Capítulo 31
Jimin POV
─¡Kook! ─, grito, dispuesto a atravesar a los chicos y correr tras él. Pero no paso de la puerta, porque Taehyung me aprieta el pecho con la palma de la mano para detenerme.
─Es mejor dejarlo ir ─, murmura, con la pena dibujada en el rostro─. Confía en mí, Jim.
Le devuelvo el empujón, aunque otra mano me aprieta el hombro. Es la de Hoseok. Me aparta de Taehyung y me aprieta contra la pared con un doloroso apretón.
─Mira, sé que estás acostumbrado a ser el que siempre sabe más y siempre tiene razón, pero ahora mismo no lo eres. Ir a por él solo va a empeorar las cosas. ─ Agacha la cabeza, obligándome a mirarle ─. Ya sabes cómo se pone cuando está cabreado. No querrás recibir sus puñetazos cuando mañana tenemos que jugar un partido.
El partido de mañana es lo último en lo que pienso. Mi único pensamiento gira en torno a llegar a Kook lo más rápido posible. Tal vez averiguar cómo explicar esto para que tenga sentido.
Si es que es posible.
─Ni se te ocurra ─, dice Taehyung, casi leyéndome el pensamiento mientras me mira fijamente.
Hoseok también debe captarlo, porque sus ojos se entrecierran en mi cara.
─¿Dónde están tus llaves? Maldita sea.
─En la mesa de abajo.
Hoseok mira a Taemin, que se limita a asentir y baja las escaleras por ellas sin decir palabra, recuperando mis llaves y escondiéndolas probablemente en algún lugar donde nunca podré encontrarlas.
Da igual. Siempre puedo ir andando a casa de Kook cuando estén todos dormidos.
─¿Vas a obligarme a acampar delante de tu puerta toda la noche para asegurarme de que no huyes? ─ Taehyung pregunta, ladeando la cabeza ─. Porque lo haré. Me importa una mierda si eso significa mantener tu cara bonita y de una pieza.
─Podríamos poner un timbre en su puerta ─, añade Hoseok ─. Así sería más fácil despertarnos.
Taemin elige ese momento para reaparecer. ─ ¿Planeamos poner barrotes también en las ventanas, o eso es llegar a límites extremos?
Los cuatro se parten de risa con su chiste, pero, aunque a ellos les parezca divertidísima toda esta conversación, a mí seguro que no.
─Son todos una puta mierda ─, murmuro, intentando liberarme del agarre de Hoseok. Sin embargo, Taehyung está ahí cuando me defiendo, y su mano me aprieta el otro hombro, manteniéndome firmemente sujeta.
Me tienen ahí, impotente ante la situación en la que me encuentro y sin idea de adónde ir a partir de ahora.
Y aunque me asusta mucho, también me enfurece. Irracionalmente, y es en este momento cuando me doy cuenta de por qué es tan fácil para Kook dejarse llevar.
Estar acorralado, totalmente indefenso, es la peor sensación del mundo.
Mi mirada se desplaza de Taehyung a Hoseok y finalmente a Jackson. Es el único que no dice nada. De hecho, no hace otra cosa que apoyarse en la pared de enfrente, con los brazos cruzados sobre el pecho, y mirarme fijamente.
Como si no me reconociera.
─Okey ─, muerdo, harto de ser la estrella de este enfrentamiento a lo Jerry Springer ─. Tú ganas. Yo me quedo aquí. Ustedes váyanse.
Como no quiero quedarme el tiempo suficiente para que me hagan más preguntas, me libero de Hoseok y Taehyung y me abro paso entre ellos hasta llegar al refugio de mi habitación. La puerta se cierra tras de mí, mi espalda choca contra ella y me hundo hasta que mi culo golpea el suelo de madera. El suelo está frío y en ese momento me doy cuenta de que solo llevo puesta la ropa interior.
Qué bien.
Mis dedos se entrelazan con mi pelo y agarro los mechones con fuerza suficiente para arrancármelos de la cabeza. Pero el dolor que me recorre el cuero cabelludo mientras tiro y tiro no tiene nada que ver con la puta agonía que me recorre las venas, directo al corazón.
La gravedad de la situación es asfixiante y no puedo hacer otra cosa que respirar entre el pánico.
Todavía puedo oír los murmullos de las voces de Hoseok y Taehyung desde el otro lado de la puerta, pero es lo bastante bajo como para que no pueda distinguir la conversación exacta. Aunque estoy seguro de que oigo la frase dormir juntos más de una vez, y es más que suficiente para levantarme de mi sitio en el suelo.
Lo último que quiero, ahora mismo, es oír sus opiniones sobre si me acuesto con Kook cuando no saben una mierda al respecto.
Cruzo la habitación, agarro un par de pantalones y me los subo por los muslos. Meto los brazos por las mangas de la camiseta de hockey justo cuando llaman a la puerta.
Un gruñido sale de mi garganta y me da igual quién sea. No voy a hacer esto ahora. ─ Vete. No estoy de humor.
El sonido de la puerta abriéndose me hace saber que a quienquiera que sea no le importa, y Jackson aparece cuando he terminado de ponerme la sudadera sobre la cabeza.
─¿Qué? ─ Vuelvo a soltar un chasquido, con la irritación en el estómago.
Entra en mi habitación y cierra la puerta tras de sí.
─Puede que esos tipos no tengan pelotas de hacer preguntas ahora mismo, pero yo no me voy hasta que me digas qué mierda está pasando.
─¿Me estás preguntando qué mierda está pasando? ─ siseo, paseándome por la habitación ─. Tú eres el que tiene que dar explicaciones aquí. Y no voy a seguir con esta mierda de 'no preguntes, no digas'.
Lástima que Jackson no me escuche, en vez de eso me lanza acusaciones a la cara.
─¿Qué tengo que explicarte? ─, pregunta, incrédulo ─. Tú eres el que se ha estado tirando a Jeon a espaldas de todos nosotros. Y aunque al resto les importe una mierda, a mí seguro que sí.
El nombre de Kook sale de sus labios y me da un golpe en el pecho que casi me deja sin aliento. Sin embargo, respiro a pesar del dolor, y mi mirada choca con la suya.
─¿Qué te importa con quién me acueste?
─Importa cuando te estás follando literalmente al tipo que intentamos eliminar a principios de temporada. ─ Sacude la cabeza, echando los brazos a un lado ─. Sinceramente, me sorprende que esto no te haya estallado en la cara antes.
─Eso es jodidamente divertido viniendo del tipo que puso en marcha todo este lío.
─¿Yo? ¡Tú eres el que me dio la puta idea en primer lugar, Jimin! Así que no vengas a por mí solo porque no puedes...
─¿Fue idea mía? ─ digo sobre sus palabras, los ojos muy abiertos y el temperamento encendido ─. Por favor, dime cuándo he dicho alguna vez 'oye, vamos a joder el test de drogas de otra persona solo porque no nos gusta y a ver qué pasa'.
─No, pero tú eres el que sacó el tema del instituto y se puso en plan 'qué pena que no podamos meterle hierba o alcohol en la taquilla'.
Parpadeo, tratando de entender cómo ha dado el salto lógico de ese comentario a... ─ ¿Así que el siguiente pensamiento natural que tuviste fue drogarle sin que lo supiera?
Frunce el ceño, con la confusión grabada en la frente. ─ No lo drogué.
Cierro los ojos de golpe y me pellizco el puente de la nariz. Todas estas no- respuestas están empezando a darme dolor de cabeza, y ya me estoy hartando.
─Si no lo drogaste, ¿cómo mierda explicas entonces el positivo?
─Shhh ─, sisea, mirándome mientras cruza la habitación ─. Mira, baja la voz, ¿okey? Taehyung y Taemin pueden estar abajo, pero la habitación de Hoseok está justo al lado, y lo último que necesitamos es que se entere...
¿Está realmente preocupado por eso ahora mismo?
─Oh, vete a la mierda, Jackson. Di lo que tengas que decir, porque esta puta situación no puede empeorar.
Me mira dubitativo antes de sacudir la cabeza. ─ Bueno, empezó cuando Taehyung...
─Jesucristo, ¿también metiste a Taehyung en esto?
Jackson me fulmina con la mirada, en clara señal de que cierre la puta boca, antes de continuar. ─ Taehyung se enteró de las pruebas por uno de sus compañeros del equipo de fútbol de Blackmore, después de que un grupo de ellos suspendiera las suyas. Lo había oído hablar de cuándo planeaba Leighton hacernos la prueba, y pensé... ¿qué mejor manera de sacar a Jeon que esa? Así que como sabía que tenías algunas píldoras sobrantes, yo...
Dios mío.
Echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos de golpe.
─Para.
Corta sus palabras a mitad de la frase y pregunta: ─ ¿Quieres esta puta historia o no?
La quiero. De verdad que sí, mierda, sin embargo, como se está desenredando ante mí, no puedo aguantar oír mucho más. Porque sé lo que va a decir. Ahora todo tiene sentido, todas las piezas encajan.
Sabía que me habían sobrado pastillas de mi lesión porque rara vez las usaba. Así que las agarró e inculpó a Kook por usarlas. Probablemente esperaba una suspensión, o algo peor, ya que no tendría una excepción médica presentada ante la NCAA.
Maldita sea.
─¿Cómo lo hiciste si no lo drogaste?
La siguiente frase que dice casi me tumba.
─Simplemente los tomé.
Vuelvo a abrir los ojos. ─ ¿Qué?
Se encoge de hombros en una de esas maneras de 'qué se le va a hacer. ─ Quería dárselas directamente, pero no encontré la forma de hacerlo sin que se diera cuenta, así que me las llevé. Y cuando llegó el momento, la etiqueta con nuestros nombres estaba en las tapas de los vasos de muestras, así que... cambié las tapas. ─ Vuelve a encogerse de hombros ─. Todo fue mucho más fácil que tener que cambiar las muestras como pensé que tendría que hacerlo. Jugar con orina es...
─No hace falta que termines esa frase─, le digo, arrugando la nariz con asco.
Que me jodan.
Ahora no puedo deshacer lo que ha pasado. Y como Jackson aludió cuando todo esto empezó, no quiero saberlo en primer lugar.
Porque ahora... Tengo que averiguar qué hacer con ello.
Me rastrillo el pelo con los dedos antes de llevarme las manos a la nuca. ─ Esto es jodidamente malo.
Me hace un gesto para que me vaya. ─ ¿De verdad crees que Jeon va a hacer algo al respecto tan cerca del torneo? Es imposible.
Parpadeo, impresionado por su audacia. ─ No, Jackson. No creo que lo haga. Pero seguro que lo haré.
Se le salen los ojos de las órbitas como en esos viejos dibujos animados. ─
¿Por qué mierda harías eso?
De nuevo, me quedo casi en silencio. Mirándolo como... si de repente fuera un completo extraño. ─ ¿De verdad estás haciendo esa pregunta ahora mismo?
─¿De verdad vas a venderme cuando hice esta mierda por ti?
─¡Nunca te lo pedí! ─ grito, extendiendo los brazos delante de mí─. Nunca te pedí que hicieras algo así.
─¡No tenías que hacerlo! Esto es lo que los amigos hacen el uno por el otro, Jimin. ¿O enterrar tu polla dentro de Jeon te hizo olvidar que somos amigos? Tú y yo, no tú y él.
Oh, pero está equivocado.
Jackson y yo... no somos amigos. Tal vez fuimos en un momento hace unos años. Demonios, quizás incluso al principio de la temporada cuando toda esta mierda empezó. Sin embargo, ese barco hace tiempo que zarpó con todo lo que está pasando ahora.
¿Y Kook y yo?
Se me cierran los ojos. Se me hace un nudo en la garganta cuando me viene a la cabeza su imagen con el frasco de pastillas en la mano.
Durante esta temporada, ha pasado de ser la persona que más despreciaba en el mundo a la persona sin la que no quiero vivir nunca. El que me hace reír más que nadie. El que saca mi lado más temerario, porque la vida no debería ser siempre tan seria.
Es al que debería haber protegido a toda costa. No a Jackson.
─No─, le digo, negando con la cabeza.
─¿No? ─, repite, sus ojos oscuros endureciéndose ─. ¿De verdad vas a sentarte aquí y elegir a un buen imbécil antes que a mí?
─Y eso demuestra exactamente lo que quiero decir. ─ Me burlo, mis labios se curvan en un gruñido. Apenas puedo mirarlo ahora ─. Puede que pensaras que me estabas haciendo un favor con todo esto, pero lo único que has conseguido es costarme la confianza de la persona que más me importa.
Jackson sacude la cabeza antes de hacerme un gesto para que me calle. ─ Lo que tú digas, hombre. Dale un par de días y se te pasará.
Sí, teniendo en cuenta la forma en que acabo de intentar salir corriendo detrás del tipo en ropa interior después de dejar que me follara como el demonio, sinceramente lo dudo.
Mis ojos se cierran de nuevo, y rezo a cualquier Dios que exista para tener la fuerza de no perder mi mierda con él.
─Vete a la mierda, Jackson. Se acabó. Hemos terminado aquí.
─¿De verdad vas a...?
─¡FUERA! ─ gruño, agarrándolo por el cuello de la camisa y empujándolo hacia la puerta. No creo que vuelva a respirar hasta que se la cierro en las narices y lo bloqueo al otro lado.
Lo que me hace darme cuenta de que uno de mis compañeros de piso puso un puto timbre en la puerta a modo de señal, porque aún oigo el leve tintineo del metal cuando vuelvo furioso hacia mi cama.
Como no voy a ir a ninguna parte con ese maravilloso cacharro en la puerta, me desvisto y me meto en la cama, rezando para que el sueño me agarre pronto y ponga fin al que podría ser el peor día de mi vida.
Pero en lugar de que el sueño me conceda un respiro de la realidad, solo encuentro más tormento. Porque mis sábanas aún huelen a él. Incluso después de haber pisado esta habitación una sola vez.
Se me hace un nudo en la garganta y meto el brazo debajo de la almohada, intentando ponerme cómodo. Aunque, en cuanto hago el movimiento, rozo un objeto familiar.
Uno que hace imposible respirar alrededor del nudo. Su disco.
No necesito sacarlo para confirmarlo; la forma en que mi corazón se tambalea, doliéndome y palpitándome en el pecho con cada doloroso latido, es suficiente. Lo aprieto tanto que los bordes redondeados se me clavan en la palma.
Estaba tan preocupado por salir de aquí, que lo dejó.
Su superstición. La parte de su historia que lo mantiene en el hielo todos los días.
Todas las cosas que me ha contado a lo largo de los últimos meses me vienen a la cabeza mientras mis dedos recorren el disco de goma lisa. Los secretos ocultos y las verdades que nunca habría descubierto si no hubiera cambiado de opinión sobre seguir con esta superstición. Tantas partes de sí mismo que entregó voluntariamente sin mirar atrás. Me las confió para que las guardara y salvaguardara, pensando que había hecho el trabajo para ganármelas.
Merecerlas.
Y Dios, cómo quiero merecerlas. Sin embargo, no lo hago.
No creo que ninguna cantidad de deseos y oraciones vaya a cambiar eso.
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