Capítulo n°14: "Un paraíso soñado".
Narrador Omnisciente.
Una tormenta amenaza con destruir todo lo que hay a su paso, la intermitencia del agua que cae se funde con una capa de neblina en una oscura noche.
Rojo avanza por el camino circular mirando a su alrededor, una sombra es su guía, desesperadamente intenta llegar hasta ella, pero cuanto más se acerca, más se aleja.
El repiqueteo de la lluvia hace lento sus pasos por el barro acumulado en sus pies. Cansada toma asiento en la escalera, el lugar por donde lo mire les es desconocido, aunque al mismo tiempo tiene destellos de una vida pasada.
Recuerdos borrosos agolpan su mente. Una niña llorando en el centro de un patio donde nacen rosas negras, pretende subir los escalones, sin embargo, las raíces la detienen como una estatua viviente.
Sus lágrimas se confunden con el agua que se desliza por todo su cuerpo. Hace frío, la tormenta no parece detenerse y la oscuridad de una vida que jamás volverá a ver la luz del día, se vuelven irreversible.
Lo único que le queda es aguantar mientras espera que cese la lluvia. Agachada con la quijada en sus rodillas, rodea sus piernas y sus ojos parecen ya no tener claridad. El sueño la vence, pero la extraña sensación de que algo ocurrirá la hacen mantener alerta.
La esfera brilla en lo alto de la torre, ilumina el sendero del lobo blanco que viene tapado con una manta dorada. Los ojos azules se los puede divisar a una distancia prudente.
De repente, se endereza. Aunque su cuerpo no le responde, es como si alguien la estuviera inmovilizando. Solo puede observar los movimientos del animal que la mira fijamente.
-Tranquila no te haré daño – se sienta frente a ella – lo que te diré no será nada fácil de encontrar ni muchos menos de descifrar.
- ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es este lugar? ¿Cómo llegue aquí? – ella no aparenta tener miedo, es muy valiente.
-Son muchas preguntas para el poco tiempo que tenemos – los relámpagos son cada vez más fuertes, aumentando su carga eléctrica -. Te ayudare a descubrir lo que tanto anhela. No quiero objeción ni preguntas, lo único que te pediré es paciencia.
-Me pides algo imposible – su pelo empieza a tornarse rojizo fuego.
-No lo es, si quieres escucharme – gira para a su derecha y un par de sombras se acercan, por lo que se precipita poniéndose en sus cuatros patas – Ya no hay tiempo, ellos ya vienen por mí.
- ¿Ellos quiénes son? – hace el amague de pararse, pero no puede.
-Los Black Spirits reclaman mi alma para llevarla a su amo – una burbuja blanca los envuelve para ganar tiempo – Pon mucha atención a lo que te voy a decir, no lo repetiré porque son máximo diez minutos que tenemos dentro de esta burbuja.
- ¿Cuál es el secreto? – no deja de ver a los Black Spirits. Parecen demonios encapuchados.
-Busca a Rex, es un informante que trabaja en la Junta Lunar y en el castillo de Primavera – hace una pausa – Dile que Miurse, el lobo blanco te envía. Si te pide una prueba llévale estas flores doradas como símbolo de honestidad.
- ¿Y qué me dará él? ¿En dónde lo encuentro?
-Te entregara un manojo de llaves que abre el portal de las catorce esferas, pero debes encontrarlas antes de que Critonita lo haga. Ella ya posee una.
- ¿Cómo voy a encontrarlas sino sé nada sobre esas cosas? – sus dedos tiemblan, ya que empieza a desesperarse.
-Busca en la biblioteca o pregúntale a Sakí donde puedes encontrar el libro. Él no tiene por qué negarse si le dices mi nombre. Deberás viajar al planeta más alejado del universo para hallar a Rex, es un sitio que nadie se atreve conocer. También es conocido por el Reino de las Almas Condenadas.
-Tenlo por seguro que hallare la forma de impedir que ella cumpla su objetivo.
- ¡Ten cuidado, no subestimes a la chica de la oscuridad! – la burbuja que los cubría se deshace, gira rápidamente para irse, pero se detiene en seco para darle un consejo – La torre más alta se derrumba al atardecer del primer y el último día del calendario perteneciente a la luna cuarto menguante.
Para Rojo moverse ya no es un obstáculo, después de la pequeña luz blanquecina consumida por los Black Spirits. Respira agitadamente tragando saliva, ya no cae agua, ya no hay rayos ni truenos, las estrellas brillan en lo más alto del cielo. Ella no comprende lo que acaba de pasar, no entiende porque le ocultaron cosas que ahora le causan mucho dolor.
Siente impotencia, tristeza, amargura y otros tantos sentimientos que se mezclan con las pocas palabras que le dijo Venus y el Rey Aregon.
El sol aparece y sus rayos perturban su vista. Su ropa llena de lodo, su cuerpo sumamente cansado y el enorme castillo dorado a sus espaldas resplandece por la luminosidad.
El escudo y la fuente en la entrada llama su atención. Mueve sus piernas con cierta dificultad, agoniza de sueño, sin embargo, logra controlarse para averiguar que es, lo que hay en el interior del castillo.
El manantial de agua parece brotar de la tierra a través de caños, un caballo parado en dos patas se levanta dentro de ella. Los corros de agua cruzan por su cabeza, Rojo ladea la cabeza porque tiene la impresión que ese animal la está observando de reojo.
Le acaricia el lomo cuando, de pronto sus clinas se mueven de un lado a otro. Retrocede pisando unas pequeñas plantas que adornan el pie de la fuente, son flores doradas. Justo como las que dijo Miurse, de cuclillas se acerca para tomarlas, pero antes de que pueda hacerlo desaparecen.
- ¿Por qué este lugar es tan extraño? – habla en voz alta al notar que la planta se fue al cantero que bordea la columna del castillo.
-No son fáciles de atrapar – dice una voz que sale al abrirse las puertas del edificio hecho con madera dorada.
- ¿Quién es usted? – pregunta sorprendida por su aparición.
-Soy Tino, uno de los consejeros de la casa real – su manto blanco cubre prácticamente todo su cuerpo, en su cintura tiene un lazo dorado – Tú ¿Quién eres y de dónde vienes?
-Mi nombre es Rojo, vengo – piensa que responder, pero es una pregunta para la cual no tiene contestación – exactamente no lo sé.
- ¿Quiénes son tus padres? – quita su capucha – Nunca te había visto por este castillo.
-Mis padres son el rey Neptuno y Marte – muestra una sonrisa compasiva – y tampoco conocía este lugar. ¿Para qué sirve esta fortaleza?
-Acá brindamos protección a las personas que lo requieran – su cabellera larga esta trenzada, ambos costados tienen pelado y un dibujo los adorna. Una estrella que cuelga una palabra misteriosa es donde fija su mirada – El castillo se llama CERDML.
- ¿Por qué dice "Conserva tu naturaleza sin miedo"? – debajo de las letras escritas va acompañado de esa frase.
-Porque todos tenemos derecho a vivir sin miedo, en libertad y luchar. Ser espíritus libres como los caballos, son animales extraordinarios capaces de expresar hasta lo inexplicable.
-Por eso la estatua ¿verdad? – Tino la invita a pasar, Rojo duda por un segundo, aunque no quiere quedarse con la duda de no haber visto ese lugar.
-Nosotros refugiamos a tus padres aquí cuando intentaban escapar de la Reina Luna – avanzan a paso lento – Yo no los conocí, pero mi padre sí. Él fue quien los ayudo y me da mucho gusto que hayas venido.
-Este sitio es muy...desconocido para mí. Ni siquiera sé que hago aquí – los corredores están adornados por caballos en pinturas, figuras en diferentes colores. También el jardín en círculo con infinitas flores que visten de color el estanque lleno de pajaritos.
- ¡Veo que te agrada el lugar! – exclama poniendo sus manos en la espalda.
-Es un paraíso soñado ¿no lo cree? – su voz demuestra alegría.
-Exactamente eso es, un paraíso soñado que vive en tu mente – toca su cabeza – Esta fortaleza, como tú dices, fue creada para salvar a las personas del naufragio de sus pensamientos. Escapando a un paraíso que transmita paz, que reordene sus ideas y puedan regresar más aliviados para la batalla final.
- ¿Quiere decir que todo esto es producto de mi mente? – un guacamayo se posa en su hombro, agacha su cabeza pidiéndole que lo acaricie – Es impresionante la tranquilidad y paz, que transmiten.
-Por eso las mentes escapan de la realidad porque el día a día se vuelve pesado, difícil de superar esas situaciones que atormentan a un alma. Es necesario desconectar para recargar energías.
-Pero solo sentía cansancio, no creo que sea razón suficiente para viajar aquí – el pájaro se va luego de obtener su recompensa.
-También sentías frustración por el abandono de tu amiga – continúan con el paseo – Ser fuerte incluye un agotamiento constante. Hay que permitirse ser débiles cuando lo requiéranos para sanar.
- ¿Cómo regreso y obtengo la flor? ¿Quién es Miurse, el lobo blanco? – se ubican alrededor de dos troncos de madera rodeados de frutas.
-Tu cuerpo te dirá cuando quiera marcharse, pueden pasar días incluso años, sin embargo, eso depende de muchos factores externos. El guacamayo absorbió la energía que no te permitía avanzar con tu destino – nuevamente otro pájaro de color azul y franjas naranjadas se aferra en el hombro de Rojo – ese va quitar el cansancio del cuerpo.
-Eso es asombroso, espero no acostumbrarme a todo esto – ríe como en los viejos tiempo sintiéndose aliviada, tranquila y en paz consigo misma – Todavía no me dijo quién es Miurse.
-Él es un protector y guía de las almas perdidas. Pertenece a los guardianes del reino de Luz, son en total siete – sus oídos se deleitan con el cantar de los pájaros – Al morir tus padres te dejaron un protector.
- ¿De qué habla? ¿Cuál protector? Yo nunca tuve uno – el revoloteo de las aves es constante.
-Es alguien muy bueno para guardar secretos. Siempre intercederá por ti, no importa a quien deba enfrentar, estará ahí, aunque no lo puedas ver.
-Definitivamente ya no entiendo nada.
-A su debido tiempo lo entenderás, no hay necesidad de apurarse – una paloma blanca deposita una flor blanca en sus manos al pasar volando – Es hora de irse. Siempre que desees puedes volver y no te preocupes por buscar la flor, ella ira a ti.
Rojo quiere gritar para que no se vaya, pero es inevitable que solo le resta esperar su retorno. Camina entre los arbustos, la curiosidad la lleva a cortar una mora azul. Su paladear saborea el amargo líquido, aunque al tragarlo se vuelve dulce. Todo se torna borroso, los colores se distorsionan y pierde el equilibrio al querer girarse cayendo de rodillas. Tiembla tirada en el suelo, estira su mano para tratar de alcanzar a la paloma que esta apostada en el arbusto.
No tarda un segundo en dormirse. La luz la transporta a su dura realidad depositándola en su cama.
Al abrir los ojos siente un ligero olor a comida, su estómago ruge porque no ha comido nada desde su desmayo en el baño. Pluto y Sol traen una bandeja con un plato lleno de bocaditos de cerdos y cala con algunos pedazos de tomate. Un jugo de moras exprimido por ella misma con un pedazo de pan de nuez.
- ¡Vaya, la chica dormilona se ha despertado! – habla Sol esperando a que se siente para colocársela encima.
- ¿Qué paso? ¿Qué día es? – interroga muy aturdida porque la noche ya se acerca.
-Dormiste dos días, ya empezabas a preocuparnos – dice Pluto sentándose a los pies de su cama – ¿Recuerdas qué fue lo que paso?
-Lo último que me acuerdo es que estaba en el baño, lloraba porque Luz de Mar se iba y después todo fue borroso, como si alguien me cargara en sus brazos – dice bebiendo el jugo – Tenía tanta sed.
-Fue Pluto el que te cargo en sus brazos, te encontró en el piso inconsciente – comenta Sol haciéndole entrega de lo que le dio su amiga – y esto estaba tirado contigo.
- ¿Por qué Luz de Mar se fue? – ellos alternan miradas como guardando un secreto.
-Lo sabrás cuando tengamos certezas de que no iras a buscarla – le advierte Pluto poco convencido de lo que insinúa.
-No es raro que todo el mundo tenga secretos, sin embargo, lo descubriré por mis propios medios.
Rojo termina su cena, sus amigos sienten cierta confusión por su reacción. Temen que cometa una locura sino la detienen a tiempo. Nunca la vieron tan segura de sus palabras.
Ellos se van sin decir una palabra, dejándola sola. En la habitación no se encuentra ninguna de sus compañeras, por lo que mira detenidamente la esfera que le dio su amiga. De rosa cambia a un azul, la flor ya no está ahora hay un dragón pequeñito que lanza fuego.
Piensa en la muerte de sus padres. ¿Qué es lo que todos esconden?
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