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ALWAY ON MY MIND

Sencillo de:
Elvis Presley
Album recopilación:
Separate Ways
Año:
1972
Autores:
Johnny Christopher
Mark James
Wayne Carson Thompson


Alexander conducía su motocicleta después de haber dejado a Michael en casa de sus abuelos, como había demasiadas tareas este día no irían a ayudarles en el club como ya era costumbre.

Él había quedado con su primo William, su confidente, su casi hermano que pasaría ese día por su despacho antes de ir a su casa, necesitaba contarle que por fin ya era novio del chico que lo traía loco y debía agradecerle sus consejos, porque fue Will quien al contarle la historia de cómo conoció y conquistó a Roderik su pareja desde hace más de 3 años, que le dio el ánimo y el valor para declararle su amor a Michael.

Al llegar Sharon la secretaria le invitó a pasar directamente, le indicó que su primo ya lo estaba esperando.

William desde su escritorio levantó la vista y notó lo animoso y feliz que entraba su primo, se incorporó y ambos se saludaron familiarmente, mientras el mayor pedía a Sharon que por favor le sirviera un café a él y un refresco a su primo. Ambos se sentaron en el amueblado de sala que se encontraban en un rincón de la oficina.

Fue el mayor quien comenzó con el dialogo, diciéndole a Alex que no podía creer lo que le había contado por teléfono y le dijo que dentro de poco tendrían que programar una cena para conocer oficialmente a su novio.

Sharon entró y sirvió las bebidas que le fueron solicitadas y luego salió de la oficina después de haber recibido las gracias por parte de ambos primos.

Alexander comenzó a relatarle desde el primer encuentro que tuvieron con Michael, como poco a poco hizo que el chico se fijara en él y se fuera interesando, de cómo le pidió que fuese su novio y como su chico aceptó, todo lo contaba con lujo de detalles, reconociendo además que ahora después de conocerlo mucho mejor y convivir de cerca con su chico, él lo amaba más.

Con preocupación Alexander notaba que su primo no era el mismo, se notaba decaído y triste. Estaba por preguntarle qué pasaba cuando se escucharon unos pequeños toques en la puerta y el rechinido de esta al abrirse.

William se estiró en el sillón que ocupaba hizo una mueca con los labios como si quisiera sonreír y le dijo a Steve su compañero de trabajo y gran amigo que pasara. Quien ingresó caminó hacia donde estaban, saludó con mucho cariño a Alexander ya que se conocían desde hace algunos años y luego viendo a William con una mirada de preocupación le dijo que deseaba hablar con él, que le indicara cuando podrían.

William algo extrañado solo dijo:

-¿De qué se trata Steve? ¿Algo relacionado con el trabajo? -

Steve sonrió y le dijo que no, que era algo personal, algo que como amigo quería hablar con él. Alexander estaba atento a la conversación de esos dos, estaba a punto de despedirse para dejarles espacio, entonces Will volvió a hablar:

-¡Steve me preocupas, dime de una vez de que se trata! -

Quien permanecía de pie sujetando el respaldar de uno de los sillones desocupados, le indicó:

-¡William estoy preocupado por ti, últimamente he visto que estas muy decaído! -

Alexander entonces interrumpió:

-¡¿Verdad que sí está decaído y triste?!-

William apoyó su cabeza en el respaldar del sillón, cerró sus ojos e inhaló airé hasta llenar los pulmones, sosteniendo aun el aire y sin abrir los ojos, con un ademán de su mano le pidió a Steve que tomara asiento. Su amigo le hizo caso, los tres guardaron silencio hasta que Will sin darle tanta vuelta les reveló:

-¡Tengo problemas con Roderik! -

Tanto primo como amigo, reaccionaron al unísono

-¡¿QUÉEEEEEEEEEE?!-

Alexander aun admirado indicó:

-¡No puedo creerlo! -

Los tres hicieron silencio nuevamente, hasta que William sacó fuerzas de flaqueza y continuó:

-Verán, a finales de esta semana con Roderik cumpliremos 4 años de estar en una relación ¡será nuestro 4to. aniversario! -

Al ver que William no continuó Steve habló:

-Pero eso es bueno Will, no veo ningún problema. Si necesitas tiempo para hacer algún tipo de celebración especial yo puedo hablar con Colin y su papá, ellos estarían gustosos de darte unos días. -

William con gran pesadumbre dijo:

-Ese no es precisamente el problema. -

Respiró profundamente y continuó:

-Roderik durante estos años, una semana antes de nuestro aniversario comienza muy entusiasmado a preparar la celebración. Se vuelve mucho más cariñoso, parece un gatito ronroneando por toda la casa, me consiente mucho más de lo normal. Mensajes al celular todo el día, el doble de lo que cualquier día me enviaría. Él se encarga de decidir si saldremos a cenar o nos quedamos más íntimos en casa, toda la semana pasa hablando de los preparativos y yo disfruto tanto que él haga todo eso. -

Esto último lo decía con una sonrisa ilusionada. Pero luego la sonrisa se opacaba y volvía la tristeza.

-En tres días cumpliremos un año más de estar juntos y él ni siquiera lo ha mencionado. Cenamos en silencio. Él se va luego a la cama y se duerme o finge dormir. A veces he llegado a casa y él aún no ha llegado, al llegar solo se disculpa. Ustedes conocen a Roderik, él es muy risueño, pero estos últimos días está muy serio, como distante. ¡Estoy a punto de volverme loco y caer en la desesperación! -

Steve y Alexander guardaron silencio por un largo momento, a pesar de ser joven fue Alex quien encaró la situación

-¿Por qué en lugar de esperar que sea él quien haga todo eso por ti, no lo haces tú por él? -

Steve lo vio y moviendo la cabeza en señal de aprobación, algo cantadito decía:

-¡Mira que sabio me salió el chiquillo! -

Alexander sonrió y los dos empezaron a darle sugerencias a William:

Steve: -Llévale flores, las que más le gusten. -

Alex: -Desempolva la motocicleta y sácalo a dar una vuelta por la ciudad, como lo hacían antes. -

Steve: -Compra comida en su restaurante favorito y prepara una cena especial en casa con velas y vino. -

Alex: -¡Llévalo al club que les gusta tanto! Yo he presenciado dos muestras de amor muy grandes en ese club. Dos parejas se han demostrado el inmenso amor que se tienen al bailar una canción ¡Baila con Roderik una canción que sea especial o se convierta en especial entre los dos! -

Nuevamente Steve y Alex concordaron

-¡COMPRALE UN ANILLO DE COMPROMISO! -

Ante tal coincidencia William abrió sendos ojos, arrastrando las palabras y casi en susurro dijo:

-¡Yo... no le he... comprado... un anillo! -

Después de una breve pausa Will continuó:

-¡Maldición!, he dado por sentado tantas cosas! He descuidado mi relación. Siempre he esperado a que sea él quien tome la iniciativa en casi todo. ¡Pensé que estábamos bien! -

Ahora el semblante de William se había transformado en total preocupación y mostrando sus sentimientos a quienes estaban frente a él les dijo:

-¡No quiero perder a Roderik!-

Steve se incorporó, caminó hasta el escritorio de William y marco al teléfono de Sharon, le pidió que llevara la agenda y esta obedeció.

Después de cerciorarse de que no hubiera más compromisos ese día en el despacho, Steve se encargó de llamar a su marido Paul y a Colin para informarles que irían a hacer una diligencia importante con William y su primo Alexander; a su marido le dijo que lo vería esa noche en la casa y le explicaría, Colín le dijo que no había problema.

Steve llevó a William a la joyería en el centro de la ciudad, no fue difícil para Will escoger una sortija que representara el amor que sentía por Roderik, ya que contaba con la opinión de su primo y la de Steve que de paso tenía un exquisito gusto para las joyas.

Esa tarde Will sorprendió a Roderik con rosas rojas, cena especial con velas y vino. En los ojos de su amado notó ese brillo que era característico, aun así estaba algo callado, pero William se había propuesto tratarlo con el mismo cariño y demostrarle hasta el día de su aniversario todo el amor que sentía por él, si de alguna manera lo iba a perder, lo haría satisfecho porque lucharía por su amor hasta el último momento.

Durante los días previos a su aniversario fue lo mismo, velas, vino, cena romántica, rosas.

Diez de la noche, día del 4° Aniversario, William estaba en la mesa del comedor, todo estaba dispuesto y él se había esmerado, la comida favorita de su amado, velas con olor a jazmín y un hermoso arreglo de esas flores (las favoritas de Roderik), una botella de cabernet sauvignon (el favorito de su pareja) y una hermosa sortija delicadamente guardada en un estuche de terciopelo azul (como el color de los ojos de su amado) con el interior de satín color perla. Ya había enviado unos 3 mensajes a Roderik pero este no aparecía ni siquiera contestaba los mensajes, para ese momento William ya había experimentado todos los sentimientos y las emociones posibles una reemplazando a la otra, primero la emoción de estar preparándolo todo, luego la ilusión y el desbordamiento de su amor esperando ver la cara de sorpresa de Roderik cuando viera todo, siguió la preocupación porque no aparecía y no contestaba sus mensajes, luego la desesperación y mezclada con esta, los reproches por no haberse dado cuenta que estaba perdiendo a Roderik al haberle dejado a él siempre la carga de llevar su relación, siguieron consecutivamente la rabia y los celos y en ese preciso momento la desolación total con una mezcla de dolor.

Después de haber bebido por completo la botella de vino y haber derramado lágrimas William estaba a punto de retirarse a su alcoba, fue entonces que escuchó abrirse la puerta. Vio aparecer a Roderik que se aproximaba muy lentamente a donde él estaba, cuando lo tuvo cerca Will notó que su pareja había estado llorando, se le notaba en los ojos y en su nariz roja. Quiso pararse y sujetarlo para saber si estaba bien, pero las fuerzas le faltaron, al haber experimentado tantas emociones hace algunos momentos, por alguna razón había quedado agotado.

Ambos amantes solo se observaban, William sentado en la cabecera de la mesa y Roderik de píe sujetando el respaldar de la silla al costado derecho de éste, diciéndole con voz angustiada:

-¡William, tenemos que hablar! -

Will puso el codo de su brazo izquierdo sobre la mesa, empuño su mano y mientras suspiraba profundamente colocó su boca sobre el puño cerrado, para contenerse y no explotar en medio de todas las sensaciones que en ese momento experimentaba. Aun con su boca apoyada en su mano le invitó a sentarse a la par suya, pero Roderik casi por soltar el llanto le dijo que no quería hacerlo en ese lugar, que lo esperaba en la sala. Dio media vuelta y comenzó a caminar.

William sujetó la servilleta colocada en su regazo y la arrojó sobre la mesa antes de comenzar a caminar detrás de Roderik. Cuando llegaban al salón principal de la casa, fue el joven quien le invitó a sentarse, el mayor ocupó el lugar de siempre y sintió una punzada de dolor en su corazón cuando Roderik ocupó el sofá frente a él y no el lugar que siempre ocupaba, a la par de él y entre sus brazos.

Sentados en silencio, William con su mirada fija en el joven quien evitaba verlo directo a los ojos, notó algo que hasta ese momento observaba, el cuerpo de su pareja temblaba violentamente. Roderik fijó sus ojos en Will y no pudo controlar más el impulso de llorar, entre sollozos y con su cuerpo trémulo el joven confesó:

-¡Perdí el reloj que te regaló tu abuelo, el que guardabas al fondo del armario!... Lo llevé a la relojería que está en el centro y les pedí que lo repararan y allí se extravió. Toda esta semana lo hemos estado buscando, pero no aparece. -

A William le llevó unos segundos reaccionar, su joven amante seguía llorando inconsolable y su voz se había apagado debido a la opresión que el llanto ejercía en su garganta.

Roderik se asustó al ver la reacción de Will, miraba la escena y no lo podía creer, todo transcurría como en cámara lenta y no sabía qué hacer, así que su única acción fue por puro instinto, llevó sus manos a la cabeza de William quien momentos antes salía disparado del lugar que ocupaba en el sillón principal, se abalanzaba sobre él chico y caía de rodillas en frente, lo rodeaba por la cintura con sus fuertes brazos, refugiaba su rostro en su vientre y comenzaba a llorar.

La voz de Roderik se escuchó angustiada y con un tono mucho más fuerte del que normalmente empleaba, ya que la tenía que forzar a través de su llanto:

-¡Dios mío Will, perdóname! Te prometo que seguiré buscándolo y aparecerá. Lo quería reparar y que su arreglo fuera mi regalo de aniversario, nunca pensé que esto iba a suceder. -

Roderik continúo acariciando lo cabeza de William, su voz entre los sollozos volvió a callar, si antes estaba apenado por la reacción de Will, ahora estaba tan confundido que hasta su llanto frenó.

William empezaba a reírse a carcajadas, aún con su rostro en el abdomen de su amado, se separó por un momento de Roderik, lo vio a los ojos y le preguntó si eso era todo el motivo por el cual se había comportado de esa manera tan distante toda esta semana.

Roderik mucho más confundido, solo volvió a recalcar:

-¡Perdí el reloj que te dio tu abuelo Will!-

El mayor aun sujetando por la cintura a su pareja, lo asió con delicadeza, lo llevó al sillón principal en donde se acurrucó con él. William acariciaba el rostro consternado de Roderick, una sonrisa dulce se asomaba en su rostro y por momentos mordía su labio inferior, hasta que se decidió a hablar:

-Roderik, cálmate mi amor, no tiene importancia el haberlo perdido. ¡Bendito reloj, ha cumplido su cometido! -

El joven parpadeo rápidamente por la confusión que generaron esas palabras, gesto que percibió el mayor, por lo que decidió contar la historia del reloj:

-Escucha bien Roderik, El reloj fue el regalo que le dieron a mi abuelo el día que se jubiló. Se detuvo exactamente dos meses después de su retiro y el abuelo decidió conservarlo así para recordar siempre que por estar todo el tiempo obsesionado con su trabajo descuidó grandemente la infancia de sus hijos y aunque trató de redimirlo disfrutando de la infancia de sus nietos, no se perdonaba el hecho de no haber estado siempre para ellos. El reloj se pudo mandar a reparar en cualquier momento, es un reloj fino y tiene garantía. Fue mi abuelo quien al darse cuenta de lo obsesivo que me estaba volviendo en mi trabajo que decidió regalármelo a mí y contarme su historia-

Mientras William daba besos dulces a su amado quien ya estaba más tranquilo ante la reacción y la explicación de su pareja, decidió continuar

-Roderik yo te amo mucho mi amor, toda esta semana que estabas muy esquivo, pensé que era porque habías dejado de amarme, cuando dijiste que teníamos que hablar, sentí miedo que tú quisieras terminar con esta relación. -

William vio por un momento su reloj, faltaban escasos quince minutos para las once de la noche, se paró sujetando la mano de Roderik mientras preguntaba:

-¿Disfrutamos el tiempo que nos queda de nuestro aniversario? -

Roderik sonrió y su corazón se tranquilizó al ver tan entusiasmado a William, el mayor le ayudó a acomodar la silla en la cual se sentó, atenuó las luces y encendió las velas, llevó la comida a la cocina y la calentó en el microondas para volverla a llevar y servirla, sacó otra botella de vino y sirvió dos copas haciendo el brindis por su cuarto aniversario. El más joven estaba complacido, hasta el día de hoy no había visto que Will fuera tan detallista.

El mayor preocupado, al escuchar que el estómago de su pareja emitía muchos ruidos, le preguntó que desde que hora no comía, el silencio de Roderik fue suficiente, así que, para apresurar más la comida Will partía la carne servida en el plato de su amado.

Comieron entre sonrisas y muestras de su amor. Al terminar William no permitió que su compañero se levantara, se encargó de colocar la cristalería en el lavatrastos, solo dejó las copas en donde bebían el delicioso vino. Roderik estaba encantado, nunca había visto a su pareja tan relajado, tan sonriente, éste le tomó de la mano y con copas en mano lo llevó a la sala, lo dejó por un momento y con el control remoto accionó el minicomponente, tomó las dos copas y las colocó en la mesa del centro, abrazó fuertemente a su querido y mientras esperaba que sonara la canción explicó:

-¿Sabes?, Alexander hace poco me dijo que a veces bailar con el ser amado una melodía especial dice mucho más que las palabras. Me puse a escuchar las canciones que tienes descargadas en tu reproductor y encontré una canción, me hizo reflexionar y prometo que nunca más dejaré de demostrarte el amor que siento por ti y además hoy y el resto de mi vida voy a procurar enmendar las faltas que he tenido en nuestra relación. -

Roderik estaba embelesado por todas las muestras de afecto que estaba recibiendo. Bailaron la melodía que se reproducía entre besos y caricias, sus corazones palpitaban en sincronía. Mientras se escuchaban las últimas estrofas William se arrodilló frente a su amado, le mostró el contenido de la caja bella de terciopelo mientras le pidió -¡Roderik, cásate conmigo! -

El joven sonreía y a la vez lloraba, mientras tres veces respondía: -¡Sí!- -¡Sí!- -¡Sí!-

William se incorporaba, abrazaba a Roderik y apasionadamente lo besaba hasta dejarlo sin aliento. Guardo la distancia y seductoramente se acercó al oído de su futuro esposo y le dijo -Te espero en la habitación, encárgate tú de llevar las copas y la botella de vino. -

Cuando Roderik entró a la habitación tuvo que hacer un gran esfuerzo para no soltar lo que llevaba en las manos, su rostro ardió pero no pudo quitar la vista de su amado, William yacía recostado en la cama únicamente vistiendo sus bóxer y lo más sorprendente para el joven fue verlo con las manos esposadas a la cabecera. Para entonces en ambos había crecido el deseo.

William hizo que su cuerpo rebotara un par de veces en la cama, por la impaciencia que sentía al ver que Roderik no se movía de su puesto. El mayor con voz ronca e impaciente le decía a su chico

-¡Roderik, ven cariño! ¡Hazme el amor! -

Roderik al sentir que estaba a punto de soltar lo que tenía en las manos, las colocó sobre la pequeña mesa que estaba a un costado. Caminó despacio al lado de William y se sentó a la par de él, mientras lo cuestionaba:

-¿William, estás ebrio? -

Él solo contestó: -¡Roderik, bésame por favor! -

Al ver que éste no se movía, suspiró y le dijo:

-No estoy ebrio. Para tratar de reconquistarte había planeado entregarme a ti en cuerpo y alma. -

Algo ruborizado el mayor continuó:

-Todo el día mientras preparaba todo para celebrar nuestro aniversario, estuve pensando en cómo se sentiría que tú me hicieras el amor, que tú me tomaras entre tus brazos-

Pronunció lo último con voz aguda, ejerciendo presión para liberarse del agarre de las esposas, humedeciéndose sus labios, mientras extendía su cuerpo:

-¡Roderik, estoy excitado!... ¡Tómame! -

El joven miraba encantado a un Will que hasta ese momento conocía, jamás lo había visto así y era tentador el ofrecimiento que le hacía. Sonreía con lujuria y con la yema de sus dedos muy suavemente empezó a recorrer el pecho de su novio. El mayor se retorcía y levantaba su cuerpo para que la caricia fuera más profunda. Roderik comenzó a reírse de ver la necesidad que su amado tenía de aquel contacto. Como gatito travieso encorvó sus dedos para que sus uñas dejarán surcos rojizos por donde pasaban, mientras quien estaba esposado emitía un quejido por el placer que experimentaba.

Roderik dejó quieta su mano en el abdomen del contrario, mientras con voz seductora le preguntaba al oído -Will, ¡¿dónde tienes la llave de las esposas?! Este con voz quejosa respondió -¡Bajo la almohada! -

Él más joven nuevamente sonrió mientras lascivamente mordía el labio inferior, su mano y su lengua fueron acariciando el pecho descubierto de Will quien respiraba entrecortado al sentir tan húmeda y obscena caricia, Roderik se estiró lo suficiente y alcanzó la tan codiciada llave, cuando se la mostró al mayor este empezó a apretar con sus manos el objeto que lo sometía.

Ante el asombro de William, Roderik se quitó el anillo que llevaba en su dedo, sin quitarle los ojos de encima colocó la uña de su pulgar abriendo el arillo que pendía de la llave, para luego deslizarlo en su sortija que luego volvió a colocarse. De manera coqueta levantó su mano mostrándole la palma al mayor, la llave ahora estaba enlazada a su anillo.

El joven con mucha paciencia ante la mirada expectante de su pareja, fue quitándose la ropa hasta quedar únicamente en bóxer, como gatito ronroneando su fue subiendo sobre la cama de frente al mayor, fue deslizando suavemente sus manos desde la punta de los pies hasta quedar sus dedos tocando la orilla del bóxer de quien estiraba su cuerpo por la sensación tan placentera. William mordía sus labios y cerraba los ojos disfrutando el contacto tan íntimo. Roderik lo veía mientras su deseo crecía y su erección aumentaba.

Apoyó su peso colocando las manos sobre las piernas del mayor, con voz libidinosa le dijo:

-Voy a mostrarte las partes de tu cuerpo que me vuelven realmente loco-

Rozó su lengua húmeda por las cara interna y al frente de ambas piernas

-Tus piernas acarician las mías mientras hacemos el amor-

Como felino ascendió y se inclinó sobre el pecho tonificado que tenía al frente, sus labios húmedos absorbieron ambos pezones pegando además lengüetazos por toda esa sección

-Me encanta acariciar tu pecho mientras estamos en la intimidad-

Escaló un poco más y con su nariz recorrió desde la parte baja de la oreja, pasó por todo el largo del cuello para terminar colocando sus labios sobre el hombro

-Cuando estamos en la cama y me abrazas fuertemente, yo disfruto de tu aroma y presionó esta zona de tu hombro, para no gritar cuando me brindas tanto placer-

El joven se enderezó un poco para ver a los ojos a quien respiraba excitado sin hacer ningún movimiento o emitir algún sonido, a William por su parte le temblaba su labio inferior y su pecho subía y bajaba por la fuerza con que respiraba. Se encontraba realmente extasiado ante este nuevo Roderik que se presentaba frente a él, con sonrisa y mirada lujuriosas.

Con movimientos felinos comenzó a descender, dio una pequeña mordida en la lateral izquierda de la cintura del mayor e hizo que se girara solo un poco, besó y lamió la espalda baja justo en su cintura, sobre su cadera y prosiguió

-Esta parte de tu cintura me fascina, es aquí en donde presiono con mis uñas cuando me haces delirar y ya no puedo más. -

Levantó la pierna izquierda y llevó su rostro justo en el pliegue que se forma entre el glúteo y el muslo, lo besó y besó la parte baja del glúteo

-Cuando estoy por acabar, mientras me embistes y yo necesito más, coloco mis manos aquí y comienzo a presionar y a exigir más de ti!-

Sin bajar la pierna que ahora estaba sobre su hombro y espalda, con sus dedos delicadamente retiró la pernera del bóxer hasta dejar al descubierto únicamente los testículos, los lamió y absorbió suavemente

-Estos (volvió a besar los genitales de su pareja) cuando te vuelves salvaje, chocan con la parte externa de mi cuerpo en donde está mi próstata y me llevan al delirio-

Para hacer desvariar un poco a William que estaba demasiado tenso, Roderik pasó su lengua por toda la extensión de la piel entre sus testículos y su ano. Will ya no se controló y su respiración se volvió violenta, cerró con fuerza los ojos y jalándose de las esposas estiró completamente el cuerpo, mientras emitía un quejido apasionado.

Cuando esto ocurría, Roderik se alejaba un poco, para tener una mejor visión de los efectos que sus caricias provocaban. Con su amado acalorado y agitado bajo él, sutilmente fue bajando poco a poco la ropa interior, prenda de la cual lo despojó dejándolo completamente desnudo. Su mano izquierda se arqueó levemente y empezó a acariciar superficialmente el pene erecto y palpitante, esta caricia volvió a provocar la misma reacción anterior que tuvo Will, respiraba agitado y trataba de librarse de las esposas que lo mantenían inerte de los brazos. Porque no solo era el roce fino de la mano que lo acariciaba, también la llave que pendía del anillo de compromiso le rozaba.

Quien estaba libre, humedeció sus labios y con la punta de la lengua creó un surco húmedo en la extensión del miembro erecto, al llegar al glande pasó su lengua un par de veces, bebió saliva mezclada con el pre semen alojado en la punta, sin perder más el tiempo tragó el pene de William que levantaba la cadera para follar la tibia cavidad bucal del joven, quien con sonrisa de satisfacción después de un par de embestidas alejó su rostro dejando libre el miembro palpitante.

-Esta parte de tu cuerpo, incontables veces me ha llevado a la gloria. -

Se posicionó sobre la pierna derecha de William, se sentó sobre esta y se estiró quedando su pecho frente al rostro del cautivo, quien no perdió su tiempo y aprovecho la posición para besar y lamer todo cuanto pudo.

Al volverse a enderezar mostró el lubricante y preservativo que había alcanzado, por un momento se puso serio y preguntó

-¿Estás seguro de esto amor? Llegará el momento en que no me podré detener. -

La respuesta no se hizo esperar y en la voz había mucha seguridad

-¡Sí! ¡Estoy seguro! -

Roderik con sus dedos lubricados le dedico el tiempo suficiente a acostumbrar a su amado a la intromisión en su cuerpo, con movimientos sutiles fue dilatando el interior para dejar más accesible la entrada de su miembro.

Se retiró por un momento se despojó de su bóxer, mientras volvía a retomar su posición sentado sobre el muslo derecho de William, se colocó el preservativo y masajeo su propio miembro. Tomó la pierna izquierda de su amado y la colocó en su costado derecho a la altura de su cintura, posición en la que con delicadeza fue invadiendo el interior del mayor, quien ejercía mucha presión sobre las esposas que lo retenían, respiraba violentamente y entre quejidos roncos decía

-¡Roderik!-

- ¡mierda!... ¡mierda! ... ¡mierda!-

Cuando todo su miembro estuvo dentro, Roderik se quedó quieto, miraba a los ojos a William y entre jadeos trataba de calmarse.

Ambos sonrieron, el más joven se inclinó hasta tener muy cerca el rostro de William, su voz fue seductora y crispó más los nervios del mayor

-¿Sabes cal es la parte de tu cuerpo que me vuelve realmente loco? -

Invadió por completo la boca ajena. Su lengua jugaba con la otra, acariciaba las paredes de la cavidad con sabor a vino y llegaba hasta la garganta. Mientras se separaba tragaba todo a su paso, su propia saliva y la otra, mientras su pareja trataba de alcanzar el oxígeno del que había sido privado.

Dejó sus labios a escasos milímetros de los otros y haciendo que su aliento tibio y húmedo impactara, respondió la pregunta que hace un momento había formulado

-¡Tu boca! Esta me roba el aliento, me lleva a la inconciencia y despierta mi deseo.! -

Juntó de nuevo sus labios, pero esta vez fue un casto beso. Utilizando la llave sujeta al anillo liberó a su pareja quien por haber estado inmovilizado por las esposas no tenía fuerza en sus brazos, así que los recostó a sus costados.

Sin esperar más tiempo, Roderik volvió a besarlo apasionadamente mientras empezó a embestirlo. William cerró sus ojos y comenzó a quejarse por la pasión que se le estaba entregando.

En la posición en la que estaba, en la obscuridad que le brindaban sus parpados, se hizo consiente de lo que estaba disfrutando, se estremeció al sentir el roce de las piernas de Roderik en las propias, sintió que el pecho sudoroso del joven tocaba gentilmente el suyo y con sus manos empezó a acariciarlo.

Separó su boca de la de Roderik y hundió su rostro en el cuello de éste, inhaló el aroma exquisito de su amado y para acallar los sonidos que emitía su boca la presionó sobre el hombro del contrario.

William bajó sus manos a la cintura de quien le estaba haciendo el amor, fue tan grande la pasión que hundió sus uñas en esta parte, escuchó el quejido de Roderik, quien entre gemidos seguía embistiéndolo. Se dio cuenta que necesitaba más, por lo que colocó sus manos debajo de los glúteos del joven y empezó a exigir mucho más, presionaba hacía arriba marcando el ritmo que quería.

Roderik gimió tan fuerte sin parar un momento, estaba llegando a su límite por lo que llevó su mano izquierda debajo de los testículos del William y en esa sección comenzó a masajear. Movió un poco su cuerpo y con sus embestidas trataba de alcanzar esa zona en la que seguía presionando con sus dedos.

William estaba enloquecido y se estremecía, era consciente del cuerpo sudoroso y las caricias que su amado proveía. Roderik se apropió de nuevo de la boca del mayor robándole el aliento, llevándolo al punto de la inconciencia, hasta el momento en que estalló en pasión, retirando su boca solo un poco, juntando su frente a la otra y emitiendo gemidos descontrolados, al momento de estirar su cuerpo e introducir su miembro hasta el fondo del cuerpo de la persona amada, ayudado por William que con sus manos bajo los glúteos atraía a Roderik hacía arriba, mientras su propio cuerpo se estiraba hacía atrás, sus ojos se cerraban con fuerza y emitía un quejido ronco cuando expulsaba su semilla.

Fue recobrando poco a poco la conciencia que hace un momento le había sido robada por los besos apasionado que recibía. Roderik colocó sobre la cama la pierna que sujetaba en su costado derecho, dejó de invadir el interior del mayor, se deshizo del preservativo y se abalanzó sobre William refugiándose en el cuello, emitiendo sollozos y soltando un mar de lágrimas.

William que ya se recuperaba, abrazó fuertemente a Roderik, mientras preocupado le decía

-¡Amor! ¿qué ocurre? -

Roderik aun sollozando logró decir

-¡William, me haces tan feliz!-

Ambos sonrieron, se acariciaban, se besaban tiernamente. Se acurrucaron bajo las sabanas y abrazados durmieron.

FIN.
Registro: 1607228428051

Safecreative.

Hoy es tu cumpleaños, quería hacer tu día mucho más especial, así que me apresuré a editar y te dedico este capítulo a ti. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS YARITZA35! Recibe todo el cariño que te tengo, un fuerte abrazo y mis mejores deseos. 21/07/2016.

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