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006.

Jimin sintió como todo su cuerpo se estremecía de pies a cabeza, las palabras de Jungkook dejándole completamente aturdido y excitado. Todo estaba pasando tan rápido que ni siquiera se había detenido a captarlo.

Estaba a punto de follar con Jeon Jungkook.

Jodida mierda y más mierda.

Antes de que pudiese decir algo, la boca de Jungkook tragó sus palabras. Besándole tan intensamente cómo había acostumbrado a hacer en ese tiempo, en cada beso, caricia y agarre, Jimin podía sentir el deseo implementado perfectamente en ellos. Y hasta ahora caía en cuenta de que realmente el castaño le tenía ganas, y muchas a decir verdad.

Finalmente Jungkook le soltó, pero fue en vano ya que sólo lo hizo para incorporarse un poco y quitarse la camisa enfrente de Jimin, sin pudor alguno. Dejando al contrario babeando y mirándole con hambre al exponer su trabajo, musculoso y marcado cuerpo.

Joder, era mucho mejor de lo que Park hubiese imaginado.

Este último hizo ademán de quitarse su propia camisa también pero otra vez, Jungkook no lo dejó. Le volvió a besar mientras tomaba la orilla de la prenda y la sacaba de un tirón, después se alejó para contemplar con deseo el cuerpo de Jimin, el cuál era menos grande que el suyo propio. Mordiendo su labio inferior al arrastrar su mirada sobre su abdomen plano y ligeramente marcado, se veía exquisito.

Sin aguantar más, volvió a empujar el cuerpo de Jimin al colchón y comenzó a besar cada parte de su cuerpo con hambre mientras le acariciaba con sus grandes y cálidas manos. El pelinegro sólo podía gemir por lo bajo y jadear ante el tacto, completamente sobrellevado mientras mantenía sus manos en la espalda de Jeon.

—Oh, si supieras lo mucho que te he estado deseando, Jimin... —murmuró el contrario sobre su piel, mordiendo uno de sus pezones, sacándole un gemido al más pequeño— Desde el primer jodido día... Las ganas de follarte me mataban, pero ahora... —llevó sus labios a su cuello, mientras que sus manos a la orilla del jeans ajeno— Podré hacerlo... —finalizó bajando todas las prendas.

Jimin gimoteó cuando quedó totalmente desnudo y aprisionado nuevamente por Jungkook. Comenzaba a molestarle aquello pero a su vez le prendía muchísimo y no ponía objeción, sin embargo las ganas de sentir y tocar al castaño le ganaban e intentaba zafarse aunque al final fuese inútil. Sin embargo poco después fue soltado cuando Jeon comenzó a prepararle, con dos dedos lubricados por un envase pequeño que tenía en su habitación. Aquellos largos dígitos se movían en todo su interior, sacándole incontables gemidos y lloriqueos al querer más.

—J-Joder, Jungkook... —gimió cuando el castaño metió un tercer dedo— Fóllame, a-ahora... —suplicó al sentir que no podía más.

A los segundos, los dedos salieron rápidamente de su interior y antes de que pudiera quejarse, Jungkook tomó sus caderas y le volteó con una fuerza bruta. Quedando su pecho pegado al colchón y su trasero al aire, dejándole momentáneamente aturdido y mareado.

—¡Ah! —se quejó cuando Jungkook le nalgueó duro antes de tomar nuevamente sus caderas para levantar su trasero y acercarlo a su hombría aún cubierta por el oscuro bóxer.

Jimin se removió al sentir las manos del castaño recorrer lentamente su espalda y jadeó desesperado cuando escuchó a Jungkook deshacerse de su última prenda. A continuación gimoteó cuando la punta de su miembro se restregó obsenamente contra su entrada.

—Jungkook... —suplicó con voz ahogada.

—Voy a joderte, Park —avisó Jeon—Voy a joderte tan bien que gritaras mi nombre como un desquiciado... Joder, haré que lo hagas... —gruñó, alineando su miembro y apoyando una de sus manos en la espalda de Jimin, le penetró fuertemente de una sola estocada.

Jimin jadeó agudamente y cerró sus ojos, abriendo su boca al instante, sin embargo ningún sonido salió de esta en el momento debido a la impresión. Jungkook era demasiado grande, demasiado exquisito e irreal. Fue cuando el chico tomó con posesión sus caderas y comenzó a embestir con fuerza que empezó a gemir.

Ni siquera le había dejado acostumbrarse del todo cuando el castaño ya estaba empujando con firmeza dentro de él, follándole duro sin compasión. El pelinegro se agarró fuertemente a las sábanas mientras sólo podía gemir alto y colocar sus ojos en blanco ante las duras penetraciones que lograban alcanzar rápidamente su próstata.

—¡Ah-ah! ¡Dios! —gritaba volviendo sus nudillos blancos ante la fuerza que ejercía contra las sábanas.

Jungkook gruñó y le dió un fuerte azote antes de inclinarse y enredar sus dedos en su cabello negro, tirando su cabeza hacia atrás mientras se mecía con dureza sobre él.

—Quiero que digas mi nombre —ordenó dando una fuerte embestida en cada palabra— ¡Hazlo, joder!

Jimin sentía su cuerpo temblar.

—¡J-Jung-ah...! —en ese momento Jeon dió en su próstata, llevándole momentáneamente al cielo— ¡Ah! ¡Jungkook! —gimió finalmente.

—Eso es... —sonrió y llevó una de sus manos a la boca de Park, la cuál no paraba de abrirse para gemir, tapándola— Ahora, no hagas tanto ruido, cariño. O nos escucharán.

A continuación con una de sus manos llevó los brazos de Jimin detrás de su espalda y comenzó a arremeter mucho más fuerte. Los agudos gemidos del contrario amortiguados por su otra mano la cuál comenzaba a mojarse debido a la saliva de este.

Se inclinó hasta quedar cerca de su rostro, donde mordió su oreja y comenzó a susurrarle cosas.

—¿Te gusta, mh? ¿Te gusta como te follo, Park Jimin? —le dijo escuchando los lamentos del contrario— Te encanta, lo veo en tu rostro... Mierda, me fascinas... —descubrió su boca sólo para tomarle de la mandíbula y besarle con posesión.

A continuación sintió los brazos del contrario removerse indicándole que le soltara y así lo hizo.

Y Jimin llevó una de sus manos hacia atrás, tocando el cabello de Jungkook que cual tenía cerca debido a los besos húmedos que implantaba en su cuello mientras le seguía follando. Entonces de improvisto siente como el orgasmo se acerca y comienza a gemir más alto, el castaño entiende la referencia y golpea más duro y más rápido, tapando la boca de Jimin cuando este estuvo a punto de correrse. Amortiguando el fuerte y largo gemido que pegó cuando llegó a su límite, deleitándose con sus ojos en blanco y sintiendo las vibraciones de su voz en la palma de su mano.

Jungkook también estaba a punto de llegar, así que se incorporó y tomó fuertemente las caderas de Jimin. Empujó y empujó hasta finalmente conseguir su delicioso orgasmo.

Se quedó inmóvil, la habitación gobernada por jadeos y pesadas respiraciones. Con ambos completamente sudados, cómo si hubiesen corrido un maratón. Finalmente encontró las fuerzas para salir dentro de Jimin, dándole una pequeña nalgada antes de dejarse caer como peso muerto al otro lado de la cama. El pelinegro por su parte gimoteó mientras dejaba reposar lentamente su cuerpo sobre el colchón, sintiéndose débil como para cobijarse o siquiera mover un mísero músculo.

Jungkook le miró de reojo y notó esto último, así que en silencio se incorporó un poco para alcanzar la orilla de las sábanas y cubrir a Jimin, de paso a él mismo.

—Jungkook... —murmuró Park medio dormido, provocando que Jeon le mirara atento— M-me gust-mh... —su voz salió amortiguada por la almohada.

—¿Qué dijiste? —preguntó al no haberle entendido nada.

Sin embargo para ese entonces Jimin parecía haber cedido ante el sueño, luciendo completamente agotado y adorable debido a sus mejillas presionadas.

Jungkook tragó saliva y apartó la mirada, sintiéndose más estable, se quitó la sábana encima e hizo ademán de salir de la cama. Pero una mano en su muñeca le detuvo al instante.

—Quédate... —pidió débilmente Jimin con los ojos cerrados.

El castaño presionó sus labios, pensativo. Nunca acostumbraba a dormir con sus polvos de una sola noche, por así decirlo. Ni muchísimo menos si era un hombre, nunca lo había hecho y nunca lo iba a hacer.

Ignorando el pedido de Jimin, apartó delicadamente el agarre que tenía en su mano y salió de la cama. Comenzó a cambiarse mientras escuchaba como aún seguía la fiesta abajo y la música en alto.

Caminó por la habitación conforme se colocaba de nuevo su chaqueta, llegando hasta la puerta y mirando por última vez al pelinegro dormir plácidamente. Recordando lo que hace unos minutos hicieron, apartó la mirada y tragó saliva ante el repentino impulso que tuvo de ir y acostarse a su lado. En cuestión de segundos volvió a la realidad de golpe, alejando esos pensamientos y sin dudar más, salió de la habitación.


[🖤]

Cuando Jimin despertó a la mañana siguiente y no vió a Jungkook a su lado, no pudo evitar hacer una mueca de tristeza.

Se sentó lentamente en la cama, abrazando sus piernas mientras recapitulaba los acontecimientos de anoche.

Mierda...

Para él, todo había pasado tan rápido que hasta le estaba siendo difícil de asimilar que finalmente se había acostado con Jungkook. El chico que le gustaba, su prácticamente amor platónico. Parecía un mal chiste contado pero no, era verdad y realmente pasó.

Qué increíble.

Y santa mierda, había sido fantástico. Muchísimo mejor de lo que alguna vez se imaginó. Esa noche descubrió que además de Jungkook estar bien dotado, era realmente impresionante en la cama. La manera de dominarle fue demasiado para él, le hacía quedar completamente a su merced. Fue glorioso, para no decir que el mejor sexo de su vida.

Pero entonces, fue cuando la realidad de todo le cayó como balde de agua fría y la sonrisa que tenía se borró.

Pues simplemente fue eso, sólo sexo.

La manera en la que Jungkook le trató y le habló, decía muchísimo sobre sus verdades intenciones con Jimin desde un principio. Cómo le dijo, su interés hacia él había sido puro y simple deseo. Y el de Park fue el mismo... al principio. Sin embargo cambió conforme pasó el tiempo, ahora Jimin no quería sólo follar con Jungkook. Quería conocerlo, quería hablar con él sobre sus gustos sueños e intereses, cómo dos personas que se gustan y quieren llegar a más.

Su intención de la fiesta no era acostarse con Jungkook esa noche, aunque pareciera lo contrario. Sin embargo las cosas surgieron diferentes a sus planes, todo pasó tan inesperadamente que no supo como reaccionar. Y cuando estaba pasando, quiso detener a Jungkook antes de avanzar más. Pues sabía cómo terminarían, sabía que el chico sólo le buscaba por sexo y no por algo más. Y Jimin no quería que sólo fuera eso, pero otra parte de él deseaba tanto al castaño y deseó tanto ese momento que al final se rindió y se dejó llevar por el placer.

Y ahora se debe de atener a las consecuencias.

Ahora su cuerpo dolía, tenía marcas en todo lado, mordidas y rasguños. Los cuáles le hacían estremecerse y desear de nuevo al castaño al recordar su creación.

Pero la realidad era otra...

Sintiendo sus ojos picar, escondió el rostro entre sus piernas.

Nunca volvería a pasar, y nunca podría tener a Jungkook como quería.

Pues este estaba enamorado de otra persona.

Y para Jungkook, Jimin solo había sido un revolcón más del montón...

(2/2)

Gracias por la espera, les quiero <3

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