4. Tóxica.
Ni Fairy Tail ni sus personajes me pertenecen Más los OS si son de mi completa posesión.
•Número de palabras: 1910
•Escrito: 06/11/19
•Publicado:06/11/19
4. Tóxica.
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Su vida siempre dio giros inesperados, siempre estuvo en contra de la atención que daba su pareja a su mejor amiga, incluso solía quedarse en casa de esta cuando ella misma siendo su novia estuviera en su cama muriendo de fiebre, siempre tenían peleas que terminaban lastimandose mutuamente, gritando palabras hirientes sin pensar en sus consecuencias, siempre estuvo en contra de esa unión entre ellos por el simple hecho de que se hacían daño tanto ellos mismos como para ella misma, llena de desilusiones, emociones, dolor, sufrimiento u otro tipo de emoción que la hacia desestabilizarse cada vez más. Desde hace años se hubiera separado de Rogue Cheney si no hubiera Sido por sus propios padres que la obligaron a casarse con alguien a quien ni cariño sentía, estando complemente segura de que ese odio era mutuo.
Sus padres no notaban el daño que le causaban a su hija única, manteniéndola en esa relación innestable que solo lograba que la joven tuviera ya su propia mente hecha un caos total junto a sus nervios subiendo cada vez más, su propio autocontrol iba desapareciendo llevándola a cometer algo que jamás había pasado por su mente...
Ahí estaba, teniendo el pequeño filo entre sus dedos mirando el pequeño brillo que este emanaba al ser golpeado por la luz de su habitación.
La cama hecha un desastre con las almohadas y cobijas extendidas por el suave colchón al igual que en el frío piso de cerámica.
Su cabello totalmente despeinado, su ropa solo consistía en una camisa más arriba de su ombligo totalmente negra y unas bragas blancas, sus ojos denotaban melancolía.
A simple vista su cara de tez pálida no daba casi ninguna señal de estar en ese lugar, solo se encontraba ensimismada en la pequeña navaja en sus finas manos mirándola como si realmente deseara hacer algo, pero por alguna razón solo miraba el filo sin hacer ningún sonido ni movimiento.
Los gritos de obsenidades de fondo llenando su habitación los cuales provenían de su actual y único marido que había tenido en toda su vida, este estaba lanzando cualquier cosa al suelo, solo se escuchaban las cosas de vidrio que chocaban contra las paredes o el suelo, acababan de tener una fuerte discusión pues el chico como de costumbre llegó ebrio exigiéndole comida, está negó ignorando a su pareja sin apartar la mirada del libro que estaba en sus manos. El Cheney al notar el desinterés de esta le soltó una bofetada directa tirando a la rubia al suelo, su mirada no demostraba mortificación alguna al mirar a su mujer en el suelo. Está se sentó un poco sintiendo el frío en sus piernas, toco su labio con cuidado soltando un pequeño gemido de dolor, cuando miro su mano noto un poco de líquido rojizo en su dedo.
—¡Quiero mi comida ahora! — Grito sin pudor, sin ganas de tenerla enfrente ni un segundo más, la miraba con enojo total, levantandola por el cabello de esta.
Ella ahogo un pequeño grito mirándolo enojada arañando su mano para que esté la soltará, al soltarla ella lo empujó lo más fuerte que pudo, el moreno al estar ebrio no pudo mantener el equilibrio callendo hacia atrás.
—¡Imbécil! — Le devolvió ella el grito, camino aún enojada sin apartar la mirada del Cheney tomo el libro que aún leía lanzándoselo en la cara, le dió la espalda cerrando la puerta de un portazo encerrandose quedando completamente sola.
Así había empezado todo ese día.
Sus piernas completamente desnudas ya se habían acostumbrado al frío del suelo bajo ella, recuerdos pasaban su memoria mientras unas lágrimas traicioneras salían de sus fríos, callados y sufrientes ojos los cuales anhelaban tranquilidad.
Extrañaba su antigua libertad.
Su cabeza dolía sin parar, las gotas cristalinas cubrían su cara y sollozos pequeños escapaban de su garganta.
Por un solo segundo dudo antes de empezar a enterrar la pequeña navaja en su suave piel logrando ser visible un color completamente carmesí que empezó a salir en un chorro grande desde la vena que había sido cortada.
Como pudo tomó su celular soltando mínimos jadeos, con su mano izquierda colocando su canción favorita "Silent scream" De Anablue dejando su celular a un lado se recostó en el suelo dejando de fondo la hermosa canción.
Sus ojos lentamente empezaron a cerrarse y una sonrisa sincera llego a aparecer aunque sea por unos segundos soltando de su cavidad bucal un "Adiós" Hacia sus padres que en ese momento no se encontraban en el país y también para su actual marido que tanto odiaba, ese que en el pasado fue... Su mejor amigo al que tanto amaba.
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Sus ojos se abrieron de par en par, otra vez ese recuerdo la atrapaba en sus sueños, estaba harta de la idea equivocada que llegó a tener en ese tiempo... La idea de querer acabar con su vida.
En su mente volvían los recuerdos del día siguiente de ese incidente en el que por primera y última vez hizo su sangre correr por su propia cuenta...
Su marido pateó tan fuerte la puerta que logró romper la cerradura abriendo la puerta molesto, este al notar a la chica en el suelo se espanto tanto al ver la gran cantidad de sangre que estaba esparcida al rededor de la jovencita que al instante se le desapareció un poco el efecto del alcohol.
Sin esperar el de ojos rojizos carga rápidamente a su mujer corriendo hacia afuera, el sabía que si la dejaba en esas condiciones lo culparian a el las escaleras se le hacían cada vez más largas, cada puerta lograba desesperarlo más.
Al ya estar en el auto el hombre arrancó lo más rápido que pudo, la rubia cada vez perdía más y más sangre sin parar, el camino hacia su destino parecía eterno mientras que la tensión era tanta que hasta podría ser cortada por el más pequeño filo.
En el hospital la atendieron de inmediato una amable doctora llamada Mirajene empezó a asistir a la joven de cabello rubio llevándola al quirófano lo más rápido posible Alejándola del Cheney quien se sentó a intentar calmarse un poco.
Los segundos pasaron a minutos y los minutos a horas, solo escuchaba los llantos de algunas familias, el llegar de más heridos o lloriqueos de un recién nacido.
En ese momento llegó un doctor de cabello azabache y ojos negros como la noche bastante serio hacia el.
—Doctor. — Hablo interrumpiendo el caminar de este.— ¿Como se encuentra mi.. mi esposa?
Empezó este calmado, en su mirada se notaba lo poco que le importase su estado pero aún así intentaba Mostar un poco su interés.
—Me temo decirle que bastante mal, perdió muchísima sangre y se necesita más de un donante que estén dispuestos a dar una cantidad exorbitante de sangre sin olvidar que el riesgo que corren los donantes es bastante alta.
El por su parte sintió una opresión en su pecho, hacía años que no sentía ese sentimiento de angustia hacia su mujer, a pesar de todos los problemas que a conllevado su relación, ella fue la que estuvo ahí siempre para el sin importar cual fuera el costo.
Lo que estaba en juego era la que alguna vez fue su mejor amiga, la chica a la que amo con locura y ahora su mujer desde hace años, este fue lo que ocasionó el fruto de lo que alguna vez fue amor entre un par de jóvenes pasando de mejor amigos a enamorados que por muchos problemas terminaron en tantas peleas que los llevaron a esto.
Ya había tomado su decisión, la había hecho sufrir por años cuando fue el que le prometió hacerla la mujer más feliz del mundo en ese matrimonio arreglado, pero en vez de eso.. solo logro que ello terminara muy mal gracias a su propia actitud.
El destruyó todos esos sueños que habían armado juntos, ella deseaba ser madre mientras que el no pudo darle hijos, ella quería ser una excelente esposa y lo era, hasta que descubrió que el le era infiel. Había destruido tantos sueños en esa relación que ya ni podía recordar tantos.
Recordo su luna de miel, cuando ambos habían unido sus cuerpos mutuamente sintiéndose felices de que fuera entre ellos mismos a pesar de que no se amaban pues aún así, eran mejores amigos. Recordo cuando años después ella con entusiasmo le había pedido que tuvieran un hijo, lo feliz que estaba cuando compró una prueba de embarazo pues está tenía retraso, recordo la cara de decepción y sufrimiento que tenía ella en esa ocasión cuando la prueba dió negativo, pero auna si ella volvió a sonreír diciéndole que no se rendiría. Recordo el día más triste de su vida, cuando la vio a ella con la mirada perdida sentada en el suelo en una esquina de su habitación rogando por que la dejara sola con lágrimas en sus ojos ahogando sus gritos en la almohada que abrazaba con fuerza. Recordo todo lo que vivio junto a ella, recordo en como vio que todo lo que hacía era apagarla más y más hasta el punto de que quiso desquitarse con el alcohol, ocasionando así, las problemas hasta ahora.
Todos esos recuerdos lograron un gran escalofrío en su columna vertebral.
Gracias a esos errores del pasado ahora se arrepentía cada vez más de ellos, a su vida llego un pequeño ser que alivio un poco su dolor jurando protegerlos como nunca logró hacerlo con su marido de no poder haber hecho lo posible para arreglar su relación y no controlar sus impulsos perdiendolo ese mismo día. En su honor le coloco el nombre de ese hombre que lo dió todo por ella en esos años, solo que ella no lo había notado por sumergirse en su propio dolor nombrando así a su pequeño, Rogue Cheney. Su hijo, jamás olvidaría a quién fue su marido en esa epoca, quién fue su único mejor amigo y amor.
Lastima que ellos no supieron salvar esa relación, pues, eran inexpertos en el tema, adelantaron tantas por culpa de sus padres que su relación solo se volvió cada vez más forzada hasta destruirse a si mismos.
Su marido murió ese día, el la salvó. Ella por su parte días después de asimilarlo ella solo pudo hacer una cosa por él, el moreno no fue el culpable de no darle un hijo a ella, fue ella misma, ella no se sentía preparada así que tomaba pastillas anticonceptivas, el día en el que estaba destrozada al pensar que no tendría hijos fue porque el doctor le había hecho un examen donde ella al consumir mucho anticonceptivos diferentes la habían hecho "Estéril".
Ella hace años le pidió a su marido que le diera una muestra para congelar. Después de semanas de la muerte de su pareja está decidió descongelarla y usarla, quedando así en estado de gestación después de dos intentos.
Lo único que pudo hacer por el, fue cumplir lo único que el quiso a su lado aunque nunca lo mencionara, un hijo.
Su relación, fue hermosa pero con tantos problemas que no supieron sobrellevar, eran jóvenes e inexpertos.
Solo lograron hacer su relación, tóxica.
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4to One-shot
Finalizado.
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Me atrase dos dias y es porque no tengo luz desde antier, cosas de Venezuela.
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