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#8

Miedo, inseguridad, desconfianza.

Son tres palabras que ahora describen mi vida, después de haber visto el vídeo que se encontraba en la memoria, no volví a sentirme cómoda con mi alrededor. Al día siguiente de haber visto el vídeo, me empezaron a llegar pequeñas notas con un sobre diciendo mi nombre, nunca quién era el que mandaba.

Esas pequeñas notas se convirtieran en flechas de fuego que cada día se volvían una motivación para acabar con todo esto, acabar con mi vida para poder así reunirme con mi madre. Pero todavía me quedaba algo de fuerza por dentro, aún me quedaba un motivo por el cual vivir. Ese motivo tenía una palabra, 8 letras, su sinónimo es “mi única solución”.

VENGANZA.

Estar aquí en mi nuevo departamento, a unas pocas cuadras de la estación de policías, por algún motivo no me da tranquilidad, seguridad, esperanza. Sigo teniendo miedo, pero mi habitación se ha vuelto mi guarida, ese pequeño lugar en el que supongo que va a ser mi lugar preferido, el sitio en dónde planearé mi venganza.

Siempre he creído que la venganza es un medio para hacer pagar a otra persona del daño que esta nos ha causado. La venganza no es algo que se deba de tomar a la ligera, es mucho más compleja de lo que pensamos. Es una salida y es la salida que tomaré.

Se hará justicia, madre.

Es una promesa.

Me dirijo hacia la pequeña mesa de noche que se encuentra junto a mi cama, abro el primer cajón en dónde se encuentran todas las pequeñas notas que parecieran cartas de amor cuando en realidad son un pequeño infierno, estas pequeñas cartas o notas son para mí una manera en la que ellos me avisan que no me estoy metiendo con cualquier desconocido.

“¿Por qué no pintar de sangre fresca esas pequeñas mariposas blancas que decoran la puerta rosada de la habitación de una policía que no es muy buena en su trabajo?”

Esa fue la primera nota que me dejó o me dejaron en la estación de policías, como era de esperarse la nota no era a mano, se encontraba impresa. A la hora de leerla en mi pequeña oficina, salí a la calle a ver quien rondaba por ahí, lo único que encontré era personas que parecían muy ocupadas para darse cuenta que había una policía parada observando detenidamente a su alrededor. Pregunto a la persona que me había entregado el pequeño sobre, aún recuerdo la conversación.

《— ¿Quién te dejo esto? —ni siquiera me había molestado en saludar.

— Era una mujer —me había contestado así de simple como si no fuera importante y es que ella no conocía lo que había en el sobre.

— ¿Cómo era? —estaba confundida por saber que era una mujer cuando podría jurar de que era un hombre quien estaba detrás de esto.

— Rubia, no me acuerdo más —me había mirado con un poco de confusión, pero no se metió en el asunto.

Una mujer, alguien me persigue de eso estoy muy segura. Y lo que busca es ver sangre derramada.》

》》》

Un mes después

Me adentro a mi departamento, llevando en las manos unas carpetas negras sobre nuevos casos de niñas desaparecidas que ha ocurrido no solamente en Cúcuta, sino en todo el país, en especial en la capital.

Siento un ambiente algo frío al entrar, dejó las cosas en el sofá más cercano a mí, saco la pistola que se encuentra en el porta arma que se está sujeto a un lado de mi cintura.

Camino por toda la casa con el arma al frente de mí como si fuera a disparar en cualquier momento. A cada sitio que entro dejo la luz prendida. El último lugar al que voy es a mi habitación, no hay nadie, pero eso no quiere decir que nadie estuvo aquí.

Camino hacia la ventana para cerrarla con seguro, aún no guardo la pistola, la mantengo todavía en mi mano derecha. Observo mi habitación, asegurándose de que no falte nada y que nada esté fuera de su lugar.

Algo blanco encima del velador de mi cama, a lado de la lámpara, logra llamar mi atención con otra pequeña cosa de un color bastante oscuro.

Es una hoja de papel bond doblada, a lado de esta se encuentra una pequeña flash memory negra. Al parecer alguien se tomó el trabajo de visitar mi departamento mientras me encontraba trabajando en la estación, sólo llegó a mi hogar para dejar una hoja con sólo tres palabras impresas que ocupan toda la plana.

“Disfruta el vídeo”

Bueno, siquiera sé lo que hay en la memoria.

Dejo el papel en el mismo sitio, cojo la memoria.

— Veamos que tienes —lo digo en voz alta como si me pudiera escuchar aquella.

Regreso a la sala en dónde había dejado mi bolso junto con las carpetas en uno de los muebles. Saco mi laptop, la enciendo y espero que esta me muestre el escritorio en vez de ese fondo celeste con la palabra “iniciando”.

Inconscientemente mi pierna derecha empieza a temblar, haciendo un movimiento algo visible que va de arriba a abajo. Siempre lo suelo hacer cuando estoy ansiosa y nerviosa por cualquier situación.

Al colocar la memoria siento un escalofrío recorrer toda mi espalda provocando que me enderece y sacuda mis hombros. Sólo un vídeo es el que encuentro al abrir en archivos, igual que en la anterior memoria que no sirvió de nada para la investigación del caso, el cual terminaron dejaron de investigar por la falta de pruebas.

Conforme transcurre el vídeo sigue la pantalla negra, no se escucha a nadie hablando o algo, simplemente se alcanza a oír un sonido muy parecido cuando alguien sopla muy fuerte, parece que fuera el viento. Subo lo más que puedo el volumen para ver si así se logra escuchar algo más, intento agudizar mi oído pero no sirve de nada.

Se ve una pequeña línea de luz que se mueve dándome a entender que alguien lleva una linterna, la cámara vuelve a enfocar a la persona que lleva la linterna cerca de esa persona hay otra que alumbra con su propia linterna la dirección en la que se encuentra quien sea que esté grabando.

Son policías que de seguro están en la escena del crimen en la noche, pero hay algo raro en todo esto y es que uno de ellos había apuntado con su linterna alumbrando a su compañero y a la cámara, pero no había hecho nada.

Pongo pausa para poder ver mejor la imagen de esa escena.

Es él, estoy 100% segura de eso, a pesar de que ya mismo son 20 años desde la última vez que lo vi, nunca olvidaría su postura. No necesito ver su cara para saber que es mi padre.

Doy play al vídeo y en cuestiones de segundos otras dos personas parecen en escena, la persona que está grabando se acerca; el policía y las otras dos personas empiezan a atacar a mi padre. Lo logran hacer caer al suelo, pero no se detienen. Ahí se termina el vídeo con mi padre en el suelo recibiendo patadas por todo su cuerpo, la persona que grababa alumbraba la escena con una linterna para que así yo pudiera observar mejor.

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