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~°40°~

El Reloj de Medianoche

Sebastián nunca había sido fanático de las celebraciones de Año Nuevo. .. El ruido, las multitudes, y ese constante afán de hacer resoluciones que nadie cumplía le parecían absurdos. Sin embargo, este año había aceptado la invitación de Liz a pasar la noche en una fiesta privada que organizó en su azotea.

 Tal vez porque en el fondo, sentía que necesitaba algo diferente... O tal vez porque se trataba de Liz.

La azotea estaba decorada con luces colgantes y guirnaldas doradas que brillaban bajo el cielo estrellado. 

El frío era intenso, pero Liz había encendido calentadores y preparaba mantas para sus invitados. Un grupo reducido de amigos charlaba y reía alrededor de una mesa llena de aperitivos, mientras música suave creaba el ambiente perfecto..

Liz estaba radiante... Llevaba un vestido plateado que reflejaba las luces como si fuera parte del cielo nocturno. Sebastián no pudo evitar sonreír al verla moverse entre los invitados, asegurándose de que todos estuvieran cómodos.

 Ella siempre tenía ese don de hacer que todos se sintieran especiales...

¡Sebastián! , pensé que te habías escapado.. —bromeó Liz cuando lo encontró solo junto a la baranda, observando las luces de la ciudad.

 Necesitaba un momento para apreciar la vista.. —dijo él, alzando su vaso con refresco.

Espero que te refieras a la ciudad y no a mi decoración pitera —replicó, guiñándole un ojo.

Sebastián soltó una carcajada, pero no respondió... Había algo diferente en Liz esa noche, algo que no podía identificar. Tal vez era la forma en que sus ojos brillaban con un destello de anticipación o la manera en que su voz tenía un tono más suave de lo habitual

Conforme avanzaba la noche, los invitados comenzaron a agruparse en círculos, intercambiando historias y risas. Sebastián, sin embargo, seguía sintiéndose ajeno a la alegría general. Se preguntaba por qué Liz había insistido tanto en que él asistiera...

En el fondo, había algo en el aire que no terminaba de encajar...

Finalmente, Liz se acercó a él de nuevo cuando faltaban quince minutos para la medianoche.

Ven, quiero mostrarte algo —dijo, tomándolo de la mano.

Lo guió hasta un rincón de la azotea donde había una pequeña mesa con dos copas y una botella de champán. Desde allí, la vista de la ciudad era aún más impresionante.

Quise preparar algo especial para ti... —confesó, mientras descorchaba la botella con una sonrisa nerviosa.

Sebastián arqueó una ceja.

¿Para mí? Liz, ya has hecho suficiente con esta fiesta. No tenías por qué...-

Sebas, no me interrumpas —dijo ella, levantando una mano mientras le servía champán. Luego respiró profundo y continuó—. Este año fue difícil para mí en muchos sentidos, pero tú siempre estuviste ahí. No importa cuán mal estuvieran las cosas, siempre encontrabas la manera de hacerme reír, de recordarme que la vida tiene algo bueno que ofrecer...

Sebastián la observó con atención, sintiendo que cada palabra pesaba más que la anterior.

Liz, yo...

Aún no he terminado. —lo interrumpió de nuevo, aunque su voz tembló un poco—. Esta noche no quiero dejar nada sin decir. Tú significas más para mí de lo que imaginas. He estado evitando esto por miedo a arruinar lo que tenemos, pero... Creo que estoy enamorada de ti.

El reloj marcó las 11:59. Los gritos y risas de los invitados anunciaban la cuenta regresiva, pero Sebastián apenas los escuchaba. Las palabras de Liz flotaban en el aire, y por primera vez en toda la noche, el tiempo parecía haberse detenido.

"Diez, nueve, ocho..."

Liz lo miraba fijamente, esperando una respuesta. Sebastián sintió que su corazón se aceleraba, pero no del modo en que ella esperaba... Había algo dentro de él, un muro que no podía derribar. 

La quería,, pero no de la manera en que ella deseaba.. Y sabía que decirle la verdad podía cambiarlo todo.

"Siete, seis, cinco..."

Liz, yo... Eres una persona increíble. Eres mi mejor amiga  y... —su voz se quebró por un instante—. No quiero perder eso.

La expresión de Liz cambió lentamente... El brillo en sus ojos se apagó un poco, pero mantuvo una sonrisa valiente.

"Cuatro, tres..."

Lo entiendo —dijo ella, asintiendo con suavidad.

"Dos, uno..."

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo mientras los invitados gritaban y se abrazaban para dar la bienvenida al nuevo año. Sebastián y Liz permanecieron en silencio, mirando las luces danzar sobre la ciudad.

Finalmente, Sebastián rompió el silencio.

Liz...

No necesitas decir nada más... —lo interrumpió ella, con una sonrisa melancólica—. Feliz Año Nuevo, Sebas.

Levó su copa y brindó con él antes de alejarse para unirse a los demás. Sebastián se quedó solo junto a la baranda, viendo los fuegos artificiales y sintiendo un peso que no lograba definir. Había protegido su amistad, pero... Algo le decía que también había perdido algo irremplazable esa noche.

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¡Feliz año nuevo! <33333

les vuelvo a traer un os de parejitas rechazadas, nomas pq a mi tmb me rechazaron este año (sangrexsangre)

en fin, espero que les haya gustado, ya saben los amo muxo y les deseo un bonito año nuevo y muchos dicks este 2025!!!

(wakalakyico)

yanoactualizohastadentrodeunos3años

Nota: Gracias por este 2024❤

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