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𝟎𝟒

Ese fin de semana fue gratamente increíble. Después de esperar casi tres meses, al fin había llegado el sábado en el que era el concierto de Girls Generation.

Fue difícil convencer a sus padres pero, al final, las chicas ahorraron y fueron juntas al concierto. Fue una noche emocionante, en la cual fueron acompañadas de la mamá de Dahyun, pero eso no importó. Cantaban las canciones juntas y aunque Chaeyoung no supiera ninguna, igual la pasó increíble cuando lanzaron el confeti de colores.

Después durmieron en casa de Dahyun, hasta el domingo, y fue la mejor pijamada del mundo. Habían visto en la tarde una película y los padres de Dahyun fueron muy agradables e incluso graciosos.

Ahora, ya era lunes por la tarde y los exámenes del semestre estaban a la vuelta de la esquina. Tzuyu iba con paso alegre a la biblioteca con su nuevo suéter blanco, que llevaba el símbolo en color negro de la banda estampado en el, que habían regalado en el concierto.

Ella realmente no era muy glamorosa a la hora de vestirse pero ese suéter, en especial, le encantaba y le parecía muy cómodo. Esperaba encontrarse a la rubia al llegar y así fue.

Al abrir la puerta de la biblioteca inmediatamente captó el rostro de Sana alzando los ojos, cómo si esperara a alguien. Cuando los ojos chocolate se posaron en ella, tardó un segundo mirándola, y volvió su atención al libro.

Obviamente, si Sana estaba esperando a alguien no era a Tzuyu. Se sintió cómo una gran idiota al descubrir que se encontraba decepcionada.

Durante estos dos meses había logrado formar varias conversaciones con Sana, aunque siempre al final terminaban peleándose y duraban mínimo tres días sin dirigirse la palabra, cuando estaban en la biblioteca, que era lo más común. Aunque sus conversaciones fueran poco significativas, o principalmente por los estudios, Tzuyu le daba la oportunidad de escuchar su voz e incluso conocerla más a fondo.

Se había enterado, por un vago comentario de Sana, que su plato favorito era la pizza y que su película preferida era The notebook.

Se sentía ridícula ya que, aun después de varias semanas de aquella conversación, ella aún recordara esos detalles y que también le hacían sentir bien.

Durante todo este tiempo también había aprendido algunas expresiones faciales de Sana, cuando ellas estaban estudiando y ni se hablaban. Mordía el lápiz al concentrarse, arrugaba la nariz al estar disgustada o que comenzaba a morder sus dedos cuando claramente estaba aburrida.

"Idiota, idiota" se decía a ella misma mientras se sentaba en su mesa de siempre. Parecía una acosadora cuando ni siquiera eran amigas.

La observó un rato, esta vez sin disimular mucho, y después frunció el ceño, enojada con ella.

¿Por qué la hacía sentirse así? Ya lo tenía claro, detestaba a las niñas mimadas como ella, con todo su ser y todo por Sana, que parecía no terminar de salir de su cabeza.

Extrañamente Sana levantó el rostro, y con cierto cuidado observó a la ojimarron, sus ojos se encontraron y Tzuyu permaneció (o al menos intentó aparentar) tranquila, como si estuviera mirando a hacia el paisaje al otro lado de la ventana que había detrás de la rubia.

Parecía funcionar, ya que de reojo observaba como Sana no la observaba extrañada, la ojimarron incluso sospechaba que la miraba fijamente. Tzuyu no lo pudo evitar, pero se le disparó el pulso y ahora sintiéndose más valiente, dirigió sus ojos fijamente a Sana que tensó los hombros al haber sido descubierta mirando.

Tzuyu intentó alzar una ceja aparentando que se extrañaba de la mirada de la rubia, cuando hace poco ella también la había estado observando dándole a entender que no entendía por qué Sana la miraba con tanta insistencia y la castaña apartó las mirada.

Volvió el rostro hacia abajo y el cabello le cubrió la cara mientras ella leía su libro.

Por un momento, Tzuyu sintió una gran emoción invadirle por completo e incluso permaneció en ella horas después de haberse marchado de la biblioteca.

Intentó ver películas tristes o lavarse la cara pero nada quitaba su emoción. Bufó frustrada con ella misma y durmió, lanzando maldiciones contra aquella joven compañera suya.

A la mañana siguiente era martes. Se levantó apresurada y se vistió a duras penas, lo único era que no había alcanzado el tiempo para desenredar su cabello y dejarlo caer liso por sus hombros y fue a la escuela. Tomó un breve desayuno y prácticamente llegó con una tostada en sus labios.

Logró ver a Dahyun y a Chaeyoung, junto al casillero de la última, y fue hasta donde estaban ellas. —Buenas, gracias por traerme el desayuno—saludó felizmente Chaeyoung mientras le quitaba la tostada y le daba un mordisco.

—¡Hey!—reclamó la chica pelinegra y su amiga le dio un guiño.

—Adivina—comenzó a decir Dahyun, sus ojos café brillaban por la emoción.

—Soy mala adivinando. Llega al punto, Dahyunnie—le dijo Tzuyu, divertida, observando a sus dos amigas sacudir la cabeza.

—¡Eso es injusto! Yo tuve que adivinar y tardé unos buenos diez minutos—reclamó Chaeyoung, la cual ya se había acabado de comer la tostada.

—¡Adivina! —insistió Dahyun haciendo pucheros con sus labios e inflando sus mejillas.

—Bueno... Mmm ¿Te compraste un nuevo libro?—preguntó, deseando que fuera aquello.

—No—se burló Dahyun.

—¿Vamos a ir a comer a mi pizzería favorita?

—Para nada, pero podríamos—dijo sonriendo y Tzuyu asintió. —Chaeyoung invita.

—¡Claro que no!—y sus dos amigas comenzaron a reír.

Pronto los ojos de Tzuyu se abrieron por la sorpresa. Podría ser aquello pero no estaba segura del todo.

—¿Vamos a ir al estreno de Divergente?—preguntó, ansiosa, y comenzó a saltar al ver los cabeceos positivos de su amiga.

—Ya compramos las tres entradas—dijo una Dahyun victoriosa, mientras las dos amigas saltaban para abrazarla.

—¡Eso es increíble, te adoro Dahyunnie!—gritó Tzuyu y Chaeyoung comenzó a aplaudir.

—Está bien, yo invito las palomitas.

—Yo también—dijo Tzuyu, las tres chicas fueron emocionadas, a clases.

Claro que todo era perfecto, hasta que te encontrabas con el grupito de las chicas. Momo al pasar empujó "accidentalmente" a Dahyun, haciendo que esta chocara contra los casilleros.

Tzuyu apretó los puños y ayudó a su amiga a levantarse.

—Aww, perdón—se disculpó falsamente la de pelo corto mientras observaba únicamente a Dahyun.

Tzuyu iba a decirle algo pero tuvo que sostener rápidamente a su amiga, cuando Chaeyoung se quiso lanzar hacia Momo. Le rodeó el estomago con los brazos y la sostuvo mientras ella estiraba las manos, intentado rasguñarla.

—¡Déjame, Tzuyu! La voy a matar—le decía furiosa y que Momo riera no lo hacía más fácil. —Claro, niñita. Quiero ver eso—se burló y Jihyo río junto a ella.

Al igual que siempre, Sana las observaba sin decir o hacer nada pero su sonrisa burlona en el rostro eran lo suficientemente irritantes para hacerla enojar.

—Te debería dar un... —comenzó Tzuyu, soltando a su amiga y avanzando, dispuesta a borrarle la sonrisa de un guantazo, hasta que sintió cómo Dahyun la abrazaba por el brazo. De inmediato la sonrisa burlona desapareció del rostro de Momo y sorpresivamente, también del rostro de Sana.

—Chawy... déjalas... no, no valen la pena—le dijo con unos ojos cargados de preocupación, aunque muy pronto se posaron en Momo y se apartó de la ojimarron.

La rubia más baja ahora observaba con fastidio a Tzuyu, pero pronto su atención fue a la chica de ojos marrones. Las mejillas de Dahyun estaban rojas cuando Momo le sonrió con arrogancia.

Tzuyu seguía sin comprender pero prefirió observar.

—No... no vuelvas a empujarme—dijo un poco nerviosa y Tzuyu lo notó.

Dahyun era una de sus mejores amigas y no quería dejarla sola. Capturó la mano de su amiga y le sonrió, Dahyun se sintió más relajada y le correspondió con un apretón. Los ojos de Momo ardían, soltó una risotada y observó a las у dos chicas.

—¡Claro! ¿Y yo te voy a hacer caso?

—¡Sí! —le soltó y observó los ojos de Momo. Sus manos comenzaron a sudar y Tzuyu también lo percibió— Por favor... -dijo un poco más bajo, casi por un momento Tzuyu pensó que le iba a dar algo y apretó su mano.

Momo parpadeó varias veces, sorprendida al escuchar el tono de Dahyun, e iba a hablar cuando escucharon a una voz.

—Esto es una ridiculez. Sólo no te atravieses más en nuestro camino y ya—dijo Sana, exasperada, y antes de irse observó a Tzuyu con disgusto. Se dio la vuelta y comenzó a caminar por el pasillo, junto con las chicas.

Momo no tuvo otra opción que seguirle, pero no se marchó sin antes mirar por última vez a Dahyun y luego siguió con paso decidido a su amiga.

Por primera vez Chaeyoung soltó el aire y una pequeña risa nerviosa.

—Dahyun, eso fue increíble—la felicitó y esta soltó la mano de su amiga, cubriéndose el rostro.

—Te enfrentaste a ella, estoy orgullosa—le dijo Tzuyu, observando una pequeña sonrisa en los labios de su amiga castaña.

—Viste... cómo, ¿viste cómo Momo me miró? Se las va a cobrar—comentó, negando con la cabeza, y Chaeyoung le rodeó el cuello con el brazo.

—Descuida, la próxima vez TzuTzu me dejará darle su merecido—le guiñó un ojo y la mencionada comenzó a reír.

—Te hubiera dejado, porque la verdad, yo también quería—la mayor de las tres las observó, con desaprobación.

—Son imposibles—dijo y las chicas comenzaron a reír.

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