[💫]
No era la primera vez que se lo pedían.
Kuroo y Bokuto llevaban meses –todos en los que se conocían– rogándole a Tsukishima que saliera con ellos siquiera una noche y, en sus palabras, “dejara de ser un nerd y pasarla bien.”
Kei no se molestó en ser sutil o utilizar excusas de “tengo que estudiar” pues sabía que no serían creíbles considerando que era de los mejores en su facultad, simplemente les dijo que no tenía ningún tipo de interés en acompañarlos a ninguna de sus salidas nocturnas, sin importar si fueran grandes o pequeñas.
Pero al parecer ser directo no funcionaba con ese par de idiotas, pues nunca dejaron de insistir diciendo que no se rendirían hasta tener una respuesta positiva.
Es importante recordar que esa estúpida determinación suya que según él es molesta, es la razón por la que ahora Kei es amigo de ambos chicos, pues su perseverancia fue el factor principal en lograr formar una amistad.
Tsukishima tuvo la “mala” suerte de compartir uno de sus curso en el segundo semestre con los dos idiotas, y parece que ambos están magnéticamente atraídos a personas que tienen rostro de “no te me acerques, no quiero hacer amigos”, pues no pasó ni una sola clase y el dúo decidió que, quisiera o no, Kei sería parte de su grupo al terminar ese periodo escolar.
Sus constantes interacciones, burlas, y conversaciones para convencer/molestar a Tsukishima sorprendemente funcionaron, ya que Kei terminó juntándose con ambos no sólo en la clase, si no fuera de la universidad también. Aunque el rubio niegue profusamente disfrutar la compañía de Kotaro y Tetsurou, no puede engañarse a si mismo y decir que no aprecia la relación que comparte con ellos, ya que si no fuera por ello seguiría siendo conocido en su facultad como “el nerd antipático” y seguiría pasando los días encerrado en su departamento con los audífonos puestos todo el día.
Si bien el insistir funcionó para juntarse con Kei, no parecía que iba a suceder lo mismo con la petición de que los acompañara a sus salidas.
Esto es lo que sucede: Tsukishima ya había salido con ellos antes. Fueron a beber luego de la etapa de exámenes, formaron un grupo de estudio donde variaron el departamento en el que se reunían, e incluso lograron sacarlo en dos ocasiones a clubes.
El rubio ya había aceptado a acompañarlos a salir en diversas ocasiones, entonces, ¿qué era diferente ahora?
Sencillo.
Querían llevarlo a un concierto.
Kuroo y Bokuto no se molestaron en ocultar el hecho de que ambos formaban parte de una banda. Demonios, presumían a los otros dos miembros de su grupo diciendo lo increíbles y talentosos que eran cada que podían.
No ocultaron sus aspiraciones, cómo soñaban con crecer y algún día tocar en un estadio lleno de gente saltando y gritando, sintiendo la pasión con la que tocaban su música.
El amor que le tenían a su sueño era admirable, pero también era uno de los principales motivos por los que Kei no quería juntarse con ellos en un principio.
Tsukishima odiaba la música.
Decía que era ruidosa, que no tenía sentido, y que no le veía futuro a querer ser una estrella si eventualmente tendrás tus quince minutos de fama y volverás a la decepción de cómo solía ser tu vida.
Tsukishima odiaba la música.
Cuando Kuroo y Bokuto le contaron sobre su banda, el rubio no ocultó su desagrado ni controló su boca y les dijo lo inservible que era gastar su tiempo de esa manera.
Ambos chicos se molestaron al principio, pero afortunadamente no dejaron que sus palabras les afectaran demasiado, ambos orgullosos de lo querían hacer con sus vidas.
Tsukishima odiaba la música.
Y esa era la razón por la que siempre se negaba a ir a alguno de esos conciertos.
Kei tenía mejores maneras en las que ocupar su tiempo, como estudiar. No tenía interés en relacionarse con ese mundo del que formaban parte Kotaro y Tetsurou.
A pesar de él alguna vez haber sido parte de ese mismo mundo años atrás, se negaba rotundamente a poner un sólo pie en un concierto.
Pues Tsukishima odiaba la música.
—
—¡Tsukkiiiii, por favor!
—Igual que todas las anteriores veces, y todas las que van a venir, no. Y no me llames así.
—Sabes que no dejará de insistir hasta aceptes, Tsukki, y yo tampoco. Ya sabes con quienes estás tratando.
—¡Por favooooor!
—¿Podrían callarse? No puedo concentrarme de esta manera, dijeron que íbamos a estudiar.
—Repito: ya sabes con quienes estás tratando, ¿qué esperabas?
Tsukishima no se dignó en darle una respuesta. No apartó la vista del libro que traía en manos, sabiendo perfectamente que si miraba en la dirección del el dúo de idiotas se encontraría con la misma vista desde los últimos treinta minutos (y de toda la última semana): a Bokuto haciendo un berrinche tirado a los pies de la cama, y a Kuroo sentado en el suelo viendo su espectáculo con una sonrisa autosuficiente.
Últimamente así se desarrollaban sus reuniones, con Kuroo y Bokuto pidiéndole a Tsukishima que accediera a acompañarlos a uní de sus conciertos.
Viendo la frecuencia con la que esto ocurría, Kei debería estar ya acostumbrado a rechazar la invitación y seguir con su vida, pero esta ocasión era diferente.
Tetsurou y Kotaro estaban siendo muchísimo más insistentes que de costumbre, queriendo convencerlo a cualquier hora del día ya sea por mensajes, en llamada o en persona.
—¡Tsukki, por favor! ¡Nunca te pedimos nada!— Volvió a lloriquear el peliblanco.
Kei acomodó sus lentes sin dejar de observar su libro. —Puedo refutar eso sin problema, pues lo único que ustedes dos hacen es pedir que haga cosas.
—Lo hacemos porque sino fuera por nosotros, serías un retraído social sin amistades que se la pasa todo el día encerrado escuchando quién-sabe-qué en tus audífonos.— Argumento Kuroo con una ceja levantada y la misma sonrisa irritante plasmada en su rostro.
—Honestamente, eso suena mucho mejor a tener que acompañarlos a uno de sus dichosos conciertos.— El rubio frunció el ceño sin intentar ocultar lo irritado que se encontraba.
Bokuto bufó y cruzó sus brazos haciendo un puchero, a lo que Kuroo respondió con su típica risotada.
Tsukishima no les tomó importancia. —Saben que no aceptaré sin importar lo mucho que insistan, no entiendo por qué ahora están siendo más molestosos que de costumbre.
Los músicos no respondieron e intercambiaron una mirada en silencio, lo cuál sí logró llamar la atención del rubio.
Por fin apartó la vista de su lectura y fijó la mirada en el par de chicos, quienes siguieron en silencio. —De hecho,— dejó el libro a un lado. —¿por qué están siendo más molestos que de costumbre?
Kotaro volteó a mirar a Tetsurou de manera suplicante, pero el pelinegro sólo lo miró de reojo y negó con la cabeza.
Kei notó lo sucedido y fijó rápidamente su atención en el peliblanco, sabiendo que sería más sencillo sacarle información a él que a Kuroo.
—¿Bokuto?— Fue todo lo que dijo el rubio.
El nombrado hizo una mueca y apartó la mirada, automáticamente simulando que las paredes eran lo más interesante en el mundo. Esto sólo hizo que el enojo de Kei aumentara, pues no era conocido por ser muy paciente con sus amigos.
—Bokuto.— Repitió en un tono más serio, a lo que Bokuto respondió intentando distraerse como le fuera posible para evadir dar una respuesta.
Tsukishima suspiró intentando controlar la desesperación que sentía cada vez que Bokuto se ponía de esa forma. Decidió intentar una última vez.
—Kotaro Bokuto.— Dijo fulminando al peliblanco con la mirada, siendo respondido con una queja esta vez dirigida para Tetsurou.
Kuroo simplemente suspiró y le hizo una seña a Bokuto para que comenzara a hablar, sabiendo que no había sentido en seguir callandolo.
El chico instantáneamente formó una sonrisa en su rostro y volteó a mirar a Kei entusiasmado.
—¡Esta vez nós invitaron!— Exclamó levantando ambos brazos y moviendolos efusivamente. El rubio tomó unos segundos para procesar la noticia.
No era un secreto que Bokuto y Kuroo eran muy apasionados con su música, y que desde antes de haber formado su banda siempre buscaron promover y hacer conocer sus nombres. Siempre quisieron compartir sus canciones con el público, pero pasaron mucho tiempo intentando crear un nombre por ellos mismos. Ya sea ofreciéndose a tocar en eventos o rogar por tocar en un bar, cualquier avance era bueno para ellos y siempre se mostraban felices cuando tenían la oportunidad de estar en el escenario.
Sin embargo, últimamente su grupo estaba siendo más reconocido. El cambio no fue muy notorio, claro, y fue bastante lento, pero ambos chicos no ocultaban su emoción de poco a poco estar creciendo.
Y el hecho de que un bar haya pedido específicamente que su grupo vaya a tocar significaba que todos su esfuerzos estaban dando frutos.
Tsukishima frunció el ceño.
—¿Por qué no me dijeron esto antes?
Tetsurou despeino aún más su escandaloso cabello mientras exhalaba.
—Queríamos pedirte que fueras pero que no se viera como una obligación. —Hizo una mueca.— No sabemos exactamente qué ocurrió, pero es obvio que sientes degradado a todo relacionado con la música, bandas, espectáculos, etc, y que es por algo muy personal.— Kei esquivó la mirada y volvió a acomodar sus lentes.
Bokuto mordió sus labios. —Sé que siempre insistimos en estas cosas, Tsukki, y la mayoría de veces lo hacemos para molestarte, pero genuinamente queremos que estés involucrado.— Sonrió suavemente. —Amamos lo que hacemos, y es importante para nosotros. Por eso queremos que vayas.—
—Porque eres nuestro amigo.— Continuó Kuroo imitando su sonrisa. —Esto es muy grande para nosotros, y significaría mucho que estés ahí para apoyarnos.
La habitación quedó en silencio por unos segundos.
—Enserio son un par de idiotas.— Tetsurou y Kotaro se encogieron ante sus palabras. Kei sonaba verdaderamente harto con ambos.
Ya resignados a otra respuesta negativa, se prepararon para el silencio que vendría cuando el rubio volviera a su lectura.
—Díganme la fecha y la hora, y ni crean que iré sólo, ambos tendrán que llevarme.— Sentenció Tsukishima con el mismo tono. Luego simplemente bufó, rodó los ojos, y recogió su libro.
Pasaron diez segundos dónde Kuroo y Bokuto quedaron completamente quietos. Una vez comprendieron lo que Kei les dijo, Bokuto eruptó en una carcajada jovial y de Kuroo brotó una gran sonrisa. Los dos se tiraron encina de Tsukishima para atacarlo en un abrazo, ganando múltiples quejas y empujones del tercero.
Era sólo un evento. Y era importante para sus amigos. Sólo tenía que aguantar una noche hasta que ellos tocaran y luego podría irse.
No era complicado, después de esto no volvería a relacionarse con bandas y conciertos.
Tsukishima odiaba la música.
—
ok dije que iba a ser un One Shot pero ahora será un Two Shot lol
1.- dije que lo haría si llegábamos a la meta en Twitch, y lo hicimos so aquí está
2.- si seguimos aumentando iré subiendo más partes, tengo el AU y planeado skdhdhd
3.- como ya dije, perdí la práctica en escribir, so me disculpo
anyways, ya saben, seguimos subiendo en Twitch y habrá más partes dkfhfjjf
bye ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro