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Desflorada por un ángel

-Mi primer pareja fue una mujer mayor que yo en ese entonces, yo apenas era una colegiala de solo 16 años, creo estaba algo confundida porque no encontraba atractivos a los chicos de mi edad, ni a los mayores ni a los menores; Rosalía, bebe, debes entender...- tras esa pequeña pausa Mina soltó un suspiro que no solo reflejaba tristeza, sino un sentimiento mas allá de la tristeza, ante esto la muchacha pelirroja solo pudo hacer una cosa, tomar la mano de la mujer rubia, la cual ante aquel gesto solo pudo corresponderlo, para después apelar a toda su fuerza de voluntad para volver a relatar aquella dolorosa historia.

-Debes entender que esto nunca se lo he contado a nadie, ni siquiera a mis padres, y te conté sobre ellos cuando fui tu maestra de neerlandés-

Rosalía solo pudo asentir en silencio, su mente intentaba procesar lo que acababa de saber sobre su novia, si aquella relación significo tanto para tenerla solo para si misma, debía significar muchísimo mas de lo que jamas había pensado, se arrepintió por un segundo por hacerla hablar de algo tan personal, pero al siguiente segundo deshecho tal pensamiento y lo reemplazo con la idea de que si se decidió a contárselo a ella, una mucha-chita por la que nadie salvo aquella mujer, apostaría siquiera una insignificante moneda, debía significar mucho, mucho mas de lo que jamas habría pensado, sintió que los ojos se le llenaban de lagrimas y sintió el nudo que lentamente se formaba en su garganta, pero Mina volvía a hablar y no quería perderse ni una palabra de aquella historia.

-Bueno, como te decía, yo apenas era una colegiala de 16 años, ella era maestra de la preparatoria donde estudie, impartía varias materias pues se había capacitado muy bien, su nombre era Freya*, recuerdo que pese a que a esa edad, yo era bastante alta, Freya aun así me superaba por varios centímetros, debía medir por lo menos un metro ochenta y cinco u ochenta y seis, también recuerdo que era rubia igual que yo, pero mientras yo soy rubia dorada, ella era rubia platinada**, de las pocas mujeres platinadas que he visto, obviamente nos conocimos porque fue mi maestra, apenas era mi primer año en la preparatoria, cuando la vi quede como hipnotizada por ella, al principio creí que solo la admiraba o que solo me impresiono su forma de ser.

Al parecer mis calificaciones del grado anterior impresionaron a los profesores, pero esa parte y todo lo que derivo ya lo conoces de sobra, apartando eso fui nombrada representante de mi clase por mis notas y en la primer reunión de todos los representantes expuse tan buenas ideas y propuestas que me nombraron representante del primer año, esto ultimo fue lo que nos hizo convivir mucho mas, la conocía desde el primer día de clases porque la asignaron como profesora de mi especialidad en economía, ella impartía la clase de finanzas, materia bastante complicada de hecho, bueno ese día varias chicas faltaron y querían averiguar que había pasado, así que me pidió ir a investigar a casa de cada chica, principalmente porque todas eran de primer año y como su representante era mi responsabilidad, la inspección acabo rápido pues todas estaban genuina mente enfermas, solo pedí los certificados médicos a los padres y mi tarea estaba hecha, no sabes cuanto me agradecieron el director de la escuela y la profesora Freya, tras reunirme con ellos y oír sus interminables lisonjas para conmigo; yo caminaba hacia la salida, Freya me detuvo y casi sin mediar otra palabra me invito a comer como agradecimiento por la tarea que hice, intente negarme pero insistió en le hecho de que la escuela pagaría como agradecimiento, así que termine aceptando, me llevo a un elegante restaurante no muy lejos del instituto, comimos una exquisita sopa de reno y de postre el pastel helado de daim mas dulce que he saboreado, visitar aquel lugar se hizo una costumbre para ambas, pues mis compañeros daban muchos problemas, visitábamos aquel lugar al menos una vez por semana.

El día que se me confeso es un día que difícilmente olvidare, creo pocas mujeres se darían el lujo de olvidar la primera vez que se le declaran, pero yo lo recuerdo claramente, fuimos a aquel lugar mas tarde de lo habitual, llegamos casi a las siete de la noche, por lo que en vez de comer, cenamos, en esa ocasión degustamos un plato de quesos noruegos cada una, y me atiborre de dulces típicos casi hasta reventar, durante cada comida ambas charlábamos muy amena mente, supe que pese a ser muy joven, solo tenia 25 años entonces, ya tenia un hijo varón de no mas de cinco años, me confeso fue un reto combinar la maternidad con estudiar una carrera, ademas del hecho de ser madre soltera, al parecer el padre del pequeño sufrió un desafortunado accidente y perdió la vida, en fin, después de cenar y platicar un rato sobre banalidades, me pregunto si quería ver las auroras boreales, a lo que accedí encantada, en ese momento me entere que el restaurante era solo la entrada de un gran y lujoso hotel, aunque eso lo note hasta que ambas subimos en un ascensor y vi entrar y salir a varias parejas de los otros ascensores, debo confesarte que ver aquellas auroras fue el mas hermoso espectáculo que he visto, aparte de ti roja, claro esta- ante el halago Rosalía solo pudo sonreír en silencio y con su mano animo a la rubia a seguir- para ver las auroras subimos en ascensor hasta la terraza del hotel y como dije fue hermoso, mientras yo estaba embelesada con las auroras, apenas sentí que Freya poso su mano en mi hombro, no le tome mucha importancia, pero apenas voltee mi cara lo suficiente para verla, ella me beso, fue un beso muy hermoso, recuerdo muy bien la suavidad de sus labios, al terminar el beso sentí que mis piernas flaqueaban, ella me llevo en sus brazos hasta una de las habitaciones (creo lo tenia todo planeado y reservo desde el principio dicha habitación) ahí continuamos nuestra sesión de besos, al separar nuestras bocas un delgado hilo de saliva unía nuestros labios; me quito el suéter del uniforme que aun llevaba puesto; la detuve un momento confesando-le que me sentía como una niña demasiado bien portada y quizás, algo estúpida; ella tomo mi rostro delicadamente con su mano derecha y me dijo que yo soy hermosa tal y como soy, ante sus palabras sentía las lagrimas salir de mis ojos como si fueran ríos, se quito la ropa hasta quedar en ropa interior, su lencería era muy sexy de color negro, contrastaba bastante con su blanca piel, cuando empezó a desnudarme ya me había calmado bastante y, mientras me dejaba en ropa interior me susurro al oído "ahora nos portaremos mal, pero si quieres repetir búscame cuando gustes"; volvimos a besarnos mientras nos acostábamos en la cama, me quito el brasier (mi ropa interior en ese momento era muy infantil) en el segundo que nuestras bocas se separaron necesitadas de aire, obvio se quito el suyo también; cuando sus caricias empezaron a descender de mi rostro hacia mi cuerpo le pregunte tímidamente "O-oye Freya, t-tú-ú, t-t-ú, ¿Ya has hecho esto con otra mujer antes?", me escucho y al principio se sorprendió, y un instante después me miro con ternura y pregunto "¿Acaso estas celosa Mina hermosa?", "S-sol-lo quiero saber" le conteste aun tímida, me contó que paso casi como estábamos en ese momento, con una amiga suya algunos años mayor que ella.

Apenas me había contado el principio de su primera vez cuando Freya descendió por mi cuerpo y con su boca acaricio suavemente mi pezón izquierdo, para después succionarlo con delicadeza, eso me hizo gemir de placer debo confesar

-Esa amiga me enseño bastante- la oí decir mientras se movía en la cama rumbo al sur de mi anatomía, cuando sentí estaba quitándome mi braga, hasta entonces me di cuenta que ella ya estaba desnuda, me agarro con firmeza de mi cadera, al mismo tiempo que se sentaba de rodillas, de forma que mi sexo quedo frente a su boca -tuve la suerte de que me regalo chocolates en San Valentín- acababa de pronunciar esas palabras cuando se llevo mi sexo a su boca y empezó a lamer mi clítoris, cada movimiento de su lengua me hacia enloquecer de placer, tras cerca de una hora, en la que sentí orgasmo tras orgasmo, finalmente bajo mi cadera a la cama, para de inmediato cruzar sus piernas con las mías para ambas sentir un ultimo y celestial orgasmo.

Lo que me hace tan duro contar esto fue lo que paso los meses siguientes; como su primer amor, me regalo unos exquisitos chocolates, por lo que recuerdo eran importados de México, creo; mis compañeros, compañeras ni profesores parecían estar enterados de nuestra relación; y no tenían porque, el hotel era caro pero discreto, según averigüe años después.

Llevábamos seis meses como pareja, a veces salíamos al cine, a comer, me presento ante su hijo como una amiga, a lo que siempre le agradeceré, de repente un día dejo de presentarse en la escuela, intente averiguar que le había pasado; pero ni el director del colegio estaba al tanto, finalmente, una compañera de mi salón me dio una pista, al parecer se había sentido mal y fue hospitalizada, le agradecí con mi corazón en mis manos, y hecha un mar de lagrimas, (después te contare de esta amiga); su información era correcta, fue internada en un hospital por algo hereditario, cuando me arme de valor para verla postrada en esa cama de hospital, lo único que pude hacer fue romper a llorar, pero cuando pude calmarme hablamos por mucho rato varios días, fue como nuestra forma de decirnos adiós, por mis compañeras supe un año después que falleció por un mal hereditario, por suerte su hijo quedo en buenas manos, hacia años asigno a su hermano y la esposa de este como tutores de su hijo en caso de cualquier percance, su muerte si que me marco, pero no mas que lo que vivimos juntas; entiende Rosalía que jamas te comparare con ella en ningún aspecto.

-Supongo querrás saber ahora de la segunda mujer en mi vida, bueno no diré mucho puesto que terminamos odiándonos, ¿Recuerdas la compañera que te mencione?, pues cuando empece trabajando de cajera empece mi relación con ella, Astrid se llamaba (aunque este viva aun, para mi ya se murió), la considero una perra porque decía andar conmigo, pero varias noches a la semana, dejaba que los jefes del banco le hicieran los mas bajos, ruines, morbosos y repugnantes actos sexuales, según escuche incluso participo en orgías, estúpidamente al principio creí que eran rumores de gente envidiosa, toxica; supongo el amor enmudece los sentidos mucho mas de lo que dicen, cuando terminamos hubo muchísimos gritos, amenazas, juramentos de arrepentimiento, pero ni entonces ni nunca hasta ahora, me he arrepentido de haber terminado con esa-.

En cuanto Vilhelmina Blom termino de contar sus historias, Rosalía no pudo evitar llorar por la hermosa pero fugaz relación con Freya, y el infierno que vivió con esa tal Astrid. Pasados unos minutos, Mina revisaba en google fotos y referencias de la quinta casa que tenían planeado visitar, y en caso de gustarles, comprarlo; en caso contrario solo queda buscar mas opciones, Rosalía se acurruco al lado de su rubia amada y vio las fotos de la casa antes dicha, decir que le encanto seria quedarse bastante corto; el precio era simplemente inmejorable, tiene a poca distancia tanto escuelas, como hospitales y supermercados, la mujer pelirroja estaba impaciente, deseando que llegara en ese segundo la hora de visitar la mencionada casa, tantas ansias tenia, que termino aun mas exhausta y cayo dormida rápidamente, unos minutos después, tras apagar su laptop, Mina se unió a su amada en los brazos de morfeo...

Notas

* En la mitología nórdica Freya es la diosa del amor, la belleza, la fertilidad y el oro

** Estadística-mente la mayoría de las personas que nacen con este color de cabello son hombres

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