Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15. Dolido

"Sus pasos silenciosos como el viento, cruzan calles desiertas y frías, buscando la vida que les fue arrebatada, anhelando el roce de la piel y la agonía."

📆MÁS TARDE

📍LONDRES

La noche cae en la capital londinense, algo más fría hoy que de costumbre. Avisé al servicio para que tuvieran el loft listo y por suerte, al llegar, la calidez de éste nos ha recibido.

-¿Porqué estamos aquí? -desvío mi mirada de los altos edificios de la City, para centrarme en Grace, quien luce algo cansada, a juzgar por la expresión de su rostro.

-Necesitaba alejarte un poco de todo, y pensé que cambiar de aires, te vendría bien. 

Puedo ver en sus facciones y en la mueca que forma su boca, como de disgustada está con todo lo que ha pasado. Me acerco a ella con cautela, aliviado al ver que se mantiene en su sitio y no hace ningún ademán de separarse.

-Estoy abrumada. Intentando asimilar todo lo que me ha pasado. Casi me entregan a Max ésta noche -intento que deje de abrazarse a si misma, para poder ser yo quien lo haga. Algo principio se muestra algo reticente, pero acaba sucumbiendo, presionando su cuerpo contra el mío.

-El corazón te late muy deprisa, ¿estás asustada? -no me hace falta que me conteste para saber que lo está. 

-Lo estoy. Aunque no lo creas, todo esto me está costando. En un minuto estaba bailando en el Nastya y ahora estoy vinculada desconocido, que encima es un vampiro. Es una locura.

Sus palabras me duelen. No ha dicho mi nombre. Solo me ha llamado por lo que soy. Un puto ser de la oscuridad, maldecido por ser de esta raza. Achacaría lo que ha dicho a los nervios del momento y de la situación, pero, una parte muy egoísta de mi, cree cada palabra de ella y como de alguna manera, Grace aún me sigue rechazando.

-Deberías descansar -el tono de mi voz se ha vuelto algo frío y monótono, pues es lo que sus palabras han generado en mi.

-Si, tienes razón. Necesito pensar en todo -Grace se separa de mi, siendo abandonado por la calidez de su cuerpo. Apenas soy capaz de mirarla, pues, el rechazo es algo que apenas he sufrido en mi vida, y en este momento, duele de cojones.

-Al final del pasillo está el dormitorio de invitados. Tiene un baño completo y todo lo que necesites -agarro mi chaqueta, poniendo distancia entre nosotros, pues ahora mismo no puedo ocultar mis emociones y temo decirle algo a Grace que la dañe.

-¿Vas a salir? -apenas la miro para contestarle, aunque el tono neutro de su voz, acrecientan mis ganas de irme de aquí y no permanecer a su lado.

-Tengo asuntos que atender -por fin me decido a mirarla, y lo que veo en sus ojos es algo de confusión, a la vez que cierta decepción por mis palabras- fuera hay un par de guardias de seguridad, al igual que en todo el edificio. Nadie que no seamos Charles, Lando, tú y yo pueden entrar aquí. Estás segura. 

Me pongo la chaqueta dándole la espalda, llevando mis pasos hacia la entrada. Un cuchillo parece clavarse en mi estómago cuando ella no hace ademán de detenerme o de decirme nada más. Así que, sólo me queda salir con rapidez poniendo aún más distancia entre nosotros. 

Iluso. Así es como me siento pensando que entre Grace y yo había algo de verdad, cuando en realidad solo he sido el tío que la salvó de morir.

📆 AL DÍA SIGUIENTE

Masajeo mi nuca fastidiado y molesto por lo que Charles y Lando me cuentan. A través de la pantalla del ordenador, me muestran las fotos que hicieron anoche y ésta mañana del lugar donde se dirigían.

-Lombardi. Nunca apareció su nombre en los archivos -les recuerdo a mis dos socios pues cuando estuvimos en Italia, cortamos muy bien cortados todos los cabos sueltos.

-Se escondieron bien, Carlos. No sabríamos de ellos si Fiorella no se hubiera casado con uno de sus hijos. Al parecer, era la segunda opción de matrimonio tras Lando, y tras su desaparición, aprovecharon para unirlo con Fiorella y empezar un nuevo negocio. El mercado estaba sin vendedores al acabar nosotros con todos ellos y los Lombardi pasaron a ser los principales proveedores -asiento a las palabras de Charles fijándome en el castaño de pelo rizado, quien aprieta sus labios un par de veces mientras hablamos.

-Hay algo más, Carlos -me cuenta ésta vez Lando mostrándose bastante serio con lo que fuera que va a decirme- hemos averiguado que el esposo de Fiorella, procede de un largo linaje de cazadores, incluso sus nietos lo son.

-Pues entonces no sé que cojones hacía anoche Max en su mansión. Los cazadores matan vampiros y él es uno de los grandes -le contestó sintiendo que en todo esto se me escapa algo y me jode no saber que es.

-Es lo que tratamos de averiguar. Uno de los dos está traicionando a su sangre.

Las palabras de Charles me dan que pensar. Un cazador nunca se aliaría con un vampiro, a no ser que éste le ofreciera un bien mayor. Y viceversa. Durante minutos, Charles y Lando me cuentan lo que han averiguado, así como sus suposiciones. Mostrándome al final, algo que esperaba pero que me molesta.

-¿Es quién creo que es? -les pregunto al ver la foto de una de las chicas que llevaron a la mansión anoche, chicas que iban con Max.

-Así es -me responde Charles con el gesto bastante contrariado.

-¿Podemos sacarla de ahí?

-No lo sé. Tengo que estudiar el terreno y analizarlo, pero, está perdida, Carlos, y lo sabes. Lo mejor para ella sería una muerte rápida -me contesta el monegasco siendo yo consciente de la realidad que rodea a la chica.

-Bien. No le digáis nada a Grace. Ya veré como lo hago yo.

Me despido de ellos, citándonos para vernos en Madrid en unas horas. Les pido que dejen solo un par de hombres vigilando y quedamos en hablar cuando volvamos a vernos. Recojo todo del despacho, llevando mi portátil en la mano hacia el comedor.

Puedo sentir su presencia antes de que ella entre en la estancia. Su aroma a canela, dulzón y embriagante se apodera de todos mis sentidos, teniendo que retraer mis colmillos cuando la percibo más cerca de mi.

-Buenos días -me saluda ella tras mi espalda.

-Cuando puedas, prepárate. Nos vamos -es lo único que me atrevo a decirle aún dolido por su rechazo de ayer. 

-Creí que nos quedaríamos más días -aparto mi mirada del portátil, el cual he cerrado y estoy guardando en su funda. Grace aparece ante mi con el rostro tenso y molesto. Algo que sinceramente no es algo con lo que tenga ganas de lidiar.

-Tengo asuntos que atender en Madrid. Volvemos a casa. Bueno, a mi casa. 

Aprieto mi mandíbula esperando una reacción por su parte, una que no llega pues ella se limita a tomar la chaqueta que se quitó anoche y ponérsela sobre el brazo.

-Pues cuando quieras, podemos irnos -Grace fuerza una sonrisa mientras me habla, sorprendiéndome el que no cuestione mis decisiones y no haga ninguna pregunta más. Algo que refuerza mi convicción de que, no le importo nada.

Y duele de cojones sentirse así. El rechazo de una pareja vinculada es lo peor que podemos sufrir los de nuestra especie, pues, si la sangre para nosotros es vida, nuestras parejas son lo que nos da fuerza para sobrevivir a esa vida.

-¿Eres así de hijo de puta cuando hay algo que te molesta? ¿o es que lo eres de siempre? -las preguntas de Grace es algo que esperaba, pero, que no me apetece contestar, pues no quiero lidiar con una pelea ahora mismo. 

-De siempre -le contesto curvando mi boca en una inexpresiva sonrisa mientras veo en ella como de fastidiada luce.

-Oh, genial, me he llevado un partidazo como pareja.

-A un vampiro desconocido, no lo olvides.

Mis palabras causan en ella el efecto que deseaba. Su rostro se pone lívido tras escucharme, mostrándose sonrosado a continuación.

-Carlos -le hago un gesto con mi mano para que se calle pues en verdad no deseo empezar una pelea, y menos con ella.

-Si ya estás lista, vámonos, tengo prisa.

No la dejo ni hablar cuando me dirijo directamente a la puerta. Abro ésta sintiendo como de rápido y nervioso le late el corazón, mostrándose ella de la misma manera. Camina con ligereza tras de mi, y no es hasta que ambos estamos dentro del ascensor, que ella me reta con la mirada.

-Siento haberte llamado así -se disculpa ella mostrándose verdaderamente arrepentida- aunque no dejas de ser un vampiro, ¿o acaso ya no lo eres y no me lo has dicho?

-¿Sabes, Grace? sé lo que soy. Lo que represento. Pero, pensé que para ti, el serlo, había pasado a un segundo plano y me verías como lo que realmente soy para ti -mis palabras salen de forma calmada de mi boca, pues no quiero perder la paciencia con ella. 

-¿Y qué eres? -su pregunta hasta me ofende, incrementando de ésta manera todo el dolor que aún se apoderado de mi, de mi alma y de mi cuerpo entero. 

-Oh, Rizkaya, si tú no lo sabes, no seré yo quien te lo diga. 

📆 MÁS TARDE

La llegada a Madrid fue igual que el viaje. En silencio. Sin que ninguno de los dos mostráramos el querer emitir palabra alguna. Las emociones de Grace me golpearon como si fuera un torbellino. Enfado. Molestia. Decepción. Tristeza. Todas juntas y con una fuerza arrebatadora.

Nada más llegar a casa, se encerró en el dormitorio que usa desde que está aquí, y desde entonces no la he visto. 

-¿Problemas en el paraíso? ni dos días lleváis casados y ya pensando en el divorcio -le gruño a Charles sin que a él le afecte lo más mínimo mi actitud. 

-No te conviene cabrearme, Lykos, hoy por lo menos no -le advierto con dureza más esto tampoco parece importarle.

-¿Qué ha pasado? y ahora va en serio, Carlos -por la expresión de su rostro, percibo que Charles de verdad le preocupada lo que me pasa, y no tiene sentido callármelo pues es algo que deseo no guardarme.

-Me llamo vampiro. No mi nombre ni mi pareja. Vampiro.

-Es lo que eres -me responde Charles causando perplejidad en mi su respuesta- Carlos, tienes que entenderla. De la noche a la mañana ha pasado de tener una vida normal, a estar emparejada con un vampiro para salvar la vida. En vez de molestarte porque te haya llamado lo que eres, deberías estar más preocupado en saber como se siente ella.

-No debería haberme llamado así. Soy su pareja no un puto y vulgar vampiro.

-¡Ay, joder! -exclama Charles chasqueando su lengua un par de veces- pero eres un puto dramas. En vez de estar aquí lloriqueando, deberías estar arriba hablando con ella y diciéndole precisamente, todo lo que te pasa.

Alzo una de mis cejas negando con mi cabeza un par de veces. Orgullo. De eso tengo mucho y no será Grace quien me haga rebajarme.

-Mejor vamos a dejar el tema, Charles, no me apetece discutir contigo mis temas de pareja.

El monegasco rueda sus ojos dándome una asqueada mirada. Voy a contestarte cuando Lando aparece por la puerta mordiendo una manzana mientras en sus manos porta una carpeta.

-¿Y Grace? -nos pregunta después de mirar alrededor y no verla.

-Mejor que no lo sepas -le pide Charles haciendo un gesto con uno de sus dedos en mi dirección- su primera pelea conyugal.

-¿Ya? creí que tardarías más en hacerlo. Me decepcionas, Carlos -asisto perplejo a como Lando me hace un reproche que no esperaba de él. De Charles si, pero del niño... bueno, él siempre acaba sorprendiéndome.

-¡Queréis dejar de meteros en mi vida! ¡Joder!

Les grito apretando mis puños para que perciban lo molesto que estoy con su intromisión en mis asuntos personales, más si opinan y no me dan la razón. Porque a lo mejor no la tengo.

-Como si nos interesara -acaba contestándome Charles rodando sus ojos para dar más énfasis a sus palabras- anda, Lando, ilústranos con todo lo que has averiguado. Así distraes al pitufo gruñón. Puedo oler en ti como de enfadado estás.

Intento ignorar a Charles, pues, aunque sus palabras me molestan, lo hacen porque están cargadas de verdad.

Me jode que ella esté arriba. Sola. Enfadada y decepcionada. Puedo oler en ella aún algo de temor por verse envuelta en ésta situación, una que aunque yo no he provocado, quizás mis acciones no han ayudado nada. Me gustaría subir allí arriba. Tomarla entre mis brazos y hundir mis colmillos en su tersa piel. Pero, el orgullo está tan arraigado que una parte de mi aún espera que se ella quien me pida perdón, de nuevo.

-Están llevando más chicas a la mansión Lombardi -Lando se sienta frente a mi, abriendo una carpeta de donde me muestra todas las fotos que han tomado. Nat, la amiga de Grace, está en una de ellas causándome cierta desazón el verla en esas imágenes.

-¿Se dedican los Lombardi a la trata de blancas? -le pregunto observando cada foto, dándome cuenta de que todas son chicas jóvenes, las cuales aparecen con la mirada perdida y dejándose llevar por sus captores.

-Algo así. Conseguí sugestionar a uno de los guardias que las custodiaban. Pude sacarle poca información pues la seguridad de ese sitio está muy reforzada. Al parecer, las llevan allí para prepararlas. Les dan de comer buenos alimentos, las proveen de ropa, artículos de lujo y las tienen entretenidas durante unos días, para, una semana después, venderlas en una subasta.

-¿Subasta? ¿de qué hablas? -le pregunta Charles a Lando, viendo en su rostro como de molesto está con esa palabra.

-Los Lombardi le están proporcionando a Max, comida, a cambio de algo que desconozco -sigue contándonos Lando, consiguiendo que con cada una de sus palabras se me revuelva más el estómago- es una subasta de sangre.

-Especifica, Norris -le pide Charles haciéndole un gesto nervioso con su mano, pues, los dos somos muy conscientes de lo que significan esas palabras.

-Ya os lo he dicho, las chicas, son comida. Y los buenos filetes, no están disponibles en el mercado. Por eso, las subastan. El mejor postor se lleva una chica la cual le proporciona buena sangre hasta que se harta de ella. 

-Una esclava de sangre -mis palabras buscan el asentimiento de Lando, el cual corrobora mis sospechas. Bajo mi mirada hacia las fotos que descansan encima de la mesa fijando mi mirada en la amiga de Grace. 

Si se llega a enterar de todo esto, la destrozará, y no es algo que quiera que le suceda, sobre todo, con una persona que ella siempre ha considerado su hermana y que fue Max quien rompió ese vínculo.

-Si os pido algo, ¿contaré con vosotros? -no hace falta las palabras entre los tres. Llevamos muchos años juntos para conocernos los unos a los otros, y saber que cuento con su lealtad, así como ellos con la mía. Solo tengo que mirarlos para saber que la respuesta es tan rotunda como afirmativa.

-Siempre -contesta Lando por los dos- siempre a tus órdenes, Mork

Lykos. Lobo

Mork. Oscuro

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro