Capítulo n°37: "Serpentari: Un paraiso de la naturaleza".
Mientras Rojo busca respuesta a su nuevo don aterrizan en el objetivo de los oscuros. Detenerse a pensar en todo lo que ocurrió no es bueno.
Caminando por un sendero de piedras preciosas van introduciéndose en la capital Electrodos. El día brilla como el firmamento al atardecer, pero siendo guiados por aves de miles de colores.
- ¡Magnífico espectáculo! – exclama su compañero – Todo es demasiado precioso.
-Sí que lo es. Serpentari es conocido como un paraíso hecho por la misma naturaleza – aporta el lobo – Los bandidos siempre quieren sus piedras preciosas, en el mercado negro valen mucho y cualquiera pagaría lo que sea por tener una.
A medida que se iban adentrando el reflejo de las piedras a ambos lados del camino los deslumbraban. El destello de luz no se comparaba con nada igual. Todavía le faltaba llegar al centro de la ciudad Electrodos. La reina Electra fue puesta sobre aviso que alguien la visitaría también esperaba a los oscuros.
-Miren ahí está el arco de la Buena aventura – dijo Miurse dándose prisa.
Aunque los guardias Rayo Nocturno se veían tranquilos la vibración de una energía pesada se podía sentir. El aire del ambiente delataba la intranquilidad y nerviosismo en el planeta.
-Esperen – Rojo sentía en su cuerpo la electricidad canalizar con ella – Algo no anda bien.
-Ya lo creo – Miurse alzo la vista al cielo cuando un enorme murciélago paso volando – Sinónimo de que atacaran los oscuros.
El lobo sabía que eso pasaría. Sin embargo, aún tenían una mínima ventaja. Estaban a pasos de entrar a la ciudad. Pluto y Rojo no detenían su andar cuanto más rápido vean a la reina sería mejor.
-Ya nos pisan los talones – susurro Pluto algo tenso por la situación de inminente ataque sobre sus cabezas - ¿Falta mucho?
-Bastante, pero ellos todavía no atacaran. Debemos confiar en que la información brindaba este de nuestro lado.
- ¿Quién es tu informante? – preguntó tratando de llevar aire a sus pulmones porque la caminata es cuesta arriba.
Arcano es un buen aliado, aunque trabaja a espaldas de su reina intenta arrebatarle el poder al rey Criptón. Critonita pretende demorar el ataque tanto como pueda para darles tiempo, pero sus seguidores se impacientarán y no podrá retenerlos tanto.
-No te incumbe. Si fuera otra la situación a la que nos enfrentamos te lo diría, ahora no es el momento.
-Te cortare el cuello si nos traiciona.
Rojo le hervía la sangre de solo imaginarlo. Miurse no tenía miedo jamás lo tendría después de haber pasado tantas batallas, donde su vida siempre estuvo en peligro, es lo último que sentiría.
Pluto creía no reconocer a su amiga. En sus momentos de rabia hablaba así y ahora no estaba tan seguro. Se limitó a caminar en silencio el resto del camino.
-Deténganse intrusos – vocifero el guardia de traje azul eléctrico - ¿Cuál es el motivo de su visita sin un pasaporte que los avale?
Ese detalle el lobo lo paso por alto. El pasaporte es un comprobante, que indica de donde vienen y van, por lo que en Serpentari es obligatorio para las personas queriendo atravesar el arco de Buena Aventura.
-Es urgente que nos lleve con tu reina – dijo seguro de que no hacía falta nada más para su entrada – La reina Electra debe saber de nuestra visita.
El guardia dudaba de sus palabras. Era lógico tenían un aviso de reforzar la seguridad por un ataque de los oscuros y su confianza se reducía a sus compañeros.
-Y ¿Por qué debería hacer eso? – cuestiono viendo a sus acompañantes.
Sus ojos celestes se detuvieron en la chica. Encontrando una similar apariencia a alguien, pero no se podía concentrar para deducirlo con exactitud.
-Por favor deja de perder el tiempo y llévanos con ella – suplico Miurse comenzándose a impacientar por su negativa.
El grupo de guardias los retenían hasta que supieran exactamente lo que buscaban, sin embargo, nadie pide hablar con la reina desesperadamente. Eso les parecía raro y curioso dándole pie para dudar.
-La reina no puede recibirlos en este momento – Rojo no dejaba de mirar la escena también poniéndola furiosa por su insistencia en no llevarlo al castillo Electricidad – Tendrán que esperar aquí hasta tener autorización para entrar.
-No. Necesitamos ir con la reina ahora mismo o dentro de un momento todos moriremos por la oscuridad.
Eso lo hizo alternar miradas con sus compañeros. Nadie sabía de ese secreto. Mantenían a las ciudades bajo la tranquilidad de todos los días para no alterarlos y provocar una huida masiva, pero hacían mal en ocultar información que le pueda servir para salvar sus vidas.
-Escóltenlos hasta el castillo y vigílelos bien – ordeno el guardia luego de pesarlo detenidamente.
-Gracias veras que es por una buena causa.
Fueron instantes eternos. Rojo relajo sus puños, Miurse se secaba el sudor de su frente sintiendo la ola de alivio y Pluto fue el primero en avanzar tras los guardias que lo esperaban para llevarlos.
El trote medio de los caballos volvía a irritar a Miurse por su lentitud, pero no tenia de otra. Iban avanzando por un camino de tierra deleitándose con nada más que árboles en todos los tamaños.
Una vegetación reluciente de verde en las colinas, montañas de un esmeralda claro meciéndose al cálido aire del viento. A kilómetros ya se divisaba la ciudad estaban a escasos pasos de obtener una nueva esfera.
Las manos de Rojo buscaban su morral para sacar el libro desesperadamente e incluso se detuvo para abrirlo, pero se negaba a dejarse ver por ojos curiosos esperando un arma que los aniquile.
-No lo hará mientras estemos en presencias de sujetos desconocidos.
Murmuro Miurse al pasar por su lado. Continuaron el trayecto hasta llegar a la entrada principal de la capital, Electrodos.
Un enorme arco de flores con pajaritos verdes revoloteando a su alrededor aspiraban el polen como las abejas. Las calles vestidas de cristal pintada en azul le daban un espectacular contraste a la fachada de las casas en blanco.
-Bienvenidos a la capital Electrodos.
Pluto se perdía en la belleza de la ciudad. Detallaba cada rincón con sus orbes.
Las personas se detenían a mirarlos vistiendo todos los mismos colores. Azul eléctrico para los días hábiles, Blanco para días festivos y Celeste para celebrar el cumpleaños de la reina.
La gran plaza real de cuadros blancos su piso, con una fuente considerada la fuente de la sabiduría para quienes lazaban un objeto de valor sentimental pidiendo un deseo, es el centro de atracción para los nuevos visitantes.
-Esta es la plaza real Ballir, destello de rayos. Conserva el nombre de la primera reina desde la creación de Serpentari.
Miurse hacia una breve explicación de la plaza girando a su alrededor para tener una mejor visualización de los detalles. Varios niños jugaban, rían y lloraban en los juegos predispuestos para su diversión. Ni se imaginaban lo que sucedería en unas horas.
Una hilera de árboles en seis formaba un cuadro encerrando el centro de la fuente, sus hojas marrones caían suspendiéndose en el aire hasta estar en el piso blanco. Las personas se acercaban a alzarlas para guardarlas como amuleto de la buena suerte.
Para dirigirse al castillo se metieron por una calle amplia rodeaba de pequeñas casas hasta llegar a un jardín amurallado. Dejando sus caballos ahí debían esperar a que abrieran las rejas para ingresar.
Cinco torres se veían desde la montaña más alta. Cuatro delante formando un escudo y la quinta detrás, siendo el triple de grande en tamaño que las otras. Pintada de un azul marino con una pequeña ventana en el centro mirando hacia la plaza.
Teniendo en su poder la esfera Eléctrica una de las más deseadas por las almas negras, codiciosas y ambiciosas. Matar a sus víctimas es una de su característica principal. Nadie puede obtenerla sin haber sido torturado en su intento. Muchos creen que la esconden en la quinta torre, aunque solo es un rumor esparcidos por los enemigos para intentar un levantamiento en contra de la reina, fallando en el intento.
Tener el poder para matar es un don demasiado peligroso para un alma cegada por el odio. Implica acceder a tu propia destrucción. Para poder obtenerla debes proteger tus manos sino morirás por los rayos emitidos haciendo una descarga eléctrica al entrar en contacto con la materia hecha de carbono, hidrogeno, nitrógeno.
Puede absorber cualquier energía y transformarla en otra. Durante la guerra de los cosmos la utilizaron para torturar almas sensibles volviéndolos locos hasta quitarse la vida por su propia mano. Las almas amadas sufren creyendo una traición siniestra producto de su alucinación por haber sido azotado por un rayo manipulado por otro, quizás se salven, pero la persecución de un tormentoso sueño los acompañara para siempre.
Y las almas endemoniadas perseguidas por la oscuridad disfrutan sentir el dolor en su cuerpo. Expresan su odio fingido por medio de una energía eléctrica, aunque sino son fuerte de mente morirán en la transformación en ser un malvado.
Convertir al universo a su merced ha sido el anhelo frustrado del rey Criptón. Tener el poder para torturar a todos los planetas sigue en pie. Sin embargo, alguien se le adelanto sin saberlo.
Las enormes rejas se abrían con parsimonia. Los invitados inesperados esperaban tener la autorización para dar el primer paso. El jardín rodeaba el castillo amurallando la fortaleza e impedir que se infiltren los adversarios.
Serpentari es el planeta con mayor número de enemigos merodeando el sitio porque ser malo se ha vuelto en una obsesión, para la que ellos no estaban dispuestos a dejarse vencer.
Las espinas funcionaban como un arma imposible de evadir incluso las rosas estaban predispuestas para actuar en caso de peligro. Ascendieron por los escalones blanco con granitos en su superficie. Las columnas dispuestas para sostener la edificación dibujaban un cordón ante la puerta principal. Dos guardias la custodiaban.
El consejero de la reina, Blum abrió las altas puertas y con un ademan de manos hizo que los guardias se retiraran.
-Me dijeron de su urgencia en hablar con la reina – Blum vestía de colores blanco y azul igual a los guardias, pero llevaba medallas doradas, cinco para ser exactos, en su traje – Díganme ¿a qué se debe el honor de la hija de Neptuno?
A Miurse le pareció extraño su reconocimiento de la chica de fuego. Pluto ya percibía la tensión en el aire, Rojo no le gusta esperar más cuando se trata de algo peligroso. Pero es entendible su pregunta sabiendo que los demonios abundan por estos lados.
-Queremos una reunión con ella de ser posible. Los oscuros no tardan en llegar.
- ¿Cómo lo sabe? No estamos seguros de sí atacaran y no debe asegurarlo sin tener pruebas.
-Pues el murciélago sobre volando estas tierras confirma mi teoría. Debería avisarle a su pueblo ellos no tendrán piedad con su gente.
Blum parpadeo entendiendo lo grave que se oían sus palabras. Reacciono llevándolos al salón del trono para ver a la reina Electra.
Quien discutía fervientemente con su Comandante acerca de lo que significaba su presencia sin protección.
-Comandante Orón necesitamos todas las defensas allá fuera, predispuesta para dar batalla, yo puedo cuidarme sola.
-Me temo que ante su necedad nada podemos hacer – sonó vencido, resignado a dejarla desprotegida.
La reina Electra sabia defenderse, pero su deber es cuidar de su callado porque la verdadera esfera se encuentra incrustada en su punta, en un círculo azul produciendo constantemente energía del mismo color. También lo puede usar a su favor.
La reina y el comandante se percataron que ocho ojos curiosos estaban puestos en ellos y su discusión, ella se levantó de su trono descendiendo los tres escalones e hizo señas a su consejero para avanzar.
-Mi reina, aquí estas personas quieren una audiencia, pero no se los motivos.
-Tranquilo Blum yo conozco perfectamente los motivos.
Blum junto a Orón se vieron confundidos. El aviso de que serían atacados los tenía muy alterados. Era cuestión de horas para enfrentar al enemigo invisible cargado de una oscuridad cegadora. Los reconfortaba la certeza de que pelearían hasta morir, sin embargo, omiten el sentir miedo.
Su vestido cristalino con piedras azules, turquesa y plateadas hacían brillar su piel blanca. Orbes verdes, orejas puntiagudas y su sello distintivo, una especie de rayo que cambia de color colgando de su punta metiéndose por detrás hasta caer al hombro en hileras de hilos de cristal.
Su cuello descubierto lleva una cadena con su nombre en plata, el corte de las mangas de su vestido, es en triangulo bordado en dorado y uñas demasiado largas. Cejas blancas, pestañas grises y cabello largo hasta la cintura en color azul claro.
-Sean bienvenidos al castillo Electricidad, fortaleza Rayo Amarillo – pronuncia parada en el centro de la enorme sala – Vamos contra reloj así que díganme ¿Por qué están aquí?
-Necesitamos la esfera – dijo sin rodeo la chica teniendo la atención de su concejero y comandante – para evitar una destrucción masiva en el planeta.
-La reina no puede darles la esfera. El pueblo se levantaría en su contra y su poder es como un veneno atrayendo a las almas.
-Eso no está en discusión – replico Miurse – El rey Zodian nos confío la de su planeta e impedimos a los oscuros destruirlos.
-Pero nosotros ya estamos siendo acechados. Dársela implicaría pelear de igual manera, el pueblo no es conocedor de los acontecimientos a minutos de suceder.
El concejero y el lobo liberaban una batalla de miradas, palabras y convencer a la reina.
-Critonita se llevará la esfera – la sala se quedó en silencio – Déjenme a solas con ellos.
Se vieron obligados a abandonar la sala del trono mirando de reojo a los invitados.
-No sé porque, pero no confió en su comandante. Me da la impresión que lo he visto en otro lado – Rojo se expresaba frente a la mirada escrutadora de la reina.
-Eres igual a tu madre. Fuimos poco las personas que tuvimos la oportunidad de conocerla y tratarla. Te platicaría más, sin embargo, el asunto es delicado y debemos ganar todo el tiempo posible.
-Entonces, sabe ¿Por qué queremos la esfera? – interrogo Pluto.
-Sí, se están volviendo famosos – giro para tomar su callado e ir abrir una puerta secreta detrás de su trono – ¡Síganme!
Iluminando con una antorcha daban pasos por un pasillo rodeado de paredes de piedra. Electra hacía de guía. Es un pasadizo secreto para esconderse cuando se sintieran amenazados por el peligro.
Arcano fue demasiado claro al darle indicaciones de que hacer o decir, Rojo no debía enterarse de la ayuda proporcionada por Critonita. Planearon entregarle la verdadera a ella y una falsa para regocijo del rey Criptón.
-Por precaución siempre uso un callado falso – las luces se encendieron al detenerse en una mesa redonda y de madera que empezaba a abrirse cuando la reina coloco su signo en una cerradura debajo de su nombre – Este contiene la verdadera.
Alzo en sus manos la mitad del callado. Quito con cuidado la esfera, pero sintieron un golpe seco en la torre más alta.
-La oscuridad ya llego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro