Capítulo 3
Después un tiempo vuelvo a traerles un cap mas de este fic. Quiero aclarar que el mismo contiene lime (creo que entra en esa categoría xD) así que no digan que no avisé.
Sin mas espero disfruten la lectura y nos vemos en la nota final
***
— ¡Es suficiente! — estalló en ira Kyouko y volvió a recalcar — ¡te vas a casar, la boda será en una semana y no está a discusión!.
— No me voy a casar. ¿Me escuchaste? — habló con la voz arisca — NO-ME-VOY-A-CASAR — Dicho esto salió corriendo hacia las escaleras y subió a su habitación cerrando la puerta con seguro mientras a lo lejos aún podía escuchar los gritos de su madre.
Una vez sola, se dejó caer en la cama intentando aclarar su mente y pensar que podía hacer. Tras la revelación del adelanto de su matrimonio, todos sus planes de escapar con Kazuto se venían abajo, porque una semana era muy poco tiempo. ¡Por Dios una semana!.
Y tras analizarlo detenidamente, a estás alturas sólo había una cosa por hacer.
***
Romance de la vida y la muerte.
"La línea entre el amor y el deseo".
(Parte Final)
Kazuto se encontraba sentado en el sofá de la sala, sumido en sus pensamientos. Hace unos minutos la campana de la iglesia de la ciudad había marcado ya las diez de la noche cuando de un momento a otro la puerta que daba conexión a la cocina con el exterior se abrió de golpe, causando un gran alboroto y logrando así sacarlo de su ensoñación.
Abandonando su cómodo lugar, se levantó dirigiéndose a dicha habitación encontrándose con una castaña completamente alterada.
— Asuna —la llamó con la sorpresa reflejada en su rostro y voz — ¿qué haces aquí?. Es muy tarde, si tus padres se dan cuenta que no est...
—Voy a casarme Kazuto kun —lo interrumpió con la voz quebrada. El pelinegro se mantuvo sereno y luego sonrió levemente hacia ella.
—Lo sé, Asuna —extendió su mano derecha hasta la mejilla femenina y acarició la suave piel de la joven con cariño —pero aún falta tiempo para eso y...
—En una semana —lo interrumpió de nueva cuenta la castaña y esta vez, la expresión del pelinegro si denotaba sorpresa ante lo dicho por la joven.
—¿De qué estás hablando? — rió nervioso e incrédulo - aún falta para que cumplas la mayoría de edad.
—Lo han decidido mis padres y apenas hace unas horas me lo informaron —Asuna bajó la mirada hasta sus pies, intentando controlar sus emociones y no largarse a llorar ahí mismo — es... es por eso... que vine a tu encuentro —levantó nuevamente la mirada encontrándose con aquellos penetrantes orbes oscuros que la hacían temblar.
Kazuto no decía nada, solo habían pasado unos segundos pero Asuna sentía que se moriría ahí mismo si él no decía nada pronto —sé... que tomó por sorpresa como a mí —habló nuevamente la joven desesperada por el silencio del joven —pero yo no quiero casarme —por fin sus lágrimas brotaron dejando un rastro en su recorrido por sus mejillas — no me importan los lujos, no quiero joyería o vestidos de gala, no quiero vivir en una mansión fría y sin vida, porque cualquier lugar del mundo se sentiría de esa forma si no estás tú a mi lado — su intenso mirar ambarino logró estremecer al pelinegro — yo solo quiero estar contigo —ya no trataba de retener su llanto en tanto seguía mirándolo impaciente.
—Yo también quiero estar solo contigo — repuso finalmente, devolviéndole un poco de calma a la castaña quién seguía derramando aquellas gotas saladas — no importa si cambiaron la fecha, eso no va a impedir que estemos juntos —Kazuto se acercó más hacia Asuna quedando a escasos centímetros de su rostro —sólo adelantaron un poco nuestros planes, pero eso no va a cambiar el hecho de que nos iremos... juntos —susurró con dulzura antes de atrapar los labios femeninos entre los suyos en un dulce beso que estremeció por completo a Asuna.
Disfrutaron de aquella caricia hasta que el pelinegro se separó levemente y abrió los ojos para poder mirarla nuevamente encontrándose con la mirada desbordante de amor que le ofrecía la castaña —nos iremos mañana a primera hora, ya no hay que esperar más y no debes preocuparte por llevar algo —recargo su frente contra la de ella —no nos hará falta nada, te lo aseguro —y sin más volvió a unir sus labios con los de su amada.
***
Una alterada Kyouko caminaba en círculos dentro de aquella habitación que era utilizada para recibir a las visitas. Eran cuarto para las doce y Asuna aún no aparecía.
En un principio había creído que su ausencia en la mesa durante la cena se debía a su anterior molestia por la noticia del adelanto de su matrimonio con el noble Sugou y lo habría dejado pasar solo por esa noche, de no ser por el hecho de que el nombrado había ido a visitar a la familia. Y en especial a su prometida. Pero, en cuanto subió las escaleras para avisarle que su prometido se encontraba en la mansión y reprocharle el desplante que le había hecho al no haber asistido a la cena, se encontró nada más que con una habitación vacía.
—Esto no puede ser posible —exclamó enfurecida.
—No tiene de qué preocuparse madam — inquirió con tranquilidad Sugou —mis hombres así como los suyos harán todo lo posible por encontrarla y la traerán de regreso sana y salva —en ningún momento dejó su porte firme y seguro.
—Le ruego nos disculpe joven Sugou —interrumpió con voz gruesa y potente el patriarca de la familia y ofreciendo una ligera reverencia a modo de disculpa —lamentamos que tenga que pasar por esta situación a causa de nuestra hija —dirigió su mirada penetrante al hombre más joven —una vez Asuna regrese a casa, tomaremos medidas ejemplares con ella.
—No tiene de qué disculparse Lord — respondió rápidamente —soy consciente de que... no soy del total agrado de su hija y menos cuando se le ha impuesto un compromiso que ella no pidió — inquirió en tono comprensivo y antes de que alguno de los dos presentes pudiera replicar, se apresuró a continuar —pero no teman que haré lo que esté a mi alcance para que ella pueda cambiar la forma en como me ve... tal vez sólo le tomó muy desprevenida la noticia —culminó sereno y ofreciendo una tenue sonrisa.
—Nos alegra mucho saber que hemos escogido a todo un caballero como compañero para nuestra hija — exclamó admirada la señora Kyouko — pero,aún así... joven Sugou —volvió a tomar la palabra la matriarca ya un poco más calmada pero no menos angustiada y enfadada — le doy mi palabra de que esto no se quedará así, ella es una joven decente y de buena familia, es inconcebible que ande a estas horas fuera de casa —dicho esto tanto ella como su esposo se giraron sobre su eje dando la espalda momentáneamente al joven para dirigirse a uno de los guardias para dar nuevas instrucciones.
En tanto Sugou dejaba ver una expresión de completa molestia en su rostro, que pasó totalmente desapercibida por los presentes.
"Maldita chiquilla, esta humillación no se va a quedar así"
***
El beso rápidamente fue cobrando fuerza y la pasión podía sentirse en cada roce de sus labios.
Las manos del pelinegro vagaban lentamente por la delicada espalda cubierta por el vestido color azul cielo que llevaba la muchacha, haciendo su camino hasta llegar a la muca de la joven.
Se habían besado muchas veces antes, pero nunca antes habían sentido que un beso ya no era suficiente para ellos.
Por lo que, en un intento de ambos por sentirse más cerca, Asuna llevó las manos hasta el cuello de Kazuto acercándolo más hacia ella, en tanto él volvía a bajar sus manos todo el camino de regreso y la abrazó firme por la cintura, profundizando aún más aquella caricia.
El calor iba apoderándose de ambos y en un momento de cordura se separaron descansando la frente en la del otro, mientras se dirigían una mirada cargada de amor, pasión y necesidad. Sus respiraciones agitadas no daban tregua a la calma.
Sabían lo que querían y esta vez no iban a detenerse, después de todo, escaparían juntos antes de que el alba se asomara. Ya no había nada que temer pero si mucho por sentir.
Luego de una muda conversación que tuvieron con solo mirarse a los ojos, se dirigieron al segundo piso en medio de nuevos besos ardorosos. El camino se les hizo corto una vez se dieron cuenta de que llegaron a una de las habitaciones.
Sin prisa y con todo el cuidado del mundo Kazuto recordó a Asuna en la cómoda cama que ocupaba el centro de la habitación.
Entre caricias y sin dejar de besarse con amor fueron despojándose de sus ropas, que se sentían estorbosas a estas alturas.
Kazuto se separó levemente de ella y se dedicó a delinear cada curva del cuerpo femenino con el dulce y casi imperceptible tacto de sus dedos sin despegar su intensa mirada de su silueta. Cada roce que él daba sobre la delicada piel de Asuna robaba suspiros de sus labios y enviaba oleadas de calor por todo su cuerpo.
Perlas de sudor se hacían visibles en ambos, por el calor que ambos empezaban a sentir, creando un espectáculo a los ojos de ambos al verlas brillar con la luz que se filtraba de las calles.
—Te amo —fue lo último que susurró el pelinegro antes de asaltar el cuerpo de Asuna que lo recibió con gusto.
Sus labios volvieron a conectarse hasta que una mueca de dolor apareció en los labios de la castaña. Era su primera vez y había decidido entregarle la pureza de su cuerpo a su amado que se dedicaba a tratar de calmarla con palabras dulces.
En un momento, Asuna enterró completamente las uñas en la espalda desnuda de Kazuto, logrando sacar un gemido mezcla de dolor y excitación de su parte, hasta que en un momento dado Kazuto sintió traspasar la barrera de la pureza de Asuna, logrando sacar un gran grito de parte de la joven y dejando aquel característico aroma a hierro, imperceptible para la castaña pero no así para el pelinegro.
Ni bien hubo pasado el dolor, dejando una leve molestia en su lugar, Asuna volvió a relajarse sobre las sábanas.
Como el pelinegro no se moviera dirigió su vista hasta su rostro, encontrándolo estático en su lugar.
En un momento, la respiración del joven se empezó a tornar agitada y comenzó a temblar sobre ella. La joven fijó su mirada en los ojos del pelinegro esperando encontrar aquellas perlas plateadas que siempre la hacían estremecer. Pero todo lo que se encontró fue un intenso mirar dorado que por momentos volvía a aquel plata que tanto amaba —no puede ser...— susurró asustada.
Kazuto ejerció presión sobre el cuerpo de la castaña y dirigió su vista al níveo cuello de la muchacha —dejavú — pensó Asuna. Nuevamente estaba acorralada contra él y nuevamente no tenía como escapar y tampoco es como si pudiera echarse a correr sabiendo que un vampiro estaba tras ella y mucho menos en el estado indecoroso en el que estaba y tampoco tenía nada a mano para golpearlo como aquella vez y tampoco es como si quisiera hacerle daño, por lo que descartó esa posibilidad.
El pelinegro por su parte intentaba luchar consigo mismo. Tratando de dominar su instinto cazador. No estaba completamente inconsciente por lo que fervientemente peleaba contra su propia naturaleza. Pero el hecho de que se encontraba en abstinencia de sangre por mucho tiempo no le ayudaba en nada.
El agarre sobre la castaña se hizo más firme y comenzaba a lastimarla. Sus afilados colmillos se hicieron presentes y empezaron a delinear la piel blanquecina expuesta ante sí. En tanto Asuna trataba desesperadamente de buscar una solución mientras forcejeaba con el pelinegro.
—¡Kazuto! —exclamó esperando poder llegar a la conciencia del muchacho —¡por favor suéltame! —todo parecía en vano hasta que recordó algo, algo muy importante de aquel acontecimiento que había ocurrido meses atrás y que ahora se sentía muy lejano. Así que, viendo que el dorado en el mirar masculino aún luchaba por sobreponerse y jugándose la vida, tomó al pelinegro de la nuca y lo atrajo hasta sus labios, esperando —suplicando —que este método funcionase nuevamente. Y justo, como en aquella ocasión luego de un momento Kazuto comenzó a corresponder y Asuna pudo observar cómo su mirada volvía a la normalidad, recuperando aquel plata intenso que la hacía temblar.
La castaña entonces se permitió relajarse separando brevemente sus labios. Al entender el pelinegro lo que estuvo a punto de pasar, soltó lágrimas y recostó su cabeza en el hombro femenino —lo siento —dijo con la voz quebrada —yo... nuevamente, nuevamente casi... —pero Asuna no lo dejó continuar y lo calló con un beso, beso que— aunque aún seguía asustada —contenía todo el amor que sentía y transmitía calma al pelinegro —Sssshhhh... todo está bien, no pasó nada — fue lo único que dijo mirándolo con ternura antes de volver a unir sus labios antes de que el joven pudiera decir algo más, reanudando así aquel acto que había quedado postergado. Pero esta vez, ya no habría peligro.
***
Desperté alrededor de las tres y media de la mañana, por un fuerte ruido proveniente de la habitación de al lado —dónde se encontraba el piano —Al ver que Asuna no se encontraba a mi lado decidí ir a ver, sabía que ella amaba mucho tocar aquel viejo instrumento y conociéndola bien, la hora no sería impedimento para lograr su cometido.
Con ese pensamiento y una sonrisa adornando mi rostro me aventure al pasillo. No se escuchaba ningún sonido y eso me extrañó, aún así seguí mi camino hasta toparme con la puerta de la habitación. Al momento de tomar el pomo de la puerta logré escuchar un quejido por lo que me apresure a entrar exaltado —¡Asuna!.
Todo lo que pude observar fue a Asuna —en vuelta en una sábana para tapar su aún desnudez —sentada en el piso y tomándose del brazo con fuerza, pedazos de vidrio esparcidos por toda el área a su alrededor. Aquel líquido carmesí salía a borbotones por la gran herida que de había hecho y en ese momento aquel aroma, ese maldito aroma metálico penetró en mis fosas nasales.
Con temor Asuna dirigió su mirada hacia mi y no pude evitar sentirme casi tan asustado como ella.
***
La conciencia finalmente volvía a mí, observé la habitación tratando de recordar qué había pasado y dónde me encontraba. No fue hasta que percibí un ligero peso entre mis brazos y un ligero suspiro casi imperceptible —que casi parecía un suave susurro diciendo Te amo —que los acontecimientos volvían a mí, golpeándome en la cabeza —un ruido fuerte, la habitación del piano, Asuna en el suelo con una gran herida, pedazos de vidrio esparcidos por el suelo y luego... sangre —tragué pesado y con miedo bajé la vista a mi regazo dónde sentía aquel peso extra.
Ahogué un grito —Asuna estaba entre mis brazos completamente fría e inmóvil, de su herida parecía ya no salir nada y lo peor... tenía dos pequeñas marcas a un lado del cuello —No, no, no, no por favor —mis lágrimas bajaban gruesas por mis mejillas —¡tiene que ser una maldita broma! —desesperado la acosté completamente en el suelo y traté de hablarle. ¡Debía haber algo que pudiera hacer!.
—Asuna voy a ayudarte, te prometo que estarás bien —dije con la voz completamente destrozada, pero como era de esperarse... no recibí respuesta.
Tomé su delgada figura y por encima de aquellas dos pequeñas marcas, volví a morderla —pero sin succionar la poca sangre que le quedaba —en un intento desesperado y egoísta de poder convertirla en una igual a mí. No reaccionaba, volví a intentarlo esta vez en un lugar cercano a su herida. Nada. Intenté varias veces más en otros lugares y... nada.
La frustración era demasiada, el dolor en mi alma —si es que aún la tenía —era aún más insoportable.
Llevé mis labios a los suyos y mordí ligeramente mi labio inferior lo suficientemente fuerte como para causar una herida y en otro intento desesperado por traerla de vuelta a mi, dejé que mi sangre hiciera su camino por su boca y garganta. Pero tampoco... nada...
—¡Maldita sea! Por favor Asuna reacciona — ya no intentaba contener el llanto y mi vista se nublaba por las lágrimas —No...no puedes irte tu sola. Nos iremos juntos. ¿Recuerdas? —abrace su delicado cuerpo inerte contra mi pecho y grité, grité de dolor en aquella madrugada que en un principio parecía ser prometedor para ambos pero que yo había arruinado por mi estúpida naturaleza sobrenatural.
***
Nota:
Oh vaya...
Si se preguntan si este es el final del fic... Pues si, si es el final!. Lamento si decepcioné a alguien con el final o con alguna otra escena.
Pero en un principio este fic iba a ser un one shot, por lo que las cosas deberían suceder rápido.
Así que Sumi_Chan lo prometido es deuda!! Y aquí está! Jaja sé que me habías pedido que cambie el sufrimiento y que termine todo bonito pero realmente me gustó el final así y lo siento (?) xD
También me disculpo porque este fic lo empecé para la KiriAsuweek2016 y los hice esperar demasiado para tener este final 😅
Si tienen algo que decir, tomates que lanzar xD háganlo en los comentarios, también si tienen alguna pregunta estoy dispuesta a responder.
También quería decir que dependiendo de como tomen este final voy a poner un comunicado en mi muro de mensajes 👀
Si ven algún errorcito por ahí, les pido disculpas porque todo lo hago desde el móvil y me cabrea la app porque me borra partes y tengo que empezar de nuevo 😅😅😅
Así que sin mas me despido y nos vemos en otro fic, en otra actu. El siguiente que tengo pensado actualizar es "Efecto Mariposa", si aún no has leído ese fic, te invito a que lo hagas, está en mi perfil y es un fic nuevo ^^
Prospero año nuevo para todos!! ^^
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