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Cedric X Draco 1/2

"¡ME CAGO EN LOS MALDITOS VAMPIROS!"

@bellenotredame

Draco Malfoy, un rubio de ojos mercurio, de 17 años con aires de duque, conde o algo por el estilo. Un chico con carácter, mal humor y muy, Muy idiota. "No camines solo de noche en barrios peligrosos" Le había advertido Lucius, su padre, no le hizo caso. "Si te atrapa la noche regresa con el traslador" le indicó su papá James, lo ignoró solo por capricho. Y ahora se encontraba allí. Solo. A oscuras. En un barrio que ni por mínimas casualidades conocía. Nada. No conocía nada. Estaba perdido.

- Mierda... Peor suerte no me pudo haber tocado... - gruñó el rubio para si, abrazándose a si mismo en búsqueda del valor que escaseaba esa noche.

Desde las penumbras del barrio lo observaban dos muchachos, uno de cabello negro y ojos color carmín, de mirada fría y casta, casi queriendo matar al chico que pasaba frente a ellos, siendo ocultados por la oscuridad del callejón donde se ocultaban. El otro chico era de cabello castaño y ojos color miel, mirando con lujuria al menor de la familia Malfoy.

- Bien, tiempo récord... acabalo o esclavízalo... una de una...Diggory -dijo serio el muchacho de ojos carmín, mirando serio al de ojos miel- ¿Me oyes Ced? Acabalo o esclavízalo, pero no tengas otra que esa intención, ¿Vale?- dijo repertorio el muchacho, a lo que el castaño viró los ojos con fastidio ante la frialdad.

- Si Tom...-dijo. Sonrió al ver que el mayor se desapareció, mostrando sus dos colmillos de largo exagerado, filosos y curvos, mirando el temblar del rubio que seguía despotricando contra su suerte y el mundo que se la daba.

- Me tenía que pasar esto a mi, si, solo a mi,....-bufó Draco, pensando en el consejo de su papá. Remus. ¡EL TRASLADOR! ¡Eso es!, ¡¿Cómo no lo pensó antes?!- PERFECTO...-chasqueó su lengua fastidiado- No me puedo creer que lo haya olvidado...-bufó molesto por su ineptitud. Y para colmo, no tenía ni la más mínima idea de como aparecerse en su hogar o en cualquier otro lugar. Mierda.

- ¿Perdido?, por lo que veo-una voz burlona sobresaltó al rubio. Al voltear no vio nada, pero un peso en su hombro derecho le hizo saber que había alguien- No estoy ahí ... - jugueteo Cedric con sus uñas mientras desaparecía al sentir que el rubio volteaba de nuevo- Ni ahí tampoco- susurró al oído de Draco, quien jadeo ante el contacto del cálido aliento chocar con su oído. Al voltear, Draco no vio al responsable. Una risa ronca lo hizo voltear para así encontrarse con un muchacho de cabello castaño mirarlo con sorna desde una baranda de piedra.

- ¡¿Quién mierda eres tú, joder?! - bramó Draco con su mano cubriendo el oido, sensible por el aliento de, aparentemente, ese chico.

- Quién te otorgará lo mejor de tu vida... - presumió, apoyado de espaldas sobre el barandal de piedra. Draco frunció el ceño.

- Escucha tío, no se quien te crees o de que familia provienes...pero NO me IMPORTA, soy Malfoy, joder... Tengo todo lo que quiero... - dijo seguro de si. Cruzando sus brazos espero con la mirada furtiva al extraño adolescente. Cedric lo miró unos segundos más, pareciendo totalmente indiferente a las palabras del menor.

- Hehe... Parece que no tienes ni la más pálida idea de que está hablando contigo, ¿O si, vivo? - le miró deductor. Como si tratara de descubrir algo en él. Tal mirada inquietó a Draco, por el mismo modo que las palabras del castaño.

- ¿Un mago, o no? - dijo Desdeñoso- Porque muggles no había a aquí... - dijo molesto con el extraño. Si ese castaño era muggle estaba en serios problemas por hablar de magos frente a un simple humano sin magia.

- ha... Algo por su estilo... - dijo burlón, sin perder su aura de lujuria fría que penetrante cada hueso en Malfoy, mostrando una sonrisa que heló los movimientos del rubio con ojos mercurio.

¿Eso que se asomaba... Eran colmillos?. Draco lo examinó nuevamente con la mirada. Castaño, de ojos brillantes color miel, piel pálida, atractivo exagerado, vocabulario arcaico y siseante, casi pareciendo parsel... Un vampiro. Draco abrió los ojos horrorizado, y seguido por la mirada socarrona del mago cambiante huyó aterrorizado hacía la primer calle vacía de aquel trozo de ciudad desmoronado y húmedo que se le cruzó.

- Corres rápido... - escuchó sisear al aire. Tembló ante la experimentación que sintió al frío. Era como las brisas que provocaban los dementores.

- no puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser... - se repetía una y otra vez, atemorizado por la idea de ser convertido en otro chupa sangre o en un esclavo que ofrecía almas a su "amo". No quería.

- Pero no es suficiente... - Draco soltó un jadeo, petrificado. Una mano lo había tomado del cuello de su túnica, jalando de él hacia un callejón vacío.

Al chocar con, lo que dedujo, era el pecho del vampiro con su espalda trató de escapar nuevamente, siendo apresado por los brazos tonificados del muerto viviente que se cerraron en su vientre, inmovilizando su escape. Resignado se dejó apegar al cuerpo de vampiro por este, temblando ligeramente ante el tacto de unos dedos acariciar su vientre hasta llegar a su pecho y de allí mendigar por su bufanda verde musgo de rayas plateadas para luego bajar parte de la prenda, exponiendo el cuello de piel nívea al placer y deleite del vampiro.

Temeroso de lo que podría pasar (porque ya tenia un muy justificada idea de lo que haría el castaño) se movió de tal forma que su cuello se apartó y los colmillos hambrientos de Cedric pasaron directo a la parte superior de la clavícula y así perforaron dolorosamente la carne. Draco ahogó un grito adolorido. El castaño se apartó de inmediato, asustado por el repentino movimiento. Draco cubrió la herida desgarrada que se formó al tratar de apartarse de la mordida de Cedric con su mano temblorosa. Diggory lo miró, la sangre se escurría de forma tormentosa entre los dedos temblorosos de Draco, quien gemia por lo bajo del dolor que sentía. Cedric negó con la cabeza.

- Eso te pasa por moverte...-dijo paciente al furtivo Malfoy- Donde iba a morderte no iba a dolerte... Es un punto insensible que los humanos tienen-aclaró calmado, mirando pasivo a Draco- Los vampiros sabemos donde y con cuanta velocidad dar la mordida para que no os duela... Y de paso para sacar la mejor porción de sangre de vuelto débil cuerpo... - dijo mirando de pies a cabeza al testarudo rubio. Draco gruñó.

- Nosotros no somos débiles-habló adolorido, cada palabra suya le había costado cuatro punzadas. Cedric lo miró inmerso en la profundidad de sus ojos.

- Claro... Lo que tú digas... - dijo desenfocado. Miró la luna brillar con intensidad- Lo lamento, pero debo cumplir con esto rápido... - dijo tomando de la nuca a Draco, quien se sobresaltó ante la helada mano del vampiro y sintió los peores de los jalones en el estómago jamás sentido. Los vampiros... ¿Debían hacer todo tan doloroso?.

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