Mina abrió las puertas de su banco, y pidió a sus empleados que no estuvieran ocupados fueran a su oficina para un aviso rápido, avisando que mas tarde repetiría el mensaje a todos sus empleados

-Muy bien, chicos, la joven que ven ante ustedes es Rosalía Fernández, desde mañana sera mi asistente y una miembro mas de nuestro muy capaz equipo, ahora voy a mostrarle que deberá hacer y si gustan mañana podemos darle la bienvenida como se merece- hablo Mina con autoridad pero sin intimidar ni alzar demasiado la voz. La mayoría de los empleados del lugar tenían la mirada seria, consecuencia de trabajar durante tanto tiempo en un oficio tan serio como lo es ser empleado de un banco, pero Rosalía recibió algunas sonrisas y miradas de apoyo, estas provenían de las empleadas mas novatas, para sus adentros la adolescente agradeció esa mirada, y supo que en ellas podría contar si no con amigas, al menos con un buen par de compañeras de trabajo y quizás hasta pañuelo de lagrimas.

Fue sacada de sus pensamientos por su ahora jefa, la llamaba para comenzar el "tour" de las tareas de su puesto, o como Mina prefería llamarlo: "capacitación rápida".

-Muy bien Rosalía, lo primero que deberás hacer desde que llegas a trabajar sera revisar todo lo que recibo, desde cartas, pasando por mensajes de texto, mensajes de whatsapp, correos electrónicos, correos de voz, solo me pasaras aquello relacionado al trabajo, quizás una hora antes de terminar tu turno te pida que me pases todos los otros mensajes que rechacé ver mas temprano, la mayoría del tiempo quizás te diga que borres o tires todo a la basura- inicio explicando Mina a su nueva y joven asistente ejecutiva, las explicaciones continuaron por aproximadamente unos cuarenta minutos, en pocas palabras, Mina indico a Ro que al llegar ella debía haber dos cosas listas en su escritorio, los mensajes importantes (que fue lo primero en explicarle) y una gran taza de café tostado francés (del cual siempre había varias cafeteras preparándolo en ese banco, tanto para Mina como para algún cliente o persona importante), le explico también que debía llevar su agenda, cada actividad, reunión y junta estaba programada en dicha agenda, algunas desde hacia varios meses, Ro descubriría mas adelante que si alguien perdía su cita con su jefa por cualquier motivo, tomaría meses volver a agendar una cita para tal persona, salvo que otra persona también perdiera su cita, de por si que alguien perdiera su cita con Mina era algo bastante inusual, que pasara una segunda vez en un breve lapso de tiempo era mas improbable que ganar la lotería o sacar el premio mayor en una traga monedas de las Vegas. ¿La razón?, sencilla, Vilhelmina Blom valoraba mucho el tiempo de los demás, pero mas aun el suyo, muchos de sus contactos y clientes actuales sufrieron para re agendar reunión con ella, y con semejante refuerzo negativo, muy rara vez, volvían a cometer tal error. Tal modus operandi le fue enseñado por el padre del hombre que visito a Mina cuando acababa la entrevista laboral de Rosalía.

Todo lo explicado en el párrafo anterior lo aprendió Rosalía de las empleadas del banco, y lo confirmo con el pasar de los días, para su fortuna, Ro aprendía rápido, se equivocaba poco, y si lo hacia aprendía del error, no temía preguntar sobre algo de lo que no sabia, dichas cualidades no pasaron desapercibidas para su jefa rubia, la cual, aunque siempre concentrada y enfocada en el trabajo, desde aquella comida con su nueva empleada, se sorprendió a si misma soñando despierta, ella misma se sorprendería si se enterara de lo que trataban tales sueños, lo cierto es que incluían a cierta adolescente pelirroja, en tales sueños Mina añoraba saber mas sobre ella, que le gustaba, que no, ¿Le gustaran las flores?, ¿Los chocolates?, ¿Que pensara de ella, Mina Blom?, y, para su sonrojo, también deseaba, mejor dicho ansiaba, hundir sus manos en ese voraz incendio que tenía por cabello

Si pudiera leer Mina la mente de Ro, descubriría decepcionada, que los primeros días de su trabajo, Rosalía se esforzaba por hacer bien su trabajo, y agradar a aquellas mujeres que le apoyaron con una sonrisa el día que fue presentada como el mas nuevo miembro de la familia. 

Para gozo de Mina, Rosalía le acepto la invitación a almorzar, justamente el día que Ro cumplía su primer semana de trabajo (aquello era un decir, pues ningún banco trabaja en domingos), en aquel día, Mina vistió una blusa de diseñador en tonos pastel, y una falda fruncida a capas que le llegaba a la mitad de las pantorrillas del mismo color que la blusa, Ro, por su parte vestía un poco mas sencilla, unos jeans ligeramente ajustados, y una blusa ligeramente corta con estampado de manchas, que la hacia parecer de piel, aunque solo un tonto se creería eso, era demasiado obvio, para rematar unas botas negras que llegaban hasta la mitad de sus pantorrillas, Mina por su parte, calzaba unos sencillos tacones no muy altos (dos pulgadas y media tal vez) que dejaban ver sus pies, Rosalía desde que la vio llegar quedo admirada por lo sencillo, pero a la vez lo elegante, que lucia ese atuendo en esa mujer: para el almuerzo pidieron que la comida se las llevaran a la oficina, por insistencia de Rosalía el menú de ese día fue comida mexicana vegetariana (para Rosalía, Mina insistió en incluir carne en su comida, bajo advertencia de padecer las consecuencias), ordenaron mediante una aplicación, para Ro: tacos de fa jitas de lentejas, acompañados de un litro de agua de jamaica, para Mina: Un filete de entrécula (o arrachera) con vegetales al vapor, y una generosa dotación de frijoles refritos con queso fresco rallado encima, acompañado por igual cantidad de agua de jamaica que Ro.

Comieron con bastante buen apetito, pues la jornada del día, hasta el momento, había sido agotadora, al terminar de comer platicaron amena mente, como si fuesen amigas desde hace décadas, y hacia años que no podían verse, Rosalía reía como niña por ciertos comentarios de Mina sobre cierto cliente de baja estatura al cual veían regularmente, para sus adentros, Mina añoraba poder ver siempre esa sonrisa, y ser la razón de la misma, en aquella pelirroja; Ro no se quedo atrás, e hizo reír a Mina como adolescente al comentar sobre cierto cliente con una peculiar nariz, Ro también deseo poder ver esa sonrisa y ser la razón de la misma desde ese momento hasta el ultimo de su vida.

En cierto punto volvieron a retomar la platica que tuvieron la primera vez que comieron juntas, ambas, en esta ocasión platicaron por casi sesenta minutos completos, aunque les pareció que solo habían pasado cinco minutos, por un acto reflejo, ambas vieron al mismo tiempo el reloj en la pared del comedor para empleados, para, al siguiente segundo, voltear a ver la una a la otra también al mismo tiempo, lo cual a su vez provoco que ambas mujeres rieran como chiquillas, Rosalía rió tanto que tuvo que buscar a Mina y tomarla del brazo para evitar caerse, esta, en un acto involuntario, con su otra mano acaricio la mano y brazo de Rosalía que sujetaban su brazo, cuando la pelirroja se calmo, se quedo mirando fijamente a Mina, hipnotizada por el intenso azul de sus ojos, a su vez, Mina se perdió en los ojos miel de su pelirroja asistente, casi sin darse cuenta ninguna de las dos, fueron acercándose una a la otra, y, sin temer las consecuencias, Ro dio a Mina un delicado beso en sus labios, Mina al instante, como poseída por la adrenalina del momento, tomo el rostro de la chica y prolongo el beso, sin ser tosca, sino igual de delicada que la ojimiel; hasta que ambas mujeres tuvieron que separarse buscando instintivamente el aire necesario para vivir, cuando el beso se rompió, ambas se sonrieron dulcemente y unos segundos después, levantaban todo lo que utilizaron para comer. limpiaron la mesa donde comieron, depositaron su basura en donde corresponde y volvieron a su trabajo como si nada hubiera pasado...