#20
Una mujer había venido y me había dicho “si de verdad no quieres hacerlo, suicídate que es la única salida”. Esa mujer me había traído un poco de agua y pan, supongo que debió ser por la mañana por la luz que entraba por la pequeña ventana. Se la veía desgastada, pálida, demasiado flaca, no había ninguna sonrisa en su rostro, hacía las cosas con un desgano peor que el mío.
Mi conclusión fue que ella no está aquí por su propia voluntad, está secuestrada, pero tiene más libertad que yo. Sin embargo, me he estado preguntando qué es lo que le retiene a ella.
Después de algún tiempo esa misma mujer vuelva a entrar con un poco de comida, esta vez en la bandeja hay un poco de fruta y una botella de agua.
— ¿Por qué dijo aquello? —la curiosidad es una virtud que debe poseer un policía.
— Porque es la verdad, usted quiere saber por qué está aquí, quién quiere vengarse de usted…
— ¿Usted sabe algo? —con su pie apega un poco más la puerta para que parezca cerrada. Me deja la charola en el piso al frente mío, me mira con esos ojos negros que me llamaron la atención desde el primer momento que la vi.
— No quieres saber la verdad, puede que eso sea peor que todas las torturas que te vayan a poner —al momento que dice la última palabra se levanta y vuelve a salir.
Quería que me aclarara algo, no que me dejara más confundida.
La verdad es peor.
¿Pero con qué tendrá relación?
》》》
— Levántate y sígueme —es lo único que dice un joven al entrar en la habitación. Con pereza realizo la acción, estar sin hacer nada también cansa.
Las mismas similitudes que el anterior pasillo que me habían conducido la anterior vez, esta vez también bajamos, pero estas escaleras tienen una mayor elegancia al ser de vidrio las paredes. Allá abajo no hay nadie.
Al terminar de bajar las gradas, me guía hasta el pasillo por el cual había entrado la primera vez que pisé la casa. Nos dirigimos hacia afuera, es un día nublado, pequeñas gotas son las que caen del cielo. Una camioneta negra nos espera en la entrada, dos personas más se encuentran ahí, ambas ya dentro del vehículo.
— De espaldas —me ordena, sin embargo, me gira y toma de mis manos juntandolas, se escucha como algo se cierra dando un clic, otra vez esposada.
— Apúrense, no tenemos mucho tiempo —comunica a gritos una mujer que se encuentra como conductora del auto.
Mirando sobre mi hombro veo asentir al joven, tomándome de un brazo me empieza a jalar. Nos adentramos a la camioneta, ni bien es cerrada la puerta escucho un chillido que hacen las llantas contra la pequeña calle de cemento. Mi cuerpo va para delante de una forma brusca debido a la velocidad que a tomado de inmediato, al colocarme nuevamente como me encontraba observo por el retrovisor la sonrisa que lleva la mujer.
Veo como después de conducir por el medio de la nada, reconozco un sitio, me lo quedo observando al pasar por ahí. Aún quedan los restos de la camioneta que incendiaron en menos de 24 horas después de la trampa que me tendieron.
Nos estamos acercando a Cúcuta. Buscando algo con que entretenerme decido jugar a ser detective sólo para olvidar lo que ha sucedido en ese sitio al que cada vez se acerca.
— ¿Por qué hacen esto? —los tres me miran, pero sólo esa mujer vira sus ojos mostrando la molestia que le causa mi pregunta.
— Yo de ti dejaría de hablar que te puede causar problemas al lugar a donde vas —el copiloto contesta con una respuesta completamente diferente a lo que preguntaba.
— No le hables —ordena la mujer.
Y así es como murió mi entretenimiento. El auto se detiene frente a la misma ciudadela en la que dimos como caso cerrado al asesinato de Álvarez.
— Él fue uno de nosotros —habla la mujer sonriendome con su mirada puesta unos cuantos segundos en el retrovisor.
— ¿Qué cosa?
— Como siempre los policías nunca piensan en más opciones, se acostumbran a quedarse con lo visible —la camioneta sigue su curso a la misma velocidad que antes.
Pienso un poco en lo que dijo, en la forma en que lo hizo y por qué me dio esa información.
La imagen de la mano me viene a la mente, esa cicatriz de una pieza de rompecabezas era la clave para relacionarlo, pero siempre estuvo en mi cabeza como si él fuera la víctima cuando en realidad formaba parte del equipo.
¿Pero por qué decidieron matarlo, en especial de ese modo tan cruel? ¿Qué haría para haber terminado de esa forma?
Aunque ahora que recuerdo él parece que lo hubiera esperado, es por eso que mandó al resto de su familia a otro sitio, les quiso evitar verlo en directo, tal vez puede que lo haya hecho para salvarles la vida.
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