James (padre) x Harry
Harry corría como su cuerpo se lo permitía, realmente no lo podía creer. Dumbledore le había citado en su despacho hacía ya 15 minutos, ¡Y llegaba tarde!. ¡¿Cómo se le ocurría?! ¿Llegar tarde a una reunión con el director? Era toda una imprudencia. Harry se esforzaba por llegar al despacho, cuando de repente un hombre chocó con él, haciendo que casi caiga al suelo.
- Lo siento...-se disculpó el hombre, acomodando sus lentes y sacudiendo su ropa, mientras que Harry hacía lo mismo.
- No, está bien, llevaba prisa...-se excusó retomando su corrida, notando como el hombre le seguía- ¿Algún problema?- intuyó sin parar de correr, esquivando a dos Ravenclaw's de 3er año.
- No, ninguno, pero Dumbledore me llamó, y si no me presento me hará pedazos...-dijo el hombre, jadeando y saltando a la Sra. Norris, quién pegó un maullido de horror- Esa gata fea sigue con vida, menudo caso fantasma...-burló, mirando hacía atrás, para ver que la gata quedó prendía de la pierna de una alumna de Hufflepuff.
- Si, es la mascota del conserje, uno muy malhumorado y...-
- y muy feo... si, Le conozco...-rió el mayor. Harry no sabía si eran alucinaciones suyas o era que realmente ese hombre era calcado a su imagen, o él a la imagen de ese hombre.
- ¿Porque le citó Dumbledore?- preguntó, doblando en una esquina cerrada- ¡Cuidado Malfoy!- el rubio se tiró hacía un costado, como si atajara un balón muggle, esquivando al Potter.
- ¡Ten más cuidado San Potter! ¡Estúpido Gryffindor!- le reprochó mientras era ayudado por Cedric a levantarse.
- ¡Lo siento, suelo pisar a los hurones!- rió Harry, corriendo en reversa para mirar al rubio, quién estuvo al borde de seguirlo de no ser porque Cedric le cogió de la cintura antes de que comenzara a correr.
- jajaja...-carcajeaba el mayor- ¡¿Ese crío mimado es hijo de Malfoy?!- rió, a lo que Harry volvió a correr con su mirada hacía el frente- Como se nota su porte de creído...-reía- sin duda es calcado a su padre...-reía.
- Sin duda, eso porque usted no a tenido la descortesía de enfrentarse a batalla con él...- James rió irónico, pero claro que él se había enfrentado al padre de la serpiente tamaño kinder. Lo había enfrenado mil y un veces por jugarle bromas a Severus.
- No tienes ni idea chico...-rió, llegando finalmente hasta donde la gárgola estaba situada.
- Caramelo Ácido con azúcar...-resitó Harry, viendo como la gárgola se movía.
- Esa contraseña no tiene sentido, la anterior era mejor...-rió el mayor, dando un leve ademán de mano para que el alumno pasara primero.
- Gracias...-dijo, pasando. Ambos se dejaron caer en la flojera y permitieron que las escaleras los llevaran al despacho. Con un leve toque la puerta se abrió, dando a ver al anciano Dumbledore sentado junto a su mascota inusual.
- Buenas tardes Potter's...-los dos aludidos se miraron incomprendidos.
- Disculpe, yo soy Potter, Albus...-dijo James, señalándose solo.
- Perdón, pero yo soy Potter, señor...-dijo al unisono, imitando la acción de James al mismo tiempo.
- Ambos lo son...-rió el anciano al ver la sincronización que ambos tenían.
- No entiendo...-dijeron ambos.
- Siéntense, tomen asiento...-ofreció caramelos a los ya sentados Potter's, pero estos los rechazaron- Bien, no tengo mucho tiempo, y como ya sabrán Voldemort está en acción en Bulgaria, debo ir allí, por eso mismo me encargaré de hacer esto lo más breve posible...- padre se hijo se miraron sin entender.
- ¿Tardará mucho?- dijeron sincronizados, mirándose sorprendidos por ese echo.
- No...-rió Albus- James Charlus Potter, mi viejo estudiante de Gryffindor...-el aludido se enderezó orgulloso- El más desastroso de toda mi casa, a decir verdad...-James lo miró indignado, mientras que Harry reía- Padre y víctima de un ataque mortal que lo dejó viudo- al mayor no pareció importarle ese echo, pues se encogió de hombros.
- No me quejo...-dijo serio.
- Harry James Potter...-el mayor comenzó ah armar el rompecabezas poco a poco- futuro Héroe mágico y líder a seguir en la casa Gryffindor, sin duda un caso muy diferente a relación con su padre...-echó una rápida mirada hacía James, quién ya solo debía atar ese último echo al telar de hipótesis antes de exclamar aterrado.
- ¡¿Qué trata de decir Albus?!- exclamó horrorizado, si el chico de 6to año que le había cautivado por su belleza era su hijo estaba seguro de que se aventaría él sólito a las fauces del Gran Calamar.
- Director, ¿No soy hijo de este hombre, o si?- tembló Harry. Ser hijo de un sujeto de alto atractivo podía tirarle abajo todas las defensas. O mejor dicho, ya lo hizo.
- Si Harry, pero las explicaciones os las diré al regresar, no puedo retrasarme ni un solo segundo más, lo lamento en verdad...-se excusó el anciano, tomando un abrigo- Al regresar se los explicaré todo, en serio...-prometió, tomando camino hacía al puerta- Ah, Harry, lleva a tu padre al cuarto de la mazmorra norte... Comparte cuarto con él, si me haces el favor, no quiero que no se conozcan, se que se harán preguntas así que...-abrió la puerta- Adiós...-dicho esto se fue corriendo, dejando en la sala a dos Potter muy confundidos, a uno colérico, y a otro desilusionado.
- Harry...-mencionó el mayor, pero el menor solo se levantó enojado de su asiento.
- Vamos...-soltó cortante, empezando a caminar hacía la puerta. Todo el camino en dirección a la mazmorra ya mencionada por Albus fue en pleno silencio. Harry daba largas sancadas, haciendo que su padre debiera trotar de vez en cuando.
- Harry...-trató de explicarse, pero su hijo solo abrió la puerta del cuarto que les correspondía y pasó de largo hacía el interior, siendo seguido por su padre- Oye...-le llamó, pero Harry solo se encerró en el baño, dejando a su padre afuera de él, con las palabras en la boca y un dedo alzado- Quieres tiempo... de acuerdo, luego de la cena hablaré contigo...-prometió. Pues conocía que cuando un Potter se ponía de terco no había forma de hacerlo sentir de forma contraria.
.
.
.
Harry no bajó a cenar, pero era consciente de que su padre si, pues al salir del baño no lo vio por ninguna parte. Decaído se sentó en el sillón rojo que daba hacía la chimenea encendida. Abrazó sus piernas, con la vista fija en las llamas rojas, y las brazas ardientes. Poco a poco sus lagrimas fueron cayendo. Su padre, aquel hombre al que siempre había querido a su lado, aquel hombre a quién siempre idolatró sin siquiera conocerlo, aquel hombre por el que su profesor de pociones lo odiaba, ahora se resultaba ser que estaba vivo, y era aquel hombre que le causó tanta decepción por su falta de ausencia quien había causado que se sintiera atraído por él. ¿Porque? ¿Porque ahora?.
La puerta principal de la enorme habitación se abrió con cuidado, dejando ver a un James totalmente serio, casi hasta molesto. De un fuerte portazo cerró la puerta, asustando un poco a Harry, quién aún así no se movió de su lugar, ni apartó su mirada de las llamas. James se sentó de golpe a un lado de Harry, haciendo que este perdiera el equilibrio y debiese bajar los pies para no caer del sillón.
- Ese estúpido de Quejicus, ¿Quién mierda se cree para decirme que eres un idiota?- gruñó de repente. Harry lo miró vacilante, notando como su padre miraba con furia la lluvia chocar contra el vidrio de la ventana cerrada- ¿Mi hijo un idiota? ¡Pero si el idiota es él!- siseó molesto. Harry no sabía si hablar o no. No sabía quien era "Quejicus", pero por algún motivo, lo que el tal "Quejicus" decía de él le recordaba a lo que Snape le decía siempre, por lo tanto, intuyó que ese sujeto era su profesor de pociones.
- El profesor Snape es alguien frío...con el tiempo uno se acostumbra a su humor...-susurró, inseguro de si debía o no hablar. La mirada punzante de color avellana de su padre se clavó en él.
- Harry, sobre eso de los lazos de familia...-Harry frunció el ceño, mirando enojado el suelo, sin tener claras intenciones de mirar a su padre- Quería decirte que lo siento, yo no te abandoné...-comenzó, pero Harry no se pudo morder la lengua.
- ¿Y qué? ¿Con un estornudo me tele-transporté lejos de ti y por eso Voldemort solo mató a mamá y yo no sufrí daño alguno?- le espetó molesto- No se tú, peor se me hace algo difícil de creer esa versión...-gruñó, James solo suspiró y lo tomó de la cadera, haciendo que Harry se sobresaltara, para luego apoyarlo en sus piernas.
- Escucha Harry, Voldemort tenía una alianza con tu madre...- Harry quiso bajarse de sus piernas al oír eso, pero James los sujetó contra su cuerpo- Su objetivo era yo, no tú...-Harry dejó de pelear.
- ¿O sea cómo?- le miró aturdido, sin perder sus aires de ira.
- Digamos que tu padre es homosexual, que tuvo una relación amorosa que falló con el peor mago oscuro que existe en todo el Mundo Mágico, que luego se casó con una mujer irritante y tediosa, realmente manipuladora que resultó ser amiga de mi ex-pareja, quien aparentemente tenía sed de venganza por mi abandono y que quiso asesinarme...-Harry lo miró serio, sin saber que pensar en ese momento- Tu madre era una mortífaga... Era, hasta que el propio Lord notó como se encariñó conmigo...- dijo con cierto suspiro de lastima.
- ¿Quieres decirme que mi madre era una espía, tú eras pareja de mi enemigo, y él asesinó a mi madre, me hechizó y maldijo por culpa de un arranque de celos que surgió entre ustedes dos?- le miró Harry, a lo que James asintió con la cabeza gacha.
- Siempre quise estar ahí para ti... pero cada vez que me acercaba Hogwart's una camada entera de Mortífagos furiosos me perseguían... lo lamento...-Harry se quedó quieto al sentir el fuerte abrazo de su padre al rededor de su cintura y espalda- Quería estar contigo...-susurró a su oído, pero Harry solo pudo abrazar el torso tonificado de su padre.
- Papá...-James se tensó al oír la voz de su hijo de repente, sobre todo al sentir el cálido aliento de Harry sobre su clavícula- no me gusta decirte así...-James suspiró.
- Pues no me llames así, si no quieres...-se resignó.
- ¿puedo llamarte como yo quiera, o no?- James asintió- ¿Puedo decirte Prongs?- Harry sintió como la mirada asombrada de su padre se clavaba en él.
- ¿Cómo sabes que me llamo así?- Harry sacó de entre su túnica el mapa del Merodeador, viendo como James se lo arrebataba de golpe- ¿Has estado usando esto todo este tiempo?- Harry asintió, apoyando su cabeza agotada en el pecho de su padre.
- Cada vez que se me antojaba...-susurró medio adormilado.
- ¿Y te han atrapado alguna vez?- Harry negó con la cabeza, acomodando su trasero entre las piernas de James, resignándose a dormir un poco- ¡Es increíble! ¡Eres todo un Merodeador!- exclamó alegre, pero al oír un quejido de Harry lo miró sorprendido, notando como dormía cálidamente sobre él- ¿Dormido, eh?- sonrió ladino- Definitivamente...- alzó su mentón con la mano, dando un suave beso en los labios del menor- Todo un Merodeador...-sonrió, antes de apoyar su cabeza en el respaldar del sillón y caer rendido al sueño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro