, como lo celebran ellos en los Juegos de Texas. Doblate, déjame, dale y levanta, niño quédate conmigo...
Habían pasado dos días desde que Remus había entablado una misera conversación con ese vaquero rubio y ya se encontraba más nervioso que cuando se delató él solo. Nuevamente le había indicado donde estaba (esta vez) James. Pero esta vez algo cambió. El sujeto lo besó. ¡EL MUY MALDITO LO BESÓ!. Un hombre los había observado con naturalidad desde su derecha. Y una vez que el rubio dijo: "Te prometo uno mejor la próxima, ahora estoy apresurado" y se marchó, el hombre mirón soltó un silbido coqueto y travieso, ganando la inmediata atención del castaño.
- Ese sujeto te está faroleando desde todos los ángulos...-Rió el hombre antes de acabar su whisky y marcharse del Casino. Remus lo miró perdido, pero un pitido lo distrajo.
- Ey Moony, ¿Dónde carajo está Sirius? Ya van a empezar-gruñó James.
- ¿Qué? ¿No está contigo?- repitió sorprendido.
- No, dah...-bufó Potter.
- Sirius, Sirius ¿Donde estás?- nadie respondió- Mierda, James sal de la mesa, yo buscaré a Sirius...-ordenó Remus, comenzando a caminar en búsqueda de su amigo.
- No, me quedaré y ganaré el juego, tú busca a Sirius- ordenó James.
- James...-regañó Remus.
-Tú busca a Sirius-repitió. Remus aceptó, y sin más se marchó.
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Estaba perdido. Remus llevaba más de dos horas enteras buscando a Sirius. Temía que lo hubiera atrapado un policía. James se las estaba arreglando para ganar, y no le iba nada mal, aún así necesitaba jugar con Sirius. Remus suspiró por enésima vez. Ya harto de tanto revuelo. Estaba dispuesto a preocuparse profundamente cuando una risa familiar sonó detrás de él. Con cuidado, Remus volteó por sobre su hombro, viendo como Sirius salía de un salón de acceso restringido, junto al bailarín ladrón. Ambos se acomodaban las Ropas.
Remus jadeó impacientado. Ambos chicos se besaron antes de separarse, y por más que a Remus le costó salir de su estado de estupefacción se acercó con rapidez a Sirius una vez que el muchacho azabache.
- Hola Padffot, ¿A tiempo como siempre?- le reprochó Remus.
- Ay Moony, no puedes acusarme con la mirada siempre...-acondicionó Sirius, con algo de espanto por la aparición repentina de su amigo.
- Si, porque siempre significa: "Cada vez que te levantas a un chico"...-gruñó- Sirius, James lleva jugando solo dos horas y media. ¿Qué hacías?- bufó.
- Es que Remus...-jadeó protestando- Él es tan... ah~-jadeó excitado. Recordaba al muchacho que acababa de irse. Claro, porque acostarse con un bailarín no era normal para Sirius.
- Sirius...-lo reprochó Remus- te robó...-se cruzó de brazos.
- Si, el alma...-babeó. Remus jadeó irritado. Solo muévete...-ordenó molesto. Tomando de la camisa a su amigo lo sacó del Casino- James, abandona, nos vamos al hotel...-James asintió.
No voy a decirte que te amo, ni a besarte ni a abrazarte, porque voy de farol. No estoy mintiendo, sólo estoy aturdida con mi amor...
En un hotel de primera, repleto de luces, espejos, y lujos, se encontraban los tres mejores estafadores de póquer de la historia. O al menos de Las Vegas. Sirius practicaba con James a realizar nuevas trampas. Y Remus daba vueltas a la frase del aquel hombre: "Ese sujeto te está faroleando desde todos los ángulos". Tenía que saber que era eso. "Ir de Farol". ¿Qué era eso?.
-El farol es una estrategia empleada en diversos juegos de mesa, especialmente reconocida como parte del juego del póquer... -Explicó Sirius con una ceja alzada mientras escogía con cuidado el juego de cartas que le serviría mejor para conseguir un Escalera Real en la siguiente mano contra James- La acción de "Farolear" básicamente, no es más ni menos que mentir, directa o indirectamente, a quienes juegan contra nosotros en una mesa de póquer...-aclaró al confundido Remus, para luego exclamar un efusivo "¡AJÁ!".
- Ya entendí...-sonrió Remus, pensativo. Observó medio ido como Sirius lanzaba su juego hecho a James, presumiendo una valiosa escalera de un diez a un as con cinco cartas del mismo palo. Escalera Real.
- ¿Una...Escalera Real? -indagó James sorprendido. Sirius sonrió altanero- ¿Cuál intercambiaste?- preguntó mostrando su mano de cartas; "Doble Pareja". Dos cartas del mismo valor con otras dos cartas del mismo valor. La mejor doble pareja posible, ases y reyes. La pareja más alta determina el valor de la mano.
- La cuarta carta al momento de tomar del mazo, tomé solté la carta sobre el mazo y tomé doble carta de él para poder mantener el as de corazón, y oculté la carta en mi cabello cuando lo sacudí...-explicó Sirius, dejando la carta oculta entre sus rizos en la mesa, mostrando un 2 de diamante sin valor.
- Oh, ¿Yo debería ocultarla en las mangas? No tengo tus rizos- Dijo James. Sirius le estaba enseñando a realizar buenas trampas infalibles para ganar en el póquer.
- No, es lo que más miran los jugadores, la mayoría es atrapada cuando ocultan las cartas en las mangas, pues es un truco muy gastado en las Vegas...-indicó Sirius- Oculta la carta sobrante en tus zapatos, finge que se te cayó una carta y oculta la irrelevante en tu zapato...-ayudó Sirius.
- Muy bien...-entendió Potter.
- Ey Remus, ¿Para que querías saber que era "Ir De Farol"? ¿Ya te interesa nuestro negocio?- indagó Sirius malicioso.
- No, no es eso...-respondió firme al castaño, consiguiendo un encogimiento desinteresado de hombros de Sirius.
- ¿Porque la pregunta entonces?- Repitió Sirius.
- Un hombre que jugó dos veces con ustedes esta semana me a mandado 14 indirectas románticas, pero un hombre de la barra me aseguró que él solo me estaba "Faroleando"-explicó Remus. Sirius miró de reojo a James.
- ¿Dijiste que alguien compartió mesa en dos ocasiones con nosotros?- Preguntó Sirius dudoso, tornándose serio.
- Si, rubio de ojos color platino- respondió Remus recordando al hombre.
- Maldición - escupió Sirius, despeinándose nervioso.
- ¿Qué pasa? ¿ Ocurre algo malo con eso?- preguntó Remus preocupado.
- Si ese hombre nos echó la mirada durante el juego es unpolicía del casino, probablemente lo hayan mandado a atraparnos por todo el dinero saqueado al casino...-explicó James alterado.
- ¿Un policía?- indagó Remus sorprendido.
- Si, y se te está echando el ojo es para sacarte información de nosotros. Carajo- bufó Sirius.
- Deberán parar de jugar en aquel casino entonces...- Ofreció Remus.
- No, los casinos son como industrias, tienen varios comercios que pertenecen en la industria...-replicó Sirius- Lo que significa que hay casinos que funcionan como cadenas de Casinos, y los únicos casinos que no son VIP es en los que nosotros nos sumergimos. Si dejamos de jugar en ese casino no tendremos otro al cual acudir...-gruñó Sirius desesperado.
- Disfrazaros entonces...-dijo Remus, siendo observado con sorpresa por sus dos amigos- Si los reconocen por su apariencia y por mi, ustedes pueden disfrazarse, y yo tendré que participar en sus juegos... como uno más...-descifró Lupin. Sus amigos sonrieron maliciosos.
Como un pollito en el casino toma asiento ante de que te desgaste
prometo hacerlo, date cuenta de que soy maravillosa...
Muy bien. Los disfraces no funcionaron. Porque el policía Malfoy los había atrapado de igual forma. Solo que no los atrapó como le habría gustado. Encontró a Sirius encerrado en un salón de acceso restringido con Severus Snape en las piernas a medio desvestir. James abrazado a Remus (algo que le peló lo nervios a Lucius) y Remus desanimado por el exceso de alcohol en su sistema.
Lucius dejó a Sirius sin un centavo, pero lo dejó acabar con Severus, quien brindó apoyo al de ojos de tormenta y James. Y tomó a Remus como posesión, con la excusa de que saldaría sus cuentas a cabo de salir con él unos meses. Algo no les salió bien. Pero tampoco les fue tan del asco al final de todo.
Remus acabó encariñado con el policía Lucius Malfoy, quien era viudo y tenía un hijo de 1 mes. James se enamoró de uno de los músicos integrantes de la banda musical de Severus, un tal Tom Riddle. y Sirius era feliz cada noche en compañía de Severus. Un chico, demasiado, travieso.
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