#11
Estamos en la pequeña sala en donde se reúnen todas las pistas y sacamos nuestras propias hipótesis. Las paredes están rodeadas por pizarras de corcho en las cuales con ayuda de alfileres sostienen varias fotos y pequeñas notas de detalles sumamente importantes de distintos casos que aún siguen abiertos.
— Aquí se puede observar la posición en la que encontramos la cabeza —señala Carlos una fotografía, la coloca en la pizarra con un corcho.
— Se observa una gran mancha de sangre que la rodea, pero si analizamos su alrededor no hay ningún camino de sangre, ningunas gotas que nos indique por dónde estuvo el asesino o por dónde pasó la cabeza —indica Luis mostrándonos alrededor de la mancha con su índice.
— Sin embargo, al pie de la cama si las hay —muestro otra fotografía que había tomado.
— En toda la casa hay manchas de sangre, ya sea en el piso o en las paredes —empieza diciendo Fernando poniendo en la mesa algunas fotografías de la casa en dónde se aprecia la sangre esparcida ya sea en las paredes de diversas formas como si fuera pintura salpicada para crear arte, pero sin duda es un arte que sólo ve maravilloso el artista.
— ¿Estás escuchando, Sofía? —pregunta irritado Luis.
— Si, hay que seguir investigando —mi respuesta no es tan específica porque la verdad es que no estaba escuchando, espero que no lo note.
— ¿Y cómo quieres encontrar una mano izquierda? —cuestiona.
— Hay que investigar el círculo social de Kevin Álvarez —sugiero evitando responder la pregunta.
— Ya me he adelantado en eso —dice Carlos dirigiéndose a la pizarra llevando una notas en las manos, coge algunos alfileres para que sostengan sus notas, las coloca alrededor de la foto principal que es una del señor Álvarez.
— ¿Y qué has encontrado? —interroga Fernando acercándose a nosotros también.
— Al ser un trabajador en una empresa de alimentos por las mañanas y unas horas en la tarde, siempre fue un hombre muy sociable y carismático, pero según Flores que era un amigo cercano de él por el hecho de trabajar ahí mismo y vivir demasiado cerca me comentó que en el último mes ya no era el mismo de antes, parecía como si estuviera en un gran aprieto, también me dijo que sospechaba que tenía que ver con dinero —nos señala una foto en la que aparece Flores junto con Álvarez.
— Último mes —repite Carlos sentado en una de las sillas mientras pasa las fotos que se encuentran en sus manos.
— Entonces se podría tratar de una venganza o una deuda grande de dinero —opino intentando unir cabos
No sé lo que es correcto ahora, no se si debo hablar o quedarme callada. Estoy ocultando información sumamente importante, eso lo sé perfectamente igual que lo sabe el asesino que estuvo ayer en mi departamento.
Soy la única que sabe que el asesino de mi madre y de Álvarez es la misma persona, más bien dicho personas que no les importó el sufrimiento de sus víctimas, ni de las personas cercanas a estas.
— Hace dos semanas antes de que lo asesinaron, sacó del banco unos 7654400,00 pesos colombianos que es una cantidad muy grande, ese dinero se usó para el viaje de su familia. Algo que no entiendo es porque no se fue con ellas —habla Fernando.
— O tal vez el dinero no fue a acabar en el viaje, tal vez pagó sólo una parte de lo que debía, puede ser que esa sea la razón del asesinato —comenta Carlos.
— Para mí la persona o personas encargadas de asesinarlo o bien pueden ser contratadas, es decir sicarios, o asesinos en serie. Porque para mí el escenario que encontramos no es de un asesinato leve por así decirlo inofensivo o que no estuvo planeado. No encontramos ninguna huella de ellos por lo tanto eso significa que son buenos en lo que hacen —digo.
— De seguro algo se les debió haber escapado —habla con alegría Fernando, intentando darnos ánimos para seguir investigando y no dejarlo como pasó la última vez con otro secuestro— no existe ningún crimen perfecto y este no será la excepción.
— Ahora que lo dices, tal vez encontremos algo en el jardín —comenta Carlos recordando lo que nos había dicho la chica.
— ¿Jardín? —pregunta extrañado Luis.
— Si, una chica observó a un hombre salir de la casa e ir al jardín a enterrar algo, de seguro es la mano izquierda —Luis le mira atento, Carlos sonríe por lo que sabe y puede ser útil en la investigación, pero entonces recuerdo lo que decía la carta, en ella hablaba que la mano izquierda sería la única pista que encontraríamos.
Y es ahí cuando tengo un dilema mental, en si hablar o callar.
— Iremos en la tarde, debemos seguir investigando —dice Luis.
El celular de él empieza a sonar.
— Diga —es lo único que dice para luego escuchar lo que la otra persona le habla por teléfono— vamos para allá.
— ¿Encontraron algo? —cuestiono.
— Regresaron, ya están en la casa —responde, sabemos perfectamente a quienes se está refiriendo.
Nos preparamos buscando nuestros cuadernos para tomar apuntes del interrogatorio que haremos no solamente a la madre, sino a las niñas.
》》》
Fernando se adelanta, se dirige hacia la casa de al frente de la familia Álvarez, dónde se supone que están las mujeres. Carlos también va para allá, sin embargo yo tomo otra dirección, camino hacia la casa de Álvarez. Paso por el jardín y me adentro en el hogar, todo está silencioso y en el ambiente se puede sentir algo pesado.
No sé que hago, pero empiezo a caminar hacia el dormitorio en donde se halló la cabeza, las sábanas de la cama han sido retiradas para poder examinarlas mejor.
Escucho pasos cerca, que yo sepa me encuentro sola en la casa, sin embargo estaba equivocada. Hay alguien y se está acercando lentamente, lo sé porque a pesar de que se escuche algo, la persona intenta ser lo más silenciosa.
Saco mi arma lista para disparar en cualquier momento.
<A. C>
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