#6
Sofía
Después del asesinato de mi madre, el grupo B no me a comunicado nada sobre que contenía esa memoria, ni me ha dado ningún avance sobre la investigación.
El no saber lo que realmente pasó me está matando, quiero que ese desgraciado pague demasiado caro por todo lo que le hizo a mi madre, el decapitarla demostró que es un ser sin corazón. Quiero justicia, pero al parecer ese sujeto o esos sujetos saben cómo ocultarse, saben como moverse, conocen lo que investigamos y no han dejado ni una pista.
Estamos en un descanso, veo que le jefe del grupo B está tomando café, me acerco para una vez más preguntar sobre el caso de mi madre.
— ¿Han obtenido algo? —cuestiono viéndole directamente a los ojos, examino todos sus movimientos, bebe un poco de café viéndome.
— Nada, lo lamento —algo dentro de mí me dice que no me está diciendo la verdad, lo puedo ver en sus ojos.
Su mirada me transmite pena, lástima, dolor; se va de mi lado para adentrarse a su oficina, sus acciones me demuestran que está huyendo. Algo sabe, algo me oculta, lo voy averiguar. Luis se acerca a la mesa en dónde está la cafetera, dónde estoy yo.
— ¿Y esa cara?
— Con esta nací —le respondo cortante para que entienda la directa que no lo quiero ver por aquí.
— Hey, yo no tengo la culpa de que López te mienta —me mira con una sonrisa divertida, luego de decirlo se prepara el café.
— ¿Cómo sabes eso? —interrogo.
— Los escuche —coloca una cucharadita de azúcar, empieza a caminar a su despacho.
Lo sigo porque no he acabado de hablar.
— ¿Cómo sabes que miente?
— Eso es simple, eres policía piensa un poco
— Ya dime
— ¿Crees que no tiene nada que ver esa memoria con lo que le pasó a tu madre? —me mira, se acerca un poco, está a centímetros de mí, doy un paso hacia atrás— es obvio que si, supongo que no revela mucho, pero es igualmente importante
— ¿Ya lo revisaron?
— ¿En serio lo preguntas? Es obvio que si —me toma del brazo para que lo siga hasta su despacho— si te lo ocultan será por algo
— ¿Me ayudas en algo? —lo pienso mucho y creo que es el único que me ayudaría, siento que él sabe algo, creo que ya vio lo que contenía esa memoria.
— ¿A cambio de qué? —ruedo los ojos al escucharlo, me olvidé que él no es mi amigo.
— ¿Qué quieres? —sonríe al saber que obviamente voy a aceptar.
— Quiero que me cubras el turno en uno de los parques mañana en la noche
— Okay
— Entonces tenemos un trato —sonríe para luego adentrarse a su oficina igual de pequeña que la mía.
》》》
Estoy investigando el caso de las niñas secuestradas cuando alguien abre la puerta de mi pequeño cuarto, levanto la mirada para ver a Luis sonriendo con la memoria en su mano.
— Listo, no te olvides de tu parte del trato —me lo dice mientras coloca la memoria en mi escritorio, encima de los papeles.
— Yo si soy mujer de palabra, no lo dudes, gracias —él sale del cuarto.
Mis nervios están a mil al tener por fin la única prueba que encontraron, la coloco en la laptop, la abro y veo que sólo hay un vídeo con el título de “Es sólo el comienzo” algo raro y escalofriante. Le doy play.
El vídeo comienza mostrando mi casa, la puerta es abierta con una llave como si perteneciera a esa cerradura, pero parece una llave maestra, el que está grabando entra a la casa como si nada, avanza lentamente por la sala, asegurándose de grabar cada rincón, se oye una voz de fondo, la voz no es de mi madre, es de un hombre animando a sus oyentes, sé que está encendida la radio y que mi madre está en la cocina. Se dirige hacia aquella dirección, se observa que ahí está ella de espaldas a la cámara, su espalda se tensa, al aparecer se siente vigilada; se escucha como algo se rompe en un cuarto cercano, ella se gira rápidamente con un cuchillo en una de sus manos. Lo que se oye a continuación son risas, dos personas con un pasamontañas en sus cabezas se acercan a ella, parecen ser que son hombres debido a su contextura y forma de caminar; al mismo tiempo ambos le dan una patada, el de su derecha en el abdomen y el de su izquierda, debido a que mi madre tiene el cuchillo en su mano izquierda, le da en su rodilla, el cuchillo se le cae de su mano al sentir tal dolor.
Paro el vídeo para poder limpiarme las lágrimas que se han ido deslizando por mi rostro, pequeños sollozos se me escapan, me tapo la boca para así evitar que me escuchen. Vuelvo a poner play.
Uno de ellos le habla al oído para después jalarla del cabello y llevarla a la sala en donde la tiran en la alfombra cerca de la mesita, la patean un buen rato hasta que por fin paran. La levantan y le tiran en uno de los sofás más largos, uno de los hombres le coloca cinta de embalaje en la boca a mi madre, supongo que es para asegurarse de que no grite.
La pesadilla de ella comienza al saber lo que le avecina y mis ganas de encontrar a los responsables aumentan a mil. Debido a las lágrimas que se han juntado en mis ojos esperando salir, no puedo ver con claridad todos los movimientos de ellos, sin embargo sé perfectamente cuánto sufrió ella al estar en esa situación.
La destruyeron como mujer abusando de ella y todavía teniendo el coraje de grabarlo y dejar ese estúpido vídeo en una memoria negra cerca del cadáver sin cabeza recostado en la alfombra, a unos pocos metros se había hallado la cabeza llena de moretones, debido a todas las palizas recibidas.
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A.C.
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