James x Tom (Reto)
"En vez de encontrar a alguien con quien compartir mis gustos, prefiero a alguien que me enseñe cosas que no sabía que me gustaban"
Severus luchaba por no dejar caer su mascara de frialdad ante la escena. Sirius forcejeaba contra los dos mortífagos que lo retenían contra su voluntad, impidiendo que este acudiera en ayuda al cadáver de su hermano menor, Regulus. Remus caía preso del Desmaius que Greyback le lanzó en un breve momento de distracción, y el pequeño Harry lloraba desconcertado sobre el cadáver de su madre inerte, quien lo había protegido del ataque feroz del Lord Voldemort. Junto a Voldemort observaba un muchacho de misterioso aspecto oculto por una túnica de sombras y una máscara de huesos y yeso. James era apresado por los mortífagos ocultos tras máscaras blancas, para que no atacara al Lord, quien se veía acompañado del hombre misterioso y Peter Pettigrew, un Ex-Slytherin retraído y rechazado por todos, y el delator de su ubicación ante ese demente hombre pálido de aspecto reptil.
- ¡No te perdonaré jamás el daño que le causaste a mi familia!- juró James al Lord, quien rió cínico antes de reverenciar al oji-avellana.
- Regresemos, ya no tenemos nada que hacer aquí mis leales mortífagos...- dijo el Lord con una sonrisa villana, dando un movimiento de mano y desapareciendo de la habitación, siendo seguido por el hombre misterioso y Peter (quien se agarró al hombre por temor).
- Agh...-murmuró James apesadumbrado, mirando como Malfoy tomaba al pequeño Harry en brazos y desaparecía- ¡HARRY!- gritó horrorizado, cuando los mortífagos comenzaron a desaparecer, y junto a él, quienes lo retenían se aparecieron en un castillo en penumbras.
- ¿Qué haremos con Potter, mi señor?- indagó Bellatrix, desquiciada. James le gruñó, esa mujer siempre dio miedo.
- Al padre enciérrenlo en una de las celdas, sin comida ni agua...-dijo desinteresado.
- ¿Y al niño. mi señor?- indagó Lucius, apareciendo de repente, con el niño en brazos.
- ¡Harry!- el niño hizo amague de querer ir con él, estirando sus bracitos hacía su persona. El hombre misterioso y Peter posaron junto a Voldemort.
- Llévenlo a mi cuarto, ya iré por él...- el niño de dos años solloza asustado, ese hombre era horrible. James se aterra.
- ¡Maldito idiota! ¡¿Qué le harás a mi hijo?!- Voldemort se marchó del salón, y él fue arrojado a una celda, cuatro pisos por debajo del suelo.
.
.
.
- Mi señor...-reverenció el hombre misterioso. El lord voltea hacia su persona molesto, pero al verlo sonríe considerado.
- Tom, ¿Qué puedo hacer por ti? Eres el más leal y útil de toda la legión...-sonrió orgulloso. Tom Riddle se quita la máscara, mostrando su hermoso rostro de porcelana y ojos color carmín.
- Eh venido a aportar una idea que podría satisfacerlo...-respondió secante. El Lord meneó su cabeza calva curioso.
- Te escucho...-sonrió.
- No tiene que extraer el alma del niño, con solo absorber su magia y dejarlo como un estúpido Squib sirve...-dijo, lo que el Lord apagó su sonrisa.
- ¿Porque no simplemente matarlo?- indagó curioso, ese muchacho Riddle, tenía unas formas particularmente extrañas de dejarlo en blanco.
- Si lo mata no tendrá Cónyuge...-El Lord sonrió burlón.
- ¿Y para que quiero uno? Además, es muy joven...-se mofó. Tom no parpadeó.
- Snape puede hacerlo crecer, y siendo un pobre Squib no tendrá como derrotarlo mi Lord... -dijo simple- A parte, su diversión es más que importante... ¿O no es que hace unas semanas me dijo que tenía necesidades... físicas?- indagó con una ceja arqueada. El Lord lo pensó unos breves segundos, era cierto, si le quitaba la magia este niño no lo vencería, y él obtendría un juguete sexual... No perdía nada con intentarlo.
- ¿Y con el padre que haré?- indagó. Tom era el cerebro del dúo, sin él, Voldemort habría caído muchas veces en trampas complejas que no alcanzaba a descifrar tan bien como Riddle lo hacía.
- Lo convertiré en un fiel soldado de mi escuadrón, no será difícil si se lo sabe tratar, mi Lord...-Voldemort pensó un segundo, si ¿Porque no?.
- Muy bien, aliméntalo, pero no lo sueltes hasta que demuestre obediencia hacia tu persona...- Tom sonrió vagamente.
.
.
.
James gruñía para si mismo en su celda. Encadenado de manos y pies, los grilletes de plomo reprimían su magia y le creaban un fuerte dolor en las articulaciones por el esfuerzo que hacía por mantener sus manos arriba. Dolía, pero más le dolía el no saber que ocurriría con sus amigos, Remus, Sirius, incluso su pequeño Harry. No sabía ni donde estaban... ayúdenlos.
El eco de unas pisadas lo alertó, pero por el cansancio y la sensación de sofoco que lo presionaba en esa celda le impedían reaccionar. El eco se detuvo, y la sombra de una persona se estira hacia él, pero James no alza la mirada. El tintineo de las llaves abriendo la celda arrejada no hace efecto en él, no podía escapar estando encadenado a la pared. El hombre se acerca a él con sigilo y cautela, y Potter suspira.
- No voy a hacerte nada, tampoco es como si pudiera intentarlo al menos...-murmuró virando los ojos con fastidio. El hombre pareció tomar rápida confianza, pues se acercó con naturalidad y dejó frente a James un plato- ¿Qué...? ¿Y esto?- indagó frío, alzando su mirada al fin. Riddle.
- ¿Sorprendido Potter? No deberías...- rió levemente el muchacho de ojos carmín. Se hincó frente al castaño- Tú mismo lo afirmaste, que yo era un ciervo de las penumbras...-sonrió amargamente- "Una rata corrupta que se unió a las desgracias de la epidemia actual", hablando de tus palabras justas...-sonrió, acariciando con amargura el cabello grasoso del miope, quien aún gruñía enojado.
- Eres un imbécil...-Tom asintió con seriedad.
- Si, me lo dejé en claro a mi mismo muchas veces, al menos la cantidad de meses que pasé lejos de ti por esa estupidez...-murmuró enojado. James gruñó de lado.
- Sabías que Zabini quería algo contigo, y tú cediste a su maldita seducción...-gruñó resentido. Tom lo miró furioso.
- ¡Te dije que me mantuvo bajo los efectos de la Amortentia...!- se excusó molesto. James bufó.
- Si, claro...-Gimió burlón- Además me vas a decir que te lanzó un "Imperio", no me jodas con esa Riddle...-gruñó el oji-avellana- Tú y yo sabemos que no eres capaz ni por un poco de caer en un truco para niños como lo es la Amortentia...-impuso lógica el miope. Tom se hizo hacia atrás frustrado. Sentándose frente a Potter.
- Escucha hijo de...-apretó los puños enojado, respirando para relajarse- Escucha...-sentenció frío- Pienso cuidarte por el resto del tiempo que me sea permitido, y trataré de que en el que no también...-dijo serio, a lo que James arqueó una ceja- No, no... cambia esa cara- James gimoteó- Si, sabes que no me gusta...-dijo. James cambió a inexpresivo.
- ¿Tú, cuidarme? Gracioso que quieras hacerlo ahora...-discutió James, consiguiendo que Tom rogara paciencia y misericordia.
- Mira, sé que perdí tu confianza antes, y que no la tengo ahora...-James se mofó- Pero trato de recuperarla, piensa solo un segundo, si te unieras al lado "Oscuro" ¿No sería mucho más sencillo evitar ataques?...- James mostró su desacuerdo.
- Si estoy de un lado o el otro es lo mismo, si voy con ustedes y su líder maníaco me atacaran nos Aurores, y si me voy con los policías mágicos inútiles me atacara tu familia desquiciada, al caso es lo mismo Riddle...-murmuró James molesto, desviando su mirada cansado. Apoyando su mentón en su antebrazo.
- ...- Tom miró el suelo unos segundos- Ey...- James lo miró con vagancia- Te amé antes, y lo sigo haciendo ahora...-dijo con una mirada suave, una mirada que James extrañó durante cuatro años- Solo quiero decirte, que vengas conmigo...-pidió con una tenue sonrisa tímida. James suspiró, manteniendo el silencio- Tú, tu hijo, podemos protegerte de tus enemigos mejor de lo que los Aurores pueden prometerlo, sabes que ellos jamás cumplen...-James suspiró- Pero nosotros si...-James desvió la mirada- Por favor, James...-pidió.
- No puedo, ni siquiera sé que le pasó a mi hijo, que le hicieron, donde está... No sé siquiera si ya lo han matado...-lagrimeó James. Tom apaciguó su mirada herida a una de pena- Quiero verlo, abrazarlo... siento que lo único que tenía se fue, y temo por lo que vayan a hacerle...- Tom no quiso hablar. El trato con el Lord.
- ...- suspiró- Solo baja la cabeza, y prometo llevarte con tu hijo...- James lo miró débil- Si prometes lealtad te dejarán vivir con calma... con toda la que pueda darte esta guerra..-James rió sin gracia.
- No gracias, primero muerto a jurar lealtad al maniático de Voldemort...-Tom negó.
- Es mucho más fácil que eso, solo debes prometer lealtad a mi persona, y todos los mortífagos te cuidaran con su vida...-aseguró Tom, a lo que James lo escudriñó con la mirada un momento- Lo prometo, y tal vez, solo si tú lo quieres... podamos retomar... Lo de hace años...- James lo vio. Rogaba, ese hombre de ojos carmín rogaba con la mirada.
.
.
.
- ¡AHHHHHHHH~!- un hombre se retorcía adolorido, víctima del Crucio letal que Riddle lanzaba.
- Repito por última vez la pregunta, ¿Donde está Bartemius? Del Ministerio, ¿Donde está?- indagó serio al hombre jadeante, quien gruñó contra él- Créeme, no te conviene mantener la boca cerrada, no ahora...- el hombre no contestó, y a modo de respuesta, Tom, apunta su varita hacia la esposa del hombre, quien lloraba asustada.
- ¡NO LE HAGAS DAÑO!- Rogó el hombre asustado. Tom suspiró antes de apuntarle al hombre, nuevamente- Hablaré...-jadeó desesperado.
- Te escucho...- dijo severo. El hombre suspiró, tomando aire.
- Se encuentra en Francia, en un hotel rebajado en el subsuelo de París... Es todo lo que sé, no sé como llegar, ni en que lugar en específico está, solo sé que se oculta bajo la ciudad...-jadeó asustado el hombre, tratando de satisfacer a Riddle.
- Igual que una rata de alcantarilla...-murmuró Tom pensativo.
- Es todo, lo juro...- Tom lo miró bajo la máscara unos segundos.
- Te creo...-dijo Tom, a lo que el hombre sonrió aliviado- Pero no salva tu vida...-su sonrisa se apagó- Mátalo...-dijo Tom, dando media vuelta, y lanzando un hechizo asesino a la mujer.
- Si, amor mío...-respondió James, apareciendo de entre las penumbras, alzando su varita, y atacando ferozmente al hombre.
- ¿Te sientes bien con esto?- indagó Tom, sentado en un sillón individual del salón, viendo a Potter mirar pensativo el cadáver del hombre.
- ¿Mh?- murmuró el miope.
- ¿Aún te sientes raro matando por complacer?- James caminó hacia él vacilante.
- No, ya no... de hecho...-vaciló, parado frente al de ojos carmín. Tom lo tomó de la muñeca, y con cuidado lo hizo sentar en su regazo.
- ¿De hecho...?- indagó curioso, quitándose la máscara..
- Gracias a ti fue que lo supe... Sin ti no me habría dado cuenta de que era esto lo que me gustaba...-Tom alzó una ceja, perdido- Son las personas que nos enseñan cosas desconocidas para nosotros las que valen la pena, no aquellas que igualan nuestro conocimiento...-vagó James.
- "En vez de encontrar a alguien con quien compartir mis gustos, prefiero a alguien que me enseñe cosas que no sabía que me gustaban"- recitó Tom vacilante- Si...- sonrió melancólico- Recuerdo cuando el Director Dumbledore nos decía eso cuando nos peleábamos...-rió, contagiando a James.
- Si, es una pena que lo haya matado Harry...-dijo sonriente. Tom sonrió.
- Es un orgullo, el tuyo, el del Lord, incluso me atrevo a decir que el de Malfoy...-rió.
- ¡¿Ese estirado?!- rieron ambos.
- Pero quien más orgullo siente, soy yo...-dijo sonriente- Sin él, nada de esto habría pasado, yo podría haberte visto de nuevo, ni estaríamos así tú y yo...-James sonrió menguante, antes de inclinarse y besar suavemente al mortífago.
- Si, Harry fue la mayor bendición que se le otorgo al bando del Diablo... ¿No lo crees?- indagó James con sueño.
- Mejor regresamos a Voldemort Manor, ¿Si?- James asintió medio adormilado- Jaja, eras único, y por eso te amo...-comentó antes de desaparecer de la casa en Rusia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro