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Capítulo O2

Jimin POV

Sigo con la mirada la retirada de Jungkook, todavía enfadado por el combate verbal al que me obligó. O puede que esta vez haya sido yo. Sinceramente, es difícil saberlo, ya que cada encuentro de mierda lleva al siguiente.

Por mi vida, me gustaría saber cómo dejar que su mierda simplemente ruede sobre mi espalda. Sin embargo, de alguna manera, me dobla y me retuerce en todo tipo de nudos cada vez que abre su maldita boca, obligándome a participar.

Es la única persona que ha sido capaz de sacarme de quicio.

Uno pensaría que después de cuatro años jugando juntos, ya sería inmune a él. Las burlas, las bromas y los insultos directos. Pero no, todavía funciona en su beneficio. Tal vez, incluso más fácil ahora, con tener que pasar tanto tiempo juntos.

Ninguna parte de mí quiere pasar más tiempo del necesario con él. Acabar en el mismo equipo que él, estaba tan fuera de mis planes para la universidad, que es de risa. Así que imagínate mi puto horror cuando estaba preparándome para mi primer día de entrenamiento del primer año y él entró.

Si yo fuera del tipo violento, habrían rodado cabezas.

Pero hemos llegado a un punto en esta estúpida pelea en el que lo único que quiero de verdad es un día en el que no estemos peleándonos.

Quién sabe, hoy podría ser ese día. Empezando... Ahora. Por la esperanza, ¿no?

Con la necesidad de canalizar esta frustración en algo mucho más útil, me dirijo a la pista tras el imbécil, sabiendo que una cosa es segura.

Me sentiré mejor cuando esté sobre el hielo. Siempre me siento mejor.




★ ★ ★ ★




En cuanto al primer partido de la temporada, no puedo quejarme del rendimiento del equipo en su conjunto. La química está ahí, la mayoría de las líneas trabajan juntas a la perfección, tanto ofensiva como defensivamente.

El problema es Jungkook... Y yo.

No encajamos en el hielo. Nunca parecemos estar en la misma página, y a veces, parece que ni siquiera jugamos en el mismo equipo. Por otra parte, con todo el tiempo que pasamos como oponentes en lugar de compañeros de equipo, supongo que es un poco difícil de entrenar fuera de nosotros.

Lo único que puedo hacer es esperar que los problemas se solucionen a lo largo de la temporada. O que encontremos la manera de no estorbarnos mutuamente mientras estamos en el hielo al mismo tiempo. Y eso parece estar funcionando bien, en realidad.

Excepto que la versión de Jungkook de mantenerse fuera de mi camino implica actuar como si yo no existiera. Y al hacerlo, también me ignora cuando me abro para hacer un tiro a puerta, y en su lugar lo hace él mismo -que acaba siendo bloqueado por el portero- o entrega el disco al otro equipo antes de que él tenga la oportunidad. En cualquier caso, perdemos la oportunidad de marcar. Algo bastante importante para, no sé, ganar un partido.

Y tampoco ocurre solo una vez. Hay múltiples ocasiones a lo largo de los cuarenta minutos iniciales de juego, y para cuando estamos saliendo del hielo para el segundo intermedio, estoy más frustrado de lo que puedo creer.

Y yo que creía que los jugadores de hockey ya habían superado lo de acaparar el disco.

Va a patinar a mi lado tras el resto del equipo y, en mi estado de irritación, hago un movimiento irracional: le agarró del brazo para detenerlo en seco.

─¿Qué? ─, suelta, y sus ojos ónix se clavan en los míos.

Respiro hondo y con calma. No le arranques la cabeza, solo hazle una sugerencia.

Funcionaría, sin embargo, la sugerencia parece un insulto.

─No eres el único jugador del equipo que puede marcar, Jeon. Lo sabes, ¿verdad?

Arruga la nariz y me mira como si fuera estúpido. ─Obviamente. No soy un niño, Park. Sé compartir.

Casi me río por eso. Tendremos que acordar que no estamos de acuerdo, supongo.

─Okey, pues pásame el maldito disco si ves que estoy abierto.

Sigue mirándome un momento y luego se va patinando hacia donde el resto del equipo se dirige a los vestuarios sin decir ni una palabra más.

Bueno, entonces...

Es inútil discutir con él aquí y ahora, así que me callo y lo sigo hasta los vestuarios. Aunque, para mi alegría, oigo al entrenador apartarlo a un lado cuando volvemos a salir para el tercer periodo y echarle la bronca por no pasar el disco cuando Beomgyu y yo estamos abiertos.

─Ahora eres un líder─, le dijo el entrenador ─. Y los líderes saben que a veces hay que dejar que otros intervengan.

Aunque el comentario del entrenador me hizo sonreír un poco, teniendo en cuenta que le había dicho lo mismo a Jeon hacía quince minutos, también me golpeó de la forma más inesperada.

Siempre he hecho todo lo posible por encarnar lo que significa ser un líder y un jugador de equipo, no solo jugar bien y hacer mi parte en el hielo, sino ser alguien a quien el resto del equipo pudiera mirar como ejemplo. Algo que debe ser un capitán.

Y claramente, todo lo que Jungkook no es.

El chico tiene talento, por mucho que odie admitirlo. Podría llegar a ser grande -me refiero a grande en la NHL- si no fuera tan impulsivo. O un idiota furioso. Pero su costumbre de usar los puños en el hielo, tanto como el palo de hockey, lo convierte más en un lastre que en una ventaja. Que es algo que pensé que mi tío se habría dado cuenta, de que no es lo que hace a un buen capitán.

Supongo que estaba equivocado.

Si no fuera por el golpe que recibí al final de la temporada pasada, que me rompió la clavícula y me desgarró el manguito de los rotadores, probablemente sería yo quien dirigiera este equipo. Diablos, todos en el maldito equipo saben que debería ser yo. Sin embargo, aquí estamos, con el título que he codiciado para mí en manos de la única persona que no debería tenerlo.

Mi enemigo jurado.

Pero al menos Jungkook parece tomarse al pie de la letra las exigencias del entrenador, y juega mucho más en equipo que en solitario al comienzo del tercer periodo. Incluso me pasa el disco en una escapada, permitiéndome correr con él y... De repente, uno de sus defensas me golpea contra el tablero, y el impacto me produce una punzada de dolor en el hombro. Me quedo paralizado por el impacto y el defensa se lleva el disco con facilidad, dejándome con las manos vacías y sumido en el pánico mientras el dolor sordo sigue extendiéndose por toda la extremidad. Las punzadas tardan un par de minutos en remitir, así que sé que el golpe probablemente me ha pinzado un músculo o algo así, aunque no por ello deja de ser angustioso.

Lo último que necesito es volver a lesionarme durante la temporada más importante de mi carrera.

─¿Te paso el disco, solo para que hagas esa mierda? ─ Jungkook gruñe ─. Bonito. Imbécil.

Observo cómo se aleja por el hielo, intentando evitar que el Trenton College marque, mientras la irritación vibra en mi pecho.

La incapacidad de Jungkook para mantener la puta boca cerrada sobre el hielo es la misma razón por la que me lesioné. En lugar de centrarse en su juego, estaba demasiado ocupado abriéndole la maldita boca a uno de los defensas de Waylon durante los playoffs de la temporada pasada. Todo el juego. Hasta que, finalmente, tuvo suficiente de la mierda de Jungkook. Por desgracia, eso ocurrió en medio de un cambio sobre la marcha, y en lugar de golpear a Jungkook contra las tablas y romperle la clavícula, fui yo.

El muy imbécil incluso me dijo que iba por Jeon, pero el barajado de todos nuestros jugadores le hizo perderlo de vista un segundo y... Bueno, el resto es historia.

Me operaron un par de días después y me pasé los meses de verano yendo a fisioterapia, varias veces a la semana, hasta que apenas me sentí al cien por cien un par de semanas antes de que empezaran los entrenamientos de esta temporada.

Y nada de eso habría ocurrido si Jeon hubiera sabido mantener la boca cerrada. Otra cosa más en la creciente lista de razones por las que este tipo es la perdición de mi puta existencia.

Estoy a punto de patinar de vuelta hacia donde el resto de los chicos están ayudando a Cam a defender la red, los delanteros de Trenton en un agresivo ataque ofensivo.

Es entonces cuando el centro de Trenton, llamado Adams, estrella a Jungkook contra la pared. Duro. Mucho más fuerte de lo necesario. Mientras tanto, el disco sale disparado hacia el otro extremo de la pista. El instinto me dice que patine tras él, sin embargo, el pitido del silbato capta mi atención y la arrastra de vuelta al lugar donde Jungkook está desplomado en el suelo.

Un silencio se apodera de la pista mientras todo el mundo contiene la respiración, algo que siempre ocurre cuando un jugador cae.

Mierda.

─Denle espacio─, ordena uno de los réferis, creando espacio alrededor de Jungkook mientras se quita el casco.

Cuando Jungkook levanta la cabeza, la capto. El fuego de sus ojos arde más y más, como cuando está a punto de...

Jungkook se lanza desde el suelo y agarra a Adams por la cintura. Ambos caen al hielo y Jeon arranca el casco de la cabeza de Adams, que queda inmovilizado bajo él. Sé lo que viene, y por la mirada de Adams, él también lo sabe.

Y con el primer puñetazo lanzado por Jungkook, el estadio de hockey se ha convertido en un ring de boxeo.

Se desata un pandemónium absoluto mientras Jungkook sigue asestando golpes a Adams. El equipo se retira, todos se dirigen al hielo para ayudar a disolver la pelea o iniciar una por su cuenta. Los árbitros hacen todo lo posible para impedir que nadie se acerque, mientras un par de los nuestros intentan impedir que Jeon utilice al central de Trenton como saco de boxeo.

Adams debe haber disparado también a Jungkook, porque cuando Cam y Rossi le apartan, tiene la ceja abierta y la sangre empieza a derramarse por un lado de la cara.

Eso no parece perturbarlo, porque empuja a nuestros chicos lejos de él y se lanza hacia Adams de nuevo, que acaba de ponerse de pie.

Okey, ya basta.

Patino hacia el idiota impulsivo, lo agarro por el cuello y lo alejo de Adams.

─¿Qué mierda estás haciendo? ─ exclamo, enseñando los dientes, mientras lo hago retroceder contra el cristal.

Por el rabillo del ojo, veo a Rossi y a uno de los laterales de Trenton reteniendo a Adams, haciendo todo lo posible para evitar que los dos vayan por un tercer asalto. Mientras tanto, Jungkook sigue hirviendo en mi agarre. Echando espuma por la boca como un perro rabioso, buscando darle un mordisco masivo a Adams.

─Se lo merecía─, muerde Jungkook, sus ojos siguen siendo dos furiosas bolas de fuego azul. La llama más ardiente que existe.

─Puede ser, pero no necesitas exagerar la situación─, siseo, empujando contra las tablas con más fuerza mientras él lucha contra mi agarre ─. Puede que nos hayas costado el maldito partido con esta mierda.

Una mueca pinta su cara. ─No, Park. Tú eres el que no quiere jugar como un equipo, necesitando ser la estrella del espectáculo. ¿Diciéndole al entrenador que nunca te paso el disco? ¿Dándole la vuelta cuando finalmente lo hago? Eso no es jugar en equipo. ─ Se burla ─. Si esta noche perdemos, será tu culpa. No mía.

Me está tomando el pelo, ¿verdad? ¿Yo soy el que no quiere jugar en equipo? ¿Yo soy el que nos costó esta victoria?

─Estás delirando. ─Arquea la ceja como preguntando: ¿lo estoy?

Mi voz sale en un gruñido. ─Tú eres el que manda en este hielo. No yo. Así que en vez de preocuparte por lo que hago, ¿por qué no empiezas a mostrar algunas cualidades de un verdadero líder?

Sus cejas chocan, su nariz se arruga en señal de disgusto. ─ Creo que es hora de que superes el hecho de que tu apellido no fue suficiente para conseguir este puesto para ti.

Vaya. Realmente fue allí. Otra vez.

─Eres increíble, Jeon. Con más clase que nunca. ─ Hago un gesto con la cabeza hacia el área ─. Disfruta viéndome llevar a este equipo a la victoria mientras estás en el tiempo muerto.

Me mira fijamente, limpiándose la sangre de la ceja con el dorso de la mano.

Esperaba que un puñetazo en la cara le sirviera de lección, pero si algo ha demostrado la historia es que no servirá de nada.

─Material de capitán, una mierda─, murmuro en voz baja mientras lo veo patinar hasta el contenedor de pecados y dejar caer su temperamental trasero en el banco de madera.




★ ★ ★ ★




Desafortunadamente, estoy lleno de mierda al decir que llevaría al equipo a la victoria.

En realidad, es todo lo contrario de lo que sucede cuando nos bombardean durante los cinco minutos de juego de poder, gracias al temperamento de Jungkook. Y para empeorarlo, su ausencia en el hielo hace posible que el Trenton College marque no uno, sino dos goles.

Dándoles la victoria.

El ambiente en el vestuario después es entre abismal y deprimido, sobre todo porque no hemos perdido un partido inaugural en casa en años. Desde mucho antes de que cualquiera de nosotros viniera a jugar a Leighton Northwest.

Después de la reprimenda que recibimos del entrenador en nuestra reunión posterior al partido, la mayoría de nosotros nos encerramos en nosotros mismos, metiéndonos en la ducha o en baños de hielo para limpiarnos, como si eso fuera suficiente para lavar el hedor de la pérdida.

Jackson, uno de mis compañeros de habitación, se pone a mi lado mientras me visto. Los dos nos damos cuenta de que Jeon está dando golpes en su caseta como el niño petulante que es, incapaz aún de controlar su rabia, aunque hacemos lo posible por ignorarlo.

Es vergonzoso.

─¿Estoy viendo esto de verdad? ─ murmuro más para mí que para nadie, aunque por la forma en que Jackson asiente, sé que me ha oído.

─Ojalá no fuera así. ─ Hace una pausa e intercambiamos una rápida mirada ─. Tenemos que hacer algo al respecto, hombre. O nos espera una larga temporada.

─¿Cómo qué? No es como si pudiéramos destituirlo o algo así. El hockey no es una democracia.

─Debería serlo, mierda.

Tiene razón.

Estoy completamente perdido aquí, al igual que la mitad del equipo. Porque esta no es la forma en que un capitán debe actuar en el hielo. O fuera de él.

─Si todavía estuviéramos en el instituto, solo tendríamos que plantar algo de hierba o alcohol en su taquilla y estaría acabado. ─ Suspiro y me calzo los zapatos ─. Ojalá fuera tan fácil ahora.

─Me lo dices a mí─, refunfuña Jackson, poniéndose a mi lado mientras nos dirigimos a casa ─. Pero lo sacaremos de aquí. De una forma u otra.


** NHL: La National Hockey League, más conocida simplemente por sus siglas NHL, es una liga privada de hockey sobre hielo profesional formada por franquicias de Canadá y Estados Unidos.





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