El de mejillas abultadas apenas podía controlar sus ansias, las cuales eran reflejadas en el movimiento nervioso ejecutado por su pierna izquierda que no paraba de pisotear el suelo y también por la manera en que sus orbes miraban de derecha a izquierda con insistencia; a la espera de que Tzuyu hiciera su aparición.

Y no es que la chica esté retrasada ni nada por el estilo, es simplemente que, en su afán de ser él con quien esta se reuniera primero, había llegado media hora antes de lo acordado.

Porque sí, ese era el día en el cual se llevaría a cabo su cita con la fémina.

Aunque, bueno, quizás no podría llamarse exactamente una cita, o al menos no una convencional ya que, tanto su propia renuencia a ceder así como la de Yoongi, los llevó a aceptar la loca sugerencia de ir los tres juntos al parque de diversiones.

Pero es que, ¡vamos! él no iba a permitir que aquellos dos salieran a solas.

Uh-uh. Solo de imaginarse lo que podría pasar le daban escalofríos en todo su cuerpo.

El murmullo de una conversación y pasos acercándose lo alertó, sacándolo de la maraña de pensamientos en los que momentáneamente se vió enfrascado.

Sus orbes avellanas enfocando a las dos figuras, reconociéndolos incluso desde la lejanía.

Si bien la indignación fue el primer sentimiento que recorrió su delgado cuerpo, este fue aplastado con rapidez cuando sus pequeños orbes reparon en el de mirada gatuna, quien portaba un suéter holgado y que nada hacía para ocultar los levemente musculosos brazos y aquel blanquecino pecho del cual hasta hace poco Jimin desconocía su dureza, apenas cubierto por una infame camiseta sin mangas.

Los pequeños orbes continuaron con su exploración visual, deslizándose desde las clavículas y deteniéndose escasos segundos en la tentativa nuez de adán antes de proseguir con su travesía hasta los delgados pero bonitos labios. 

¡Dios! ¿Por qué su corazón latía tan endemoniadamente rápido?

Y ¿por que rayos tenía la boca tan seca?

Completamente ajeno a que él también era objeto de observación, Jimin pasó la punta de la lengua por sus labios. El sabor a fresa en su paladar asegurándole que efectivamente no había olvidado aplicarse el gloss humectante antes de salir de casa.

A su vez, Yoongi observaba maravillado la manera en la que ese suéter de colores acentuaba más el leve rubor de las abultadas mejillas del bajito. Sintiendo luego como toda su cordura caía en picada tras presenciar el movimiento de la rosada lengua deslizándose de manera casi pecaminosa por los brillosos y mullidos labios, dejándolo con una sensación de hormigueo en su estómago y con la boca hecha agua.

Una vez ambas miradas -ya destinadas a encontrarse- conectaron, la sensación eléctrica que recorrió sus espinas dorsales logró desestabilizar sus sentidos hasta el punto en que se habían perdido en la profundidad de la mirada adversa.

Un carraspeo fue el responsable de sacar a ambos de su ensoñación, ambas mejillas tiñéndose de un intenso rubor tras sentirse expuestos y descubiertos. Ignorando tontamente que el anhelo y la curiosidad había brillado con igual intensidad en el corazón del contrario.

Jimin fue el primero en colocar su vista en Tzuyu, reparando apenas en su persona y pasando por alto hacer un bonito comentario sobre su vestimenta, tal como exigía la caballerosidad de alguien genuinamente interesado.

--¿Por qué llegan juntos? -cuestionó en cambio y con dificultad, sintiendo la crudeza de los celos calcomerle el alma.

--Oppa pasó por mí. -ante esta respuesta, la mirada avellanada se ensombreció, recayendo de manera acusadora sobre la felina de quien ni siquiera se inmutó.

Y es que, aunque Yoongi casi podría palpar la recriminación en las bonitas orbes, también le resultaba absurdo que este le mirara como si hubiera cometido algún acto de traición.

--¡V-vamos! -exclamó Tzuyu cuando las miradas de sus acompañantes se vieron enfrentadas en un duelo silencioso, provocando que la tensión en el aire se intensificara --Entremos, hay que aprovechar el día. -dijo con una sonrisa, indicando hacia el frente, donde se podían apreciar perfectamente los enormes juegos mecánicos, aún cuando estaban a una distancia considerable.

Caminaron sin emitir palabra alguna, con el azabache a la delantera, Tzuyu en el centro y el de mejillas abultadas al final. Si bien el silencio podía resultar incómodo, Tzuyu lo prefería a las constantes peleas.

Lástima que el gusto no le duró.

--Compraré nuestras entradas. -anunció Yoongi a la par que caminaba en dirección al puesto de ventas, pero se vió parando en seco cuando la clara negativa de Jimin llegó a sus oídos en forma de un chillido estridente.

--¡No! ¡No vas a hacer eso¡ -había gritado a todo pulmón el más bajo, sintiéndose luego algo cohibido tras notar como toda persona a su alrededor se había detenido para mirarlo --Yo compraré tu entrada, Tzuyu. -musitó esta vez con voz moderada y sonriendo de manera tímida hacia la fémina que había adoptado una expresión asutada.

Sin esperar respuesta y aprovechando el aturdimiento del pálido, corrió con todas sus fuerzas y se colocó en la pequeña fila.

--¡Espera! -exclamó esta vez Yoongi, echándose a correr también mientras dejaban a su cita atrás, visiblemente contrariada.

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Por si a alguna/o le da curiosidad saber cómo iban vestidos y porque la escritora es perezosa para describir correctamente sus atuendos.😊

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1/4

¡¡¡Maratón final!!!

Hoy finaliza este fic.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》