Fenrir x Severus
"Mi compañero oscuro"
Severus:
Cosas como paz, son algo tan superficial...
Severus dio su informe al Lord Voldemort, viendo a este sonreír cínico, mofándose de sus otros mortífagos por su inutilidad, mientras que Severus había demostrado eficacia y potencial. Uno de los hombres de mascaras blancas trató de excusarse, pero el Lord le lanzó un Expelliermus, comenzando a azotar con Crucius a sus soldados, mientras que Snape y varios mortífagos quedaban impunes del castigo. Severus miró a los mortífagos con desinterés, enfocando su mirada en uno que lo miraba demente, con una sonrisa tétrica en su rostro.
Esas juntas siempre eran así. Todo iniciaba sereno, calmado y tranquilo. Luego alguien metía la pata - orgullosos - y desataban la demencia de Voldemort y Bellatrix. Nunca era paz. Nunca.
Tuve que mostrar lo que en mi manga suelo ocultar...
- Señor, con el debido respeto, no creo que sea necesario...- replicó Severus al Lord, quien sonreía indiferente ante la replica del mejor de sus mortífagos.
- Efectivamente, mi querido Severus...-dijo el Lord- Pero creo que una pequeña convivencia con otros mortífagos mejoraría aún más tu talento...-realizó un gesto con su mano- ¿No lo crees así, Fenrir?- el hombre lobo rió roncamente.
- Ciertamente, mi Lord, es una gran oportunidad...-sonrió descarado, a lo que el Lord rió, pero Severus gruñó por lo bajo.
- Sé que no te gusta la compañía, Severus...-dijo el Lord comprensivo- Te comprendo, yo tampoco aprecio la cercanía de las personas... Pero es necesario que lo intentes, solo es una misión...-dijo el Lord, a lo que Severus asintió, tratando de evitar un castigo por parte de ese hombre.
Digo adiós. Porque no lo quiero pensar...
Severus gruñó al ver al castaño de cicatrices desfallecer en sus brazos, dando su último aliento, antes de morir. Severus alzó su mirada furioso, contra el mortífago que había atacado a Lupin. Debían matar a Nymphadora Tonks, por traición a la sangre, pero no contaron conque Remus atacara, y se interpusiera entre medio de la maldición asesina.
- No te pongas sentimental, Snape...-espetó el Mortífago, con desdén hacia el cadáver que su compañero tenía en brazos. Pero Severus no lo tomó a bien.
- Sectumsempra - Espetó Severus, atacando a su tal compañero. Por ello no le gustaban los trabajos en grupo. Nunca sabes quien desobedecerá primero.
A Fenrir no le gustó el ataque, y sin más, saltó sobre Severus, tumbándolo al suelo. Snape y él forcejearon, ninguno quería parar. Fenrir trató de morderlo, pero Severus murmuró un hechizo de propulsión magnética, lanzando al lobo contra el techo. Ninguno continuó la pelea, pues no tenían el tiempo. Severus gruñó molesto, pisando a su desangrado compañero - a quien atacó en puro cólera - y dejó a Fenrir cargar el cuerpo de la mujer Tonks. Fenrir dejó a su compañero muerto, y salió de la casa Lupin, junto a Severus.
- Lobos...-escupió Severus hacia un costado, insultando por lo bajo a Fenrir, quien aunque lo escuchó no dijo nada.
- Eres muy blando...-insultó el Lobo- Para ser un mortífago...-sonrió burlón al sentirse observado con furia por Snape.
- Cállate...-espetó frío. Fenrir sonrió, le gustaba esa actitud retraída, reservada y frívola del muchacho.
- Entérate Snape. Nunca te obedeceré...-dijo con un ronco susurro al oído del posicionista. Snape no se apartó, pero frunció el entrecejo molesto,
- Siempre que me desobedezcas, me encargaré de enfrentarte...-masculló molesto.
- Quiero verte hacerlo...-carcajeó antes de desaparecerse junto al de negro del pueblo.
Yo te descuartizaré, te mataré; En pedazos romperé. Y con una aguja tu ojo atravesaré...
Otra pelea más se desataba entre el posicionista y el hombre lobo. Fenrir mató a la víctima antes de que Severus pudiera extraer la información necesaria para el Lord. Y sin más palabras que decir - luego de una pelea verbal e insultos de parte de Severus - Snape estalló en cólera, y lanzó un puñetazo contra la cara de Fenrir, quien lo recibió en lleno. Devolviéndolo. Se armó una pelea muggle, que solo acabó por intromisión de Lucius. Pero para lograrlo, Lucius tuvo que entrometerse de forma agresiva, y con un Expelliermus los lanzó contra la sala médica del castillo del Lord.
- Frágil...-masculló Fenrir contra Severus, quien irritado, tomó una aguja hipodérmica y la incrustó furioso en la mejilla del lobo, quien aulló frustrado, pues le había dado en un nervio- Imbécil...-gritó molesto, antes de tumbar a Severus al suelo, quien en defensa, arrancó la aguja médica de la mejilla del lobo y la incrustó en su ojo izquierdo.
- Muy bien, fue suficiente...-Dijo Lucius, antes de desmayar a ambos magos.
Aún si cierro el corazón, la razón, no la lograré perder. Siendo así, en la soledad yo grito...
Severus lloraba horrorizado. Lily había muerto, la abrazaba y rogaba por que estuviera bien. No podía creerlo, James, Lily, todos menos el desaparecido bebé Potter, habían muerto. Remus, Tonks, James, Lily, Eileen, Albus. Todos. Fenrir había sido atacado. Pues la misión no era la que todos comenzaron a contar. Él y Severus debían proteger a la familia Potter para aliarlos al Lord y extraer su núcleo mágico. Pero unos Aurores dementes se introdujeron en la casa, y atacaron a todos. Secuestrando a Harry, matando a Lily y James. Atacando a Severus y a Fenrir, dejándolos malheridos.
- Snape, ¿Estás bien?- indagó Fenrir con un jadeó adolorido, quitando con frustración un cuchillo de plata de su hombro. Severus negaba desesperado, balanceándose junto al cuerpo de Lily, a quien tenía sujeta en sus brazos.
- No...- lloraba adolorido, física y mentalmente. Fenrir, a duras penas se arrastró hacia su compañero, para así mirar de cerca a la pelirroja.
- Es muy bonita...-dijo, tratando de calmar a su desesperado compañero, quien se ahogaba en su propio llanto.
- Hermosa...-lloraba angustiado. Fenrir, no sabía como calmarlo, no podía transportarse en ese estado, no tenía la concentración, y Severus era el único que podía llevarlos al castillo del Lord. Pero este estaba angustiado. Debía calmarlo.
- Eh, ya...-dijo menguante. Y con vacilación pasó uno de sus brazos por la cintura del pelinegro, acercándolo a él. Pero Severus se apartó desconcertado.
- ¿Qué haces?- preguntó molesto, a lo que Fenrir sonrió menguante.
- Te consuelo, no puedes afrontar tantas muertes tú solo, y no hay nadie más que te brinde el apoyo que yo puedo darte...-dijo seguro, a lo que Severus sollozó, y se dejó caer en Fenrir, quien lo abrazó con inquietud, para luego acariciarlo y calmarlo poco a poco.
Fenrir:
Escondidos tras una escalera dados hay. Sus fragmentos agujerados están...
Severus se había vuelto más delicado con él, y a Fenrir eso no les gustaba. El chico agresivo, salvaje de antes, ya no estaba. Sentía que al haberse apiadado de él esa vez en la casa de los Potter lo había arruinado. O tal vez, los Aurores intrusos lo habían hecho. Sin ellos, Severus seguiría salvaje y activo como siempre, mostrando frialdad contra todo y todos. Pero ya no. Por otro lado... Le gustaba ser consentido como lo era por el Prince. Este daba opciones en sus misiones, de vez en vez. Tales como "Si tienes hambre, cómetelo", o "Está bien, no vayas, hace mucho frío, yo lo aguanto".
Le parecía un poco raro, e inusual. Aunque estaba acostumbrado a tomar las cosas por mano propia, aquello le gustaba un poco. Pero solo si lo hacía Severus.
No puedo entender, las cosas como el amor...
Severus lo miraba con insistencia, y a Fenrir no le molestaba, si lo inquietaba. La curiosidad era mucha para él. Y estando solos, decidió preguntar.
- ¿Qué tanto me ves?- no fue tajante, solo casual, pero a Severus lo puso en modo "defensa".
- Nada, es solo que...- Fenrir alzó una ceja, curioso.
- No es porque me interese, pero desde lo de los Potter, te has estado comportando de una forma muy... "particular" conmigo...- Severus desvió su mirada unos segundos antes de volverla a él.
- Es solo que... Eh comenzado a apreciarte en pequeñas partes...- dijo como si fuera todo lo que diría. Fenrir no comprendió.
- ¿Apreciar?- Severus gruñó, no quería explicarlo.
- Quererte, sentir que te debo algo, o debo hacer algo por ti...- dijo avergonzado. Fenrir ya sabía que era apreciar, pero quería asegurarse de que Severus lo decía en ese contexto.
- No comprendo, ¿Porque?- Severus bufó.
- Porque comencé a quererte y ya...- dijo antes de marcharse del salón. Fenrir parpadeó, y dirigió su único ojo bueno al collar de serpientes que Snape le había dado hacía dos lunas llenas. Era tierno. Pero no quería un amor dulce, si uno de psicópatas.
Solo cortaré, ese irritante cuello sin más. Digo adiós .Lo que es "carcomido" verás...
Fenrir dedicaba tiempo y fecha a Severus, y a este le agradaba. Pero procuraba mantenerse agresivo con el lobo, pues este le había aclarado su preferencia por ese carácter, además, disimular frente a los otros mortífagos era esencial. Sino, sería presa fácil.
Los abrazos no eran diarios, pero si dulces, y a veces, hasta atrevidos. Fenrir siempre daba indicios de excitación días previos a la luna llena, y se lo hacía saber a todos, sobre todo a Severus. A quien tocaba y manoseaba de forma burda. A Snape no le molestaba tanto, lo que le molestaba eran los comentario obscenos de parte del licántropo.
- "Te voy a dejar paralítico"/ "Vas a quedar afónico de lo fuerte que te daría esta noche"/"Si te agachas prometo hacerte gemir hasta que el mismo Lord se entere"- No paraba nunca. ¡NUNCA!.
Yo te voy a hacer jadear, y a violar, tu virginidad tirar. Sé que lo deseas, pues tus ojos piden más. Abre bien tu corazón, si también, tú lo puedes recordar. En mí cama por tu vida te vi luchar. Solo, de perfil te voy a mirar...
Severus se vio aprisionado contra la cama del licáno, quien lamía y mordía en extensión su cuello y muslos. Severus forcejeaba, pero el hombre que lo despojaba de su ropa con lujuria era mucho más fuerte que él. Y rindiéndose al ser penetrado con violencia, se dejó hacer por parte del mayor.
- Te dije que te haría gritar...- gimió Fenrir en su oído, pues la fuerte penetración realmente le había arrancado un grito a Severus, quien arañó la espalda del mayor por instinto.
- Te odio...- gimoteó al sentirse penetrar con fuerza. Fenrir jadeaba con una sonrisa maquiavelista, que dejaba ver sus colmillos blancos, algo que por motivos desconocidos, excitó a Severus de sobre manera.
Y sumergido en el momento, se adelantó para besar con agresividad al mayor, quien mordió su lengua, para así soltarse y morder el cuello del azabache, quien sujetó con desesperación los cabellos largos del licáno, quien embestía con fuerza y velocidad al muchacho. Severus no se molestaba en ocultar sus gemidos y lagrimas, ya le valía mierda. Fenrir no paró, nunca paró. Lo hicieron 7, 8, 9 veces. Ninguno paraba, no disminuían las mordidas, ni los lenguetazos, ni las nalgadas. Todo era bruto, agresivo, y casi hasta masoquista, pero bien que Severus gozaba de los arañazos y mordidas.
Severus:
Comprender, atraer, junto a ti envejecer....
Si. Se habían enamorado. La vida y relación entre ellos no podía mejorar, sexo regulado y salvaje los acosaba todas las noches, el tiempo de calidad era eterno, y el romance y humor negro entre ellos era lo que los hacía tolerables y hermosos a la vista. Pero al pasar dos años, se desató lo que se conoció, como la Rebelión Contra el Mago Oscuro.
Fenrir se vio presa de la desesperación y la furia al saber que los revolucionarios habían capturado a Severus y a gran parte de las familias de los mortífagos, y a estos mismos. El Lord dio la orden de ignorar, y no afrontar, aludiendo que ya haría algo por ellos. Pero a Fenrir se le había acabado la paciencia al enterarse de que muchos de los prisioneros de los revolucionarios eran ejecutados por estos.
Dispuesto a salvar a su pareja, desobedeció al Lord, y a mano armada salió camino al pueblo de los revolucionarios. El pánico y el dolor nubló su juicio, y no veía con inteligencia la situación. Se sorprendió, claro que si, al encontrar a su amado, parado, de pie, herido, pálido y vendado, apuntarle con la varita. Lagrimas brotaban de los ojos de ambos. No podía dejar de llorar.
Severus le explicó, que lo estaban manejando con un Imperio que le permitía ser consciente de lo que hacía y hablar, pero no desobedecer las ordenes. Fenrir rió sin gracia, antes de lanzarse a abrazar a su pareja, lo besó, lo abrazó y llenó de dulces palabras, pero Severus no paraba de llorar.
- No puedo así, me obligarán a matarte...- sollozó. Fenrir derramó lagrimas ácidas.
Al llegar tu hora"Lo lamento". Tú me tienes que matar, que acabar, en pedazos destrozar...
Fenrir le saltó encima, dispuesto a acabar con ello. Lo mataría. No podía permitir que hirieran a su cachorro, a su familia, a los mortífagos. No, no podía. Debía salvarlos a ellos, a cuesta de matar a su amor. Con dolor alzó las zarpas, dispuesto a romper la yugular del sollozante Severus, quien le daba ánimos para que lo hiciera.
- Te amo...- dijo Fenrir, dispuesto a bajar las zarpas. Severus sonrió triste.
- Yo también te amo...- lloró. Fenrir bajó las garras, pero una luz verde dio en lleno contra su pecho, lanzándolo lejos de Severus- ¡FENRIR!- El hombre lobo no tenía energías, perdía el aliento, su cuerpo se llenaba de frío, y su mirada se perdía en un mago desconocido, quien le apuntaba desde atrás de Severus.
Ha cambiado la jugada justo al final. Ya no paro de llorar, el amor cambia en un desierto igual. Siendo así muy tarde ya te esfumas...
-"No hay forma de que seas libre de tu castigo, Snape"...-murmuró Harry Potter, mirando el cadáver de Fenrir en los brazos de Severus, quien lloraba por él.
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