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3. Vecino ruidoso

Las siguientes dos semanas transcurrieron normales para Krystal ya que Jimin había pasado junto a su lado varias veces en el pasillo y el comedor escolar, sin embargo el rubio no había reparado en su presencia ni una vez.
Era jueves por la madrugada ya y aunque su madre durmiera, Krystal aprovechaba el silencio de la noche para estudiar.
Prefería mil veces estudiar durante la noche que durante el día ya que disfrutaba del silencio de la calle que de día era interrumpido por el estruendo de vehículos.
Toda la concentración que estaba poniendo en sus resúmenes de biología, que estaban perfectamente adornados por colores y notas adhesivas, fue detenida por el resonante sonido de motores y llantas de motocicletas; acompañados de risas y alaridos de jóvenes.
Aprovechó su distracción para ir por un café a la cocina.
Bajó las escaleras sin hacer mucho ruido para no despertar a su madre.
Había decidido que a pesar de perdonar a Jessica, quería quedarse con su madre un tiempo. Había pasado varios meses viviendo en la casa de su padre ya que Yousun, su madre, viajaba mucho por trabajo. Sin embargo, estos últimos dos meses no había salido del país y, aunque se vieran los fines de semana, echaba de menos pasar tiempo con ella.
Krystal Jung es el calco viviente de su madre, no sólo por el físico, sino también personalidad. Esta ventaja hace que ambas tengan el mismo humor sarcástico y la misma mentalidad liberal, y como consecuencia de esto Krystal y Yousun siempre han tenido una conexión especial. No obstante, Krystal también ama a su padre. Le había sacado muchas sonrisas cuando más las necesitaba y la ha apoyado en todo siempre.
Aunque su padre podía llegar a ser sofocante muchas veces debido a que imponía su pensamiento con la justificicación de "se lo que te digo, es lo mejor para ti"
Cuando volvió a su cuarto, con café en mano, se acomodó en su silla frente al escritorio para sumirse una vez más en los temas del próximo exámen.
Mientras daba un sorbo a su café, se sobresaltó por el volúmen alto de música hip hop que había empezado a sonar en la casa vecina.
Agradeció que no calló ni una gota de café en sus inmaculados resúmenes y se dirigió a la ventana de su cuarto, curiosa, para ver quién era el responsable de aquel barullo.
Desde su ventana, podía observar la ventana de la casa contigua que se encontraba a mínimo unos cinco metros de distancia. Allí en su habitación se hallaba su vecino cantando al ritmo de la canción. Krystal notó que su vecino, Song Mino, estaba sin camiseta y con una botella de soju en mano a modo de micrófono.
La castaña rodó los ojos enojada y cerró tanto la ventana como la cortina, para impedir que la música se escuche tan fuerte.
Conocía el nombre del jóven ya que cuando Yousun se mudó al vecindario, justo después de separarse de Hangyul, había entablado una buena relación con la madre de Mino, Song Seyeon. Lamentablemente, ella estaba enferma y falleció hace un año.
Desde entonces, cuando Krystal se quedaba en la casa de su madre, escuchaba a Song Mino volver a casa borracho por la madrugada en su motocicleta. Esta situación no era nueva.
No estaba segura de si la música se escucharía en el resto de la cuadra, pero al estar las ventanas casi una enfrente de la otra, se escuchaba todo ruido que se perpetrara en ambas habitaciones.
Se colocó sus auriculares y puso música con el fin de no escuchar más nada sobre su vecino, pero aquel intento terminó en fracaso ya que su vecino subió aún más el volúmen.
Su paciencia se había agotado y se levantó furiosa hacia la ventana para gritar a su vecino.
—¡¿Oye, podrías bajarle a la música?!
Exclamó la castaña sin respuesta porque probablemente su vecino no la había oído. Se enfureció más.
—¡Song Mino,—el pelinegro se giró, notando su presencia— bájale a la maldita música o llamaré a la policía!
Cerró la ventana y las cortinas rápidamente, aún furiosa. A los segundos su vecino bajó considerablemente el volúmen de la música, haciéndola casi inaudible.
Agradecida, terminó su café gustosa mientras leía sus resúmenes. Luego de cuarenta minutos se acostó en su cama dispuesta a dormir pero su mente rondaba en su vecino, se sintió apenada por lo que le había sucedido a su madre.
Ella no recordaba a Mino como un borracho que llegaba a casa a cualquier hora. Aunque no se habían encontrado muchas veces, lo recordaba como un chico sociable y tranquilo.
Ya por la mañana, durante el receso luego de la primera clase del día, Krystal charlaba animadamente con sus amigas.
El día estaba soleado y Sowon sugirió ir al jardín trasero de la escuela, junto a la cancha de Lacrosse.
—¿Alguien más cree que Kim Seokjin es súper lindo? —Dijo Sowon con ojos brillantes.
—¿El del club de teatro? —Preguntó Krytal sin darle mucha importancia.
—Si, actúa muy bien y es muy amable —Respondió Sowon.
Krystal divisó a lo lejos a Jimin juntó a sus amigos del equipo de Lacrosse y respondió:
—No lo creo Sowon, me parece muy ególatra. —dió un bocado a su kimbap— Todos los chicos del grupo de Min Yoongi son así.
—¿Alguna vez has hablado con ellos?—Preguntó esta vez Eunbi.
Krystal la miró sin sabes qué responder, dudaba si sería un buen momento para decirles la verdad sobre la fiesta.
No le había dicho a nadie, sólo Hoseok sabía su secreto.
—No, jamás. Pero puedes darte cuenta sólo con verlos. —rogó que sus amigas no notarán que mentía— Siempre andan con chicas, hacen fiestas y cuando caminan lo hacen como si se creyeran mejor que el resto.
—¿Alguna vez te hicieron algo a ti o a alguna de nosotras? —preguntó Sowon provocado que Krys se quedara sin respuesta— No, ¿Verdad? Además está tu primo en ese grupo. No puedes juzgar a alguien sólo por la superficie.
—Pero no es sólo por la superficie, la gente demuestra quién es a través de acciones. —Respondió está vez Krystal.
—Pero no sabes el motivo detrás de sus acciones.
La castaña se quedó sin palabras, su amiga tenía un buen punto. Se preguntó si Jimin tendría un motivo para mantener esa imagen de chico popular.
Debe ser mucha presión siempre lucir atractivo e interesante, pensó.
Hoseok pasó sus brazos por los hombros de Krystal y Sowon.
—¡Krys!, —gritó en su oído— y señoritas.
El castaño dió una mirada seductora pero al mismo tiempo graciosa a las chicas. Ellas respondieron con una risita y una corta reverencia.
—Hola Hoseok —Respondió sosteniendo su oído Krystal debido al grito.
—Hola, necesito ayuda con eso que hablamos el otro día en química -Hizo un puchero.
—Pues si no me dejas sorda, mejor.
Ella se paró del banco en el que se encontraba, saludó a sus amigas y siguió a su primo unos metros lejos para que nadie los escuchara.
—Chanmi esta en la biblioteca, es el momento perfecto para lucirte y averiguar algo sobre ella.
—¿Qué mierda pretendes? ¿Quieres que me acerque a ella y le diga "¡Hola!A mi también me gusta leer. Seamos amigas"?
—Oye, no es una mala idea.
—No puedo ir y hablarle asi de la nada.
Luego de una larga discusión con su primo, Krystal se dió por vencida y llegaron al acuerdo de que le preguntaría a la chica algo sobre el libro que estaba leyendo.
Los primos entraron a la biblioteca mirando al rededor buscando a la susodicha.
Hoseok le hizo señas a la castaña indicando quién era la chica que lo tenía enamorado y después se escondió entre los estantes para espiar desde la lejanía.
Allí se encontraba en una de las mesas una chica pelinegra con una coleta, sumida en un libro.
Krystal miró su reloj y sólo faltaban diez minutos para que acabe el receso, así que primero agarró unos libros de los cuáles ni siquiera se fijo de que trataban y se encaminó hacia ella.
Se sentó en la silla frente a ella y la pelinegra ni siquiera notó su presencia.
Abrió un libro y finjió leerlo unos segundos. Se le notaba un poco nerviosa.
—Hola, —llamó su atención. Dos felinos ojos la miraron por encima de un enorme libro que decía Literatura coreana— disculpa, ¿El libro que estas leyendo, por casualidad, tiene algo sobre...poesía sijo? Es que es...para una tarea —Krystal tocó su pelo con nerviosismo esperando haber sonado creible. Se le notaba mucho cuando mentía.
—Ah... —la castaña marcó la página que leía y revisó el índice del libro en busca del género que buscaba Krystal— No, no tiene sijo, disculpa.
La castaña maldijo en su cabeza y antes de que la chica volviera a su lectura, se apresuró a preguntar si conocía libros que tuvieran el género que buscaba. Para su suerte, la chica si conocía algunos y le anotó un par en una hoja.
—Muchas gracias, mi promedio de literatura cayó mucho este año.—mintió la castaña— Por cierto, ¿Cómo te llamas?
—Soy Kim Chanmi, ¿Y tú?
—Soy Jung Soojung, pero dime Krystal.
—Que bonito nombre —sonrió tímida la pelinegra—, ¿No eres de aquí, verdad?
—No, soy de San Francisco. Vivo aquí desde hace tres años.
Charlaron animadamente por el resto del receso. Chanmi resultó ser tímida al principio, pero luego entro en confianza con Krystal.
Al sonar la campana Chanmi se dirigió a su salón y Krystal se quedó en la biblioteca para hablar con su primo.
—¿Y? —preguntó impaciente Hoseok— Ella es muy amable. Le gusta la literatura y se ofreció a ser mi tutora. Pero...
—¡¿Pero qué?! -preguntó impaciente el castaño.
—Le dije que si y le pregunté si no era mucha molestia traer a mi primo también. Obvio le prometí que le pagaríamos, no quiero abusar tampoco de su amabilidad.
Hoseok abrió los ojos de par en par y ella juró en su mente que nunca había visto a su primo de esta forma por alguien. Puesto que él nunca había mostrado mucho interés en tener citas, le importaba mucho más pasar tiempo con sus amigos y jugar baloncesto que perder el tiempo con chicas que sólo les interesaba acostarse con él.
Él la abrazó fuertemente y la levató por los aires.
—¡Gracias prima!
—De nada Hobi.—dijo entre risas—Estoy a punto de vomitar la leche de fresa.
El mayor la bajó entre risas y acompañó a Krystal a su clase para luego ir a la suya.
Transcurrió el resto del jueves entre risas y bromas con sus amigas. Se habían puesto de acuerdo para dormir en casa de Krystal el viernes y estaban debatiendo sobre qué película ver.
—Deberíamos ver Train to Busan- Dijo Eunbi mientras agarraba su mochila del casillero y se encaminaba con sus amigas a la salida.
—Ya ví esa, veamos una de terror —Sugirió Krystal.
—Me dan miedo, veamos Parasite- Dijo esta vez Sowon.
—Mi hermano la vió, dijo que es interesante pero que le aburrió un poco.
Las chicas abrieron la puerta de la escuela para dirigirse a la parada del bus, pero alguien interrumpió su animada charla.
—Krystal Jung.
Llamó una voz masculina que la castaña reconoció al instante. Krystal se sorprendió por el tono serio con el que dijo su nombre.

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