Capítulo 18.- La Marca Maldita
Hibiki Kanzaki fue asignado, por parte de la S.N.N., a una historia sobre un grupo de terroristas conocido como las Fuerzas de Liberación de la Tierra. Él se sintió acorralado por las respuestas de los terroristas, cuya reflexión también concluyó. Es grandioso si sobreviviera cada vez que su novia, Silvie, lo mira otra vez. Siempre hay oportunidades para lindos esbeltos.
Mientras era perseguido por un par de hombres que parecían tener malas intenciones, Hibiki comenzó a esconderse de sus perseguidores; y al ver que éstos ya se pusieron muy detrás de donde él estaba, éste comenzó a atacar sopresivamente a uno de ellos, golpeándole con un tubo de cañería que encontró por ahí. El otro perseguidor, al ver a su compañero siendo golpeado por Hibiki, recargó su arma y le disparó a Hibiki por el hombro.
- ¡Jódete! - exclama Hibiki, aventando el tubo de cañería hacia sus perseguidores y emprendiendo la huida nuevamente.
Mientras tanto, los perseguidores comenzaron a levantarse de los golpes que recibieron del tubo.
- ¿Estás de acuerdo... en que debemos serguirlo, Zed? -
- Sí, debemos atrapar al pequeño bastardo. -
Una vez que Hibiki perdió la vista de sus perseguidores, comenzó a virar hacia los otros lados, con tal de buscar ayuda.
- ¿Dónde está la policía cuando se necesita? - se pregunta Hibiki mientras tiene a su hombro ensangrentado - Bien... Estoy fuera de su alcance. Todo lo que necesito ahora mismo es un descanso. - Inmediatamente ve a los dos hombres, y rápidamente le toca la puerta de la habitación más cercana - ¡Ayuda! ¡Abran la puerta! -
Sin embargo, la puerta no abría, y los dos hombres de negro se acercaron rápidamente hacia Hibiki.
- ¡Se acabó, punk holgazán! -
Hibiki sentía que ya no le quedaba esperanza para poder escapar, pero inmediatamente la puerta se abrió y se escucharon disparos... pero esos disparos terminaron por dar el tiro de gracia a los dos sujetos, quienes cayeron muertos al instante.
- ¡Vamos, tenemos que salir de aquí! - contesta una voz femenina, pero Hibiki sólo percibe a un sujeto encapuchado.
- ¿Quién diablos eres tú? - cuestiona Hibiki.
- Soy la última persona que llamó la noche anterior. - la misteriosa persona se quita la capucha y se revela ante Hibiki; se trata de una híbrida mestiza, posee tanto rasgos afrolatinos como rasgos zentraedis, además de tener el cabello corto, con un estilo casi militar - Antes de poder ir al almacén, ví a dos mechas entrar, ya que he sido rastreada a través de ti. - ¡Ahora vámonos de aquí! ¡La policía pronto estará aquí! -
- Muy bien, vayamos a algún lugar seguro, pero estaría fuera de aquí si tú no trataras de usar algún truco para escapar. -
- No te preocupes, estoy de tu lado. -
Hibiki acompaña a la misteriosa mujer, quien la lleva a un lugar apartado de la ciudad. Estando ambos en la cima de un edificio de la zona, la mujer comienza a revelar su identidad.
- Mi nombre es Zara. Soy un soldado de las Fuerzas de Liberación de la Tierra. Pero actualmente, ellos están peleando por algo que me está desagradando. Estuve pensando en exponer sus planes para hablar contigo, pero hay situaciones que han ido muy mal recientemente. -
- Pero, ¿Por qué están queriendo matarme? - pregunta Hibiki - Si algo me llega a pasar, jamás tendré oportunidad de poder hablar con usted. ¿Qué hice yo para que ellos intentaran hacerme eso? -
- Ellos piensan que tú también sabes mucho y es mi culpa. - responde Zara - Nunca debí haber mandado un mensaje a tu buzón electrónico. -
- ¿Qué? ¿Estás hablándome de que ellos han tenido mi teléfono bajo intervención? ¿Por qué harían eso? -
- Después de dar a conocer al Mundo la verdad sobre la invasión de los Marduk, has sido considerado como una amenaza. Han estado viéndote desde que diste a conocer a todos esta historia. Estoy arriesgándome mucho al platicar contigo. -
- Entonces, ¿de qué quieres hablarme de eso que es tan importante? -
- Las Fuerzas de Liberación de la Tierra no son una organización terrorista. - continúa Zara - Es un frente opositor que surgió en la Tierra durante la crisis política de finales de la década de 2050. Sus líderes actuales nos quieren hacer parecer frente a la opinión pública como una amenaza, y así poder declarar la ley marcial. - continúa - Una vez que usen la ley marcial como cortina de humo, ellos podrían aprovechar la crisis para poner fin al gobierno a través de un golpe de estado y así establecer una junta militar. -
- ¿En serio? - contesta Hibiki - ¿Significa que... los militares están detrás de todo ésto? -
- Algunos son militares, otros son líderes políticos, y algunos más son empresarios industriales. - responde Zara - Así que básicamente, es una auténtica mafia del poder, pero lo que realmente quieres es algo que me asusta. Quisiera estar muerta antes que ver esto. Pero lo único que puedo hacer ahora, es exponerlos. Y para hacer esto, debo necesitar tu ayuda. -
- Bien, ahora dime - dice Hibiki - ¿Qué es lo que extrañas de esos ingenieros? ¿Cómo los correlacionarías con la imagen? -
- Ellos diseñaron al mecha que estábamos usando. El robot tiene una característica de sigilo que nos permite evadir al ejército. También tenemos acceso a su lenguaje encriptado. También sabemos que están haciéndolo todo el tiempo. -
- Sé que me estás diciendo la verdad, voy a tener la misma oportunidad que dos bolas de nieve en un viento infernal en esta historia. -
- No puedo decirte más, ya que es muy riesgoso platicar contigo ahora. -
- Lo sé. Puede que Silvie pueda ayudarnos. Ella trabaja para el comandante Exxegran, quizá él pueda... -
- Tu querida Silvie probablemente haya sido arrestada en estos momentos. Quizá ellos querrán encerrarla por estar contigo. -
- ¡¿Qué?! -
Centro de Reclusión Temporal del Cuartel General de las Fuerzas Armadas Unidas de la Tierra
- ¡Disfruta de tu estadía en la celda, teniente Gena! -
Silvie volvió a la misma celda en la que había estado durante la crisis de los Marduk, pero ésta vez no estaba sola...
- ¿Así que tú eres la terrorista novata de la que tanto hablan por ahí? Saludos, mi nombre es Xari.
- Soy Silvie Gena, y no soy ninguna terrorista. -
- Ya veo. - contesta Xari - ¿Acaso eres una terrícola quisquillosa? No presumas tu inocencia. -
- Entonces ésta cama es mía. -
- No, es mía. -
- Si la de arriba es tu cama, entonces dame la de abajo. -
- ¿Estás tratando de decir que la cama de abajo es tuya? -
- ¿Entonces cuál de las dos es mía? -
- Ninguna, tú dormirás en el suelo. -
- No me obligues a pelear contigo. - contesta Silvie con mucha tensión - No estoy de humor. -
- Escucha bien, terrícola... Yo mando en esta celda, así que harás lo que yo te diga. - ordena Xari - Tú cometiste un error al tratar de sobornar a las FLT, y estoy aquí para hacer que lo sepas. -
- ¡Bien! - Silvie golpea a Xari - ¡Quiero saber una respuesta sobre ellos! ¡Vamos, habla! -
- ¡Perra, te mataré! - responde Xari con un golpe a Silvie.
La pelea entre Xari y Silvie dura un buen rato, hasta que un par de guardias vestidos de civil interviene en la celda y separa a ambas.
- ¡Alto, ya fue suficiente! - exclama un guardia, quien agarra a Xari y la lleva a otra celda.
- ¡Acabaré contigo! ¡Espera y verás! - exclama Xari a Silvie, como una declaración de venganza.
Silvie se quedó en su celda y comenzó a llorar, pensando en los terribles momentos que acababa de pasarle a ella, y siendo injustamente culpada de un crimen que jamás cometió.
Mientras tanto, en un edificio a las afueras de la ciudad...
- ¡¿Silvie está en prisión?! - exclama Hibiki.
- Por ahora diría que es lo más probable. Y tú seguirás conmigo si quieres volver a casa con vida. - responde Zara - Por ahora, tendrás que seguir ocultándote. -
- ¿Por qué fueron tras ella? ¡Si ella no sabía absolutamente nada! -
- Porque ella está ligada contigo y tiene que ser discreta. Y si no podemos matarte haciendo que mires el mal, también nos encasillarían en la forma en cómo hablamos. -
- Bien, creo que me voy a ir de aquí. -
- ¡Espera! Necesitamos hacer planes. -
- ¿Planes? - duda Hibiki - ¡Mi vida es una confusión y tú me quieres cubrir esta historia! ¡Debo tener evidencia si tuviéramos esperanza de exponerlo, y así obtener la libertad de Silvie! -
- Pienso en una idea: Los líderes de las FLT se reúnen con frecuencia para conocerse. Ellos repasan sus planes. - continúa Zara - Ocurre ésto para conocer al programador mañana por la noche, si puedo inmiscuirme contigo. Tú puedes atarlo, así que tendrás todas las pruebas que necesitas. -
- ¡Si lo grabo, será la recompensa más grande que tendré, y así limpiaré mi nombre! - exclama ansioso Hibiki - ¡Será la noticia del siglo! -
- No te vayas muy lejos, tendrás que evitar que te vean. -
- Buen punto. Creo saber qué hacer acerca de ésto. -
Hibiki va hacia la peluquería donde trabaja su amigo Mash, con el propósito de hablar con él acerca de los sucesos que últimamente han afectado su entorno.
- ¡Oye, Mash! - exclama Hibiki al llegar al lugar.
- ¡Hibiki, qué gran sorpresa! - contesta Mash - ¡Has tenido un camino demasiado largo, mi buen vaquero! -
- Sin hacer mucho ruido Mash... creo que tengo un gran problema. -
- Bien, creo que ellos... han pasado dentro de mi salón. -
- Entonces vine aquí a ver si podrías ayudarme a hacerme ver diferente. Necesito esconderme por unos momentos hasta que esto pase. -
- Mmmmm... Seguro que eres todo un imán de problemas. - contesta Mash - Pero yo sé a qué te refieres... Yo creo que has de tratar de buscar un disfraz holográfico. -
- No se si eso funcione. - responde Hibiki - Yo conocí a Silvie cuando ella estuvo usando uno para tratar de esconderse de sus verdaderas intenciones. Alguien con un palo o con un machete puede golpear cualquier cosa, incluso si es un holograma. -
- Bien, creo que encontrá la solución y es un difraz de último modelo, para ser más exactos, del mercado negro. Recuerda que en todas las civilizaciones no hay suposiciones para tener uno. -
- ¿Dónde lo conseguiste? -
- De un admirador. Sabes que a mi me gustan ver hombres bien uniformados. Con solo apretar el botón de aquí, puedes escoger alguno de los nueve disfraces que están disponibles, tanto de hombre como de mujer. 40 años de garantía y experiencia lo respaldan. La computadora selecciona la ropa indicada y equilibrada para la situación que lo amerite. Y como buen amigo que eres, ¿Te importaría rentarlo por algunos créditos? -
Hibiki acepta la oferta de Mash, y sin dudarlo, comienza a probar el artefacto. Una vez que sale a la calle, sale disfrazado de un señor con aspecto de narcomenudista latinoamericano de la década de 1980. Sin embargo, comienza a ser detenido por Zara, quien ya llevaba su típica capucha para estar cubierta.
- ¡Alto ahí! -
- Zara... soy yo... Hibiki. Estoy usando un disfraz. Esto me ayudó a evitar la policía desde que fuimos los últimos vistos. -
- Bien, entonces podemos seguir adelante, como está planeado. ¿Tienes tu equipo? -
- Si... ¡En mi bolsa! -
- Bien, te meteré dentro del punto de reunión antes de que empiecen. ¡Vamos! -
Sin embargo, los dos se percatan de algo que parecía extraño para ambos.
- ¡Mira, allí arriba! - exclama Zara.
- ¿En la ventana? - pregunta Hibiki.
- La puerta de enfrente ha sido vista, y eso que yo inhabilité las alarmas de ésa ventana. -
- ¡Maldición! -
- ¡Vamos, no hay tiempo qué perder! - contesta Zara - ¡Te esconderé en la siguiente habitación! -
Tiempo después...
Hibiki y Zara se esconden mientras ven a un montón de personas reunidas mientras platican de algo demasiado importante. Hibiki saca su cámara de vídeo y comienza a grabar la reunión con tal de obtener la información necesaria para su reporte.
- Esto debería ser una interesante conversación con todo lo que ha pasado recientemente. - dice el oficial de las Fuerzas Armadas, mientras la reunión da inicio.
- Puedes decirlo otra vez, ja, ja. - dice la oficial de inteligencia mientras suelta una risa sarcástica.
- Por el amor de Dios... mira a esa gentuza. - piensa Hibiki mientras graba secretamente con tal de no ser visto. - Él trabaja para la policía... Ella trabaja para la inteligencia militar... Él es un oficial de las Fuerzas Armadas Unidas de la Tierra. -
- Como todos ustedes saben, estamos dando golpes graves y ganando la atención del público. Los medios han jugado de nuestro lado. Los resultados son predecibles, ya que los medios gritan de emoción mientras nosotros hacemos el trabajo sucio. - comenta el anfitrión de la reunión, cuyas palabras causan las risas de los demás asistentes. - Sin embargo, no estamos teniendo buenos resultados, ya que nos falta algo más por hacer, pues hay, por el momento, un problema algo serio: Resulta que un joven reportero llamado Hibiki Kanzaki está recabando algo de nuestra información, pues hemos logrado interceptar y sustraer su mensaje desde una máquina de preguntas y respuestas. ¡Tuvimos un traidor dentro de nuestras filas! - Mientras Hibiki los seguía grabando, el anfitrión continúa - Nos tenía en la incertidumbre. Por supuesto que alguien quien no estuvo en casa cuando pudimos estar allí. Teníamos a gente monitoreando sus movimientos. ¡Tráiganla! -
Los oficiales que estaban al servicio de los conspiradores, trajeron frente al anfitrión a la mismísima Zara, quien había sido detenida y, con un rostro de enojo, se mostró frente al líder de la reunión.
- Creo que fuimos cuidadosos, pero subestimó los recursos de su propia gente... Un error fatal. - comenta el anfitrión al ver a Zara, y de inmediato, comienza a levantarse de la silla - Ahora la seguimos, y nosotros solamente tenemos un problema al eliminarla, aquél molesto reportero, Hibiki Kanzaki... Por suerte, sabemos dónde está él. -
Hibiki se percata de que los asistentes a la reunión ya lo habían descubierto. Hibiki trató de escapar, pero dos guardias vestidos de civil y con armas de fuego, detuvieron a Hibiki y lo mandaron al suelo.
- Un movimiento en falso y volarán tus sesos. - contesta uno de los guardias que sometió a Hibiki.
Inmediatamente, el anfitrión llega a donde está Hibiki y comienza a hablarle:
- Ríndete y únete a nosotros, señor Kanzaki. Ahora formarás parte de las FLT... De lo contrario, tendremos que matarte. -
Hibiki ya no tenía posibilidad de escapar. Sólo habían dos caminos para él: Resistir con el riesgo de perder la vida, o aceptar las exigencias de los reunidos. El destino del sistema político dependerá de esta decisión.
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