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011.

Jungkook besaba con vehemencia la piel del pelinegro, sacándole cientos de jadeos y logrando que arqueara su espalda ante la sensación.

—Jungkook... —gimió Jimin. Sentía las manos del pelinegro rasguñar su espalda al mismo tiempo que intentaban desabrochar su cinturón.

—¿Tan desesperado estás, cariño? —se burló, dedicándole una mirada divertida.

—Sólo quiero que me hagas tuyo, Jungkook —sentenció el chico, mordiendo su labio inferior con lentitud.

El castaño no respondió, sólo volvió a juntar sus labios con mucha más exigencia mientras se quitaba su propio pantalón. Entonces continuó besando el cuerpo de Jimin escuchándolo hablar sensualmente.

—Jungkook... Jungkook... —su voz se escuchaba cada vez más lejos y con eco— ¡Jungkook!

Esa ya no era la voz de Jimin.

—¡Jungkook! ¡Despierta, estúpido!

Inmediatamente sintió un fuerte golpe en su rostro que lo despertó.

—¡Ah! ¿Qué sucede? —reclamó, limpiando sus ojos mientras se incorporaba de la cama— ¿Porqué siempre tienes que golpearme con una almohada, Taehyung?

El pelirrojo entornó sus ojos.

—Porque es la única forma en la que despiertas. Por cierto, ¿con quién soñabas que tanto estabas balbuceando? —cuestionó alzando una ceja.

Jungkook mantenía su boca ligeramente abierta, cayendo en cuenta que realmente había estado soñando todo este tiempo. La cerró y llevó una mano sus comisuras al sentirlas húmedas, mierda, hasta había estado babeando.

—C-Con nadie —murmuró tragando saliva, sintiéndose avergonzado consigo mismo.

—Ajá, ¿entonces porque decías el nombre de Jimin?

Jeon abrió sus ojos cómo platos y después chasqueó la lengua, intentando restarle importancia.

—Ya cállate.

—Uh, entonces era un sueño húmedo... —le miró pícaro.

—¡Basta, Taehyung! —protestó, negando con la cabeza y escuchando a su mejor amigo reírse— Ahg, ¿porqué mierda me despertaste primero que nada? —preguntó, sentándose en la cama y revolviendo su cabello desordenado.

Kim suspiró.

—Llegó una circular de la universidad indicando que las clases del lunes se aplicarían hoy ya que ese día es feriado. Entonces entramos más temprano.

Jungkook bufó, volviendo a acostarse en la cama.

—¿Es enserio? Pues no voy a ir, tengo mucha pereza y sueño... —murmuró, volviendo a cerrar sus ojos.

Taehyung le sonrió ladinamente desde su posición y a continuación suspiró fingiendo melancolía.

—Uhm, bueno... —comenzó caminando lentamente hacia la salida—Supongo que le diré a Jimin que no irás...

En ese momento los ojos del castaño se abrieron de golpe y levantó la cabeza de la almohada para mirarle boquiabierto.

—¿Qué?

—¿Acaso lo olvidaste? Los lunes tienes aquella única clase que compartes con Jimin.

Jungkook ensanchó más su mirada.

—¡Mierda, es verdad!

Exclamó levantándose de un golpe de la cama, dirigiéndose rápidamente al baño de su habitación para darse una ducha. Estuvo a punto de cerrar la puerta hasta que Taehyung le dijo a lo lejos:

—¡Por cierto, procura bañarte con agua fría para ese problemita de allí abajooo~!

Inmediatamente bajó su mirada a sus bóxers y lo comprobó, maldiciendo después y cerrando finalmente la puerta.


[🖤]

Jimin estiraba uno de sus pies en el suelo cuando sintió una presencia al lado suyo.

—Hola.

A los segundos levantó su atenta mirada topándose con los ojos que más le intimidaban en este jodido mundo.

—Hola, Jungkook —saludó, bajando nuevamente la mirada— Creo que ya es una costumbre tuya el llegar siempre tarde, ¿verdad?

—Bueno... —Jeon se dejó caer al suelo, sentándose con las piernas cruzadas al lado de Jimin— No sabía que hoy adelantarían clases o algo por el estilo... —comenzó estirando sus brazos.

—Mhm, ya veo... —respondió con voz monótona, continuando su calentamiento.

Jungkook le miró extrañado y ladeó ligeramente su cabeza.

—¿Sigues molesto conmigo?

—No realmente. Sabes que nunca me has terminado de caer bien del todo.

—¿Entonces cómo es que te gusto?

Jimin detuvo sus acciones abruptamente al sentir su corazón detenerse, pero después se obligó a respirar de nuevo y continuar.

—Jamás confirmé tu suposición.

—Entonces no te gusto —confirmó con pesadez en su voz.

—No dije tampoco eso.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Es un sí o un no?

—Depende —siguió contestando sin mirarle.

Jeon sonrió, negando con la cabeza. Jimin se estaba haciendo el difícil. Pero en el fondo le encantaba.

—¿En qué clase de juego mental me estás metiendo, Park?

—No estoy jugando nada —esta vez le miró con inocencia— Sólo contesto con mi verdad...

Jungkook le miró intensamente.

—Pues tu verdad es muy confusa.

—No todos pueden descifrarla, entonces.

—¿Realmente te gusto, sí o no? —volvió a preguntar comenzando a sentirse obstinado.

Jimin sonrió lentamente, mordiendo su labio inferior en el proceso.

—Me gustan los chicos malos —respondió finalmente, apartando después la mirada.

Jeon alzó su cejas en impresión, analizando aquellas palabras y sacando la verdadera indirecta en ellas. Desde aquél día en que Jimin le dijo que se ganara su cita, se había planteado y preguntado constantemente qué podría hacer para obtenerlo. ¿Qué cosas podría hacer para ganarse nuevamente la confianza de Jimin? Las respuestas eran inciertas, pero quizás, ahora mismo, Jimin se las estuviese dando. Más pistas de cómo conquistarlo, de alguna manera.

O eso creía.

—¿Y qué tipo de maldad? —preguntó cautelosamente.

Park le miró, tranquilo.

—No hay una maldad buena, o menos mala. Sólo maldad y ya está. Me gustan lo chicos así, malos... cómo tú.

Jungkook sintió su corazón detenerse, eso no se lo esperaba.

—¿Entonces técnicamente sí te gusto? —insinuó, mirándole sorprendido.

—No lo sé, Jeon —se encogió de hombros— Usa tu cerebro y adivínalo... —sonrió con malicia.

El castaño le miró con los ojos entrecerrados.

—¿Recuerdas aquella vez que te llamé demonio?

—Sí.

—Pues ahora lo vuelvo a confirmar, eres un demonio Park Jimin.


Inmediatamente este último comenzó a reír.

—Eres realmente malo, muy malo... —continuó Jungkook, mirándole fijo.

—Lo sé —bateó sus pestañas con inocencia hacia él.

—Y a los chicos malos hay que castigarlos...

Ahora el pelinegro le miró sorprendido y más cuando el cuerpo de Jungkook comenzaba a acercarse al suyo. O mejor dicho, su rostro.

—¿No te gustaría eso, cariño? —acercó sus labios al oído contrario— ¿Otra vez? —susurró con sensualidad.

Jimin soltó un pequeño jadeo, permaneciendo inmóvil y sintiendo su cuerpo estremecerse completamente junto a su corazón a punto de estallar. Entonces le miró a los ojos, ambos conectando miradas estando a centímetros de sus rostros.

—¿Qué tan malo serías? —siguió con los susurros, mirándole con una inocencia que volvería loco al contrario.

—Oh, bastante malo... Definitivamente no querrás volver a comportarte mal después.

—¿Estás seguro de eso? —mordió lentamente su labio inferior bajo su atenta mirada.

Jungkook dejó de mirar los ojos de Jimin después de ese momento. Comenzando a entender sus intenciones.

—Deja de provocarme.

—No lo hago... —sonrió coqueto.

—Sí, lo haces. Detente.

—¿O qué?

Ahora Jeon le miró a los ojos, está vez de forma más penetrante.

—O no podré parar y no quiero que lo ocurra ente nosotros sólo sea... sexo.

Jimin en ese momento suavizó su mirada, sus ojos ligeramente abiertos al igual que su seductora boca. No podía creer realmente que Jungkook había dicho eso, pero sí era lo que quería que dijera. Entonces sonrió con emoción, achinando sus ojos.

—Exactamente —dijo, sin quitar su sonrisa de triunfo.

Entonces ahora Jeon era el que le observaba anonadado, captando en ese momento que todo este tiempo Jimin lo había puesto a prueba. Tentándole para confirmar cuáles eran sus verdaderas intenciones, si realmente valía la pena o estuviera diciendo la verdad. Y la había pasado.

Menudo alivio.

Apartó la vista un segundo mientras se mantenía pensativo pero justamente cuando la regresó fue recibido por los labios de Jimin que se unieron de improvisto suavemente con los suyos.

Inmediatamente le correspondió de la misma manera, llevando una mano a su nuca en un beso tranquilo y pequeño, sin dobles intenciones, (desgraciadamente). Y mierda, los labios de Jimin seguían tan exquisitos y adictivos cómo la primera vez. Realmente se sentía así, pues su corazón no dejaba de latir como loco.

A los segundos, el pelinegro terminó el beso pero sin alejarse.

—Y si sigues así... —comenzó, susurrando sobre sus labios— En el futuro dejaré que me castigues todo lo que quieras, guapo.

Jungkook sintió como el alma se le fue del cuerpo y más cuando Jimin le volvió a besar para después alejarse con una lenta mordida a su labio inferior, dejándolo con ganas de más y luchando contra los fuertes impulsos que le dieron de comerle la boca ahí mismo y hacerle de todo.

Observó el cuerpo de Jimin irse, mala idea, pues su deseo se intensificó. Respiró pesadamente e intentando calmarse con paciencia.

Joder.

Park Jimin sí que era un verdadero demonio.

I'm back, again.

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