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•02•

Lisa sintió como el alcohol empezó a hacer efecto en ella y cada vez se sentía más eufórica, viendo como Jennie se movía de lado a otro, cerrando sus ojos, sintiendo la música fluir por su cuerpo, alzando sus brazos y moviéndolos sin algún ritmo.
Lisa quedó fascinada por esa escena, pues gracias a los movimientos de Jennie y gracias a qué esta llevaba un top blanco que dejaba ver su abdomen, pudo ver un tatuaje que llevaba en el área de las costillas que era una especial de cupido, era algo adorable pero rudo.

Lisa se dejó maravillar por la vista, oliendo el perfume de Jennie, observando sus tatuajes, ya que tiempo después logró ver uno más en el área de la nuca, este lo vio cuando Jennie se agarró todo el cabello y lo deslizó poco a poco entre sus manos para bailar, sin dejar de cerrar los ojos.

Entonces cuando la tailandesa ya no se resistió más, se acercó a la más bajita, quién la miró pensativa, pues no sabía por qué Lisa se había acercado a ella de esa manera, y fue entonces cuando sintió unas manos calidas tocar sus mejillas y atraerlas hacia el cuerpo de la joven un poco ebria que intentaba besarla.

Jennie moría por probar los labios de esa inexperta chica pero sabía en lo que se estaba metiendo, no podía darse el lujo de tener problemas legales, no ahora, justo cuando la policía la buscaba.

- Ey, tranquila, estás ebria, estoy segura que no quieres hacer esto - La detuvo y se dispuso a alejarla unos centímetros de ella.

- Estoy segura de que quiero hacerlo - Le respondió la más pequeña, con las pupilas dilatadas y la respiración entrecortada.

Jennie de inmediato se dió cuenta de lo que pasaba por la mente de la chica menor, pues su cuerpo lo decía todo, no pudo evitar sonreír pero aún así, no podía arriesgarlo todo por un acostón.

- Lisa, no puedo, lo que estás haciendo es ilegal y creo que la que saldrá afectada de todo esto seré yo, no te ofendas pero no te conozco y no sería correcto, a demás estás ebria - Le explicó.

Lisa solo se le acercó y le susurró al oído un "no me importa".

Fue ahí cuando la tailandesa tomó con decisión esta vez el rostro de Jennie y sin dudarlo, le dió un beso.
Al principio solo fue una unión de labios, que se convirtió en una batalla de lenguas que buscaban calor, que buscaban recorrer la boca de la otra, conviviendo más íntimamente.

Jennie sabía que esto estaba mal, que definitivamente esto le traería consecuencias pero decidió dejar eso a un lado y disfrutar del momento, así que agarró a Lisa de la cintura y la acercó más a ella, sintiendo como ni siquiera se inmutaba por el contacto, al contrario, soltó un quejido entre el beso, subiendo todo a otro nivel.

El oxígeno se acabó y Lisa miró a Jennie con ojos de deseo, deseaba más, pues quería quitar por completo la duda de su cabeza, ¿Me gustan las chicas?.

Ambas se miraron y justo en el momento en el que se miraban, Rosé y Jisoo miraban todo desde unos cuantos metros de distancia, sonrientes y algo confundidas.

- No sabía que a Lisa se gustaran las chicas - Le dijo Jisoo a Rosé sin dejar de ver al par que aún se encontraba entre toda la gente, mirándose.

- Ni yo - Se limitó a responder.

Un chico se acercó con una bandeja de shots de tequila y Lisa tomó dos vasitos para tomarselos en ese momento, pues necesitaba más valor, no creía lo que estaba haciendo y estaba segura que era el alcohol el que la hacía así, pues ella sobria, ni siquiera se hubiera atrevido a hablar con Jennie.

- ¿Quieres ir a una habitación? - Le preguntó Jennie en el oído con una voz seductora.

Lisa pasó saliva fuertemente pero solo asintió con la cabeza, tomó otro shot de tequila y cuando subían las escaleras de aquella casa vieja, tomó una botella de vodka que estaba en una mesita cerca.

Lisa no era buena tomando, unas cuantas veces tomó con Rosé a escondidas de su madre y en cuestión de minutos, ya se ponía ebria, pero esta vez, Lisa necesitaba todo el alcohol del mundo.

Subieron y entraron a la habitación del fondo, había una cama vieja y descuidada pero parecía cómoda.
Jennie cerró la puerta y Lisa se acostó en la cama, sintiendo sus mejillas calientes y sintiendo como el alcohol le hacía efecto poco a poco, pues había mezclado todo tipo de alcoholes y sabía que no sería bueno.

Jennie quitó la chaqueta que llevaba encima del top blanco y se recostó al lado de Lisa, admirando su perfecto perfil, examinando a la chica perfecta que tenía al lado suyo.

- ¿Qué hacemos ahora? - Preguntó Lisa.

- Lo que quieras - Le contestó la pelinegra.

Entonces Lisa sintió su cuerpo más ligero y sus ojos se cerraron... Se había quedado dormida.
Jennie soltó una risita nasal y solo recostó su cabeza en el pecho de la ahora bella durmiente.

- Vas a matarme niña - Dijo sarcástica mientras cerraba sus ojos para escuchar el latido del corazón de la chica tailandesa.

Pasaron unos minutos y Jennie estaba a punto de quedarse dormida, cuando de pronto, de un golpe se abre la puerta, Jennie de inmediato se levantó. Eran Jisoo y Rosé.

- Perdón por interrumpir pero es la 1:25 de la madrugada, la mamá de Lisa la matará, así que debemos irnos ya - Dijo Rosé preocupada.

Jennie volteó a ver a Lisa, quién dormida plácidamente aún, sabía que esto sería un desastre.

- Ey, Lisa - La movió un poco pero no recibió respuesta - Lisa, ey, despierta - Movió su estómago y a duras penas logró escuchar un "mmm" por parte de Lisa.

- Está demasiado ebria - Habló Jisoo - Jennie, será mejor que tú la lleves a su casa y yo llevaré a Rosé a la suya, para que no tenga problemas con sus padres.

Jennie dudó por un momento pero al final aceptó.

Cargó a Lisa en sus brazos para subirla a su auto, y esta a penas y sintió todo el movimiento.
Lisa le puso el cinturón de seguridad y se dispuso a conducir.
Rosé le había dicho la dirección así que ahora conducía a casa de una desconocida, jamás había hecho nada de eso con nadie.

Condujo unos 20 minutos hasta que llegó a la dirección y esta vez, al fin logró despertar a Lisa.

- Dios, ¿Qué pasó? - Preguntó confundida.

- Te quedaste dormida de lo borracha que estás, solo trata de actuar no tan ebria con tu msdre ¿Okay? - Le dijo Jennie antes de bajar del auto y abrirle la puerta para que saliera.

Jennie tocó la puerta de la casa y Lisa salió del auto a pasos torpes, pues aún se sentía mareada.
Uno, dos y tres toquidos y al fin la madre de Lisa salió con una bata de dormir.

- Hola señora, mi nombre es Kim Jennie, mucho gusto, soy hermana de Jisoo, amiga de Rosé - Hizo una reverencia y continuo - Me disculpo por traer a su hija a esta hora, es solo que se le pasaron un poco los tragos y me pidió que la esperara, le daba muchs vergüenza venir en este estado con usted, me disculpo de nuevo - Volvió a hacer una reverencia.

- Mucho gusto y no te preocupes, la culpa no es tuya - Miró con ojos llenos de furia a Lisa, quién se encontraba con al cabeza baja, recargada en el cofre del auto - Entra - Le dijo sería a su hija, quién en seguida obedeció.

- Adiós, nos vemos otro día - Se despidió Lisa y en seguida entró a su casa.

Jennie hizo una referencia y la madre de Lisa solo cerró la puerta.
Jennie subió a su auto y se fue, no sin antes soltar un suspiro, ni siquiera tenía el número de Lisa.

Lisa iba a subir las escaleras cuando la voz de su madre la detuvo.

- ¿Se puede saber por qué no te importaron mis reglas?, Te dije específicamente a qué hora debías estar aquí y encima bebes y llegas borracha, ¿Sabes que mañana tengo trabajo verdad? - Le cuestionó enojada.

- Lo siento mamá, no volverá a pasar, solo quería divertirme un poco, jamás salgo de fiesta, solo estudio - Miró hacia el suelo mientras hablaba, jugando con sus dedos.

- Vete a tu cuarto, mañana te levantas a las 6:00 a.m. a bañarte y alistsrte para la escuela, ni creas que te dejaré faltar por tu irresponsabilidad y la próxima vez que vuelva a pasar, te castigaré todo un mes sin salir y sin teléfono, ¿Me escichaste Lalisa? - Habló en un tono serio.

- Si mamá, está bien - Se limitó a responder y subió las escaleras para subir a su cuarto.

Llegó a su habitación y cerró la puerta con seguro, recostandose en la cama, recordando ese beso tan asombroso que Jennie le dió, se durmió pensando en su aroma, en su cara y en sus movimientos al bailar... Esperaba con ansias el día en el que se volvieran a ver.







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