Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ROCKY. Capítulo II

TaeHyung le miró un momento. Se levantó y fue a su cuarto. Se sorprendió al ver que todo estaba tal cual lo dejó. ¿Cuál había sido el propósito de forzar la cerradura de su casa?
—      Toma, abrígate— dijo, poniéndole una manta— ¿Emergencias? Necesito una ambulancia… alguien entró en mi casa y ha golpeado a… mi compañero de piso… está herido…
—      Tendrás preguntas…
—      Primero deberías recuperarte. Aunque me gustaría que me respondieras a algo.
—      Dime…
—      ¿Quién te ha hecho esto? Sea quien sea, le demandaré…
—      Bogum.
—      ¿Qué?
—      Quería saber si yo era un perro o un humano… vino con más personas… me pegó… hasta que…— tosió sangre y TaeHyung abrió mucho los ojos.
—      ¡No hables!
La ambulancia llegó y le llevaron al hospital. Tenía una hemorragia interna en el estómago, por lo que tuvo que pasar una semana ingresado.
Aquella semana, TaeHyung acudía a su trabajo por la mañana e iba a verle por la tarde, pero nunca entraba en su habitación. ¿Qué podía decirle?
Cada vez que lo pensaba… Rocky le había visto desnudo por la casa, hacer el tonto, le contaba sus miedos, sus secretos, había llorado junto a él… incluso una vez le soltó para librarse de uno de sus ligues. Rocky sabía demasiado de él… y resulta que Rocky era un humano. ¿Le había estado espiando por algo en especial?
Siempre que llegaban estos pensamientos a su mente, quería llorar. No le importaba que fuera humano, en otras circunstancias, le hubiera parecido increíble. Pero él tenía a Rocky desde hace siete años. Pasó siete años sin saber que su perro era un humano. Recordaba todas las veces que había tenido sexo con sus ligues, que se había masturbado en su casa, incluso las veces que veía porno en su salón… ¿Cómo iba a mirar a aquel hombre a la cara?
Resopló. La culpa no era suya, sino de ese hombre que se hizo pasar por perro durante tantos años.
—      ¿Kim TaeHyung?— preguntó una enfermera.
—      Soy yo— respondió, sorprendido.
—      Es referente al alta de Jeon JungKook…
—      ¿Quién?- preguntó, extrañado.
—      Jeon JungKook— dijo, señalando con la cabeza la habitación del chico.
—      Oh, sí. Claro.
—      Eh… sí. Su alta. En unas horas podrá irse. Reposo absoluto, no puede comer nada sólido hasta que su mandíbula esté mejor, en esta hoja está la pauta de las medicinas. Es muy importante que las tome todas debido a su estado…
TaeHyung se quedó cortado, no sabía nada del estado de salud de Rocky… o de JungKook… o de como sea que se llamara. Recogió todas las hojas y fue hasta la habitación del chico. Tenía un brazo y una pierna escayolados. Estaba intentando vestirse.
—      Te ayudaré— dijo TaeHyung.
—      No…
Pero el chico ya estaba ayudándole a ponerle los pantalones.
—      Vamos a casa, tienes que descansar…
—      ¿No vas a hacerme preguntas?
—      Después. Ahora tienes que recuperarte.
Llegaron a casa de TaeHyung. El chico había cambiado las puertas, había instalado una alarma de seguridad y había demandado a Bogum, pero sólo había logrado sacarle algo de dinero, ya que no había robado nada, sólo había pegado a su perro.
—      Ven, vamos a mi cuarto, tienes que tumbarte…
—      No, el sofá está bien.
—      No, no está bien.
TaeHyung le llevó a su cuarto y le tumbó. Le puso uno de sus pijamas más grandes y le tapó con las sábanas y el edredón. Al momento, JungKook se quedó dormido.
TaeHyung, por su parte, se quedó mirando al chico y suspiró. Fue al salón y cogió su teléfono móvil.
—      ¿Señor Park? Soy Kim TaeHyung, quizás es algo precipitado y no son las formas, desde luego, pero quisiera hablar con usted.
—      Claro, ¿qué sucede?
—      Bueno, eh… mi compañero de piso ha sufrido un accidente y no está nada bien. Se va a recuperar, desde luego, pero quisiera cogerme las tres semanas de vacaciones que me sobraban del mes pasado y las cuatro semanas correspondientes de este año, que aún no me las he cogido. ¿Puede ser?
—      Eso es poco más de mes y medio…
—      Lo sé y entiendo que es muy precipitado.
—      Mira. Tómatelas. Siempre te quedas hasta tarde, estamos a final de año y tienes demasiadas vacaciones acumuladas. A este paso, el año que viene vas a tener las vacaciones de dos años acumuladas…
—      ¡Muchas gracias, señor!
Cuando colgó, se puso a hacer la comida y suspiró. Echaba de menos el sonido de las pezuñas de su perro contra el suelo. En otras circunstancias, Rocky estaría ahí, moviendo el rabo para que TaeHyung le diera de comer.
—      Ah… ¿qué voy a hacer contigo, JungKook?
Cuando terminó de hacer la comida, se dio cuenta de que no tenía hambre y dejó ahí la comida. Se dirigió al cuarto de invitados y lo arregló. Puso una colcha y cambió las sábanas. Limpió el suelo y puso una lamparita de noche.
Una cosa tenía clara: JungKook no era peligroso. Había dormido con él todas las noches, si hubiera querido hacerle algo, lo hubiera hecho. Ahora bien, si el chico había pasado siete años en su forma de perro, con él, lo más probable es que no tuviera a nadie. Puede que ya no tuviera a su perro, pero no le importaba tener a un compañero de piso.
Estaba terminando de pasar la fregona por la habitación de JungKook, cuando escuchó al chico por su habitación. Fue corriendo hasta allí y le vio, de pie, sujetándose al armario, tratando de caminar.
—      ¿Qué haces de pie?
—      Trato de levantarme…
—      ¡La doctora dijo reposo absoluto!
—      ¿Puedo ir al baño?
—      Claro. Te acompañaré.
JungKook le miró, pero TaeHyung ya estaba cargando con parte de su peso y le estaba ayudando a ir al baño.
—      Mejor que estés sentado y no de pie— aconsejó.
—      Tranquilo…
El chico entró al baño a orinar y, cuando salió, el omega volvió a ayudarle.
—      Vamos al sofá— dijo— te llevaré algo de comer…
—      No. Hablemos.
TaeHyung le miró y asintió. Se sentó al lado de él y le miró a los ojos.
—      Lo siento— dijo— supongo que querrás una excusa fascinante a mi comportamiento. Algo tipo: no tenía familia, no tenía trabajo, me repudiaron por alguna razón sin causa… pero no. Sólo era un cambia formas en el barrio humano.
—      ¿Te capturaron como perro en el barrio humano?
—      Sí— admitió— estaba en mi forma canina, corriendo hasta aquí, cuando una perrera me capturó. No le di importancia, ¿sabes? Pensé en escaparme de noche— suspiró y le miró— aquel día llegaste y yo no hacía más que olerte… Mi plan era saber dónde estabas e ir a buscarte. Conocerte y cortejarte. No esperaba que me adoptaras.
—      Recuerdo el día que te conocí. Yo quería un gato.
—      No me sorprende— dijo JungKook, con una sonrisa.
—      Cuando viniste a mi… bueno, yo sólo quise tener eso para siempre, ¿entiendes? Buscaba una mascota y…
—      Y te he quitado eso.
—      Echo de menos a Rocky— admitió TaeHyung— pero has estado siete años a mi lado. Podrías haberme hecho cualquier cosa y no lo has hecho. Me has visto desnudo, débil, en mi estado más complicado… sólo me has protegido en estos años. Eres una buena persona. Por eso… si tú quieres… me gustaría que continuaras viviendo conmigo… ya sabes… compañeros de piso.
—      Compañeros…
—      Sí. Compañeros.
—      Bien- asintió, un tanto triste.
—      ¿En serio todo bien?— insistió TaeHyung.
—      Sí, sí. Todo bien. Buscaré un trabajo cuando me encuentre mejor y te ayudaré a pagar el piso.
—      Echaré de menos a Rocky, pero me gustará vivir contigo— bromeó TaeHyung.
—      Podemos seguir dando nuestros paseos nocturnos, ver juntos nuestras series… son cosas que hacíamos juntos y… quiero que continuemos viéndolas.
Así pues, de aquella manera, JungKook y TaeHyung se convirtieron en compañeros de piso. Dos semanas después, los huesos de JungKook ya estaban bien y TaeHyung le llevó a que le retiraran los vendajes. La verdad era que el chico tenía un periodo de curación más rápido que cualquier otro alfa que TaeHyung hubiera conocido.
—      TaeHyung… necesito ayuda.
—      ¡Dime!
—      Quiero pedir empleo y no tengo ni idea de cómo hacerlo… ¿me ayudas?
—      Claro, iré a por mí portátil. Redactaremos tu currículum— dijo— lo primero es poner tu nombre. Jeon JungKook, ¿verdad?
—      Sí.
—      ¿Fecha de nacimiento?
—       1 de septiembre de 1987.
—      Vaya, eres un bebé.
—      Tú tienes dos años más que yo.
—      Vale, los dos somos bebés. Pero tú lo eres más que yo— dijo y JungKook soltó una carcajada— bien, dirección… pondremos la mía. Teléfono… pondremos mi fijo. Tengo un teléfono por aquí, mañana podemos ir a por una tarjeta de prepago, así tendrás un teléfono móvil.
—      ¡Estás haciendo demasiado por mí!
—      Tú has hecho mucho por mí en estos últimos siete años.
Con aquella última frase, JungKook miró como TaeHyung se fue arreglar su habitación. Cuando el omega entró en su cuarto, lo primero que hizo fue abrir las ventanas. JungKook había estado durmiendo allí y ahora su cuarto olía al alfa.
—      ¿Quieres que te ayude?- preguntó JungKook, entrando en la habitación.
—      Eh… no, no te preocupes. Descansa.
—      Llevo mucho tiempo descansando- dijo, riendo.
Le ayudó a cambiar las sábanas y a recoger la habitación.
—      Hoy dormiré en la otra habitación, ya estoy mejor y esta es tu habitación. Ya estoy bien, de verdad.
—      ¿De verdad?
—      Sí, no te preocupes, gatito.
Por puro instinto, JungKook llevó su mano a la cabeza de TaeHyung y el chico, sin poderlo evitar, ronroneó.
—      ¡Lo siento!— se disculpó TaeHyung.
—      No me ha molestado— admitió JungKook.
El chico miró a JungKook y sonrió.
—      ¿Te parece que salgamos para comprar tu tarjeta del teléfono y a hacerte unas fotos para el currículum? Luego podríamos ir a comer a algún sitio… ¿te parece?
—      ¡Me encantaría!
—      ¡Pues ponte guapo! ¡Debes hacerte fotos!
Con una sonrisa, JungKook se fue a su nueva habitación y se arregló. Se engominó el pelo, se puso una camiseta blanca, unos vaqueros, unas botas, camisa de cuadros y una chaqueta de cuero.
—      Estás muy guapo— alabó TaeHyung quien, para la ocasión, llevaba puesto un pantalón recto negro, camisa blanca y boina negra.
—      Tú también estás bastante bien— alabó JungKook, muerto de vergüenza.
TaeHyung le cogió del brazo y salieron a la calle.
—      Bueno, dime, ¿alguna experiencia laboral antes de estar en mi casa?
—      Trabajé en varios bares.
—      Lo pondré en tu currículum— dijo y fue apuntando la pobre experiencia laboral de JungKook durante los últimos años.
—      Y después de ahí… fui a parar a tu casa.
—      Entonces has estado en tres bares, cubriendo horas de verano, y luego entraste en un bar restaurante motero donde estuviste cuatro años. Pondré que has estado siete años como mi ayudante… ¿personal? ¿Cómo lo pondría para que suene profesional?
—      No tienes que hacerlo.
—      Empleado del hogar— dijo TaeHyung y lo escribió.
Llegaron a un fotomatón y JungKook se hizo varios fotos. Luego le pidió a TaeHyung otra moneda para una segunda sesión, tiró del omega y se hicieron cuatro fotos juntos. TaeHyung no podía parar de reír junto al chico.
—      Estás loco— le dijo y se miraron a los ojos.
En aquel momento, el flash saltó y los fotografió. Cuando JungKook cogió las fotos sonrió.
—      Sales increíble, gatito.
—      Exageras.
No obstante, la sonrisa del chico era radiante. Le volvió a tomar del brazo y le llevó a una tienda de telefonía para que tuviera una línea.
—      Hola, buenas tardes, eh… mi compañero necesita una tarjeta de prepago.
—      Claro, sin problemas— dijo el dependiente. Era un beta y parecía muy servicial— bueno, este es el número. Si no te gusta, te doy otro.
—      No, este está bien.
—      ¿Necesitas que te configure el teléfono?
—      No, lo haré yo— dijo TaeHyung y pagó el número de JungKook.
Cuando salieron de la tienda, se sentaron en un banco de la calle y TaeHyung le configuró el teléfono al alfa. Y, tras configurarlo, lo primero que hizo, fue guardar su propio número con las letras “Aa” al principio para que fuera el primer contacto de JungKook.
Carraspeó y se sentó en las piernas de JungKook.
—      Te explico cómo funciona— dijo omega, pegando su cuerpo al del alfa.
Por acto reflejo, JungKook le abrazó y comenzó a acariciar su espalda, provocando que el omega ronroneara y restregara su cabeza contra el pecho del chico. Sonriente, JungKook miró la pantalla del teléfono, aunque no entendía nada de lo que le decía TaeHyung, estaba perdido en el aroma dulzón del chico. Siempre había amado el chocolate, así pues, no le sorprendía que le atrajera tanto TaeHyung. La primera vez que le olió, supo que era su omega y su alfa estaba demasiado empeñado en hacer cualquier cosa por él, por tenerle.
—      ¿Quieres que vayamos a comer?— preguntó TaeHyung— conozco un restaurante bastante bonito y está cerca de aquí…
—      Sí. Vamos— se levantaron y, mientras caminaban, TaeHyung volvió a tomarle del brazo— ¿sabes? Esto me resulta raro. Poder salir contigo en mi forma humana… poder comer comida de humano, que hables conmigo como un humano, poder ir al baño como un humano… ha habido cosas que se me han hecho demasiado cuesta arriba— admitió— yo… provoqué todo esto para estar contigo… me he sentido demasiado frustrado estos años.
TaeHyung le miró, pero no dijo nada. De hecho, soltó el brazo de JungKook y se acomodó la gorra. JungKook tomó aire. Era la segunda vez que le decía que quería estar con él y no contestaba. Quizás su relación con TaeHyung era algo que no podía llegar a ser. Había engañado al chico durante siete años, era más que normal que no confiara en él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro