19. KFC.
Logan.
-Lo siento, hermano, no quería... -empieza a decir Alex.
-Está bien, está bien -dice Jeremy ocultando su molestia-. Sólo vayanse, ¿sí? Estamos un poco ocupados por aquí -guiña un ojo.
La chica tiene ambas muñecas atadas y está recostada contra la pared. Aunque tiene una una cuerda en la boca y lágrimas en los ojos, se le nota un sonrisa pícara.
-Ok, en serio, lo siento mucho, hermano. Sigue con lo tuyo, luego hablamos.
Alex cierra la puerta y salimos de la habitación hacia el cubiculo en el que estabamos antes, no hablamos en todo el camino hasta allí. Antes de llegar, tenía la leve esperanza de que Clara estuviera ahí, pero, no estaba.
-¿Qué harémos, Logan? -me pregunta Alex, claramente preocupado.
-¿No hay otro lugar por aquí? -le pregunto.
-Esto es culpa mía, no debí traerla aquí.
-Alex, por favor. Contrólate, ¿sí? Ya no eres un niño. Tenemos que encontrar a Clara -le digo más alto de lo que quería.
-Tienes razón -dice sorbiendo al aire -: tenemos que encontrarla. Perdón.
-Está bien, te entiendo -le digo en un tono suave.
Nos levantamos y nos separamos para buscar a Clara. Voy de nuevo a la entrada del bar, que está repleta de gente gritando.
-¡Clara! -grito.
Luego de un rato llamandola sin resibir respuesta, llamo a Alex por teléfono.
-Alex -digo cuando contesta-, ¿tienes noticias?
-Algo así.
-¿Cómo?
-Hablé con Jeremy y me dijo que vió a Raúl salir del bar. No sé si él tiene a Clara, pero él sabe que la estoy buscando, y pues, él tampoco es un santo.
-¿Sabes dónde está?
-Sí. Necesito que des la vuelta, nos vemos en la parte trasera.
-Ok.
Guardo el teléfono y salgo corriendo a la parte de atrás del bar.
-Logan -dice Alex cuando me ve.
-¿Qué pasó? ¿Has visto algo? -le pregunto.
-Ahí -dice Alex señalando.
Sigo su dedo y veo un auto negro a la distancia, lo suficientemente lejos como para que no nos vea quién sea que esté allí.
-Creo que está ahí -dice Alex.
-¿Por qué no vamos? -le pregunto.
-Raúl tiene un arma.
-¿Por qué no vas a la iglesia? Estoy seguro de que no conseguirías amigos como estos.
-Logan, ya -dice repimiendo una carcajáda.
-¿Qué harémos?
-Tenemos que ser sigilosos. El maletero se ha estado moviendo. Si Clara no está ahí, no sé dónde más podría estar.
Antes de que él siga hablando, me acerco al auto.
-Hola, Raúl -le digo con una sonrisa mientras me apoyo en la puerta.
-Hola -dice nervioso-. Eres el primo de Alex, ¿no?
-Sí, Logan -le digo mientras alargo mi brazo para estrechar su mano.
-Creo que ya sabes mi nombre -dice tomando mi mano y sonriendo de lado.
Raúl tiene el cabello negro y largo recogido en una coleta baja. Sus ojos destellan picardía y un deseo de lujuria inigualable. Tiene labios finos y rojos, enmarcandos por una barba en forma de candado que recorre su mandibula hasta el inicio de su cuello.
-¿Qué necesitas? -continua.
-Necesito tu ayuda. Mi auto se averió. Es muy tarde como para encontrar un taller abierto. Preferí dejarlo aquí y pedir un aventón, pero eres la única persona que conozco. ¿Podrías ayudarme?
-¿Y qué pasa con Alex y su amiga?
-Ellos se quedarán a una fiesta, pero yo quiero llegar a casa.
Es claro que él cree que yo no sé lo de Clara.
Titubió un momento, pero luego habló.
-Ok, hermano. Te llevaré.
-Gracias -dije sonriendo y un poco más alto. Si Clara estaba ahí tenía que reconocer mi voz.
-Sube -dijo suspirando.
Le di la vuelta al auto, cuando estaba por la parte del maletero, empezó a sonar. Clara.
Miré a Alex, quien tenía los ojos abiertos como platos. Llevó sus manos a su cabeza y me dio la espalda, luego volvió a mirarme.
-¿Puedo preguntar qué es eso? -le dije a Raúl.
-No es nada -dijo bajandose rápidamente del auto.
-¿Estás seguro? -le pregunté al momento en el que sonó más fuerte el maletero.
-Sí, no sé qué debe ser, tal vez no es nada.
-Pues, yo creo que deberías ver. Nunca se sabe, amigo.
-No, no está bien -dijo sonriendo, ocultando su molestia.
-Insisto en que lo hagas -le dije sonriendo.
-No, no. En serio, está bien. Luego lo haré.
El maletero sonó más fuerte. Antes de que Raúl se diera cuenta, Alex ya estaba encima de él. Corrí hasta la puerta del pilóto y despegué las llaves del auto. Alex estaba arriba de Raúl, deteniendolo. Corrí hacia el maletero y lo abrí. Dentro estaba Clara. Con una mordaza en la boca y las manos amarradas con una soga. Su cara estaba llena de lágrimas y su flequillo estaba pegado a su frente por el sudor.
La ayudé a salir y desaté las sogas. Tomé su mano y llamé a Alex, que había hecho un gesto de alivio al ver que era Clara y que estaba bien, o algo así. Soltó a Raúl y tomó la otra mano de Clara. Salimos corriendo del lugar y fuimos directo al auto. Nos subimos a toda prisa y Alex arrancó haciendo rechinar los neumáticos en el asfalto. ¿De qué diablos escapabamos? Raúl ni siquiera estaba detrás de nosotros.
-Eso fue divertido -dijo Clara suspirando con lágrimas en los ojos, pero sonreía.
Yo iba en el asiento trasero con ella, la tomaba de la mano.
-¿Estás loca? -exclamó Alex- Casi morimos ahí. ¡Casi mueres!
-Fue divertido -dije sonriendo.
Clara y yo empezamos a reirnos como locos mientras Alex se contenía.
-Tengo hambre -dijo Clara luego de un rato.
-Estas loca, Clara. De verdad.
-Todos estamos locos, Alex. Ahora por favor llevanos a comer -le dije sonriendo.
-No soy su chofer.
-Cállate y llevanos a KFC, quiero pollo -dijo Clara riendo.
-Voy porque YO quiero pollo -dijo Alex-, no porque tú lo quieras.
Seguimos riendo y molestando a Alex hasta que llegamos a KFC.
-Voy al baño -dijo Clara cuando entramos.
-Ok, buscarémos una mesa -dijo Alex.
El lugar estaba casi vacío, tomamos una mesa al fondo y esperamos a Clara mientras pedíamos. Clara llegó al rato, y se veía mucho mejor, recogió su cabello en una coleta alta y lavó su cara.
-¿Ya pidieron? -preguntó mientras tomaba asiento al lado de Alex.
-Sí -afirmó Alex mientras sonreía y entrelazaba sus dedos al tiempo que se volteaba para quedar de frente a Clara- ¿Cómo estás?
-Bien, bien -dice sonriendo mientras retiene las lágrimas.
-¿Cómo pasó? -le pregunto.
-No lo sé. Todo fue muy rápido. Fui al baño y cuando salí... -dijo suspirando- sólo recuerdo haber abierto los ojos y estar dentro del maletero, con Raúl mirandome fijamente.
Alex posó su mano sobre la de ella cuando empezaba a llorar.
-Está bien.
-¿Por qué creen que no sacó el arma? -pregunté.
-Él es pacifista. La verdad, no sé cómo pudo llegar a tener un arma. Igual, no era capaz de disparar.
-Sí -Clara suspiró mientras secaba sus lágrimas- ok. Ya, hablemos de otra cosa.
Empezamos a hablar de estupideces hasta que llegó la comida.
-Pollo -dije con cara de loco.
-Pollo -dijeron Clara y Alex al unísono, imitandome.
Reímos juntos y seguimos hablando mientras comiamos.
-Quiero casarme con este pollo -dijo Alex.
-Invitame a la boda -dijo Clara.
-No, será privada -dijo Alex sonriendo.
-Raptaré a tu pollo para que no se case contigo -le respondió Clara.
-No te dejaré. El pollo de Logan será el guarda espaldas del mío.
-¿Y qué hizo mi pollo para merecer eso? -dije riendo.
-Nada -dijeron juntos y seguimos riendo.
Mi teléfono empezó a sonar y contesté sin ver el número.
-¿Logan?
-Alícia.
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