17. No es un adiós.
Logan.
Llegué al apartamento de Alícia más rápido de lo que imaginaba. Toqué la puerta y cuando entré estaban los padres de Alícia sentados en el sofá y ella estaba saliendo de su habitación, arrastrando una maleta rosa. ¿Qué?
-Logan... -empieza a decir Alícia.
-¿Qué está pasando? -le pregunto, más alto de lo que quería.
-Logan, déjame explicarte, por favor.
-¿Te vas? -pregunto con tono agudo- No puedes irte. ¿Vas a dejarme? -las lágrimas quemando mis ojos- No puedes irte, Alícia. ¡Ellos no pueden obligarte!
-Ellos no me estan obligando a nada, Logan, por favor deja que te explique -dice Alícia. Las lágrimas también brotan de sus ojos.
-¡No! ¡No quiero que te vayas, Alícia!
Se acerca a mi y me abraza.
-No quiero que te vayas -le susurro mientras la abrazo más fuerte.
Sus padres salieron del apartamento. Ella casi se separó de mi y me dio un beso reconfortante.
-No puedes irte, Alícia -le susurro afincando mi frente contra la suya.
-Logan, por favor deja que te explique.
-Ok. Dime. Dime que te vas y que vas a dejarme, que vas a olvidarme. Alícia, si ellos te estan obligando, te júro que...
-No me estan obligando a nada, Logan. Por favor escuchame.
Asiento con la cabeza. Me suelta y me guía hasta el sofá, nos sentamos y me empieza a hablar.
-Hablaron conmigo -empieza Alícia- . Me dijeron que me dejaron en el horfanato porque no tenían dinero...
-No lo justifica, Alícia.
-Por favor déjame terminar -dice- . Cuando me dejaron, vivieron en la calle como por dos años -las lágrimas salen de sus ojos- , no tenían a dónde ir, no tenían familia, no tenían nada. Me dejaron porque no querían eso para mí, querían algo mejor. Después de esos dos años, Nathan encontró trabajo, poco a poco se fueron recuperando. Ahora él es jefe en una gran empresa y tienen dinero. Estuvieron discutiendo el hecho de buscarme, no quisieron decirme quién rayos les dio mi dirección. Pero me dijeron que se emocionaron cuando supieron que esaba bien y cómoda, que tengo mi vida y que soy una mujer hecha. Sé que eso no justifica que me hayan dejado, pero quieren recuperar nuestra relación. Me pidieron perdón. Y yo los acepté.
-¿Y por qué te vas? -le pregunté llorando.
-Porque yo también quiero recuperar la relación, ellos viven en Denver. Pero no me estan obligando a nada -agregó rapidamente- . Yo fui quien sugirió ir.
Me quedé atónito. Ella se va. Realmente se va. No quiero que se vaya.
-Liz, no quiero que te vayas.
-Logan, por favor entiendeme -me dice llorando- . Sé que es duro. Pero necesito que me entiendas. Ha pasado tanto tiempo que siento que no los conozco, ellos me dieron la vida. Y quiero agradecerles por eso. Hicieron lo que creyeron mejor para mi.
-Liz. No estoy molesto porque te vas. Simplemente no estoy molesto. Yo sólo... -no me salen las palabras.
Alícia me abrazó. Cerré los ojos y me infundí en ella. En su cálido abrazo y en su precioso aróma.
-Alícia, no quiero que te vayas.
-Lo sé. Pero tengo y quiero hacerlo, Logan.
-Te entiendo.
Me besó dulcemente y me dijo:
-No me iré si no estás de acuerdo.
¿Qué? ¿está poniendo mi felicidad sobre la suya?
-Alícia. Sé lo mucho que significa para ti. Aunque te ame demasiado, nunca podría perdonarme que te hayas quedado aquí por mi y no por ti. Tienes que ir. Me dolerá no verte todos los días, pero más me dolerá que te quedes aquí. Sí, es raro, me duele que te vayas y me duele que te quedes -digo sonriendo- , pero de verdad me sentiría horrible y muy culpable si te quedaras.
-Te amo, Logan -me dijo sonriendo.
-Te amo, Alícia.
Me acerqué a ella y la besé.
-Me haces felíz -dijo aún en mis labios- ¿yo te hago felíz?
-Más que nadie en el mundo.
Me besó de vuelta y luego me abrazó.
-¿Necesitas que te ayude? -le pregunté mientras nos levantabamos.
-No, ya acabé -sonríe.
-¿Cuánto tiempo te quedarás? -le pregunto en voz baja y con la mirada apagada.
-Sólo serán tres meses, Logan. ¿Lo soportarás?
Suspiro- Si tú eres felíz, yo soy felíz.
Sonríe y tóma mi mano. En ese momento alguien llama a la puerta.
-¡Pase! -grita Alícia.
Detrás de la puerta está su madre.
-¿Estás lista? -pregunta.
-Ya... casi.
-Avisanos cuando lo estés -le dice sonriendo.
-Ok -Alícia le regala una falsa sonrísa.
La señora se va y le pregunto a Alícia sonriendo:
-¿Le lanzaste la lámpara o te contuviste?
-No lo hice -me dice riendo- , pero estuve a punto de hacerlo.
-¿Me escribirás y llamarás todos los días?
-Todos los días.
-Voy a extrañarte.
-Lo sé. Yo también te extrañaré.
-Te quiero, Alícia -le digo mientras me acerco a ella y beso su frente, ella me toma por la cintura y me da un beso en la mejilla.
-Yo también, Logan.
Nos quedamos así un rato y luego ella dijo con hilo de voz:
-Tengo que irme -las lágrimas brotan de sus ojos.
-Oye -le digo mientras levanto su barbilla- , esto no es un adiós, ¿si? Volveremos a vernos. Sólo serán tres meses.
-Lo sé -dice mientras asiente con la cabeza.
Me besa y tóma mi mano, entrelazando nuestros dedos, le quito la maleta y la arrastro con nosotros hacia la puerta.
-Nos vemos -me dice llorando mientras sonríe cuando llegamos abajo.
-Nos vemos -le devuelvo la sonrísa y las lágrimas empiezan a correr por mi cara. La abrazo y le susurro: -Sólo tres meses.
Asiente con la cabeza y me da un tierno y largo beso salado a causa de nuestras lágrimas.
Sube al auto de sus padres y se va. Saco mi teléfono y le escribo.
《Ya te extraño.》
《Y yo a ti.》
《Avisame cuando llegues, ¿si?》
《Claro.》
Subo a mi auto y voy a casa. Enciendo la radio y escucho Forever de Papa Roach. Cuando llego, voy directo a mi cuarto sin saludar a Alex que está cenando en la cocina. Me recuesto en mi cama y me quedo inmerso en la música que sale de mis audifonos; presto atención a cada sonido y escucho cada instrumento individualmente, la manera en la que se únen y forman una hermosa melodía. Intento no pensar en Alícia, y sin querer me quedo dormido.
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