
Capítulo 3: La llamada.
Los días pasaron y tanto exterminios a base de veneno como de napalm fueron denegados, pues las corrientes de aire y marinas de la zona podrían esparcir las toxinas por kilómetros de mar abierto, llegando al resto de islas del archipiélago o incluso más lejos. Y el Napalm no era una mejor opción, pues esos denominados meganulones se encontraban por toda la isla, incluidas las partes pobladas, por lo que para deshacerse de ellos sería necesario destruirlas por igual.
Toda la gente sobreviviente al primer ataque fue evacuada, aunque numerosos incidentes aislados se dieron durante el proceso, resultando en más heridos y un par de muertos.
Y las incertidumbres eran muchas, ¿de donde habían venido esas cosas? ¿Qué eran realmente?, pero sobretodo, ¿Porque Rodan los había despertado en primer lugar? Desde el nacimiento de esas cosas, el susodicho se ha mantenido estático, reposando sobre un pequeño islote en medio del mar, en el cual a duras penas cabe acostado. A su alrededor, un pequeño bote pesquero, usado por Mark y algunos de sus compañeros con consentimiento de su propietario, navega con lentitud y a buena distancia, debido a que aún con todo el tiempo que ha pasado fuera de su nido, lava sigue resbalando desde su piel, solidificándose al contacto con el agua de mar.
-¿Estará enfermo?- pregunto el dueño del barco, quién los acompañaba a pesar de que se lo habían negado.
-Es una posibilidad, puede que sea la razón por la que abandono su letargo, pero en todo el tiempo que Monarch a estado vigente, lo más cercano que hemos visto a un titan enfermo fueron los registros de parasitación en Dagon- respondió Mark.
-No entendí la última parte, ¿que le paso a ese Dagon? ¿Y cuál de todos es Dagon?- pregunto el hombre, interesado.
-Solo un pariente de Godzilla, ya estaba muerto cuando lo descubrimos. Pero de todos modos el M.U.T.O Prime fue eliminado y no existe otro ejemplar, es imposible que Rodan este infectado-
El barco siguió su rumbo, acercándose poco a poco por una zona que parecía segura, en busca de recabar información. Una vez en posición, los soldados a bordo alzaron sus rifles, disparando pequeños dispositivos resistentes al calor en el cuerpo de la cría del fuego.
Obviamente Rodan ni siquiera sintió eso pues no era un ataque ni nada parecido, eran sensores biológicos, adaptados a formas de vida masiva. Monarch ya posee información acerca de los patrones y el metabolismo que en el monstruo se consideran estables y estas nuevas lecturas eran para ver si algo estaba fuera de lugar o si coincidía.
La respiración, el pulso, el nivel de radiactividad, todo estaba en orden, lo único minimamente fuera de lugar era la temperatura de su cuerpo, la cual era inferior a la normalmente registrada, aunque nada preocupante.
-Bueno, podemos descartar una enfermedad, así que todo esto es meramente conductual-
-Traducción: Estamos donde empezamos- se quejo aburrida Madison.
La joven se mantuvo observando al enorme ser, el cual se movió un poco, como si se acomodara para dormir, pero ese pequeño movimiento para el, fue enorme para las pequeñas criaturas que lo contemplaban, pues dejo vía libre para que roca fundida, que su propio calor corporal había derretido, fluyera en dirección a nuestros protagonistas.
-¡Vayámonos de aquí! ¡Ya, ya ya!- grito uno de los científicos, y en respuesta el capitán movió su bote de manera abrupta, casi y derribando a algunos de los tripulantes , para poder escapar del lugar. En cuanto el magma toco el agua, una gigantesca nube de vapor se formo, de la cual emergió el vehículo marino a toda velocidad.
Por otra parte, en Lahaina, ubicada en las isla Maui, gran parte de los refugiados se encontraban en refugios improvisados. Y supervisando la seguridad de todos, apoyados por la policía local, se encuentra Monarch.
Vladimir se encuentra en el lugar, en busca de asegurar el bienestar de sus colegas, recordando amargamente como no pudo hacerlo hace unos años en la isla calavera, donde sus amigos murieron, asesinados por Skullcrawlers. El hombre ronda el área, Lucy, Jason y Krsitina están bien, ayudando a repartir los suministros, si bien el también estaba ayudando, decidió tomarse un descanso, alejándose un poco de ellos para caminar en cercanías a la playa. Es ahí, donde encuentra a un perro, mordiendo y sacudiendo algo bastante extraño.
El se acerca para ver, notando lo que parece ser una cascara de un color amarillo pálido, con una forma extraña y amorfa debido a los ataques del can. Sin problemas aleja al animal para verlo mejor, pero antes de lograr deducir lo que es, escucha el llanto del perro, el cual es callado de golpe.
Un meganulón, con la sangre y pelo del perro en zarpas y colmillos, lanza un chillido espantoso, atacando al soldado. La criatura es mucho más grande de lo que debería ser, siendo más grande que el animal que asesino, logrando derribar a su objetivo al embestirlo con su peso.
Vladimir, tras la impresión, patea al animal en el pecho, quitandolo de encima suyo y apartándose a tiempo para evitar una cuchillada, dejando la tenaza del artrópodo incrustada en el suelo. Mientras el bicho se sacude con intención de liberarse, le patea la cabeza con fuerza y le aplasta al extremidad atrapada, pisoteándola con brutalidad hasta conseguir desprenderla del cuerpo.
La criatura gruñe de dolor, pero aún con eso vuelve a saltar, sujetándose a su presa con las garras de sus patas y rasgando su pecho con la tenaza que todavía conserva. Antes de que vuelva a cortar, Vladimir la sujeta para evitar daño, sacando de forma veloz su cuchillo y clavando este hasta el mango en el ojo izquierdo del animal, terminando con su vida.
Tras recuperar el aire toma el cadáver y de inmediato corre al lugar que han designado para las reuniones, arrojando este a los pies de los presentes.
-No se como llegaron aquí, pero debemos prepararnos, evitar que pase lo que paso la primera vez- afirmo agitado, dejando a todos sorprendidos por el tamaño del meganulón.
De vuelta con los navegantes, estos se encuentran casi a un kilómetro del titan, observando gracias a binoculares el dormir de la enrome criatura. A esa distancia la tranquilidad reina y el peligro parece inexistente. En eso, un extraño y cada vez más fuerte zumbido se hace presente. Madison mira para descubrir de que se trata, quedando tan sorprendida que solo puede jalar la manga de su padre para llamar su atención.
-¿Qué ocurre Madie?- pregunta sin despegar los ojos de Rodan.
-¿Q-qué son e-esas cosas?- pregunto entre trabas.
-¿Cuales cosas? ¿Y esa sombra?- al levantar la mirada, encontró todo un enjambre de enormes insectos, parecidos a libélulas, volando sobre ellos, en dirección al kauji.
Para su suerte, ellos no eran el objetivo. Las libélulas llegaron a Rodan, posándose sobre su cuerpo y clavando el aguijón de sus apéndices sobre la dura piel del monstruo. El nacido del fuego despertó al sentir los pinchazos, girando su cuello para observar como casi un centenar de esas cosas estaban sobre su piel, tratando de atravesar su piel. Pero lejos de molestarlo, pareció no importarle mucho, pues sin dificultad extendió sus alas, generando una ráfaga de aire que derribo a todas esas garrapatas.
Entonces abrió el pico y emitió un extraño sonido, uno profundo que nunca antes había hecho en presencia humana. No solo una vez, pues se elevo en el aire, repitiendo ese rugido múltiples veces.
En la base del Mauna Kea, el Orca captaba las extrañas llamadas, registrandola en la base de datos del titan, pues era información valiosa. Pero para sorpresa de todos, un nuevo rugido se escucho, diferente pero emitido en una frecuencia similar, uno que logro callar a Rodan.
Tras esa respuesta, hubo un terremoto en la isla y desde el volcán, el mismo rugido que emitió Rodan al despertar en la isla de Mara se dejo oír, revelando que algo tenía esa caldera ardiente como su hogar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro