Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11.- El Reencuentro

Ya van siendo cinco meses desde que Iselda se fue a bordo del Agrigento. Desde que ella se fue reanude mis actividades de estar cazando en solitario, con la variante de que me mantenía cerca del radio de acción del Quorum. Esto fue posible ya que por alguna razón el Boss decidió no regresar a la gran muralla, por lo cual se mantuvieron vagando yendo de una colonia espacial a otra, al tiempo que cazaban VR. En un sentido estuvo bien, pues dado que por siete meses estuve con ellos trabajando en equipo, y pese a que prefería trabajar solo... lo cierto es que también ya me había acostumbrado a ellos.

Deje como de costumbre el Quorum tras haberme abastecido, y me dirigí a un nuevo trabajo, cazar a un VR de clase 9. ¡Diablos!, esas cosas alargadas como enormes gusanos no eran tan poderosas como uno de clase 10, pero sí que daban lata, por dos razones. La primera es que podían mimetizarse con el espacio con increíble facilidad, y el radar no lo detectaba mientras estuviera en ese estado. La segunda es que aunque les infringieras gran daño, estos poseían una increíble capacidad regenerativa, que para empeorar la situación, si por ejemplo partías esa cosa por la mitad, entonces te enfrentarías a dos criaturas, y así subsecuentemente. Así que si uno iba tras de un VR de clase 9, lo mejor era destruir por completo todo su cuerpo en un único y fulminante ataque.

Llegue a la última zona donde se le había visto, por lo menos en tres ocasiones por naves mercantes, y que por puro milagro lograron sobrevivir. Para mi mala suerte la zona era perfecta para que el VR se escondiera, pues era una zona de pequeños asteroides. Desechos que fueron dejados a la deriva tras la construcción de las colonias espaciales, la flota de la Fundación y la gran muralla, por ello es que ya no proveían ningún material útil. Antes de meterme en esa área, donde bien podía ser tomado por sorpresa, decidí mandar a los asistentes para investigar. Busque inquisitivamente por algo que estuviera fuera de lugar.

Pasó media hora... una hora... dos horas... ¡Demonios!, ¿dónde diablos estaba? Con la paciencia perdida es que retraje los asistentes y me adentre en la zona de asteroides. Si ya sé que dije que era peligros entrar a allí, pero, ¡por la Fundación!, esa cosa de verdad estaba probando mi paciencia. Con los impulsores al mínimo es que registre el área, cuidando que no fuera a salir por detrás.... Nada.

Pensé en retirarme y volver después, una vez se me hubieran calmado los nervios. Pero cuando estuve por hacerlo, note como una ominosa cola se dirigía hacia mí, y que esta cambiaba de color roca, a un asquerosos color verdoso. El muy maldito espero a que bajara mi guardia. No pude hacer nada y recibí toda la fuerza del impacto, lo cual me lanzo sin control contra uno de los asteroides. Todo dentro de la cabina de mi Lighting crujió, y yo me sentí un poco mareado, zarande un poco mi cabeza para recuperarme, solo para ver que el VR se dejó venir sobre mí con toda su masa.

Active los propulsores al máximo y emplee tres de los asistentes en un fútil intento por detener su avance, ya que estos fueron destruidos. Era suficiente, comencé a volar alrededor de él dejando un rastro de minas a mi paso, el VR pareció confundido ante mi maniobra y sólo me observó, cuando puse una cantidad suficiente dispuse cierta distancia. El VR aun siguiéndome con su mirada se abalanzo nuevamente sobre mí, y lo más rápido que pude active las minas que envolvieron en una gran nube de fuego a la bestia.

Parecía que todo había terminado, y me intente relajar, cuando por pura casualidad vi que un trozo del VR salió volando hacia un asteroide. Intente lanzar mis asistentes contra este en modo sable, pero cuando lo alcanzaron este ya había adquirido una masa considerable, por lo cual solo lo partí por la mitad. De todas las cosas que podía haber hecho, hice la peor, ahora no me enfrentaba a uno, eran dos.

No tenía suficientes minas para acabar con ellos, dispararle cualquier otra cosa, solo provocaría que fueran más. No había remedio, tendría que retirarme y reabastecerme en el Quorum. Eso me disponía a hacer, cuando ambos VR me cerraron el paso.

Esperaron por un momento, cuando de repente exploto una destellante luz. Los filtros de mi Lighting se activaron y por eso, al contrario de mis oponentes, no quede cegado. Sin dudar use esa oportunidad para escapar.

Mientras me alejaba vi como un Lighting transformable rodeo a los VR, y mientras lo hacía soltó varias minas a su alrededor. Como aún seguían algo cegados, no tuvieron oportunidad de reaccionar, así que al detonar las cargas, los VR gimieron de dolor para más tarde no dejar ningún rastro de su existencia.

El Lighting que llego se posó al lado mío, una vez adopto su forma humanoide, era un modelo de color verde que jamás había visto. Un canal de la radio se abrió y por ella pude escuchar la voz de quien me salvo el escuálido trasero.

— ¡Hola!, nos volvemos a ver, mi querido amigo. —

No lo podía creer, sin dudas esa voz era la de Iselda, no podía ser de nadie más. Y esto lo pude confirmar tras activarse una pequeña pantalla en la que pude ver su rostro sonriente.

— Pero... ¿Qué haces aquí? — pregunté sorprendido. 

— En realidad vine a buscarte. Supe que de vez en cuando regresabas al Quorum para reabastecerte. Por eso fui allí primero, pero me dijeron que habías tomado este trabajo, y fue por ello que por si acaso traje minas conmigo, parece que hice bien.— 

— Pues me alegra mucho que las hayas traído... pero espera... ¿Para qué me estás buscando? — 

—Me dieron el mando de mi propio escuadrón, y con ello la libertad de buscar algunos elementos para este. Así que quiero que seas mi mano derecha en esta nueva tarea. —

En un sentido no me sorprendió del todo que le hubieran dado ese cargo, pues cuando fue la líder del equipo Géminis, desde mi punto de vista, hizo un buen trabajo. Y por eso no dude en darle una respuesta.

— De acuerdo, entonces acepto. ¿Esto significa que debo de llamarte jefa o algo parecido? — 

—Preferiría que me llamaras como siempre lo haces. — 

—De acuerdo. ¿Y dónde está apostado tu escuadrón? — 

—Es uno de los escuadrones a bordo del Agrigento. — 

—¿Entonces iremos para allá? — 

—No, aun no. Todavía tengo que convencer a una persona más de que entre a mi escuadrón. — 

—¿Alguien más? — 

—No te preocupes, te caerá bien, aunque es un poco... irreverente. —

De esa forma abandonamos el área, poniendo rumbo a donde se encontraba un nuevo y desconocido compañero. Un compañero que se volvería invaluable en los tiempos venideros.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro