James x Lucius / Sirius x Regulus
"Batalla de Guitarras"
Sirius y James eran conocidos en las peleas callejeras por tener talento en lo que hacían. Todo aquel que retara a ambos leones era acabado en un solo instante, dejándolo como otra víctima de su "Esplendor", como ellos le llamaban. Campeones en verdad, chicos problemáticos también, pero esto no hacía más que sino llamar más la atención del publico que les iba a ver cuando se acercaba una batalla. Porque los leones no competían en cualquier pelea callejera, no es que las físicas se les diera mal, sino que no eran de sus preferencias. Digamos que lo que más les atraía era la música. Por ello competían en batallas de música callejera.
Sirius Orion Black, mejor conocido en las calles como Canuto o Padfoot, al caso es lo mismo, el nombre ejerce el mismo respeto. Un guitarrista con un talento envidiable, casi inalcanzable, inestable, y fácil de adorar. De larga melena ondulada, usualmente enroscada en un rodete a un costado de su cabeza, dejado a varios mechones largos escapar, y unos ojos grises, que vistos de cerca dan la impresión de una tormenta eléctrica, contrastando con su morena piel. Un muchacho de 18 años. La magia no existía, pero cuando este tocaba junto a James, parecía existir.
James Charlus Potter, más llamado Prongs o Cornamenta, pues la cantidad de chicas con las que se había acostado lo hacía ver como si hubiese tenido harem de 87 personas, variando entre el género masculino y femenino. Al caso le daba lo mismo. Un chico con talento inhumano por la batería, y un cabello sedoso y oscuro como la madera de un roble fresco, sus ojos de un inusual tono ambarino lo hace un imán para las chicas o muchachos con gustos exigentes, y piel suavemente morena lo hacía resaltar entre los "bandidos" de las calles. Un simple chico de 18 años con aspiración por el talento y la fama musical.
(NT: Los dibujos que subo... de este tipo... los hago yo... así que traten de no insultarlos mucho... soy de alma frágil XD)
Eran las 12 de la noche, día domingo, familias dormían para despertar al día siguiente y así ir a sus respectivos trabajos, o para acompañar a sus hijos a sus escuelas o jardines. Este no era el caso en los barrios bajos. En un callejón de enorme tamaño, iluminado por múltiples y potentes reflectores de variados colores fríos, desde el verde, azul, blanco hasta el magenta. Una masa de gente achicando el lugar, gritando y haciendo hinchada para las bandas que competirían dejaban espacio para que el dúo de los Leones, conocidos en las callejuelas como "Los Merodeadores"; Prongs y Canuto.
Los Merodeadores, por no decir James y Sirius, estaban ansiosos, pues decían que hoy tendrían una competencia nueva, y no con cualquier dúo, o tercio de la zona, no, decían sus fans que se habían inscrito un par de adinerados para joderlos nada más. Muchos pensaban que era una broma, y que se presentaría una banda cualquiera, pero la banda retadora, apodada "Los Mortífagos", habían apostado algo por lo que James y Sirius morirían si perdían.
Ya no había que esperar más por que callaran sus voces mentales que los atormentaban. En el vago escenario donde competirían, una plataforma circular de madera oscura, donde se posicionaban dos baterías, una enfrentada a la otra, y dos micrófonos, que servían para amplificar la onda sonora de las guitarras o bajos al momento de lucirse. El presentador de la competencia, un simple barman de 48 años, subió al escenario improvisado de cada domingo y tomó uno de los micrófonos ya acomodados para los "concursantes" y comenzó a silenciar a los presentes, dispuesto a comenzar con la batalla de bandas.
- ¡Atención!- exclamó sobre el micrófono, consiguiendo que todos los presentes se callaran de una sola vez- Bien...-suspiró con voz más suave- Hoy, volveremos a presenciar otra derrota provocada por los más grandes musicalistas de estos barrios; ¡"Los Merodeadores"!- con una mano señaló hacía un costado, donde los aludidos subieron con unas enormes sonrisas presumidas y creídas, creyendo que por más dinero que tuvieran sus contrincantes no podrían vencerlos- Y, como ingenuos contrincantes, sus retadores; ¡"Los Mortífagos"!- mencionó, señalando con su otra mano hacía el lado contrario por donde subieron los leones.
Sirius y James sintieron como sus quijadas caían al suelo de un golpe seco. Estaban seguros de que no competirían con humanos, sino con la belleza misma. Quizás y los mechones verdes que adornaban los cabellos claros y morenos de sus retadores eran lo que los encandilaba, o tal vez aquella aura que exigía respeto, o quizás los portes de elegancia que llevaban bien puestas sus mudas de ropa, muy similares a las de un rapero, claro que con jean's ajustados en vez de holgados.
- ¡La noche de hoy es especial caballeros!- exclamó el barman- ¡Hoy el premio por el vencimiento del contrario no solo es el usual precio de 12.000 euros, sino que también están en juego las guitarras y baquetas del perdedor!- Sirius apretó con coraje el mástil de su guitarra, mucho le había costado conseguirla como para perderla contra un par de adinerados que podían conseguir cuantas quisieran sin sudar. La mancha enorme de gente vociferó ante aquella apuesta, emocionada por ver quien obtendría el premio, aunque la mayoría pensaba que lo serían Los Merodeadores, como siempre, algunos tenían más confianza en los nuevos.
- Mi nombre es James...- saludó serio, tendiendo la mano al baterista rubio, quien le miró la mano enguantada con cuero rojizo antes de tomarla con algo de vacilación.
- Lucius...- respondió con una sonrisa socarrona, podía notar a kilómetros que el menor temía perder su guitarra, aún así, podía ver que no temía perder, sino que le temía a las consecuencias.
- ¿Malfoy?- indagó el de lentes de contacto.
- Si...- respondió sin soltar la mano del menor, poniendo tensos a los fans- Y me figuro que tú eres el "tan" conocido "Prongs", ¿O no es así?- intuyó, dando un leve apretón a la mano del moreno antes de soltarla.
- Si...-fue la seca respuesta de James. El rubio lo atraía, pero no por eso iba a perder como tonto.
- Sirius...-se presentó el mayor, extendiendo la mano al menor, quién suponía que era el guitarrista que le haría frente. Rió internamente ante aquel pensamiento, el pequeño no le llegaba ni a los talones.
- ...- El menor miró su mano de forma despectiva, antes de mirarlo a él nuevamente- Regulus...-respondió frío, acercando su mano lentamente a la de Sirius, quién ansioso por tocar las manos del más bajo la acercó de golpe, pero Regulus tenía otros planes. Antes de que la mano de Sirius tocara la de Regulus este la apartó con una sonrisa de burla- Caíste...-susurró burló. Sirius realmente estaba perplejo, y no sabía si enojarse por la broma o reír por lo astuto del chico.
- Quiero figurarme de que al menos tu nombre es "Regulus"...-indagó con una sonrisa coqueta.
- Si, eso si era verdad...-sonrió levemente, antes de tomar su guitarra y descolgarla de su espalda para así ponerla frente a su pecho- Suerte... porque esa guitarra está muy linda...- dijo burlón, echando una mirada aterradora a la guitarra que Sirius traía entre sus manos, quién apretó el objeto al oírlo.
- no ... suerte tú...-susurró sonriente. Tenía la mera esperanza de que ganarían, junto a James.
- ¡Preparaos! ¡Iros a vuestros lugares!- anunció el barman. Las bandas obedecieron, y en cuestión de minutos ya se encontraba los bateristas con las baquetas levantadas, y ambos guitarristas mirándose retadores frente a los micrófonos- ¡¿Listos?!- las bandas se gruñeron entre si- ¡¿Preparados?!- anunció con la mano extendida- ¡Comiencen!- Sirius sonrió socarrón antes de realizar el primer acorde.
https://youtu.be/g-LlKKCzCyY
James/Sirius: (0:00 a 0:32)
Lucius/Regulus: (0:33 a 0:45) (A las 0:47 se le suma Sirius, haciéndole contraria)
James/Sirius: (1:20 a 1:49)
Lucius/Regulus: (1:50 a 2:20)
James sintió como su quijada caía al suelo por segunda vez al oír al menor de Los Mortífagos dominar la guitarra. Sirius detuvo sus acordes para mirarlo.
Lucius/Regulus: ( 2:21 a 2:28) (A las 2:29 se suma Sirius, recuperado del asombro)
James/Sirius: (2:38 a 2:58)
Lucius/Regulus: ( 2:59 a 3:11)
- Bu-bueno...-titubeó el barman. La multitud estaba callada, en shock- Los ganadores... ¡"Los Mortífagos"!- Sirius estaba paralizado... no por el echo de que perdió, sino porque un crío le había ganado. Sin ser consciente de cuando ocurrió, vio como Regulus aceptaba vacilante su guitarra, la cual le había quitado el barman para dársela al guitarrista ganador, quién la tomó con inquietud. James entregó cabizbajo las baquetas al serio rubio, quién parecía debatirse entre tomarlas y decir algo o tomarlas en silencio. Notoriamente optó por la segunda.
- Bien hecho muchachos...-los felicitó el barman, mientras les entregaba los 12.000 euros en efectivo directo a sus manos. Lucius lo tomó, pero de forma inconsciente, pues su mirada plateada y la de su compañero estaban más pendientes de los cuerpos de sus contrincantes marchándose, entre la multitud que los miraba con algo semejante a la pena o lastima, aún así, los leones se mostraban con la frente en alto y el orgullo al frente.
- Si, si, gracias...-dijeron descuidados, tomando sus cosas y huyendo hacía los leones, quienes ya habían salido del callejón. La multitud y el barman se quedaron de piedra, y totalmente confundidos por esa reacción, pero sin importarles mucho se dedicaron a seguir con sus respectivas actividades, o simplemente se marcharon a sus hogares a dormir.
- ¡Oigan, esperen!- llamó Regulus. Sirius fue él primero en oírlo, pues tocó el hombro de James para que este parara y se volteara junto a él. Al hacerlo se encontraron con los agitados reptiles frente a ellos.
- ¿Qué quieren? ¿Ganar no es suficiente?- dijo James con notorio desgano, pero eficaz molestia.
- De echo no...- le cortó Lucius, haciendo que James bufara a modo de "Ya lo sabía"- Esto es suyo...-dijo tendiéndole las baquetas a James, quién las miró en las manos del rubio, para luego negar con la cabeza.
- No tío, tú ganaste... tú te las quedas... puedo conseguir otras así de fácil...-respondió con una mueca en su rostro que no decía lo mismo.
- No me la creo...-dijo Lucius con una mano en la cadera.
- Toma...-dijo Regulus a Sirius, tendiéndole la guitarra con calma, pero este respondió lo mismo que James- Venga, no me hagas caer de rodillas...-rezongó.
- Si no quieres hacerlo solo consérvela, no tengo problema...-dijo haciendo una mueca que lo acusaba de mentir.
- Chico terco...-dijo Lucius a James. Los Mortífagos miraron fijamente a los merodeadores.
- Chico tonto...-espetó Regulus a Sirius. Los Merodeadores se miraron sin entender, peor al regresar cada uno sus rostros hacía los contrarios se encontraron aprisionados por los labios de los distintos Mortífagos.
- Que sea la última vez que os vemos vagando a estas horas de la noche con esos instrumentos...-amenazó Lucius mientras se apartaba de James, para luego subir a la moto que estaba en la esquina en donde estaban parados, dando a ver que era suya. Regulus sonrió travieso a Sirius antes de subir detrás de Lucius. La moto arrancó y sin más se perdieron en el horizonte, lejos de las vistas atónitas de los leones.
- Qué... belleza...-susurró Sirius, aún delirando con la textura suave de los labios del menor.
- Tío... ese chico está guapísimo...-sonrió James, mirando a Sirius antes de echarse a reír.
- ¿De que te ríes?- le guiñó el ojo.
- A: estás babeando...-Sirius se limpió el hilo de saliva que se le estaba escapando- B: tu guitarra está en el suelo...-Sirius se sorprendió al ver que el menor le había dejado la guitarra- y C: te quitó tu billetera...-carcajeó al ver el bolsillo del jean de su compañero dado vuelta. Sirius pegó un insulto por eso.
- Al menos yo no tengo las baquetas en el trasero...-refutó Sirius, viendo como las baquetas salían de la parte trasera del jean de su amigo.
- ¡PERVERTIDO DE MIERDA!- Gritó James a la dirección por donde se marcharon sus vencedores, aún sabiendo que no lo escucharían. Sabía que se volverían a ver... no sabía como... pero estaba seguro de que ocurriría.
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