Capítulo 32.- El Renacer de la Esperanza
La batalla empezó casi de inmediato. Estábamos en clara desventaja. Pero algo que no esperaba Xenio de nosotros eran las ojivas antimateria. El Quorum disparo su cañón principal al centro del grupo más grande de VR. Y detrás de este, en los extremos de esa área se lanzaron las ojivas antimateria del Caimán y el Quorum.
Con tan solo ese acto, es que exterminamos al 25% de nuestros enemigos. Miles de VR se dejaron venir sobre nosotros. Los Lighting de RM, liderados por el Boss en persona, es que protegían a los Ceraunia y a mí de nuestros atacantes.
El Lighting del Boss era impresionante. Se movía a increíble velocidad, y con aun mejores reflejos de respuesta. El armamento más novedoso de esta unidad eran los laser direccionales que le rodeaban. El Boss por si solo equiparaba a otro equipo RM. Sin duda alguna, el Boss hacia honor a su reputación.
Seguimos en nuestro avance, a los VR los destruíamos sin más, no había de otra. A los Lightings tratábamos de evitar dispararles en la cabina, y tal como en la batalla donde escapamos del Agrigento, esto no fue siempre posible.
De repente de la radio vino un grito, se trataba de Haya que había quedado rodeada por decenas de VR, tras perder a sus escoltas. Maya intentó auxiliarla, pero estos no le permitieron acercársele.
— ¡No vengas, hermana Maria! — gritó Haya.
— ¿Qué dices, Hiromi? No te puedo dejar sola — le respondió Maya.
Haya puso la más grande de sus sonrisas a su querida hermana.
— Fue divertido, hermana Maria... por favor. ¡Vive! — dijo Haya.
— ¡No, Hiromi! — grito desesperada Maya — ¡No lo hagas! —
—Adiós, hermanita.—
Seguido de eso, es que detonó el Lighting de Haya, ya que está activó la ojiva antimateria que llevaba, y con ello se llevó a miles de VR y Lightings enemigos. Maya se dejó llevar por la furia, y se lanzó contra los VR dejando atrás a sus escoltas. Cuando se dio cuenta, estaba rodeada, igual que su hermana. Al darse cuenta de esto, es que intentó emular a su fallecida familiar.
— Voy contigo, hermana. —
Antes de que la ojiva detonara, apareció Panoptes, abriéndose camino entre ese enjambre. Le arrebató su ojiva, y junto con sus escoltas, alejaron a los enemigos de su compañera. Panoptes solo sonrió a una confundida Maya, para después ver como este solo explotaba, llevándose con él varios de sus oponentes.
— ¡No! — gritó Maya — ¡No me dejen sola!—
Mulder acercó su nave hasta la inmóvil unidad de Maya, y la recibió dentro. Al menos en el interior de esa nave estaría a salvo, mientras esta aguantara. Pero comenzamos a recibir señales de incremento de energía. Se trataba del Agrigento preparando su arma principal, y esta tenia por objetivos al Quorum y Demos. Todos intentamos acercarnos a la nave de Xenio para detonar una ojiva antimateria y así evitar una desgracia. Ya que Demos al estar preparándose para el salto, no tenía activados sus escudos. Por más que lo intentamos no fue posible, y entonces el Agrigento disparó su arma, llevándose consigo incluso aliados. Pero frente a este disparo apareció el Boss y su Lighting, el cual activo todos sus láser direccionales, formando un escudo que desvió la letal ráfaga de energía. Pero esto le costó la vida al Boss, ya que se sobrecalentó su reactor, explotando.
Pablo y Gabriel se lograron colar hasta el Agrigento. Ambos dispararon sus ojivas antimateria en el interior del gran cañón de esta. No quedó destruida, pero al menos ese cañón no volvería disparar jamás. En su ruta de escape, Pablo fue alcanzado por varios Lightings y destruido. Gabriel regreso por ellos, y con una rápida andanada de misiles es que los destruyó a todos.
— Lo siento viejo — Eso fue todo lo que dijo Gabriel.
Empecé a sentir pesar en mi corazón. Haya, Panoptes, el Boss, Pablo y muchos más habían muerto, y yo solo contemplé sus muertes. Del Demos vino una comunicación. Era el comandante Ray.
— Demos esta lista para partir. —
—Entonces no pierdan tiempo y váyanse — respondí al comandante.
— Lo haremos, solo queríamos agradecerles, y desearles suerte.—
El comandante Ray y todos en el puente de Demos nos saludaron. Se cortó la comunicación. Los motores de la nave de colonización empezaron a resplandecer al tiempo que levantaban el escudo de energía. En un momento estaban allí, al siguiente ya no. Demos lo había logrado, la primera parte del plan había salido bien.
La batalla continuó, pero lo extraño es que en esta no había hecho acto de presencia Xenio. Tenía que esta por algún lado, y tenía que ser yo el que acabara con él. Sin Demos los ataques se concentraron en el Caimán y el Quorum. Retrocedimos para protegernos mejor, pero el Caimán no alcanzo a llegar hasta la línea de defensa que había formado RM y voló en pedazos. Pero no todo estuvo perdido, cuando Alma informó haber sacado de la nave a Mulder y Maya en una capsula, antes de que esta explotara.
Alma empezó a ser perseguida por varios VR. Disparó su ojiva antimateria, y esta penetro en el grupo. Cuando esta detonó, Alma aceleró su unidad al máximo, pero cuando vio que no lo lograría lanzó la capsula donde se encontraban Mulder y Maya. Creo que Alma estaba lista para morir, pero no se lo permitiría. La alcancé y con la combinación de los propulsores de su unidad y la mía es que logramos escapar de la explosión.
Habíamos acabado con el 75% de la fuerza de Xenio. Aun así seguíamos en desventaja numérica. Todos estaban exhaustos, y solo quedaba mi ojiva antimateria. Los disparos cesaron, y tanto los VR como los Lightings de Xenio comenzaron a rodearnos. De entre ellos por fin emergió el Celestis.
— Vaya, vaya, vaya. — pronunció Xenio como si estuviera sorprendido — No creí que fueran capaces de este nivel de resistencia. Es digno de aplauso. —
—¿Qué es lo que quieres Xenio? — le respondí molesto.
— La verdad es que me han sorprendido. Les estoy dando la oportunidad de que se pongan de mi lado. Existen muchos elementos humanos que están de más. Pero de entre todos ellos, de verdad sentiré pesar si ustedes perecen entre esos excedentes. —
—¿Quieres que nos unamos a ti? — dije con incredulidad.
— ¿Por qué no? Tienen el espíritu que necesito para reformar a la humanidad. Y con los VR... Ni Dios mismo podrá oponerse a nuestro poder.—
No sabía que decir... por un lado, si aceptaba, todos los que quedaban saldrían vivos de esta. Consideré muy seriamente esto, cuando Lilian se apoderó de las líneas de comunicación.
— Un enorme grupo de naves se aproxima hacia nosotros Lambert. Y hay alguien que quiere hablar contigo.—
¿Hablar conmigo?... ¿Quién podría ser? ¿Y ese grupo de naves? ¿Refuerzos de Xenio? Abrí el canal que Lilian me indicó. En la pantalla apareció un rostro conocido. Era la general Violeta.
— Ha pasado un tiempo, no es así Lambert. —
— Se... ¡Señora!, ¿qué es lo que hace aquí? — dije todo sorprendido.
— Estoy aquí para ayudarlos, movilicé a todo mi grupo en contra de las órdenes de la Fundación. Hice una apuesta a que debías de tener tus razones para hacer lo que hacías. Parece que hemos ganado. —
— ¿Por qué hace esto? —
—La última vez que nos vimos te lo dije. Me caes bien, te conocí brevemente, pero no te creo capaz de los horrores que dice Xenio, y aunque lo hubieras hecho, debiste tener tus razones.—
Sentí gran alivio al escuchar las palabras de la general, así como saber que no estábamos solos. No pude disfrutar mucho de ese sentimiento cuando una estruendosa voz irrumpió en la señal.
— Sí, sí, sí. Todo muy emotivo, pero aún no estamos cerca de poder ayudarlos — era el general Brandom — estaremos allí en una hora, es el tiempo que tienen para seguir vivos. ¿Escucharon? Hasta entonces no mueran. ¡Es una orden!—
Aparentemente la general Violeta se las había arreglado para convencer al general Brandom de ayudarnos. Una hora... me eche a reír como no había reído en mucho tiempo.
— Eso es mucho tiempo. Si no se apresuran no habrá nada con que combatir y no les dejaremos nada. —
—¡Impertinente! — declaró Brandom — Pero si pueden hacer eso no estaría mal. Solo no se dejen matar, ya vamos.—
Y con eso se cerró la comunicación. Xenio parecía sorprendido, su unidad se giró hacia mí. Ambos sabíamos que este sería el duelo que terminaría con todo. No pretendía darle oportunidad de reaccionar, y por ello es que active mis propulsores al máximo, al tiempo que disparaba contra Xenio.
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