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002.

El timbre sonó por todo el lugar, indicando la tan esperada salida de clases. Jungkook salió junto a Lisa escuchando atentamente lo que ella decía mientras le ayudaba con su pesado libro de matemáticas.

—Gracias, Kookie —dijo ella con una sonrisa guardando el libro en su bolso de lado.

—De nada —le devolvió la sonrisa— ¿Te gustaría ir a tomar un batido conmigo? —sugerió al ver la cafetería a lo lejos.

Lisa abrió sus ojos en sorpresa y después sus mejillas se tornaron rosadas mientras bajaba la mirada y hacia una mueca.

—Uhm, no puedo, y-yo debo hacer algo ahora... —explicó— Pero podría ser otro día, igual gracias —le sonrió tímidamente.

—Oh, está bien, tranquila.

Jungkook asintió con la cabeza y metió sus manos en los bolsillos de su jeans. Ya eran dos veces seguidas que Lisa le rechaza, no sabía si sus excusas eran mera coincidencia pues literalmente parecía como si no quisiese salir con él. Intentó no pensar mucho en eso y finalmente se inclinó para besarle con delicadeza la mejilla en modo de despedida.

—Adiós —murmuró la pelinaranja dándose media vuelta y desapareciendo de su vista.

Soltó un largo suspiro y comenzó a caminar por los no tan llenos pasillos de la universidad con la mirada en el suelo, pensando en dónde podría salir con ella el sábado, pues mañana era viernes. Pero al instante recordó que ella ya lo tenía ocupado con...

—¡Hey! —soltó cuando un chico pasó bruscamente a su lado chocando su hombro con el suyo a propósito.

Inmediatamente se volteó a verlo y lo reconoció.

Park Jimin.

El pelinegro le miró sobre el hombro mientras se alejaba para después sonreír levemente y apartar la mirada.

Jungkook no pudo evitar pensar que aquello le había resueltado increíblemente sexy, y tragó saliva fuertemente mientras sus pies se movieron por si solos, comenzando a seguir al adulido. Es cómo si una fuerza hipnótica le obligase a hacerlo, y conforme cada paso que daba sentía más enojo por si mismo, pues no podía creer que le resultase tan atractivo cuando no debería de ni haberlo notarlo desde un principio.

En fin, Park Jimin no se iba a salir con la suya. Y si quería problemas, los iba a obtener.

El pelinegro se había adentrado a la cafetería y se sentó tranquilamente en una de las solitarias mesas azules del lugar mientras bebía de un batido de fresa, demasiado relajado para el gusto de Jungkook. Así que no dudó mucho en sentarse sin permiso al frente suyo, sobresaltándole.

—¿Esque acaso no te quedó claro lo que te dije hace unos días? —le preguntó al instante mirándole con sus ojos negros y amenazantes.

Jimin se sorprendió ligeramente pero después cambió su expresión a una arrogante, dejando de beber y formando una pequeña sonrisa socorrona de sus labios.

—Oh, hola Jungkook. ¿No te enseñaron a saludar?

—¿Y a ti no te enseñaron a caminar como un ciudadano decente? —alzó una ceja.

Jimin presionó sus labios.

—¿Qué quieres?

—Te dije que te alejaras —soltó con rabia— Pero es lo último que haz hecho.

El pelinegro soltó una risa seca.

—¿Crees que con amenazarme en los baños voy a reprimirme sólo por ti? Tampoco te creas la gran cosa... —se encogió de hombros llevando la pajilla a sus gruesos labios, los cuáles Jungkook no pudo evitar mirar de más.

—Estás jugando con fuego, te lo advierto, puedo ser muy agresivo y sinceramente no quiero, ni tengo ganas de estar peleando contigo.

—Yo también puedo ser agresivo —sonrió maliciosamente— Podemos jugar al mismo juego...

—Yo no estoy para jugar. Aléjate de mis planes o la pagarás caro.

—¿Qué tan caro? —preguntó tomando de su bebida sin apartar sus hermosos ojos cafés que reflejaban inocencia.

Jungkook tragó grueso ante esa imagen visual.

—Mucho —respondió intentando mantener la compostura.

Jimin comenzó a reír, sus ojos desapareciendo al achinarse y una blanca y deslumbrante dentadura haciendo aparición.

—Bueno, pues en tus sueños. Si más recuerdo al fin y al cabo soy yo el que va a tener una cita con Lisa, la cuál no aceptó por lástima. Auch, lo siento mucho... —llevó una mano a su pecho haciendo una cara dolida.

Jungkook frunció el ceño, enfadado.

—Cancela la cita —dijo como si fuese una orden.

Jimin se detuvo en seco y le miró con una ceja levantada.

—¿Disculpa? ¿Quién te crees que eres para darme órdenes?

En ese preciso momento, Jungkook lo toma del cuello por la camisa y lo levanta de un golpe, captando la atención de algunas personas en la cafetería.

—Cancela la cita —repitió con voz severa cerca de su rostro.

Jimin llevó sus manos a los brazos de Jungkook e intentó zafarse de su agarre pero fue inútil, el castaño era mucho más fuerte.

—No —respondió de la misma manera.

—Hazlo —espetó furiosamente el más alto, haciendo más presión sobre su cuello y mirándole fijamente a los ojos.

Park sintió su respiración entrecortarse de a pocos.

—Deja de joder —fue lo último que dijo antes de tomar el batido que antes tomaba y lanzarlo sin pudor al rostro de Jeon, escuchando las exclamaciones sorprendidas y silbidos de la cafetería.

—¡Hijo de puta! —Jungkook lo soltó inmediatamente, llevando sus manos a su cara e intentando limpiar sus ojos.

Cuando su vista volvió, lo primero que vió es a Jimin salir a pasos rápidos de la cafetería. Y cómo alma que se lo lleva el diablo, gruñó y corrió a seguirlo. Sin embargo cuando salió de allí, no lo encontró por ningún lado, había desaparecido. Con restos del batido en su cara, caminó hasta los baños para poder aunque sea limpiarse correctamente, pues todos comenzaban a mirarle raro y con diversión.

Minutos después se miró al espejo, su rostro completamente limpio y mojado, junto a su respiración agitada con sus manos apoyadas en el gran lavamanos. Y sonrió, recordando los hechos, pensando en la valentía de aquél pelinegro.

—Te metiste con el chico equivocado, Park Jimin. Ya veremos quién termina obedeciendo a quién...

—🖤.

7u7

Nos vemos, chau 💕

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