Nuevas compañías, no tan nuevas
Doyoung iba caminando por el pasillo de su facultad; habían terminado clase hace algunos minutos y ya se dirigía a un salón diferente para su siguiente clase. Una voz lo llamó, era Taeyong.
—¡Hola! —se hizo notar optimistamente.
Voltea —Ah, eres tú.
—A-¡Así es! —dio una pequeña risa nerviosa — Ya no me hablaras después de lo que pasó en la fiesta, ¿o qué? —se puso humorístico.
—¿Está bien si me acompañas a clase? —preguntó en modo de invitación y Taeyong entendió todo.
Dio una pequeña sonrisa y caminó junto a Doyoung al salón. Se sentaron juntos y empezaron a conversar. Salían las platicas solas; como el día en el que se quedaron encerrados. Ese suceso les ayudó a obtener cercanía. En el domingo que había pasado Doyoung en casa después de la fiesta, no había dejado de pensar en lo bien que la pasó. Aunque la mitad de su noche la haya pasado encerrado en una habitación incómoda, pero que poco a poco se hizo acogedora por la presencia de una personita. No se había reflejado antes estando tan cómodo con Taeyong; si era su rival. Quería ser mejor que él. No quería que una persona nueva, recién llegada, le quitara el puesto que él ya había conseguido con tanto esfuerzo. Sin embargo, al mismo tiempo se dio cuenta de una cosa: es aburrido estar solo, no le gusta estarlo, aunque crea que así es. Disfruta de estar relajado sin gente que entre a su burbuja, pero de una soledad en la que no tienes en quien apoyarte, es triste para él. Le encanta cuando es escuchado. No quería volver a Taeyong si tan solo iba a competir académicamente con él, ya no le veía un propósito; tan solo quería graduarse y ser un gran arquitecto. No hacía falta competir con alguien si todos sus compañeros harán eso.
(...)
—¿Comprarás el almuerzo de hoy? —preguntó Doyoung antes de formarse en la fila.
—¿Qué hay? —preguntó mientras veía de lejos la vitrina en donde estaba toda la comida —. Mmm... se ve bien. Lo haré.
Ambos chicos se formaron. El almuerzo era un plato de arroz, una porción de kimchi y un guiso de res junto a bebida a elegir. Al tener su comida se sentaron juntos.
—¡Taeyong! —llegaron algunos chicos a la mesa con él —. Te estábamos buscando.
Tres chicos se sentaron en la mesa. Eran compañeros de clase. Aunque Doyoung no se llevara tan bien con ellos, los respetaba. Le habría agradado un poco más quedarse a solas con Taeyong, ya que no sabía cómo seguir una conversación con los otros chicos junto al pelirrojo. No quería decir alguna estupidez. Comenzaron a conocerse entre ellos, le hacían preguntas a Doyoung sobre qué se sentía ser de los mejores de la clase.
—Eh... Yo... Supongo que no es importante.
—¡¿No te importa ser de los mejores?! —le preguntó Haechan sorprendido —. Pasame tu cerebro, yo ando sufriendo porque no me gusta mi carrera.
—No es que no me importe, sino que... no es algo que me haga diferente de los demás.
—O sea, ¿si no te esforzarás como quiera sacarías diez? —ahora interrogó un chico diferente; Kun.
—No es eso —se comenzaba a sentir algo incómodo —. Lo que trataba de decir era que... —sentía las miradas de todos, miro a Taeyong que lo estaba viendo y se hizo pequeño. Comenzó a sentir ardor en sus mejillas. Bajó un poco su cabeza.
—¿Ya vieron la película de Spiderman? —Taeyong preguntó cambiando el tema. Doyoung suspiró por dentro de haberlo salvado.
—¡Le estaba comentando a Kun que deberíamos verla!
Doyoung se dio cuenta que Haechan era un chico con volumen de voz alto. No importaba lo que dijera, todo lo que salía de su boca salía de una manera cantada, afectuosa. Una persona bastante positiva también. Le irritaba un poco por eso, pero quería mejor no tomarle tanta importancia.
—Entonces hay que ir —sugirió Taeyong —. ¿Quién se apunta?
Todos los chicos dijeron que sí; Doyoung también. Ya tenía una salida con sus compañeros y con Taeyong próximamente.
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