Balto iba camino hacia su destino mas importante de su vida, al menos en ese momento. Luego de una muy preocupante prueba, que al inicio creyó no pasar, Balto por fin había logrado realizar su mayor sueño de toda la vida, aun a pesar de que muchos lo pusieron en duda, y que nadie había querido creer en el. Mas que nada porque no lo querían que por otra cosa, dado que en realidad ellos si reconocían, aunque jamas lo admitirían el gran talento que Balto siempre había tenido.

Era de mañana temprano, y Balto se disponía a despedirse de sus padres, al menos durante la semana, puesto que el prometió siempre verlos cada fin de semana.

No podemos decir que Balto no durmió en toda la noche, pero definitivamente el mestizo había estado despierto, desde mucho antes que amaneciera, desde hace mucho antes que el sol saliera, desde hace mucho antes que los rayos del sol entraran por la habitación de Balto, y desde mucho antes que su despertador sonara. Antes de que Boris y Stella fueran a tocar a la puerta de Balto, el ya estaba completamente arreglado. Balto ya se había dado un buen baño, se había perfumado, y había preparado todas y cada una de sus casas.

Y de entre todas sus cosas, aquella que con mas emoción había preparado, fueron los estuches de sus instrumentos. Desde luego, que eso era lo mas importante por aquel momento.

Boris: ¡Balto despierta!, ¡Hoy es tu primer día!

Boris comenzó a llamar a la puerta de Balto, a la vez que levemente golpeaba una y otra vez la puerta de Balto para que el saliera de su cuarto.

No paso ni un minuto de que Boris había comenzado a tocar a la puerta del cuarto de Balto, cuando el abrió la misma, casi de inmediato.

Al otro lado de la puerta, Boris vio abrirse lentamente la puerta para después ser recibido por un mas que muy elegante Balto. Tanto el como Stella, pudieron ver en su hijo adoptivo, que por lo visto, el ya no podía contener mas su emoción, al menos durante aquel instante. No se sintieron felices por el, sino que todo lo contrario, es decir, su hijo se iba durante la mayor parte de la semana de ahora en adelante, y ya solo podrían verlo los fines de semana. Algo que por supuesto, para Balto paso completamente desapercibido, pues el no tenia ni idea de que en serio ellos lo iban a extrañar mucho, incluso si el no se iba para siempre.

Sin embargo, ambos gansos decidieron guardarse la tristeza que les producía el echo de no volver a ver a Balto en toda la semana, después de todo, en verdad lo amaban como su hijo, y por eso, no querían hacerlo sentir mal, por ver que el se iba, sino que decidieron que Balto siguiera igual de emocionado como desde hace las cuatro de la mañana.

Pero no todo era felicidad, el mismo Balto, si bien estaba mas que feliz, y también emocionado, por al fin poder irse, lo cierto era que también estaba francamente nervioso por lo que el mismo ya sabia que le esperaba en dicho lugar.

Fueron varias veces, y un tiempo considerablemente largo, que Balto se paso tratando de ingresar a aquella prestigiosa academia de musica, y fueron bastantes las veces, que el había sido rechazado, luego de tantos años tratando de hacer pruebas, en busca de poder entrar, por desgracia, Balto sabia que no era solo su habilidad musical, la que le estaba impidiendo el poder finalmente ingresar a esta escuela en la que Balto por tanto tiempo había querido entrar. El rechazo hacia su persona, era uno de los motivos por los que Balto no había sido admitido previamente en esta institución.

Fue a los doce años, cuando tanto Boris como Stella, descubrieron el enorme talento musical que Balto tenia para la musica, tanto cantando, como tocando instrumentos musicales, es decir, hasta ese momento, el mismo Balto sentía que no podía destacar nunca en nada, hasta que finalmente ingreso a su clase de canto. Durante su estancia en la primaria, desde que ingreso a la escuela de echo, la vida de Balto había sido algo mas que complicada, mas que nada por como todo estaba resultando para el a la hora de socializar con otros. Balto siempre había sido algo mas que retraído en la escuela, pero de un muy buen desempeño académico sin ninguna duda. Pero al menos por ese momento, el pobre perro lobo nunca llego a tener amigos, nadie nunca quería juntarse con el, por el echo de ser un perro lobo, pero en este caso, iba a ser diferente. Balto tenia la esperanza, nunca perdía le esperanza de que las cosas fueran diferentes. Si no eran así, incluso ahí en esa escuela, Balto no pensaba dejar que el mundo se le cerrara a el, porque entonces el lo abriría mas por la fuerza.

Es por eso, que Balto decidió que si nadie lo quería cerca, tan solo por ser mitad lobo, entonces el mismo decidió que no necesitaba amigos por tanto, no le hacían falta amigos. El solo se iba a centrar en su propia vida, solo en esa, y nada mas. Balto ya no tenia mas motivos ni remedio para su actual situación, y solo le quedo aprender a vivir con ella. Siendo esto lo que le llevaría a volverse alguien, de un muy buen desempeño académico, porque al final, Balto vivió toda su niñez y preadolescencia, aislado de todos los demás, que ya lo único que llego a conocer de la vida, fueron los estudios y nada mas.

De alguna u otra forma, aun para este punto de su vida, Balto no perdía la esperanza de que llegaría el día, en que por fin conocería a unos buenos y verdaderos amigos, que para Balto, serian como su segunda familia. El no iba a perder la fe en ese sueño, pero mientras eso no sucediera, el se quedaría con lo que si tenia, y dejaría de enfocarse tanto en aquello de lo que carecía. Luego, con el paso de los años, las penas de Balto fueron recompensadas, y parecía que ahora su vida por fin comenzaba a prosperar. Aun como uno de los mejores alumnos en la escuela, tanto en la primaria como en la secundaria, Balto jamas supo, ni tuvo una idea clara de lo que el quería hacer en su vida, no sabia a que quería dedicarse, ni que oficio buscarse. Así fue, al menos hasta que conoció el mundo de la musica, el cual lo enamoraría por completo, y haría a Balto saber, lo que el quería hacer. Jamas en su vida, Balto había visto algo tan hermoso en la vida, como lo era la musica, sin duda, un completo deleite para sus orejas de perro lobo, cuando probo lo muy hermosa que esta era, y todo lo que se podía hacer con ella, Balto decidió que quería dedicar toda su vida por completo a esta arte, por lo que aun con las burlas y el odio de todos, Balto nuevamente fue con todo, y se adentro en este mundo, donde hizo de la musica, algo suyo que en verdad nadie nunca le pudo quitar.

Y como Balto por su parte, siguió y siguió indagando cada vez mas en el mundo de la musica, acabo por ser así, que en serio se revelaría a la luz, a todos los que lo conocían, el gran talento oculto que Balto siempre había tenido, para la musica, mostrándose en todo momento, las cosas que ahora Balto podía hacer. Viéndose a los ojos de todo, lo muy bueno que Balto era para el canto, con una voz preciosa que le cayo la boca a todos los demás animales, y que los hizo tragarse por primera vez en toda su vida, sus burlas hacia el, luego de ver que Balto en serio parecía tener una voz como ninguna otra. Pero las cosas no se detuvieron ahí, sino que después de eso, nuevamente la gente a su alrededor, poco a poco se fueron haciendo chiquitos, una vez que vieron como Balto además de bueno para cantar, también lo era con ciertos instrumentos, tales como lo serian, la guitarra clásica, el arpa, el violín, la flauta, el saxofón, la guitarra eléctrica y el piano. Todos estos, instrumentos, que Balto tocaba de una forma tan hermosa, que en serio, a muchos los dejaba sin palabras.

Pero tal parece que ni esto seria suficiente para ser aceptado. porque incluso en aquellos años, nadie quería ser su amigo, nadie lo quería cerca, nadie disfrutaba de su compañía, todos seguían manteniéndose alejados de el. Balto jamas llego a entenderlo nunca, pero como parecía una situación que jamas finalizaría, no tendría final nunca, el propio Balto decidió al final, que no tenia porque entenderlo. El no dejaría de luchar por sus sueños, y si nadie pensaba apoyarlo, entonces lo haría solo, y eso fue justamente lo que hizo.

Simplemente siguió con su vida, y nada mas, pero ahora con su nuevo gran amor, el amor de su vida, la musica, un amor que Balto en verdad adoraba con todo su corazón, y agradecía como nadie al cielo por haber conocido la musica. Porque cuando la tocaba, cuando con su canto, o con sus manos la producía, el sentía que ya nada mas importaba, cuando estaba con la musica, cuando la escuchaba, o cuando la producía, ya nada mas a su alrededor lo podía molestar, después de todo, su mas grande amor, lo hacia poder olvidarse de todo. Cuando escuchaba la musica, o el mismo producía sus propias melodías, como el nuevo gran compositor, en el que se había convertido, Balto podía olvidarse de todos los demás que se burlaban de el, y el mal que siempre le habían echo.

Todos a su alrededor parecían siempre convivir tan alegremente, pero una vez que Balto se les acercaba se disuadían, el nunca pudo entender el porque, y ni aun sus padres adoptivos, Boris y Stella lo pudieron entender tampoco, ellos eran los únicos seres en el mundo, que de verdad lo amaban de manera genuina y sincera, y por tanto, eran afortunadamente el único contacto viviente que Balto llego a tener, porque si no, entonces el se habría sin dudas, vuelto loco.

Es así como llegamos hasta este momento, actualmente Balto había cumplido quince años, y después de haber sido rechazado de esa escuela, tan solo por ser un mestizo mitad lobo, fue gracias a su persistencia, que Balto al fin consiguió entrar a aquella escuela, y al fin iba a cumplir su sueño, de por fin lograr entrar mas allá de lo que el había aprendido de la musica a lo largo de toda su vida.

Ahora Balto ya no pudo ser rechazado mas. Y el mestizo por fin iba a ingresar, con el primer lugar, a una de las escuelas mas reconocidas, en cuanto a las enseñanzas sobre la musica, lugar donde Balto se sentía, como un hogar que siempre lo estaría acompañando, a donde quiera que el fuera. Ni las personas con prejuicios, ni las burlas de sus alguna vez compañeros de escuela, ni ninguna otra persona podrían arruinarlo.

Continuara.