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Parte 6 Accidental encuentro


— ¿Qué puedo hacer por ti? 

Shi WuDu sonrió con una sonrisa que no llegaba a sus ojos cuando vio a la bella mujer ingresar a su oficina con completa naturalidad como si estuviera dando un paseo por el parque.

La recién llegada caminó despacio por la oficina, mirando a su alrededor con ojos curiosos, paseándose por el lugar hasta terminar detrás del sillón del jefe de la policía.

—Estás algo tenso, soy buena haciendo masajes ¿Déjame ayudarte?

La dama pidió, pero sus manos ya se habían posado sobre los hombros del jefe de la policía e hizo presión en el lugar correcto donde los músculos rígidos de Shi WuDo estaban más concentrados.

La sensación fue placentera y trajo olas de alivios al cuerpo cansado de Shi WuDu, sin embargo, su cara no reflejó en ningún momento ese alivió, siguió teniendo una actitud sumisa y educada.  Ignorando el coqueteo de la belleza como una montaña helada que no reverencia a los vientos siguió trabajando.

La belleza se dio cuenta de eso y sus labios se fruncieron con insatisfacción. Se obligó a conservar la calma, incluso cuando habló su tono de voz era suave como la tela. —Escuche que estás a cargo de la investigación del asesino de mujeres.

—Sí—Respondió con indiferencia Shi WuDu.

—Eres amable.

La  pluma  en las manos de Shi WuDu dejó de moverse y luego continuó  como si esa corta pausa fue solo para ver que había puesto, pero en realidad fue porque estaba sorprendido que alguien le dijera eso. Sabía perfectamente que no era la persona más agradable del mundo, por algo en la estación lo llamaban el tirano de la policía, y en particular no había tratado a esta niña dulcemente.

La bella dama vio su oportunidad en ese pequeño acto de vacilación  y volteó la silla giratoria de Shi WuDu  para obligarlo a mirarla. Una vez que estuvieron frente a frente,  se inclinó quedando sus caras muy cerca del uno del otro.

Shi WuDu estaba disgustado por su atrevimiento. El exceso de perfume que llevaba la mujer arrugó su nariz y tentó a sus dedos a empujarla, sin embargo, permaneció inmóvil y habló con indiferencia.

—Me comprometes señorita.

Un destello decepción emergió en los ojos de la mujer. Siendo tan hermosa y delicada como un hada que provocaba todas clases de  fantasías en los hombres, era la primera vez que su encanto no tenía poder  y  fue  un  gran golpe a su orgullo no poder mover un poco del corazón del jefe del departamento de policía.

Mirando la expresión fría de Shi WuDu se sintió herida ¿Acaso su corazón era de hierro? ¿Qué clase de mujer se tenía que ser para poder conmoverlo? 

— ¡Shui-shixiong vamos a comer!

La puerta se abrió de golpe y  la mujer dio un paso atrás como si nada hubiera pasado al escuchar la voz masculina, cuando miró hacia adelante sus mejillas se cubrieron de rojo.

No fue la única que se sorprendió, Shi WuDu miró incrédulo al recién llegado Pei Ming, luego su mirada se oscureció y actuó rápidamente de acuerdo a la situación. Se levantó y tomó su abrigo.

—Lo siento, lo olvidé.

Pei Ming se asombró de que le siguiera el juego. Sonrió, pero cuando Shi WuDu pasó por su lado y le dio un fuerte codazo obligando a las  comisuras de sus labios a bajar casi por completo.

Se contuvo para no reír y miró a la mujer que había permanecido callada  en una esquina como un mueble más de la habitación— Lo siento, lo vi primero.

— ¿Eh?—La joven lo miró confundido.

Pei Ming no le dio explicaciones, solo le guiño el ojo y se apresuró en alcanzar a Shi WuDu que ya estaba a punto de abonar las instalaciones.

La ciudad estaba llena de ruidos como de costumbre, aun cuando la noche se acercaba. Las personas todavía estaban por las calles rumbo a sus hogares para comer o reunirse con alguien.

A Pei Ming le costó localizar a Shi WuDu en la multitud, apresuró sus pasos para ponerse a su lado  y miró  por las esquinas de sus ojos la expresión del oficial.

Shi WuDu estaba calmado. Su fino rostro no reveló sus emociones o pensamientos. Su comportamiento era de un caballero educado, pero Pei Ming sabía que entre más tranquilo estuviera, más grande era su disgusto.

En un intento de aligerar el ambiente dijo lo primero que se ocurrió—Yo pagó esta noche.

Los pasos de Shi WuDu se detuvieron, se giró y enfrentó a Pei Ming—Por supuesto que tú pagas. No seguí esta estúpida farsa por nada.

Pei Ming esperaba esa reacción "nunca admitirá que lo ayude  ¿Verdad?"

—Te salvé de esa belleza devoradora ¿No deberías agradarme?

— ¡No necesitaba tu ayuda, podía solucionar este problema por mi cuenta! No me malentiendas solo porque te seguí el juego.

Esta discusión estaba destinada a perderla, Pei Ming aceptó la derrota internamente y trató de apaciguar la situación — ¡Si, si lo que digas! ¿Dónde quieres cenar?

—Ya lo tengo decidió.

Shi WuDu no esperó una respuesta y cruzó la calle cuando el semáforo cambió.

En la vereda de enfrente había un gran edificio, desde la calle hasta la entrada principal había una serie de columnas con arco que formaban un camino alfombrado con tela roja y  frente a sus puertas estaban dos guardias de seguridad vestidos completamente de negro.

Desde afuera se podía ver que el interior del restaurante era elegante y de alta categoría. Mesas perfectamente ordenadas con manteles de seda y utilillos de plata, platos finos y de alta calidad, incluso el personal tenía una etiqueta de clase alta.

Pei Ming comenzó a lamentar su propuesta al ver el lugar. No tuvo más opción que seguir a Shi WuDu mientras pensaba si debía pedirle prestado dinero a Ling Wen de nuevo o llamar a Pei Su con anticipación para que preparara efectivo. 

Ya no era tan rico como antes, pero debió imaginar que el ex Maestro del Agua no comería en un lugar de poca monta, incluso en esta vida era rico y afortunado.

Lo más le sorprendió fue que apenas ingresaron, los mayordomos trataron a Shi WuDu con gran cortesía  como si temiera ofender al primer ministro.

—Señor Shi, bienvenido ¿Desea la misma mesa de siempre?

—Sí, también preparen el catálogo de vinos. Hoy tengo ganas de probar algo diferente.

—Sí, señor.

El personal los guio al segundo piso donde estaban las habitaciones privadas para los invitados importantes, en especial, el lugar reservado para Shi WuDu era el más caro y tenía una amplia vista a la ciudad.

Shi WuDu tomó asiento y comenzó a mirar el menú ignorando por completo que tenía un invitado.

Pei Ming hizo lo mismo y sus ojos se ampliaron al ver los precios "¿Están hechos de oro las sopas?"

Levantó sus pestañas y vio como Shi WuDu pensaba seriamente los platos que iba a ordenar. Su comportamiento era refinado, incluso el pasar las hojas del cuaderno era hecho con suma elegancia.

— ¿Y bien? ¿Quién era ella? —No pudo contenerse y decidió preguntar. Dejó de lado el menú y apoyó sus codos sobre la mesa para entrelazar sus dedos.

Shi WuDu lo escuchó, pero no respondió de inmediato. Guardo la cartilla y la dejó sobre la mesa, cruzó sus piernas una sobre la otra y miró a Pie Ming de forma fría.

— ¿Tiene algo que ver eso contigo?

— ¡Por supuesto! Eres el investigador principal de mi caso, si algo te sucede estaría en problema.

Una persona normal se habría conmovido al escuchar esas palabras, en cambio Shi WuDu permaneció impasible —De todas formas estás acabado. Irás a prisión.

El cambió en la conversación  fue de agrado para   Pei Ming, aunque era divertido ver como Shi WuDu quería evitar hablar sobre esa mujer, también tenía otro objetivo al venir a verlo. 

—Soy inocente ¿No te dolerá el corazón, que hombre inocente sea juzgado por un crimen que no cometió?

—No. Los ciudadanos  estarán más tranquilos al saber que hay un sospechoso bajo rejas

Las comisuras de los labios de Pei Ming se curvaron hacia arriba. Se levantó y tomó el vino que había sobre la mesa y la vertió sobre dos copas, una se la ofreció a Shi WuDu y la otra la bebió mientras lo miraba.

Shi WuDu no toco el vaso, en cambio un pensamiento ocupo su cabeza "que idiota ¿Acaso tiene un hoyo en el cerebro? Soy un hombre, ese tipo de coqueteo no funciona conmigo"

Como la nieve no se derretía y al escarcha se hizo más fría de lo normal,  Pei Ming cambió de estrategia  y dijo—Te he dicho antes, quiero ayudarte. Tengo un plan que te beneficiara. 

Un poco interesado en la propuesta, Shi WuDu alzó una ceja— ¿Cómo? No eres policía ni detective, tienes antecedentes y ..—Hizo una pausa  y agregó—No confió en ti.

"Aparte de tu querido hermano ¿Hay alguien en quien confíes?"  Pei Ming movió sus labios conteniendo esas palabras en su garganta. Miró a los ojos a Shi WuDu dándose cuenta que le sería difícil ganarse de nuevo su confianza. 

Ahora mismo Shi WuDu era como lobo solitario que no conocía lo que era ser tratado con cariño, solo podía usar sus colmillos para morder y despedazar a todo aquel que intente hacerle daño al pequeño conejo que tiene como hermano menor.

— Te ayudaré a atrapar al criminal, puedo ser un excelente guardaespaldas aunque no lo creas.

Shi WuDu iba a rechazarlo cuando la puerta se abrió. Eran los mayordomos que venían a consultar su orden.  Como tenía que guardar las apariencia, permaneció callado.

Pei Ming vio su oportunidad y declaró por su cuenta la decisión  final. —Tomaré tu silencio como un sí.

Feliz regresó a su lugar, cuando miró al frente vio que una sombra negra cubría los ojos de Shi WuDu. Tragó duro y fingió no verlo, aun así sentía su mirada asesina sobre su persona.

En el puerto de Pekín, el oficial Shi Qing Xuan llegaba junto con un grupo de policía siguiendo  las indicaciones  que el GPS estaba marcando.

Shi Qing Xuan miró su celular donde un punto rojo marcaba la localización final de su objetivo. Sonrió satisfecho por su gran hazaña al dejar un rastreador  en la ropa de su objetivo, pero cuando miró el lugar donde estaba el ladrón la sonrisa en sus labios descendió.

Se trataba de la nueva isla que fue arrastrada por el terremoto hacía la costa, actualmente estaban en investigación por parte de  los biólogos y expertos, ya que no se sabía si era un área segura. Según algunos reportes, tenía amplia flora y fauna, pero por alguna razón no podía llegar al corazón de la isla. Todo era muy misterioso y por el momento estaba prohibido la entrada.

Los demás oficiales se miraron entre sí preocupados y con dudas. Uno de ellos dio un paso adelante y trato de persuadir a Shi Qing Xuan —Señor, esa isla ha sido declarada como prohibida, no podemos ir sin una orden. 

Shi Qing Xuan estaba  enterado de eso. Miró el amplio bosque que estaba a unos cien metros de la costa y todavía era terco en dejar pasar la oportunidad de atrapar al ladrón —Solo iremos a ver en las cercanías, seguramente ese ladrón está usando la isla como base, no creo que se haya metido en su interior. 

Le sonrió al grupo con confianza, pero los policías seguían estando inseguros. Entonces cambio de plan.

— ¡Pueden quedarse aquí, iré yo solo! 

— ¡No puede hacer eso, el jefe nos matara si se entera que lo dejamos ir a un lugar tan peligroso!

—Ge no hará eso.

Shi Qing Xuan ignoró las súplicas de su compañeros y preparó una lanza para ir a la isla y antes de que pudieran detenerlo, encendió el motor y partió.

— ¡Oficial Shi!

El barco navegó a gran velocidad cruzando en pocos minutos la distancia entre la costa y la isla. La  noche era silenciosa y la oscuridad  era más espesa de lo normal. No había una luna el cielo y parecía que todo era engullido por las sombras.

Una vez que descendió a la playa, Shi Qing Xuan sacó una linterna de su bolsillo e iluminó a su alrededor. Todo estaba silencioso y solo se escuchaba como las olas golpeaban las rocas y las hojas moviéndose al soplar el viento.

Camino por la playa despacio con su arma en sus manos listo para entrar en acción en cualquier momento, sin embargo, anduvo por un buen rato y no encontró nada que pareciera un escondite o cueva donde ese ladrón pudiera refugiarse.

Finalmente se detuvo y miró el bosque. No había nada extraño en él, tampoco les temía a los animales nocturnos que podrían habitar en él, pero una extraña sensación sacudió su corazón y sus piernas comenzaron temblar. Un sudor frío bajo su frente y rostro perdió color.

Quería correr y alejarse, pero no entendía porque su pecho dolía y sus ojos ardían. Era su primera vez en este lugar, pero la angustia que sentía era real como si su corazón se rompiera solo por ingresar.

Contrario al sentido común, sus pies se movieron hacia adelante y adentro a la selva. Camino despacio como si tuviera dos bloques de hierro atados a sus pies. Su respiración era irregular, exhalaba y jadeaba profundamente, incluso usó los troncos de los pinos como medio de soporte.

Ni él entendía porque se esforzaba tanto en seguir adelante soportando ese dolor, pero todavía se obligaba a levantar sus pies, un paso a la vez , ignorando esa voz dentro suyo que le decía que se fuera y corriera lo más rápido que pudiera.

 Atravesó matorrales abundantes hasta  que  un sendero despejado  se abrió de repente frente él y un enorme castillo, viejo y enorme apareció frente a sus ojos. Era alto y de arquitectura antigua, pero lo más llamativo era que era de color negro y un gran jardín lleno de abundantes flores lo rodeaban.

Su pecho se apretó con fuerza y el temor que sentía aumento, pero como si estuviera hechizado subió por las escaleras hacia aquella enorme entrada.

Inesperadamente, las puertas se abrieron  y  le dieron la bienvenida. Se encontró con una enorme sala, estaba oscura y había algunos pilares que sostenían su estructura. También estaba vacía y fría como si no hubiera recibido la luz del solo mucho tiempo.

Shi Qing Xuan miró con cautela a su alrededor y su mirada se detuvo de repente en la silla que estaba al final de la habitación. Se quedó inmóvil y los latidos de su corazón se volvieron frenéticos.

Sus débiles rodillas se doblaron y su cuerpo cayó al piso. Incapaz de apartar la vista de ese trono dos líneas de lágrimas  bajaron por sus mejillas. Bajo sus pestañas queriendo contenerlas, pero no fue efectivo.

De entre la oscuridad, una pálida mano emergió y cubrió sus ojos.

La sensación era demasiado fría, le dio miedo, pero a la vez sintió alivio. Cuando se relajó perdió la conciencia y su cuerpo cayó sobre unos brazos que lo rodearon con suavidad como si estuviera miedo de romperlo.

He Xuan miró al inconsciente Shi Qing Xuan de forma complicada — ¿Cómo llegaste aquí?

Su isla estaba protegido por una matriz que alejaba a los mortales de su palacio, aunque quería volver esconderla, Xie Lian le advirtió de que no hiciera nada llamativo y esperará hasta que algún fenómeno natural ocurriera para sumergirla en el agua de forma natural. 

Nunca espero que el hechizo que colocó fuera incapaz de impedir que Shi Qing Xuan llegará a su morada. Pero, después de pensarlo se dio cuenta que Shi Qing Xuan en el pasado siempre solía encontrarlo sin importar donde fuera, era como una luz que le impedía sumergirse en la oscuridad, como las estrellas que brillan en el oscuro cielo.

—¿Por qué tuviste que regresar aquí?

—Tu Ming-xiong ya no está en ninguna parte, pero todavía vienes por él.

Hola queridos lectores. Se que he estado ausente hace mucho tiempo, pero todo tiene un porque. Este semestre me fue más mal que bien, problemas tras otro. Han sido días difíciles, pero finalmente podre volver a actualizar.

Espero que no me hayan olvidado.


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