𝟏𝟔
Otro mes va y viene, el caso es que había sido un mes muy agitado, y Mark realmente la tenía agarrada con ella. La molestaba todo el tiempo. Le tumbaba los libros, le escondía la mochila e incluso, a veces le quitaba el almuerzo. Tzuyu tenía que aguantárselo y rechinar los dientes, más aún cuando lo veía besar con pasión a Sana en medio del pasillo. Aun no comprendía cómo no le daba un golpe en la nariz. Si, así de violenta se había puesto Tzuyu.
Momo y Sana de vez en cuando las atacaban a ella y a sus amigas, pero estaban concentrada en los exámenes. Por eso Mark y JaeBum las estaban relevando, para hacerle la vida imposible a la pelinegra.
Lo único era que ahora siempre encontraba a la castaña mirándola. Tzuyu siempre quería mirarla así que no era su culpa, pero se impresionaba al ver cómo sus ojos se encontraban y la rubia apartaba la mirada.
—¿Por qué siempre terminan en mi casillero, cuando incluso es uno diferente?—preguntó apretando los puños y los dientes.
Observaba a la pareja besarse ardientemente, apoyados sobre un casillero. Su puto casillero. Tzuyu pronto estaría lanzando fuego por la boca.
—Tal vez Mark quiera hacerte enojar—dijo Chaeyoung intentando no observar con asco la escena, se percató de la mirada dolida y enojada de su amiga, y colocó una mano en su hombro—Recuerda que es una perra, en verdad lo es.
Tzuyu no respondió, clavó sus ojos en Mark, deseando con todas sus ganas ahorcarlo hasta que dejara de respirar.
Dahyun y Chaeyoung se despidieron de ella, un poco preocupadas. Tzuyu quería parecer bien, pero en serio le dolía mucho.
Fue hasta donde estaban ellos y se aclaró la garganta, para buscar su atención. Mark se separó de Sana, la chica tenía el cabello revuelto y los labios hinchados por los besos, y ambos la observaron.
—Mi casillero—dijo refiriéndose a la puerta donde estaban apoyados.
Mark simplemente la corrió a un lado mientras volvía a atacar los labios de Sana, Tzuyu apretó los puños. Abrió su casillero, escuchando los suspiros y besos de la pareja. Mark recorría el cuello de Sana con sus labios, pero ella no parecía notarlo, estaba mirando a Tzuyu.
Al cerrar la puerta, se encontró con unos ojos chocolate y Sana le dio un guiño, antes de volver a agarrar el rostro de su novio y besarlo, Tzuyu ahora quería devolver el desayuno.
Era increíblemente repugnante. Los observó un rato, intentando parecer superior. Mark, fastidiado, se separó de los labios de su novia y observó a la pelinegra con disgusto.
—¿Qué mierda quieres?
—No creo que sea correcto besarse en los pasillos, hay una regla—dijo metiendo las manos en los bolsillos de su jeans, debía aparentar tranquilidad.
—Pues yo hago lo que se me dé la jodida gana. Ahora, desaparece—respondió muy cortante el chico y volvió a besar a Sana, pero los ojos de la chica, aun besando a su novio, estaban en Tzuyu.
Tzuyu no comprendió, pero al ver esos hermosos ojos chocolate, no pudo evitar sonreír. Hizo una mueca graciosa, burlándose de Mark, y Sana soltó una pequeña risa sobre los labios de su novio. A Tzuyu le dio satisfacción y más al ver que su novio le cubrió los ojos a la castaña, para que Sana no pudiese verla, y fulminó a Tzuyu con la mirada. Ella decidió que era hora de irse.
Fue hasta la biblioteca esa tarde, esperaba poder estudiar para el examen, Mark había escondido sus apuntes y por eso iba retrasada. Al llegar se encontró con una gran sorpresa. Allí, sentada en la misma silla de siempre, estaba Sana. Sintió cómo que el corazón se le fuera a salir y sonrió.
Sana la ignoró toda la tarde, pero eso era lo de menos, pudo ver los rayos del sol iluminarle el cabello y se perdió en su hermoso y blanco rostro.
Al final, terminó sin estudiar nada.
Intentaba ver su cuaderno, pero estaba mordiéndose la lengua de una forma tan adorable que la distraía. Eso hasta que alguien le tocó el hombro. Era Jackson, ya no lucia tan enojado e incluso le sonreía, Tzuyu alzó una ceja.
—Hola, Tzuyu. —la saludó, tomando asiento junto a ella, la chica alzó ahora las dos cejas. La había llamado por su nombre.
—Hola.
—¿Qué haces a estas horas aquí?—preguntó, sonriendo de manera que cualquier chica hubiera caído rendida, ella no porque claramente pensaba que el chico venia a hacerle algo.
—Estudio ¿Tu no? —preguntó y el chico se río, Tzuyu lo miró cómo si estuviera loco.
—¿Estudias? ¿No sales?
—Los fines de semana.
—¿Con tus amigas, cierto? Esas chicas parecen cuidarte mucho. —hizo una mueca.
—Sí, ¿por?
—Cuando les pregunté por ti, no quisieron decirme dónde estabas. —volvió a sonreírle y ahora más que nunca Tzuyu amaba a sus mejores amigas.
—¿Estabas buscándome? —preguntó, incrédula, y pensó que le iba a hacer algo malo en verdad—¿Qué me vas a hacer?—arrugó la nariz.
—Eres muy linda. —dijo dándole un pellizco en su nariz y Tzuyu alejó el rostro.
—Emm, esto es raro. —dijo intentando apartarse, el rubio volvió a reír ¿Qué era tan gracioso?
—Yo quería ver si salías con nosotros ¿A la pizzería?—preguntó, pasando una mano por su flequillo bien peinado.
—No creo, yo no me llevo con tus amigos. Menos con las chicas. —respondió, intentado apartarse.
¿Acaso Jackson le estaba pidiendo una cita?
—Calma, me aseguraré de que Sana no se te acerque. —comentó el chico, dándole un guiño, Tzuyu abrió los ojos y su corazón comenzó a palpitar al escuchar el nombre de la pequeña rubia.
—¿Por qué Sana?
—Todos saben en la escuela que ustedes dos se odian, por eso te haré un favor y la mantendré lejos de ti. —se levantó y acarició la mejilla de la chica, aunque esta rápidamente se apartó—Pero, puedes venir ¿Si?
Tzuyu no respondió, aun estaba muy sorprendida ya que no creía que Jackson la estuviera invitando. Tenía que ser una trampa o posiblemente estuviera alucinando por algún alimento en mal estado, ¿qué había desayunado esta mañana?
—¿Le estás coqueteando al fenómeno? —preguntó repentinamente Sana, a espaldas de Jackson—No tienes gusto— soltó con veneno.
Jackson sin saber porqué, se apartó un poco de Tzuyu, ya que su amiga lo miraba cómo si quisiera asesinarlo.
—Nada de eso, es una salida amistosa a la pizzería ¿Verdad, Tzuyu? —le preguntó, al utilizar ese tono tan confiado y dulce con la pelinegra, Sana rechinó los dientes.
—Ella no saldría con alguien como tú. En realidad, la fenómeno no es alguien que siquiera sepa cómo estar en un lugar sin hacer el ridículo—dijo aún mirando a Jackson.
Tzuyu se indignó y se levantó de la silla.
—¿Tu qué sabes?—la retó y por fin los ojos marrones la vieron, parecía furiosa.
—Así que, ¿vas a venir?—le preguntó Jackson, sintiendo la tensión.
Tzuyu estuvo dispuesta a aceptar, pero la rubia habló primero.
—Ella no irá a ninguna parte. —espetó, mirando a Tzuyu, retándola a contradecirla. Sus ojos chocolates echaban chispa y Tzuyu sintió sus pies cosquillear, asintió cómo una tonta y observó a la chica de sus sueños hablar con Jackson.
—¿Ves? Ella nunca iría a esos sitios, menos con ustedes.
—¿Tzuyu?
—Yo si iría. —dijo aun un poco enojada, no quería desobedecer a la rubia pero Sana la fulminó con los ojos— Pero, recordé que tengo unos asuntos—miró con disculpa a Jackson.
—Será la próxima. —el chico tocó su brazo y Tzuyu se tensó. Sana observó con ojos afiliados la mano de Jackson y el chico rápidamente se apartó—Disculpa. —aunque no sabía exactamente con quien se estaba disculpando.
Se dio la vuelta y salió prácticamente huyendo, Tzuyu estaba confundida. Hace rato parecía estar coqueteando con ella y ahora se iba sin despedirse ¿Qué le pasaba? ¿Tenía mal aliento?
—Tú si sabes cómo perder el tiempo. —soltó la rubia y Tzuyu la miró, confundía.
—¿A qué te refieres?
—Deberías estar estudiando, pero estabas ligándote a un chico. No esperaba eso de ti, fenómeno—dijo alzando una ceja.
—Yo estaba estudiando. —se defendió la alta, apretando los puños.
—Llevas una hora sin mirar al libro, claro que no lo hacías—le dijo Sana, mirándola con reproche, Tzuyu pestañeó.
—¿Y tú cómo sabes eso?—le preguntó y fue turno de Sana para tensarse, la rubia se puso nerviosa y sus ojos evitaron a toda costa los ojos de Tzuyu.
—Supongo que así fue. Sabiendo lo idiota que eres, claro. —dijo y el cuaderno que sostenía se le cayó de las manos, torpemente.
Las dos se agacharon a recogerlo al mismo tiempo y sus manos se tocaron, la piel de Tzuyu ardía y las dos levantaron el rostro. Sorprendentemente, su nariz estaba rozándose con la de Sana y sentía el cálido aliento de la chica en sus labios, la rubia al ser consciente de aquello se sonrojó.
Tzuyu la encontró increíblemente adorable de esa forma, quería besarla, y estaba desesperada por hacerlo.
Sana también parecía en shock, ya que no hacía nada para moverse. Tzuyu, sin darse cuenta, comenzó a acercarse cuando escucharon unos gritos en la entrada.
—¡TZUYU! Nosotras... —habían entrado Chaeyoung y Somi riendo, pero al ver la escena se quedaron heladas.
Sana se levantó de un salto y se alejó unos pasos de la pelinegra.
Tzuyu la imitó y las dos chicas estaban coloradas, la pelinegra observaba la cara de incredulidad y espanto que mostraba su amiga.
Somi sonreía por la mera casualidad.
Pronto, Chaeyoung se recuperó del estupor y fue hasta donde su amiga, mirando amenazante a la rubia, y le rodeó la cintura con un brazo.
—¿Chicas, qué hacen aquí?—preguntó Tzuyu muy avergonzada, casi besaba a Sana y sus amigas la habían pillado con las manos en la masa.
—¿Qué haces tú aquí y con esta perra?—dijo soltando las palabras con veneno mientras miraba a Sana, la rubia salió del shock y mostró una sonrisa arrogante.
—Aquí no hay perras, solo una gran y gorda cerda—dijo con un brillo asesino en sus ojos.
—No me importa, sólo no te acerques a Tzuyu—la castaña espetó, señalándola, y Sana hizo una mueca.
—¿Qué no me acerque al fenómeno ?¿Por qué te haría caso?
—Porque sí. Te quiero lejos de ella, zorra.
—Bola de grasa.
—Cerda patosa.
—No tengo porque quedarme peleando con unas bebes —Sana fue recogiendo sus cosas y saliendo la biblioteca sin siquiera mirar a Tzuyu, que en cambio seguía en las nubes.
Chaeyoung la hizo sentarse en uno de los sillones de la sala de descanso y comenzó a ir de un lado al otro, con las manos en la cadera. Tzuyu observaba desde el sofá, entretenida.
—¡¿Cómo es posible?! Llego y te encuentro con el rostro encima de la perra esa—dijo levantando los brazos.
—No le digas así.
—Y después, tienes la decencia de quedártele mirando cómo una boba enamorada, cuando ella me está insultando—la señaló.
—Perdón... —se hundió en el sillón.
—Y también, parecías... ¡Dios, parecías querer besarla! ¿Es así? —la castaña preguntó, analizando la reacción de su amiga que ahora estaba colorada, Chaeyoung cerró los ojos y colocó sus manos en la cabeza— ¡Dios, si querías besarla!
—Pero Chaeyoung, ella estaba... muy... muy cerca mio ¿Qué más podía hacer? —preguntó toda tonta, aun recordaba sus labios a centímetros de los de Sana.
—Darle una cachetada—ofreció la castaña, ella lo hubiera hecho.
—Sus ojos ¿No viste sus ojos? Te lo juro, cada día me enamoro más de ellos±dijo con la cabeza entre las nubes y Chaeyoung abrió los ojos, claramente asqueada.
—¡¿Te estas escuchando?!—preguntó chillando, esa maldita perra estaba jugando con el corazón de su mejor amiga.
—Y sus labios, Somi. Sus labios son hermosos. Podría besarla todo el día— Tzuyu confesó y su amiga río, Chaeyoung la fulminó con los ojos.
—Vaya, sí que estas muy clavada por esa rubia—dijo Somi y Tzuyu asintió enérgicamente.
—¡Espera a que le cuente a Dahyun! Te va a retar, y las dos te joderemos juntas—dijo señalando a su amiga, que en estos momentos parecía perdida en su mundo.
—Y hace unos días... Sana dijo... ella dijo que me volvería loca por ella y me acarició... me tocó el cuello—dijo mirando al piso, Chaeyoung abrió los ojos.
—¿Cómo así?.
—El día que me golpearon con la pelota, ella me acarició en el golpe... Dios, su piel es muy suave, quería tocarla, pero no logré moverme—susurró muy avergonzando por no haberlo hecho, y el breve contacto de hoy no contaba.
—¡Ya enloqueciste, esa chica solo quiere humillarte!
—Pero, es muy hermosa...
—¡No la dejes hipnotizarte, Tzuyu, despiertaaaaaa!—gritó Chaeyoung, sacudiéndola por los hombros, pero Tzuyu sabía que ya era tarde.
Ya eran dos años tarde, estaba muy hasta el fondo por esa chica.
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