#3
La policía no tarda en llegar, empiezan a buscar pistas, toman una muestra de la sangre que está sobre la alfombra para determinar de quién es.
He intentado llamar a mi madre, pero esta no contesta y eso me preocupa. Lágrimas se pasean por mis mejillas al imaginar lo que pudo haber sido de ella, si ella estaba en la casa, lo cual es lo más probable debido a la hora y a que no conteste su celular significa que algo le pasó.
Quiero despertar de esta pesadilla que me está matando, que me está desgarrando el corazón.
Quiero respuestas pronto, pero por las caras de los oficiales sé que no será así.
Víctor me estaba abrazando mientras me susurra al oído.
— Todo va a estar bien
Niego suavemente, me zafo de sus brazos para ir afuera por un poco de aire, ya que, siento que no puedo respirar más.
Él no me persigue, me da mi espacio, el cual lo necesito, necesito procesar todo lo que está pasando y con él diciéndome mentiras no lo hago.
Cierro mis ojos y respiro profundo, siento que alguien me observa, inmediatamente abro mis ojos y empiezo a observar a mi alrededor hasta que doy con Luis, uno de los oficiales del grupo C, veo que sus manos llevan guantes debido a que necesita utilizarlo para no estropear ninguna pista, ninguna huella; me quedo viendo sus manos hasta que decide hablar.
— Encontramos algo —me informa, se acerca más hasta que queda al frente mío.
— ¿Qué encontraron? —pregunto para después mirar hacia mi casa.
— Esto —estoy por coger ese papel cuando lo retira de inmediato al ver mis acciones— no lo puedes tocar sin guantes, hay que examinarlo primero
— Entiendo —frunzo mi ceño al ver algo rojo en él.
— Dice “no me he olvidado de ti” — desdobla el papel para mostrar que efectivamente dice eso, al leer por mi misma siento como si mi mundo se cayera a un abismo. Había pensado que por fin iba a poder estar en paz o aunque sea un poco, pero no, esta nota me acaba de arruinar la vida.
Siento como Luis me abraza, es un poco raro, ya que siempre está atacándome sin ninguna razón, pero ahora lo tengo aquí intentando consolarme.
— Deberías dejarlo —me separo de él para verlo mejor, estoy segura que mi cara muestra sin duda la confusión que tengo por lo que me dice.
— ¿De qué hablas? —suspira hondamente para luego virar los ojos, un poco infantil, pero siempre lo hace cuando le fastidia algo; también viro los ojos cansada de su actitud conmigo, ya que, al parecer todo lo que hago o digo le molesta.
— Sabes a lo que me refiero
— Si supiera, no te lo preguntaría —pone sus manos en los hombros, me mira fijamente a los ojos, lo que me transmite todo su rostro es terror.
— Ya te he dicho mil veces que esto no es para ti —al decir la última palabra su agarre se intensifica, eso me está doliendo, me aparto de él.
— ¿Por qué lo haría?
— ¿Ves a tu madre?
— No, sabes perfectamente que está desaparecida —espeto en un tono brusco.
— Exacto y deberías entender que es por tu culpa —me señala con el dedo índice de su mano derecha para luego marcharse de ahí, pero no se dirige a mi casa dónde debería seguir trabajando junto a los demás, se va para su auto que está en la otra vereda.
Vuelvo a mi casa para ver qué noticias tienen los oficiales que si se dedican a trabajar no como el imbécil de Luis.
— ¿Dónde estabas? —Luis me jala hacia la cocina.
— Afuera tomando aire —como sigo molesta le grito.
— Es que no entiendes que no estás a salvo
— Lo tengo demasiado claro después de lo que le haya pasado a mi madre
— ¿Y por qué mierda estabas afuera sola? —me empieza a gritar.
— Estaba con Luis, no sola, a parte se cuidarme
— Claro —ironiza con una maldita sonrisa en su rostro— por eso te secuestraron hace tres meses
Le doy una cachetada harta de lo que me dice. Su mano se dirige a su mejilla roja debido al golpe, sus ojos lo que me demuestran es cuan enojado está.
— No ves que lo que busco es que te encuentres bien, me preocupo por ti, pero eso a ti no te importa, nunca te ha importado por eso trabajas en eso —cuando termina de decirlo se va.
》》》
Una semana después
No he podido dormir después de lo que sucedió, tengo unas inmensas ojeras, mi piel está demasiado pálida por la falta de alimento, mis ojos arden por pasar pegada todo el tiempo a la laptop, pero no puedo tomarme un descanso cuando mi madre está desaparecida.
La policía ya la ha dado por muerta, pero hasta que no tenga su cuerpo no lo está.
Ya no me estoy quedando en mi casa, tampoco en la de una amiga, estoy en mi oficina quedándome a trabajar hasta que amanezca.
No solamente la policía está buscando a mi madre, sino también a las otras 5 niñas, pero no hay ningún avance, lo bueno es que ya ninguna niña ha sido secuestrada en esta ciudad, pero en otras vecinas si, de esos secuestros se encarga la policía de allá.
Ya es mediodía cuando recibo una llamada del jefe del grupo C, Jorge.
— Anda inmediatamente a la clínica San José
— Estoy investigando el secuestro de mi madre, puedes decirle a alguien más
— La hemos encontrado, ahora anda allá —me cuelga, hago lo que me pide.
Tomo un auto de la policía y me dirijo lo más rápido que puedo, voy dónde la secretaría y digo los datos que necesita para decirme en qué habitación está mi madre.
Cuando entro a la habitación veo que no está sola, la acompaña Carlos. Voy a abrazar a mi madre, lágrimas de alegría salen de mis ojos al saber de que sigue viva.
— ¿Dónde la encontraron? —le preguntó antes de que salga.
— En un parque, en el mismo que desapareció la primera niña, lo más raro es que también había una pieza de rompecabezas negra, pero no era igual a las que tenemos
— ¿Cuál era su diferencia? —dejó de abrazar a mi madre para irme a parar delante de él.
— Las que tenemos tienen 2 lados para fuera y los otros dos para dentro mientras que la pieza que encontramos junto a la cabeza de ella —la señala con su cabeza— tenían todos sus lados para dentro, pero de ahí nada más a parte de lo evidente
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro