Fred x George / Theo x Neville
"¿Quién dijo que no podía traerte a la vida?"
George no era alguien inteligente, o al menos no era alguien de cordura firme, esto se solía dar a ver cuando realizaba bromas pesadas a los estudiantes de Hogwarts cuando aún estaba Fred, su dulce hermano gemelo, igual de travieso y coqueto que él, pero la desgracia cayó sobre ellos cuando la guerra entra la luz y la oscuridad se desató, y por una cruel estafa por parte del destino la vida se le fue arrebatada a su hermano, dejándolo solo en aquel mundo lleno de blasfemias insoportables. George no era tonto, sabía que no había forma alguna de revivir a un muerto sin pagar un precio, y sabía firmemente que la muerte era exigente con respecto a los intercambios por sus tesoros. Aún así, el pelirrojo no se preocupaba, tenía un plan perfecto, traería a su hermano a la vida, costara lo que costara, quería besarlo de nuevo, abrazarlos, sentir sus caricias. Extrañaba a su hermano y lo que él representaba en su vida. Amaba a su hermano. ¡Y lo quería de regreso!.
Neville era un chico de timidez a punta de flor, con un carácter de león oculto bajo la sumisión de un cordero. Longbottong era una mortal decepción en pociones, Severus Snape lo había comprobado en sus clases, cuando aún vivía, pero era realmente ágil en cuanto las demás asignaturas, y sin que el esgrima fuera una materia en Hogwarts el la dominó a la perfección durante la batalla mágica. Muchos vieron al "Héroe del Mundo Mágico" en él al momento en que apoyó a Harry y desafió verbalmente a Voldemort, pero a Neville no le importaba ser reconocido por ello, él quería a su pareja de regreso. ¡La quería de regreso! ¡Quería a Theodore Nott de vuelta!. Lloraba su perdida, pues desde que Voldemort fue vencido su novio huyó y no regresó. Aún recordaba su mirada de despedida detrás de la mascara blanca, se sentía dolido... no por ser "traicionado" por la lealtad de Theo por el Dark Lord, pues él ya sabía que pertenecía a aquel bando, incluso Nott acabó por confesárselo entre gruesas lagrimas por creer que lo abandonaría, pero no... Neville se sentía adolorido porque no lo encontró de nuevo, temía que le hubiesen capturado, o que no quisiera regresar.
- Ey, Nevi...-dijo George, tomando del hombro al aludido, quien caminaba por los pasillos de Hogwarts. Si, lo olvidaba, todos los alumnos regresaron a cursar su séptimo año, añorando cada uno por acabar con sus estudios sin estar bajo la amenaza mortal de un mago oscuro psicótico. George había decidido permanecer en Hogwarts como un profesor suplente.
- ¡Ah!- se sobresaltó el moreno, tirando sus pergaminos en el proceso- George, casi me matas de un susto-jadeó asustado, agachándose a recoger los pergaminos regados en el suelo.
- Lo siento peque...-sonrió George, viendo recoger los pergaminos al menor- Oye, quería decirte algo importante...-dijo tomando seriedad repentina.
- ¿Qué ocurre?- lo miró inquieto, cuando el pelirrojo tomaba seriedad repentina era de temer por la situación.
- Es un secreto...-susurró conspirador, mirando hacía los costadas, asegurándose de que el pasillo estuviera completamente vacío- Ven, tenemos que ir a la Sala de Menestres...-dijo sin perder la seriedad, guiándolo a una muralla desnuda de piedra, pensando firmemente en la habitación, creando que esta apareciera frente suyo- Entra...-dijo haciendo un movimiento de cabeza hacía la puerta. Neville acercó su mano a la perilla, pero George lo tomó de la muñeca, deteniéndolo- Pero antes, quiero que me prometas que no te asustarás, ni gritarás...-dijo serio, a lo que Neville asintió- Bien, ahora entra...-dijo antes de permitir que este pasara.
- ¿Qué es lo que quieres que vea?- dijo Neville, buscando con la mirada algo de novedad, pero solo logró encontrar cuatro puertas.
- Entra a la tercera puerta de derecha hacía izquierda...-indicó George, caminando tras el moreno Gryffindor, viendo como este abría la puerta con cautela- No te preocupes, no está consciente...-dijo George. Neville tragó grueso, sea lo que sea que le mostraría el Weasley estaba vivo. Eso era escalofriante.
- ¿Donde?-dijo, a lo que el pelirrojo apuntó con su varita la cama de pilares y cortinas que cubrían su contenido interno- ¿Qué es?-dijo temeroso- ¿Una acromantula? ¿Un coyote? ¿Un Basilísco? ¿Un...?-tembló, corriendo las cortinas, dejando ver su interior- ¿...Mago?- dijo atónito, pues el muchacho de unos calculables 18 años estaba tapado por las gruesas sábanas que lo protegían de las ventiscas tormentosas del invierno, le daba la espalda, y lo único que veía era una larga melena negra que llegaba hasta la mitad de la cama.
- Es un mortífago...-dijo en seco George.
- ¡¿Qué?!- gritó desesperado, haciendo que el chico inconsciente se removiera incómodo en la cama- ¿Porque no despierta?- dijo inquieto.
- Filtro de muertos...-dijo George con un encogimiento de hombros- Escucha Neville, no es un mortífago cualquiera, es uno que en específico dijo conocerte... y por lo que yo recuerdo tú lo conoces...-dijo serio.
- ¿De que...?¿Quién es?- dijo mirando rápidamente al muchacho.
- Mira su cara y te vas a dar cuenta, pero antes que nada escúchame...-Neville lo miró-... no debes permitir que lo descubran, si todo sale bien y el hechizo para traer a mi hermano sale bien él podrá ayudarte a limpiar el nombre del muchacho...-echó una rápida mirada al durmiente-... pero hasta que no veas a Fred contigo no digas nada, no lo saques, y si te es posible que no salga por su cuenta, que no lo descubran...-suplicó nervioso, tomando de los hombros a Longbottong.
- ¿Vas... vas a hacerlo de todas formas?- susurró Neville con la cabeza gacha.
- Es mi hermano, Nevy...-sonrió melancólico- Y lo quiero a mi lado... otra vez...-susurró alzando con su mano el rostro del menor, quién lo veía de ojos llorosos.
- Pero...-titubeó- Si realizas el hechizo no habrá un "A mi lado"...-sollozó- Por favor, no lo hagas...-pidió, pero George sonrió de media luna y negó vagamente con la cabeza.
- No, Neville, tengo que...-dijo abrazando al menor por un prolongado tiempo-... para mi tú siempre serás mi pequeño Weasley de apellido Longbottong...-sonrió travieso. Pero Neville no podía negar que con el tiempo de convivencia había aprendido a querer al pelirrojo, era un hermano para él, y bien sabía que George lo consideraba un hermano menor más de la camada Weasley, aunque sabía a la perfección que nunca llegó a valer tanto como lo hizo el gemelo muerto para George.
- Vale...-suspiró resignado- Suerte...-sonrió forzado, antes de dar la vuelta a la cama, para ver el rostro del mortífago.
- Gracias Nevy...-sonrió el muchacho pelirrojo, caminando hacía la salida. Neville apartó el desalineado y maltratado flequillo negro del rostro del muchacho.
- Theo...-susurró atónito, frente a él se plantaba el rostro sereno de su amado- George...-susurró entre lagrimas nuevas- ¿Tú lo encontraste...?-susurró emocionado, con las lagrimas de emoción corriendo por sus mejillas- ¿Cómo lo...?¿George?-dijo buscando con la mirada al pelirrojo en la vacía habitación- oh...-susurró atormentado- Gracias...-dijo a la nada- gracias por siempre darme lo mejor...-bajó su mirada nublada de tristeza hacía Nott- Al menos uno de nosotros será feliz en vida...-susurró, apoyando su frente en la frente pálida y fría del moreno.
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- "Provedu toto kouzlo na protest duše, kterou jsi odebral od mne. Požaduji, abych uviděl zlou smrt, že mě štěstí mě vyděsilo chamtivostí, požádal jsem bratra, žádal o svou ztracenou lásku" (Realizo este hechizo en protesta por el alma que me arrebataste. Exijo ver a la muerte maligna, que mi felicidad me arrebató con descaro, exijo a mi hermano, exijo a mi amor perdido)- decretó y recitó con furia, apuntando con su varita a la lápida de su hermano, derramando lagrimas por la fuerte corriente eléctrica que se deslizaba con púas por su cuerpo desde su varita, una luz verde lima, como la maldición asesina, cegó su vista de forma brutal, dificultando que pudiera repetir el hechizo para completar el ritual. El dolor era punzante, seco, ardiente, pero valía la pena, todo valía la pena por Fred. Todo.
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- Te extrañé tanto...-Susurró Neville, tomando la mano dormida de Theo entre las suyas, tratando de transmitirle su calor corporal- ... Si supieras como te eh buscado...-susurró con las lagrimas cayendo- Esto no sería posible de no ser porque George lo hizo...-susurró, apoyando su frente en el pecho del dormido Nott- George...-dijo pensativo.
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- ¿Quién eres tú?- se escuchó de repente, George volteaba aterrado, tratando de encontrar el origen de esa voz cavernosa, encontrando a su espalda un espejo vació, donde su cuerpo no se reflejaba en él, solo una luz roja anaranjada, tonalidad fuego.
- George...-dijo Titubeante- George Weasley...-dijo tembloroso.
- ¿Qué es lo que quieres?- dijo la voz, molesta por la presencia del vivo.
- Quiero realizar un trato... un intercambio...-dijo inseguro, consiguiendo la rápida atención y disposición del espejo maldito en aquel blanco vació.
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- Si lo conocieras...-dijo Neville sonriendo entre lagrimas- es tan buena persona...- sollozó-
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- ¿Un intercambio?-dijo la voz interesada- ¿Qué clase de intercambio?- indagó fría.
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- Siempre tan seguro de si...-dijo sonriendo melancólico- Travieso... valiente, dispuesto a salvar a otros sin pensar en el costo...-susurró apenado.
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- Venderé mi alma...-dijo George con la mirada baja- A cambio de que regreses a la vida... a mi hermano...-dijo alzando su mirada hacía el espejo, el cual tembló ante sus palabras, el reflejo se apagó, y poco a poco se fue opacando por una masa negra.
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- Tierno, y seguro de su palabra...-susurró agobiado.
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- ¿Estás seguro de querer realizar este trato?- susurró el espejo, mostrando una borrosa imagen de un sonriente y despreocupado Fred, quién lo miraba sin reconocerlo, como si solo fuera una ilusión.
- Fred...-susurró melancólico.
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- Me pidió un hechizo de resurrección, ¿lo sabías?- dijo- El único que encontré fue en un libro de la sección prohibida...-dijo apagando su sonrisa- Un hechizo donde debía entregar su vida... a cambio de otra...-susurró, apagando su mirada.
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- Si tú entregas tu alma... jamás volverás a saborear el aire, no regresarás a la vida...-siseó la voz gruesa y apagada, casi sonando sádica- ¿Lo entiendes, verdad?- susurró a su oído. George asintió frío- ¿Quieres proceder de todas formas?- rió la voz. George asintió.
- Todo por mi hermano...-dijo serio.
- En ese caso...-susurró. La mano del reflejo de Fred traspasó el vidrio, extendiendo su mano pálido y esquelética hacía su hermano, sin menguar su sonrisa de indiferencia- Toma mi mano...-Fred sonrió sádico. George menguó sus ideales, lo valía, realmente lo valía. Temeroso tomó la mano de su hermano, sintiendo de repente un jalón en su estómago, similar al que sentía cuando se aparecía y desaparecía, solo para abrir sus ojos y así encontrarse en un cuarto negro, oscuro, sin limitaciones visibles para el ojo humano.
- ¿Fred?- titubeó, volteó hacía atrás, encontrándose con el mismo espejo, de fondo blanco es ta vez. Ahora lo entendía, era como una ventana, de un lado se mantenía la muerte, del otro el purgatorio... Ahora comprendía. En el reflejo del espejo podía ver a su hermano mirarlo a través del espejo, quién lo veía lagrimoso- Fred...-susurró lagrimando con una sonrisa triste apoyando sus manos en el vidrio caliente del espejo- Soy yo, George... tu hermano...-Fred parecía verlo con horror, y temeroso se acercó al espejo.
- ...-su hermano movía los labios, notoriamente hablando, pero él no podía oír lo que le decía.
- No te oigo, no puedo...-dijo haciendo señas asustado. Su hermano pareció entenderlo, pues se veía tan desesperado como él por comunicarse, hasta que de repente pareció tener una idea. Con rápidez lanzó un poco de aliento cálido en el vidrio, opacando con vapor el vidrio, para luego comenzar a escribir con su dedo.
- ¿Qué fue lo que hiciste?-decía el mensaje, mientras Fred lo miraba asustado.
- Lo que debía hacer...-escribió sonriendo entristecido. Fred pareció palidecer.
- ¿Porque?- escribió atontado.
- Porque te amo...-escribió, sintiendo como sus lagrimas le quemaban la cara. Fred no pareció reaccionar, y releía el mensaje una y otra vez hasta que el vapor desapareció. Luego de unos segundos se decidió por escribir.
- Yo también te amo, George...-lagrimó Fred- más que como a un hermano...-escribió. George sonrió de lado.
- Ya lo sé...-lo miró enternecido- yo también...-susurró sonriendo, viendo como su hermano se desvanecía en vapor humeante- No me olvides Freddy...-susurró apoyando su frente en el vidrio. Esa sería la última, la última vez que vería a su hermano. La última.
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