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WILL YOU LOVE ME TOMORROW

WILL YOU LOVE ME TOMORROW
Sencillo de:
The Shirelles
Album:
Tonight's the night
Año:
1960
Autor:
Gerry Goffin y Carole King

Michael y Alexander estaban despidiéndose de Liam y Noah, ya eran las once de la noche y únicamente porque era una fecha muy especial y además el primo de Alex estaba allí con su pareja, les permitieron a los chicos quedarse hasta esa hora.

Este día desde muy temprano la pareja de jóvenes se había presentado para ayudarles en el club, sabían que estaría abarrotado. Desde que abrieron como recompensa Liam y Noah los habían dejado que se divirtieran un poco. Liam se quedaba tranquilo porque su nieto no pasaría solo esa noche, ellos ni siquiera sabían a qué hora terminaría la celebración y si llegarían temprano, por lo que Alexander le haría compañía.

Llegaron a casa y como lo prometieron lo primero que hicieron mientras estacionaban la motocicleta en un rincón del garaje, fue llamar a Liam y decirle que ya estaban en casa seguros.

Alexander recordó el día en el que bailó con Michael en el ahora limpio y ordenado garaje, fue tanta su emoción que lo atrajo a su lado y lo besó. Michael se sonrojó, Alex notó algo más en su chico, él estaba extremadamente nervioso, más de lo normal y eso lo preocupó por un momento.

El más alto no comprendía porqué aún seguían allí, solo veía a Michael parado en medio del garaje, era tan dulce y tierno observarlo sonrojado con su rostro ligeramente hacia un lado evitando verlo de frente, su brazo izquierdo estirado con su mano empuñada y la mano de su brazo derecho recogido, apretando el antebrazo izquierdo.

Alexander se acercó a su pequeño amor, colocó sus manos en los hombros de éste y con su rostro a escasos centímetros le preguntó qué ocurría, la respuesta la dio Michael traicionado por sus nervios con voz algo temblorosa y chillona:

-¡Quiero bailar contigo ¿ok?!-

El alto sonrió y acercó más su rostro y después de haber dado un beso tierno en su mejilla, con voz cariñosa decía:

-Está bien, quieres que coloque la misma canción que bailamos aquí. -

Michael negó con la cabeza, aun visiblemente nervioso llevó sus manos a los lados sobre la pretina del pantalón de su novio, colocó su frente en el pecho y con voz suave habló:

-Cuando dijiste que te gustaba este tipo de música, empecé a escuchar las canciones de los discos guardados en la caja, me gustó mucho una y desde que la escuché he querido bailarla contigo. -

Alexander conmovido llevó sus manos a las mejillas del chico, le dio un corto beso en los labios y preguntó:

-¿Quieres que ponga la canción que tú escogiste? -

El pequeño volvió a negar mientras decía:

-No, yo puedo, Liam me enseñó. -

Alexander se quedó parado al centro del amplio garaje, mientras observaba como su amado tomaba una bolsa de cartón de la que extraía un acetato, la portada le parecía conocida, aun así no la identificó al cien por ciento; trataba de disimularlo pero estaba ansioso, por experiencia propia lo sabía, cuando alguien escoge de una infinidad de canciones una que sea especial y quiera bailarla con la pareja, es porque se desea más que dar una muestra de amor ¡hacer una declaración de amor! y el hecho que Michael le hubiera dedicado tiempo a escuchar las canciones que estaban en esos discos tan antiguos y de entre todas hubiera escogido una para bailarla con él, lo hacía sentir especial y querido.

La base del aparato empezó a girar y después de un breve momento la música sonó; Michael ocupó su lugar frente a Alexander quien no identificó la canción, así que decidió prestar atención a la letra. Alex entrelazó sus manos, Michael se sonrojó cuando su mano derecha fue besada cariñosamente antes de ser colocada sobre el lado izquierdo del pecho del mayor, sorprendido parpadeó varias veces antes de cerrar sus ojos fuertemente al sentir con su palma el palpitar fiero del corazón de su novio.

Ellos no llevaban el ritmo de la música, sus pasos eran lentos, Alexander escuchaba atento las palabras que se expresaban en la melodía, podía sentir la incitante y cálida respiración del menor. Tuvo que hacer acopio a todas sus fuerzas para que su miembro no reaccionara a la cercanía de Michael y más aún a las emociones que despertaban las letras que escuchaba. Alex frunció el entrecejo, el desborde de ese sentimiento llamado amor era muy poderoso, demasiado para poder soportarlo un simple mortal enamorado de un chico tan maravilloso como Michael. Alexander reflexionó que amaba tanto a su pequeño que dolía.

La melodía terminó, los chicos lentamente se separaron, Alexander no tenía palabras o tenía tantas que era imposible ordenarlas en una oración. Solo veía a Michael aún con el ceño fruncido porque su corazón estaba comprimido por todo el sentimiento que lo rodeaba, tragaba penosamente debido al nudo que se había alojado en su garganta. Lo que hizo Michael después lo dejó frío, aún más agitado el pequeño se llevaba las manos a los bolsillos de la chaqueta de cuero enguatada que él le había regalado, de las que extraía algo en cada mano y se las mostraba con el rostro sonrojado y su mirada hacia el suelo

En una mano mostraba un paquete de preservativos y en la otra un pequeño bote de lubricante.

Alexander tomó las manos de Michael e hizo que las cerrara sobre los objetos, el pequeño respiraba y lo hacía a bocanadas, su cuerpo temblaba, el alto sonreía, pero aún con el ceño fruncido, por momentos sentía que su corazón se detendría. Abrazó suavemente el cuerpo de Michael tratando de frenar las sacudidas. Lo miró, pero el pequeño esquivaba sus ojos llevando los suyos al suelo. Alex le dijo:

-Michael me muero por estar contigo, pero quiero que estés seguro de dar este paso. Si tú después te arrepientes yo moriría, no podría soportar tu rechazo. -

El pequeño subió su rostro y sus ojos se iluminaron al reflejarse en los ojos de Alexander, mientras le decía:

-Yo quiero estar contigo, ¡te necesito! Pero tengo miedo que después dejes de quererme. -

Alex contestó de inmediato:

-Jamás dejaré de quererte. Quiero vernos a nosotros dos dentro de algunos años, de la forma como se ven Liam y Noah. ¡De verdad te amo Michael!-

El más alto tomó de la mano a su amado y entraron a la casa, pasaron directo a la habitación. Alexander para tratar de serenarse le dijo que necesitaba ducharse, que se sentía sudado y pegajoso, entró al baño de la habitación y se metió bajo el chorro de agua tibia. Michael estaba sentado al borde de la cama, viendo la puerta semiabierta del baño, tomo valor y se dirigió al interior de ese cuarto reducido, en el descanso antes de ingresar a la ducha se detuvo, veía a través del vidrio corredizo la silueta del cuerpo de la persona que amaba. Alex se percató de su presencia, corrió un poco la puerta y se asomó para contemplar a Michael que estaba sumamente nervioso, se quedaron en silencio solo viéndose.

Michael tomó la iniciativa y comenzó a quitarse la ropa que llevaba puesta, colocándola sobre la ropa de la que se había despojado Alexander y que había colocado sobre la taza cerrada del sanitario. Al quedar completamente desnudo, ante la expectante mirada de Alex que escudriñaba cada parte de piel, le extendió su mano y Michael la sujeto, lo condujo bajo la ducha a la par suya y comenzó a besarlo.

Talvez era la incesante y tupida agua tibia que caía sobre ellos, pero Michael sentía como le faltaba el aire, separaba sus labios de los de Alex y respiraba profundamente, sentía la suavidad de la piel del alto y se bebía las gotas de agua que recorrían los brazos que lo abrazaban tiernamente, mientras sobre su abdomen sentía la prominente erección de Alex.

Alexander dejó de abrazar a Michael, estiró sus brazos y apoyó sus manos sobre la pared al frente, hundió su rostro en el cuello del más joven y comenzó a dar cortos besos y con esas caricias fue bajando por la clavícula y el pecho, beso también los pezones endurecidos y luego comenzó a bajar por la parte del esternón, cuando llegaba al abdomen, Michael sintió que perdía sus fuerzas, dio dos pasos hacia atrás y apoyó su espalda en la pared en donde Alex tenía apoyadas sus manos, este último se acomodó mejor y mientras deleitaba dando besos en el abdomen de su amado, realizaba lo que éste hacía sobre sus brazos hace un momento, dando chupones se bebía las gotas de agua que se escurrían por la tersa piel.

Alexander colocó sus manos en las piernas de Michael, sus pulgares ejercieron un poco de presión haciendo que su chico las separara, llevó su boca a la cara interna de las piernas hermosas y redondeadas y comenzó a pasar su lengua en esa región, daba pequeños chupones y besaba. El pequeño creía que no podía haber placer más grande que la caricia que en este momento recibía, hasta que sus piernas vibraron abruptamente mientras su boca emitía un grito ahogado al sentir su miembro absorbido por la cavidad bucal de Alexander, que sin perder el tiempo comenzó a deslizar su boca de arriba abajo, sus manos aún sujetaban las piernas de su querido y sentía los temblores que a cada momento producía el cuerpo que tanto deseaba.

Sintiendo que ya lo había complacido, necesitando poseer a su amado, Alexander dejó de lamer el delicado miembro y llevando sus manos a la cintura curvada de Michael le fue dando vuelta poco a poco hasta que éste quedó de espaldas a él, apoyando sus manos sobre la pared que tenía enfrente. Alex comenzó a pasar su mano por entre las nalgas de Michael quien trataba de controlar los estremecimientos de su cuerpo, los que fueron en aumento cuando sintió los labios y la lengua de su novio acariciando y dando placer a su entrada. Michael cerró sus ojos con fuerza y aunque quisiera reprimirlos no pudo contener sus gemidos por todas las sensaciones que por primera vez vivía.

La voz del más joven tuvo un minuto de descanso, pero su cuerpo aún se agitaba cuando Alex dejó de lamer su entrada y poco a poco fue subiendo por su espalda hasta llegar a su cuello dando besos. De nuevo la voz del menor se escuchó, Alexander colocaba su miembro entre sus nalgas, las apretaba envolviendo su miembro el que deslizaba de arriba abajo entre ellas. Michael estaba de puntillas, cerraba sus ojos, gemía y mordía al mismo tiempo sus labios, caviló que lo que hacía más placentero este momento era escuchar a su espalda la voz de su novio, ronca y quejosa.

Alex tratando de calmar sus instintos se alejó unos pasos del menor, Michael iba a voltearse, pero el alto le dijo que no lo hiciera, mientras abría de nuevo la puerta de vidrio y buscaba en la chaqueta de su novio los preservativos y el lubricante que momentos antes le había mostrado. Colocó el preservativo lo lubricó con un poco del contenido del frasco y con el exceso que le quedaba en la mano comenzó a masajear la entrada del más bajo, introduciendo poco a poco sus dedos, mientras con su otra mano masajeaba su miembro. Los gemidos y las respiraciones profundas y entrecortadas de los dos amantes se propagaban por la acústica que se formaba en ese pequeño y acogedor espacio.

Alexander sin poder contenerse por más, rodeó con un brazo el pecho del menor, mientras con la mano libre sujetaba su miembro erecto y palpitante, colocó su glande y muy despacio fue irrumpiendo en el cuerpo de su amor. Michael cerraba fuertemente sus ojos, trataba de contener sus lágrimas, pero estas muy ufanas y rebeldes se escurrían por sus mejillas. Una vez estuvo completamente dentro de Michael, el alto con ambas manos tomó su cintura, se arqueó llevando su boca a la nuca y comenzó a dar besos y al encontrar una parte muy sensible que hizo erizar la piel delicada de su amado dio primero una pequeña mordida y luego succionó fuertemente hasta que dejó una marca en la piel tibia y clara.

Antes de retirarse de la nuca del menor, Alexander le dijo al oído:

-¡Eres mío Michael, completamente mío! -

Entre jadeos, siguió diciendo al oído de su amado:

-¡Yo soy tuyo para siempre corazón, mente, alma y cuerpo! -

Cada palabra dicha, hicieron que el cuerpo del más bajo se estremeciera, Alexander se irguió, dejando sus piernas entre abiertas y flexionando un poco sus rodillas, comenzando de manera rítmica y lenta a introducir y sacar su miembro del interior de Michael quien gemía por el placer y el poco dolor que aún sentía.

Los sonidos tan sensuales que salían de la boca de Michael fueron liberados del dolor por el placer puro que sintió cuando Alexander con sus dientes apretados y sus labios medio abiertos respiraba con ferocidad y decía:

-Si pudieras ver el panorama tan hermoso que me muestras. Siento que me vuelvo loco cada vez que veo mi miembro salir y nuevamente entrar en ti. -

El ritmo paciente que llevaba se volvió desenfrenado, Alex curvó un poco su cuerpo nuevamente y tomaba el miembro de su querido amante ejerciendo un poco de presión y masajeando al ritmó que lo envestía. Michael terminó derramando su semen sobre la pared, dando un fuerte grito y sin poder evitarlo contrajo su esfínter apretando el miembro de Alexander quien al no poder soportar tanto placer se enderezó y dio unas estocadas más profundas en la cavidad apretada y caliente antes de correrse y quedar completamente quieto, sintiendo las caricias que le proporcionaba el interior de Michael que se relajaba y contraía, pero ahora de manera suave.

Salió del cuerpo del más chico, se apresuró a retirar el preservativo, lo tomó de nuevo de la cintura y lo volteó para poder besarlo entre sonrisas, mientras con sus manos tomaba el jabón y comenzaba a bañarlo. Michael no quería quedarse atrás así que se enjabonaba sus manos y las pasaba sobre el cuerpo tonificado de Alex. Entre sonrisas y besos ambos quedaron limpios, saliendo de la ducha primeramente el más joven.

Cuando Alexander salió del baño, se quedó fascinado viendo a través del espejo que tenía Michael al frente, su novio vestía un pantalón de fondo blanco con líneas finas color negras entrecruzadas que formaban diminutos cuadros y rectángulos, una playera manga larga color negro que le quedaba algo floja y larga con un dibujo estampado al frente. El pijama que el portaba era formal, color azul marino, seda suave, camisa manga larga con botones al frente, cuando Michael se volteó y lo miró se mordió los labios porque de verdad a Alexander le quedaba bastante sexy su pijama hasta el color resaltaba su tono de piel y sus bellos ojos azules.

Alexander acortó la distancia que lo separaba de Michael, lo besó mientras lo abrazaba cariñosamente y luego cual si fuera una princesa lo tomó entre sus brazos y lo recostó sobre la cama, por un momento ambos se acostaron de medio lado viéndose de frente y besándose castamente.

El mayor fue a apagar la luz y al regresar a la cama se acostó boca arriba, estiró un brazo ofreciéndoselo a su amado, este se dejó abrazar y se recostó sobre el pecho de Alex aspirando el aroma suave que era mezcla del olor natural del mayor y el artificial que despedía la tela del pijama. Michael movió su cabeza para poder ver a Alexander, se preocupó por un momento porque este veía muy serio al techo. Se animó a preguntar:

-¿En qué piensas Alex? -

Este sonrió y dejando escapar suavemente el aire de sus pulmones se sinceró:

-¡Liam me va a matar! -

Ambos chicos rieron, cuando la risa cesó Michael dando besitos en el pecho de su novio, le confesó:

-Fue Liam quien la semana pasada me estuvo hablando de la importancia del uso de los preservativos y el lubricante, del sexo seguro y además me dijo que debía estar seguro de que amaba a alguien para dar un paso tan importante. -

Ahora las risas se convirtieron en carcajadas por parte de ambos chicos, luego de un momento cuando los nervios y las carcajadas se apagaron, Alexander muy serio se paraba nuevamente de la cama y a media luz de aquel cuarto se quedaba quieto observando a Michael, este con toda su atención puesta en Alex se sentó en la orilla de la cama, su corazón casi se detenía porque la actitud del de ojos azules le preocupaba.

Antes de que pudiera pronunciar palabra, Michael veía como Alexander llevaba una rodilla al suelo y le ofrecía su mano. El menor visiblemente nervioso tomó la mano que se le ofrecía, Alex llevaba su otra mano a una de las bolsas de la parte baja del pijama y sacaba una bella cajita de terciopelo, la abría y le mostraba un hermoso anillo a su novio mientras muy formal le preguntaba:

-¡¿Oficialmente quieres ser mi novio?!-

Ante el silencio del menor y las lágrimas que le corrían por sus mejillas, Alexander continuó:

-No quiero que cuando pida oficialmente tu mano a tu familia, vayan a pensar que es un juego. Quiero que sepan que voy en serio y por eso lo quiero formalizar contigo. ¿Aceptas? -

Para Alexander fue gloriosa la escena de ver la sonrisa de oreja a oreja de Michael mientras con su mirada ilusionada respondía:

-¡Acepto! -

Colocó el anillo, se abalanzó sobre su chico y lo besó apasionadamente. Ambos sonreían. Volvieron a recostarse, solo que esta vez era Michael quien estaba boca arriba observando la sortija que adornaba su mano, Alexander sujetaba su barbilla en alto mientras veía a su novio oficial, con su mano libre acariciaba el cabello sedoso de su chico.

-¿En qué piensas? -

Esta vez fue Alexander quien preguntó, la respuesta de Michael fue sincera y en forma de preguntas:

-¿Cuándo compraste este anillo? ¿Cuánto te costó? -

Alex respiró profundamente cuando empezó a relatarle la historia de la sortija:

-Verás, hace poco entre mi primo y su pareja hubo tremenda confusión, William y Roderik han vivido en pareja por cuatro años, ahora que se presentó ésta confusión Will cayó en cuenta que nunca le compró un anillo, así que su compañero de trabajo Steve y yo lo acompañamos a la joyería para que le comprara una y en su cuarto aniversario se la entregara. Estando allí yo vi ésta y les dije que cuando ahorrara lo suficiente te la compraría. William se puso muy serio y me dijo que no lo dejara al tiempo, porque podría pasarme lo que a él. Hicimos un trato y el me prestó lo que me faltaba para poder comprártela. -

Al ver la cara de preocupación de su novio, Alexander sonrió y procuró tranquilizarlo.

-No te preocupes amor, aunque quisiera lo contrario esta no es una joya muy cara y además con mi primo hicimos el trato que por algún tiempo yo me encargaría del mantenimiento menor y limpieza de su motocicleta y con eso le iría pagando el préstamo que me hizo. -

Ambos jóvenes, luego de la promesa de amor que se hicieron mutuamente, visiblemente cansados y felices a la vez, se fueron quedando poco a poco dormidos entre besos y caricias.

La mañana llegó, el Sol ya irradiaba luz y calor, dos adultos estaban en el marco de la puerta viendo a dos chicos que dormían en una cama por demás amplia, ya que los jóvenes ocupaban solo un pequeño espacio de la misma al estar abrazados. Después de haber comprobado que los chicos estaban bien, se disponían a partir hacia su propia habitación, fue Liam quien sujetó fuerte la mano de Noah y lo detuvo, ante la curiosidad de éste Liam únicamente señaló la mano que sobresalía de Michael, en ella relucía una bella sortija. Los adultos se vieron con amor y sonrieron, luego se fueron a descansar.

FIN.

Código de registro: 1701020274325
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