#24
Estuve escuchando como por media hora las instrucciones, habían dos personas más prestando atención mientras uno vestido de negro explicaba cómo debíamos entrar en la casa.
De policía a secuestradora.
Sin duda un lindo cambio que me toca aceptar, claro, al menos que desee mi muerte. Tal vez eso es lo que buscan, que entre en desesperación y empiece a rogar para que me maten, tal cual había hecho mi hermana mayor.
Pero hay algo que me impide rendirme, ya no me interesa saber quién está detrás de todo esto, ahora lo que quiero es venganza. Ese es mi nuevo objetivo, no dejaré que me maten hasta que lo consiga.
— ¿Han entendido? —las dos personas que están a mi lado asienten con firmeza, el sujeto que estaba hablando me mira directo a los ojos esperando una respuesta como los demás.— ¿Entendiste Ramírez?
Le quedo viendo, sostengo su mirada que parece querer aniquilarme, después su rostro se relaja de la expresión fruncida que llevaba, incluso llega a esbozar una sonrisa, eso sí, es una cínica.
— Vámonos —entra diciendo el mismo hombre que me acompañaba aquel día.
Me mira unos segundos, se ríe como si fuera algún chiste que vaya a participar del secuestro, y yo que pensaba que era un buen hombre, creo que eso solo le duró poco.
— Quiero hablar contigo, Ramírez —los demás salen, los más curiosos son los que me acompañaban, cada cierto tiempo se voltean antes de salir completamente de la habitación.— Creo que no te ha quedado claro para quién trabajas ahora. Ya no eres una policía que busca la justicia, nunca volverás a tu antigua vida. Espero que pienses día y noche que no hay segundas oportunidades… —hace una pausa, se voltea dándome la espalda, enciende el televisor que se encuentra adelante.
“— Hoy hubo nuevamente un asesinato dentro de la ciudad, esta vez las afectadas fueron 10 personas, cinco de ellas murieron a causa de diversos disparos realizados por la banda conocida últimamente como Fantasma, las otras cinco se encuentran en el hospital por heridas de bala. La policía, una vez más, no llega a tiempo dejando escapar a los delincuentes de un nuevo crimen a mano armada. Las cámaras vuelven a hacer apagadas antes de la llegada de aquellos individuos que ocultan sus identidades con pasamontañas —dejo de ver la noticia, ahora solo se observa la pantalla negra, la ha apagado.”
— La élite, los mejores de esta industria conforman la pandilla fantasma, por años hizo temer a los ciudadanos de México de salir de sus hogares. Nadie nos detuvo, nadie externo… la única persona que pudo pararnos fue alguien dentro del equipo, de la élite, fue por traición. ¿Sabes qué es lo más gracioso de todo esto? Creo que nunca se te pudo haber pasado esta respuesta, esta opción, esta posibilidad. Aquella persona que puso en juego su vida, fue tan idiota de servir a la justicia en la que creían las personas y esos pobres ilusos siguen haciéndolo, continúan viendo como si todos fueran justos cuando la realidad es otra, la corrupción forma parte de su sistema. Aún no puedo creerme que se haya vuelto policía, fue un asesino que buscó capturar delincuentes, pero se olvidó que su lugar era tras unas rejas. Lo más extraño es que no hizo nada por desaparecer de nuestro radar, nunca entendí por qué no se cambió de identidad, pero, bueno, nos hizo las cosas más fáciles.
— ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Acaso me estás dando consejos de lo que no tengo que hacer —hablo interrumpiéndole. No le molesta que lo haya hecho, parece satisfecho de escuchar lo que he dicho.
— Así que has vivido toda tu vida ingenua, sin saber la verdad de todo… analizando aquello me pregunto si acaso tu madre supo por qué tenía que morir —mis labios se separan, mi mente trabaja intentando unir todo lo que ha dicho, pero mi corazón no quiere creer esa respuesta.
No quiero, simplemente no quiero que sea verdad.
Mi corazón se rompe mientras esa persona se da cuenta y solo sonríe ante el efecto que ha causado.
Existen mil maneras de torturar a una persona, prefiero que la tortura sea física porque se que algún momento ha de pasar, ha de cicatrizar. En lo emocional no sucede así.
— ¿Tu héroe no es un héroe de verdad? Lamento que no te haya dicho él la verdad mientras estuvo vivo, tal vez pensó que nos habíamos olvidado de él. Sin embargo, un asesino nunca se olvida, tenemos buena memoria cuando se refiere a traición. Dos personas buscaron venganza contra tu familia: Medina, el jefe, ya lo concretó, pero ahora hay otro que falta que la cobre.
Mi corazón duele saber que murió por eso y no por como creí que lo había hecho. Era por eso que antes de desaparecer lo grabaron, el video que me fue entregado decía que tenía una segunda parte. Pero ahora ya no deseo verla, no quiero saber cual fue su tortura, ni quien la hizo, la voz de mando pudo haber sido Medina, pero ya no me hace falta saber la persona que cometió justicia por sus manos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro