Draco x Cedric x Harry
"Acute"
En la fría habitación hay un sentimiento de dolor...
Harry Potter, un chico valiente, fuerte y audaz, lloraba desconsolado en una habitación vacía. Sus cálidas lagrimas se derramaban en vano, tratando de ahogar los problemas que atormentaban al dueño de ellas. Harry se sentía atormentado. Iba a 6to año en Hogwarts, una academia de danza música. No se confundan, él no lloraba por conmoción o actuación en algún papel, no, lloraba, porque su única razón de vivir estaba desaparecida, apartada de su lado.
Cedric Diggory, un muchacho de 7mo año, bailarín profesional de danzas suaves y lentas en grupo o dúo. Un chico atractivo y simpático, adorado por la mayoría de la gente y estudiantes de aquella academia musical. La pareja y enamorado del audaz Harry Potter. Con tan solo 15 y 14 años ambos muchachos se enamoraron, y con un puro amor se adoraron y cuidaron hasta llegar a los 16 y 17.
Su relación era sana y envidiada por todos. Nunca discutieron algo con gravedad, y cuando discutían se amigaban inmediatamente. No existía la envidia, los celos, la bronca ni la discordia entre ellos. Eran realmente agradables de ver. La felicidad era duradera, y de no ser por la desastrosa interrupción de un muchacho vanidoso y envidioso la vida de uno de los novios se habría mantenido intacta y viva.
Y se logar distinguirque una daga viene a mi. La culpa no se ira...
Draco Malfoy, un muchacho egoísta, atractivo y demente que entró en 5to año a la academia musical Hogwarts. Entró al mismo curso que Harry Potter. Ambos muchachos se llevaron bien desde un comienzo, y sin dudarlo se amigaron hasta el punto de vivir en la misma habitación del internado de enfrente de la academia. Solo había un problema, Harry no dormía solo, Cedric estaba con él. Para Draco no representó ningún problema al inicio, Harry dormía con su novio y Draco en una cama aparte.
Pero con el pasar de las semanas, Malfoy se fue enamorando del novio de su mejor y único amigo allí en la academia. Quiso evitarlo, pero los dulces y amables gestos de Diggory no aportaban nada productivo para su negación, y fue así como a finales de invierno en 5to año Draco acabó firmemente enamorado de Cedric Diggory.
Harry no lo notaba, no notaba que Draco estaba cada día más cerca de Cedric. Diggory por su parte estaba muy bien enterado de los sentimientos de Draco, y a pesar de haberle explicado incontables veces al rubio Malfoy que solo amaba a Harry este se seguía acercando a él, hasta que hubo un día en el que Cedric no aguantó el alcohol, y seducido por Draco acabó acostándose con él. Al día siguiente Cedric se puso como histérico, Draco lo calmó. Y por más que ninguno supo como fue que pasó, acordaron reunirse cada jueves en el salón árabe para encontrarse y tener más encuentros similares.
Las mentiras arderán, quemando todolo que aún quedó de amor. Nunca imaginéque esto se iba a complicar...
Harry era consciente de que algo malo pasaba. Pues su novio se desaparecía cada jueves por la noche sin falta junto con Draco. Variadas veces le preguntó a ambos por separado, y juntos, a donde iban y que era lo que hacían que volvían tan tarde, pero ellos siempre respondían con evasivas, consiguiendo que Harry descubriera que eran notorias mentiras. Harry quería respuestas, y dispuesto a conseguirlas comenzó a seguirlos durante sus desapariciones nocturnas, pero siempre los perdía de vista.
- ¿Cedric, adonde van tú y Draco? Llevan semanas haciendo eso, y aún no me han dicho que hacen o porque lo hacen...-indagó en el almuerzo a su pareja, quien extrañamente, cada jueves se hacía arisco y malhumorado.
- Ya te dije Harry, vamos a practicar una coreografía que no mandó a practicar Dumbledore...-se excusó con naturalidad el castaño.
- ¿A las 3 de la mañana?- dijo molesto. Cedric solo se encogió de hombros y lo despeinó un poco antes de irse.
Harry se negaba profundamente a quedar como tonto. Sabía que le estaban mintiendo, era muy evidente. Por lo tanto, un jueves en Septiembre se armó de valor y siguió a corto paso a ambos compañeros. No los perdió de vista, una ventaja más para Harry, según pensaba él. Pero su más firme sonrisa de triunfo se esfumó al ver como ambos amigos entraban a tropezones al salón árabe besándose de forma desesperada.
Harry era ingenuo, pero podía notar muy bien la diferencia entre una coreografía y la infidelidad. Lo habían engañado, ¿Por cuanto tiempo?. Lloró desconsolado en silencio fuera del salón, atormentándose con cada gemido que Draco exclamaba. No tenía porque vivir aquello, porque testificarlo, pero él quería quedarse allí, rogando porque se detuvieran y él despertara de aquella pesadilla irreal. Pero nunca pasó, ellos siguieron, durante horas y horas, y horas. Harry se marchó minutos antes de que sus compañeros de cuarto se vistieran y salieran. Con ojeras, lagrimas secas y el humor por el suelo se dejó caer en su cama y durmió horrorosamente mal.
No dijo nada cuando los vio sonreírle como siempre en el almuerzo. No dijo nada, no rió, no habló, no se hizo notar ante la, aparentemente, pareja de amantes. Ellos no notaron el cambio, y Harry lo prefirió así. El jueves siguiente Harry volvió a seguirlos, con la vaga esperanza de que pararan, pero no, ellos siguieron, y siguieron y siguieron durante dos, tres, cuatro meses. Y Harry se mantuvo callado. Nunca dijo nada.
Es difícil explicar que sin ti no puedo respirar. Dime solo la verdad, en este mismo lugar."No quiero creerte" Eso me pide mi mente. Pero mis latidos por ti son muy fuertes...
Harry evadió el beso de despedida de Cedric al finalizar el año, y este solo lo miró sorprendido. Harry había sido mortalmente arisco y depresivo desde mitad de año, siempre que le preguntaba que le pasaba este lo miraba con rabia y se alejaba enojado. Diggory comenzaba a sospechar que Harry ya sabía de sus jugarretas con Malfoy, y arrepentido por ello decidió decirlo en cara de su verdadero novio; Potter.
Amaba a Harry, y no tiraría tantos buenos momentos a la borda por un error momentáneo. Esta bien, lo que hizo estuvo pésimo, él lo sabía, pero no quería perder a Harry. Lo acorraló a en una sala vacía, y con mucha opresión en el pecho confesó todo lo que había hecho con Draco, Harry solo contuvo su rabia acumulada, y aceptó las disculpas del mayor, quien prometió jamás volver a enroscarse con Malfoy de tal comprometedora manera.
El dolor y los errores habían quedado en el pasado, sepultados bajo plomo y cemento, pero aún debían decírselo a Draco. Contarlo, fue la más difícil experiencia que Cedric haya tenido que vivir. El menor se puso histérico, lloró de rabia, dolor y celos. Reprochó a Diggory las mentiras de cada jueves, y furioso rogó que se retractara, pero para Cedric no fue fácil cumplir aquel capricho, y sin más lo rechazó y se marchó del salón, dejando solo al pequeño rubio receloso y con odio prometido hacia ambos muchachos.
Quiero que me mires solo a mi ¿No comprendes? Tengo que decirlo muy directamente. Mi rencor mas grande es que nuestro amor termina. Sé que lo puedes ver. Yo había soñado con ser todo en ti vida. Pero me equivoque...
Draco se marchó del salón de Harry y Cedric, vociferando que si Harry no le cedía a Cedric nunca más volvería a dirigirle la palabra al miope. Pero Harry no consideró tan importante a Draco como para cumplir el capricho del rubio, por ello, ignoró la petición y le cerró la perta en la cara. Draco se llenó de odio, y por más que seguía obsesionado con Diggory no pudo evitar quitárselas ganas con otros estudiantes de la academia, acostándose con cualquiera cuando quisiera.
Cada día rogaba y molestaba a Cedric para que volviera con él, pero al aludido no le gustaba la idea de cometer otro error. Draco era buen chico, pero un pésimo amante; egoísta, grosero, maleducado, frío, agresivo y presumido. Una mala elección romántica que no volvería a tomar. Jamás. Pero lo que Potter y Diggory no entendían, era que lo que Draco sentía por Cedric no era amor, era obsesión enfermiza y homicida. Estaba enfermo psicológica-mente a un grado extremadamente peligroso.
Pensamientos no se irán, sensaciones de inseguridad. Y me refugio con el temorde perderte...
Draco esperaba no tener que llegar al extremo de cometer una locura, pero para él el límite había sido cruzado. Su paciencia se había extinguido. Solo tenía una cosa en mente, y era hacer "justicia". Si Harry quería Cedric, y él también y ninguno podía ser feliz, eliminaría el problema, pues aunque estuviera enojado con Harry lo adoraba. Lo amaba como nunca antes amo a otra persona, por ello, si no podía ser feliz con Cedric, podría ser feliz con Harry, su mejor y único amigo. Para siempre.
Con un cuchillo filoso y plateado apuñaló con desenfreno y demencia el pecho del joven Diggory, quien inconsciente por el cloroformo se vio frágil y entregado en su totalidad a la locura de Draco. Draco no se molestó en ocultar el cuerpo. Solo lo dejó allí, en el baño de hombres, muerto y desangrado. Se entregaría. Ya no podía más. Su locura era demasiada, pero él podía diferenciar cuando era demasiado, y cuando merecía morir en la silla eléctrica. Bueno, esta acción ameritaba a la segunda. Jamás se lo perdonaría. Jamás.
Nunca lo sabre; Si nuestro amor no funcionó, si yo me aleje o fuiste tú quien me abandonó. Pero en el delator mostró que ya no había amor...
Harry no lloró por Draco, lo ignoró y olvidó. No quería recordarlo, él fue el responsable de que su amor, su pareja, Cedric, se apartara para siempre de su lado... Ya no podía más. Sin él nada lo valía. Nada.
Es difícil de evitar el pensar que ya no estarás. Mi corazón seguirá muriendo lentopor un amor sin resolver. Sentimiento abrumador Lo a decidido; Por un amor yo moriré...
-Pastillas, murió por sobredosis- especificó el forense al inspeccionar al muchacho sobre la cama.
- ¿Quien es el chico?- indagó el Policía.
- Harry Potter, un chico con muy mala suerte...-negó con pena el forense antes de cubrir el cadáver inerte con una sábana.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro