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James x Sirius x Remus

"Cuando los Merodeadores se aburren"

Sirius y Remus estaban discutiendo (Como de costumbre) porque el mayor le había jugado otra mala broma a Severus en la sala común vacía. Sirius le restaba importancia a las graves heridas que le había provocado al azabache, pero eso solo incitaba más la furia de Remus a crecer y crecer. Peter los observaba con cierto deje de aburrimiento, y de vez en cuando saltaba a defender a Sirius.

- ¡SI!- de repente la puerta se abrió con la ayuda de la patada que el miope le dio.

- ¡PRONGS!- Sirius se levantó de su asiento y se dirigió hacía él con una enorme sonrisa, agradeciendo mentalmente al mencionado su llegada, pues Remus ya se había levantado de su asiento, y eso, era signo de ¡alerta!.

- ¡PADFFOT!- ambos se abrazaron como si no se hubiesen visto en mucho tiempo, a lo que Remus viró los ojos- ¡Tengo algo importante que contaros!- exclamó, permitiendo que el azabache (mucho más alto que él) se sentara en el sillón carmín de la sala común, para luego sentarse sin previo aviso en las piernas de este.

- Dinos, que seguro será más interesante que lo de hace un rato...-dijo Peter, acomodándose sobre el respaldar del sillón donde estaban sentados uno sobre otro ambos merodeadores. Remus se resignó a escuchar, era lo más conveniente.

- ¡HOY ES LA TARDE MÁS FELIZ DE MI VIDA!- gritó con los brazos hacía el techo. Sirius rió, y Remus negó con la cabeza por el escandalo- Hoy, caballeros de mi vida...-dramaticó- ... cumplí mi mayor deseo...- dijo orgulloso, con una mano en el corazón.

- ¿Te acostaste con Snape?- Dijo Remus con una ceja arqueada. Peter estalló en risas, y Sirius a penas y pudo morderse la lengua para no reaccionar igual que la rata.

- Me acostaré contigo si no te callas...-amenazó el Miope.

- Venga, inténtalo, yo no tengo drama...-lo retó Remus, con una osadía que ninguno de los tres Merodeadores le había visto nunca en la mirada.

- ¿Qué pasó James?- dijo Peter, con más curiosidad por lo que el miope había echo que por ver si este tenía las agallas para cumplir su amenaza contra el licáno.

- ...- James todavía miraba a Remus de forma fija, y no era el único, Sirius también lo miraba, y el castaño solo se limitaba a mantener la sonrisa ladina contra ellos. El único que no estaba mirando a Remus era Peter, quién esperaba con ansias porque el castaño hablara- Si...-dijo vacilante, apartando a duras penas la mirada de la dorada- Les decía...-dijo con su renovada energía- ¡HOY AL FIN ME ACOSTÉ CON..!-

- Con Snape...-repitió Remus, a lo que recibió un cojín en la cara de aprte de James- De acuerdo, con Malfoy...- James lo miró espantado- ¿Qué? Ni que estuviera tan mal...-dijo con un encogimiento de hombros. No era ningún secreto que los cuatro Merodeadores fuesen homosexuales, era bien sabido por todos aquello. Aunque Sirius, de echo, era bisexual, la lista de mujeres era más extensa que la de varones con los que se había acostado.

- Nunca...-siseó Sirius- Nunca jamás en la vida...-advirtió con la cara ensombresida- ... digas que Malfoy está bueno...-gruñó, casi reteniendo un ladrido de cólera.

- ¿El perrito está celoso?- burló James.

- Si quieres que te sea sincero.... si...- su mirada tormenta no se apartaba de la del licáno. peter miró su reloj de muñeca antes de correr hacía afuera de la sala común, gritando un; "Me tengo que ir con Frank" antes de perderse entre los pasillos.

- ¿Celoso de qué...con exactitud?- le miró Remus, curioso como siempre.

- ¡De que digas de que él está más bueno que yo! ¡A ÉL LO ELOGIAS Y A MI NO! ¡No se vale!- gritó como niño pequeño, cruzandose de brazos mirando hacía otro lado. James y Remus se mriaron confundidos, hasta que finalmente sonrieron traviesos.

- Oh vamos Pad...-dijo James, levantándose de las piernas de su amigo, para luego agachar su torso hacía su amigo- No hace falta que te digamos algo que ya sabes...-dijo picando juguetón la mejilla del moreno.

- Constantemente te lo dicen otras personas, ¿De que vale que lo digámos nosotros?- sonrió Remus, apoyando su mano en la pierna, del aún enojado, Sirius.

- Venga, no te enojes ¿Si?- le miró James, jalando lentamente de la túnica del mayor, quitándola con cuidado, mientras que Remus desabrochaba el cinturón del azabache.

- Después de todo siempre obtienes lo que quieres...-dijo Remus. El azabache aún no los miraba, pero su ceño fruncido disminuyó al sentir los toques de sus amigos- Ya sería raro que no ocurriera hoy...-sonrió el castaño, bajando la cremallera del jean de Black.

Sirius lo miró de reojo, para luego desviar su mirada con un pestañeo hacía James, quién parecía muy absorto en el trabajo quitarle la camisa con travesura, pues de vez en cuando le daba unos vagos besos en el cuello. Sirius comenzó a aflojar su cruce de brazos. Sin duda sus amigos sabían como sacarlo del enojo.

- ¿Ya está...?- sonrió Remus, lamiendo a lo largo el muslo descubierto de su amigo, mientras que el otro suspiraba por el tacto suave de la lengua de su colega.

Sirius deshizo por completo su cruce de brazos, para apoyar una mano sobre los cabellos de cada uno de sus amigos. James lamía su vientre, mientras que Remus mordía con glotonería la blanca piel de Black. A este poco parecía importarle el sentirse tocado en plena sala, todos los alumnos estaban en Hosmedage, ni siquiera Flitch estaba en Hogwarts, ¿Qué mejor que eso, eh?.

Remus se deshizo de todo rastro de ropa en el cuerpo del mayor, y James se encargaba de hacer lo mismo sobre Remus. El castaño ya había robado a Sirius ni bien vio que James le había despojado de su ropa interior. James se quejó al ver que Remus se reusaba a ser el penetrado esa vez, y solo asintió de mala gana y se limitó a sentarse a un lado de Sirius, mientras sentía como se le cortaba la respiración por la excitación que Remus le provocaba al apretar ambas erecciones. Remus sabía que sería penetrado por Sirius, de los tres Sirius era el que siempre permanecía como el dominante, ya después los puestos variaban entre James y Remus.

Sirius jadeaba al sentir la presión que el castaño ejercía sobre su miembro y al sentir la lengua traviesa de James recorrer su cuerpo junto a sus manos. Desesperado, se movió de tal forma que obligó a Remus a caer directo sobre su miembro, penetrándolo de forma tosca. Remus gimió, más adolorido que excitado, el ardor era irritante, pero bien era paciente con él James gimoteó el no tener atención, por lo que Sirius estiró su mano hasta darle un fuerte apretón inesperado al miembro nesecitado de James.

James gemía al sentirse masturbado con tanta violencia, mientras que Remus mordía el cuello de Sirius con la misma fuerza que este le embestía.. James gimió por accidente el nombre de Remus, haciendo que este saliera de encima de Sirius, quién se quejó porun leve momento. 

James sintió que Sirius dejó de masturbarlo, a lo que se quejó con un sonoro "desgraciado", antes de ser tumbado en el sillón por Remus, quién rápidamente le sonrió maligno, asustando a James. James gritó al sentir como Remus entró d euna sola estocada en él. De los tres, Remus fue el más consciderado. Empezó a moverse de forma lenta, haciendo que James se acostumbrar más rápido, Sirius aún no se había corrido y al ver a Remus tan expuesto no se pudo resistir, y tomándolo desprevenido lo tomó de las caderas y lo embistió, haciendo que por la gravedad Remus empujara más fuerte sobre James. Ambos sukes gimieron de forma entrecortada por la sorpresa.

Por cada embestida que Sirius le daba a Remus él se la daba a James. La sensación de adrenalina recorría cada uno de sus cuerpos. Sirius aguantaba sus propios gemidos, mordiendo el homoplato de Remus para callarlos. A Remus y a James les costaba un poco más el hacerlo. Por cada embestida que se daba un gemido más ronco salia de ambas gargantas. Un sonoro gemido se escuchó al llegar el orgasmo de los tres Merodeadores.

Remus salió lentamente del interior de James, qién sintió un escalofrío ante la textura saliendo de su interior, pero Sirius no salió de Remus, pues apezar de que ya había acabado dentro de él, él quería venganza por todos los insultos que el castaño le había lanzado cuando bromeó con Snape. Por lo tanto, Sirius se echó para atrás, tomando de la cadera a Remsu, para luego hacerlo sentar sobre su miembro nuevamente, para volver a embestirlo, con mayor fuerza, ahciendo que Remus no pueda retener los gemidos desesperados que se le escurrían d elos labios.

James solo los miraba, pues no tenía energías suficientes como para participar de una segunda ronda. Sirius le embestía con fuerza, y Remus arañaba con brutalidad la piel suave de los antebrazos que lo sujetaban, Sirius no sentía el dolor, estaba más concentrado en la sensación de la excitación que en el daño que le hacía su amigo, quién estaba bajo presa de la excitación, al igual que él. Ambos gimieron al sentir el orgasmo explotar dentro y fuera de ellos.

Si, sin duda alguna, cuando un Merodeador se enoja, hay que mantenerse alejado, peus nunca se sabe si tendrás que seducirlo o si él te tomará por gusto propio.

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